Capítulo Extra - Secuela
9 MESES DESPUÉS
MORS
El sonido estridente de mi teléfono me despierta, provocando un leve sobresalto en todo mi cuerpo. Conlleva unos treinta segundos ubicarme como es debido, por lo que, entre las sábanas blancas, me incorporo y me apresuro a descolgar la llamada.
«Siempre tiene que ser el puto teléfono», pienso, malhumorado.
«Olympia», puedo leer en la pantalla antes de llevármelo a la oreja.
—¿Mors? —dice su familiar voz, aunque percibo cierta alteración en ella.
—¿Cómo estás? —pronuncio con voz ronca—. ¿Todo va bien?
Me alzo de la cama y me dirijo a la ventana para retirar las cortinas blancas hacia un lado, permitiéndome la vista a la playa. Hay unos cuantos bañistas pese a ser lo que calculo que son las ocho de la mañana.
—Más que bien —responde ella con cierto nerviosismo. Hace una pausa demasiado larga—. Alyssa ha tenido a la niña, Mors.
Una ola de perplejidad sacude mi cuerpo; no sé si de emoción, de tristeza o de impotencia.
—¿C-Cómo...? —logro balbucear, con la vista parada en las olas que diviso a través de los cristales.
—Sí, Carter y yo estamos con ella en el hospital —aclara Olympia, y siento que está conteniéndose demasiado para no ponerse a chillar de la emoción—. El parto ha ido genial. La pequeña Destiny está perfectamente... Es un bebé gordito y monísimo —confiesa.
No soy capaz de formular ningún sonido coherente.
—¿Mors? —pregunta desde el otro lado de la línea—. ¿Estás ahí?
—Sí... —Rompo el silencio de la habitación—. Sí, sí, sí —repito, medio aturdido.
—Sabemos que es difícil después de que Chibale... —empieza Olympia delicadamente— fuera perseguido y matado por los vitaes —termina—. Pero es su hija, Mors. Y él y Alyssa acordaron que Live y tú fuerais sus padrinos.
—Lo sé... —mascullo. Mis pies, inquietos, se mueven de un lado al otro de la habitación—. ¿Está bien Alyssa?
—Sí, es la primera vez que la veo tan contenta desde diciembre —contesta Olympia—. Lleva meses intentando fingir que está bien, pero no se ha cumplido hasta hoy.
—¿Y ella sigue queriendo que yo sea padrino de su hija? —pregunto, sin saber muy bien si quiero saber la respuesta.
Olympia carraspea.
—De las pocas veces que hemos hablado de ello, sí —admite—. Ha insistido mucho en que sabe que la muerte de Chibale no fue ni tu culpa ni la de Live. Es consciente de que él se sacrificó por voluntad propia.
Suspiro de alivio.
—Aunque le ha ido bien estar alejada del mundo de los mortems y los vitaes en los últimos meses —añade Olympia—. Ha tenido un embarazo normal, dentro de lo que cabe, y no hemos tenido a ningún vitae cerca: todos estaban en su escondite cerca de Edmonds... En El Paraíso, esa casa donde se esconden todos. Seattle ha estado demasiado tranquila —dice, y suelta un soplido—. Después de lo ocurrido, todos los mortems se han ido de la ciudad, porque tu ausencia ya no los conduce aquí.
—Mejor, así todo el mundo ha estado más seguro, ¿no? —dejo ir.
Alyssa y Live habrán estado a salvo sin mortems merodeando cerca de ellas.
—Lo cierto es que sí —dice Olympia—. Pero, bueno, las únicas presencias sobrenaturales que Alyssa ha tenido a su alrededor hemos sido Carter y yo. No podíamos abandonarla.
No sé qué responder ante sus palabras, pues, para ser sincero conmigo mismo, me hacen sentir culpable. Pero tampoco es que tuviera otra opción: tenía que largarme de Seattle para poner distancia entre Live y yo. De no haber sido así, nos hubiéramos matado el uno al otro.
—¿Qué tal está Carter? —digo, cambiando un poco de tema.
—Bien. No se ha despegado de Destiny desde que ha nacido —dice ella, y aprecio una nota de alegría en su voz—. He tenido que decirle que dejara que la pobre Alyssa le diera el pecho, porque a él le encanta que se duerma en sus brazos, por lo que he podido ver en las últimas horas. Es tan adorable... —se le escapa.
Eso hace que se forme