Extra Halloween (1)

(Este extra sería cronológicamente unos dos años después del último capítulo).
El timbre suena justo cuando termino de aplicarme la máscara de pestañas. Me doy un último repaso en el espejo y salgo de mi habitación para abrirle a Aiden. Me quedo sin aire apenas lo veo.
Lleva un traje del Capitán América que se pega a su cuerpo como una segunda piel y un escudo falso colgado de la espalda. Se ve... increíble.
Cuando le pedí que fuera conmigo a la fiesta, no esperaba que aceptara. Sé que no le gustan y estaba lista para un no pero me sorprendió con un sí.
Ahora, viéndolo, no puedo estar más feliz por eso.
Sus ojos me recorren de la cabeza a los pies. Un brillo pícaro se encuentra en ellos mientras ve mi disfraz de Black Widow. Hay un traje negro completamente pegado de mi piel, armas falsas contra mis caderas y una peluca pelirroja que llega a mis hombros.
—Sabes que el rubio es mi favorito pero el pelirrojo no te queda nada mal —comenta con la voz ronca.
Muerdo una sonrisa.
—El traje de súper héroe tampoco te queda mal.
—Es que somos muy parecidos.
—¿Ah, sí?
—Sí, él se moría por besar a Natasha y yo lo hago por besarte a ti —dice, y estampa sus labios contra los míos.
El beso es urgente desde el principio, demandante. De ese tipo de besos que me hacen desear más. Su lengua encuentra su camino dentro de mi boca, provocándome un gemido.
Sus manos aprietan mis caderas mientras las mías lo toman del cuello para mantenerlo cerca.
Cuando nos separamos, sus labios están rojos, tanto por el beso como por mi labial.
Es difícil reprimir la risa.
—¿Qué?
—Tienes un poco... —Llevo mi dedo a sus labios y lo limpio. Él no deja de mirarme.
—Creo que ya no quiero ir a la fiesta —dice.
—Le prometimos a Luc que iríamos, no podemos cancelarle ahora.
—No creo que le moleste.
—Aiden...
Suspira.
—Está bien. Pero creo que antes deberías retocar tu labial. Se salió casi todo.
Asiento y me dirijo al baño para arreglar el desastre que nuestro beso causó. Cuando ya estoy lista, emprendemos nuestro camino hacia la casa de Logan, un nuevo amigo de Luc del instituto Howard, la escuela de música a la que van.
Afortunadamente, no es muy lejos, así que llegamos en apenas unos minutos. La casa está llena. Por lo que sé, Logan es bastante sociable. Especialmente con las chicas.
La música electrónica está altísima y un montón de piratas, fantasmas, brujas y vampiros bailan a su ritmo.
No tardamos mucho en encontrar a Luc, que tuvo que disfrazarse de conejo rosa luego de perder una apuesta contra Aiden. Las largas orejas se ven desde una gran distancia.
Está hablando con una chica con un hacha falsa clavada en la cabeza. Creo recordar que su nombre era Sadie.
—¡Llegaron los Avengers! —exclama el castaño.
—Qué guapo está el conejo de pascua —bromea Aiden.
—Idiota —murmura Luc.
Sadie ríe junto conmigo.
—Tu disfraz es increíble —le digo. No entiendo cómo hizo para que se viera tan real.
—Oh, gracias. Mi hermano me ayudó. Se le dan bien estas cosas. Tu disfraz también es increíble. Amo a Black Widow.
En ese momento llega el anfitrión de la fiesta, que envuelve los brazos alrededor de los cuellos de sus amigos.
—¡Bienvenidos! Qué buenos disfraces. Se ven geniales.
—Gracias. Igual tú.
Y maldita sea si no es cierto. Su disfraz es del sombrerero loco. Tiene una peluca rizada pelirroja, un sombrero de copa alta con un lazo rosa y un traje lleno de colores con medias de diferentes diseños y una chaqueta café. Se pintó la cara de blanco y se puso sombras rosas en los ojos. Es un disfraz hecho con esmero, sin dudas.
—Sí, alguien me prometió algo si me disfrazaba del sombrerero loco. Espero que no lo olvide.
¿Sadie acaba de sonrojarse?
—Pero en fin —dice el sombrerero, devolviendo su atención a nosotros—, hay bebidas en la cocina y juegos en el patio. Si necesitan algo pueden decirme y si no me encuentran Luc puede ayudarlos.
Dicho eso, se va. Sadie mira el lugar donde desapareció durante varios segundos antes de sacudir la cabeza y volver a centrarse.
—Bueno, ¿vamos a ver los juegos? —propone Luc.
Todos asentimos.
Aiden toma mi mano y camina a mi lado rumbo al patio, donde hay alrededor de treinta personas. Un chico intenta sacar una manzana de un recipiente lleno de agua con la boca pero no lo consigue. Un grupo juega a beer pong y otro a yo nunca he. Todos estamos de acuerdo en que no nos interesa jugar a este último, así que nos acercamos a la mesa de beer pong. Afortunadamente, el grupo que estaba jugando ya está demasiado ebrio como para continuar así que se van.
Aiden y yo nos situamos en un lado de la mesa mientras Luc y Sadie lo hacen en el contrario. Llenamos los vasos y comenzamos a jugar. Luc tira primero, pero su puntería es tan mala que no logra acertar. Sonrió y lanzo, logrando que entre en uno de los vasos más cercanos. Suelto un grito de emoción y abrazo a Aiden.
—No sabía que eras buena en esto —dice contra mi oído.
—Tampoco yo —admito.
Sadie no lo duda antes de tomar el vaso y beberlo.
Continuamos jugando, tanto Luc como Aiden tienen pésima puntería pero Sadie y yo lo hacemos bastante bien. Cuando tropiezo por segunda vez y rio de una mosca que pasó volando junto a mí, Aiden decide que es suficiente.
—¿Por queeeé? —estiro la palabra con un puchero.
—Porque la idea es divertirnos, no que termines en un coma etílico.
Vamos hacia adentro de la casa pero entonces veo las manzanas y se me ocurre una idea.
—Quiero una manzana.
—¿Quieres una qué? —Aiden se detiene a medio camino, confundido.
—Una manzana. Consigueme una manzana de ahí. —Señalo el recipiente lleno de agua.
Aiden suspira y camina hasta él, intenta meter la mano pero mi grito lo detiene.
—¿Ahora qué sucede?
—Quiero que lo hagas como los demás.
Tarda apenas dos segundos en sumar dos más dos.
—No voy a meter mi cabeza ahí.
—Oh, vamos. Será divertido.
—Logan debe tener manzanas. Vamos a...
—No, yo quiero que lo hagas así.
—Emilie...
—Por favoooor.
Él me mira, serio, y después mira hacia el cielo como pidiendo paciencia.
Se quita la máscara y acerca la cara al recipiente. Luc y Sadie se acercan, curiosos.
—¿En serio va a hacerlo? —pregunta ella, conteniendo la risa.
Luc toma su teléfono y comienza a grabar.
—Por supuesto que lo hará.
Y, en efecto, Aiden mete su cabeza dentro del recipiente y comienza a intentar tomar una manzana con su boca. Tarda unos segundos pero finalmente alcanza una y saca la cabeza. Su cabello chorrea agua y le cuesta abrir los ojos. Me acerco y le doy un mordisco a la manzana aún en su boca. Abre los ojos de golpe.
—Gracias —murmuro, sonriente.
Él se quita la manzana de la boca y me mira con los ojos oscurecidos antes de besarme. Sus labios se mueven contra los míos con determinación. Como si no existiera nada en el mundo que quisiera más que esto.
—Hey, tortolitos, no están solos —dice Luc, rompiendo el momento.
Aiden apoya su frente mojada contra la mía y suspira.
—¿Por qué no te vas a repartir huevos de colores, Miller?
—¿Por qué no vienes y me das un beso, Pierce?
Aiden y yo nos acercamos a Luc y Sadie entre risas, felices.
Pasamos por mucho, sufrimos más de lo que merecíamos, pero logramos sanar y ahora creo que puedo hablar por los dos cuando digo que somos felices.
Y cuando no nos sentimos así, cuando tenemos un mal día, estamos el uno para el otro.
Y siempre lo vamos a estar.
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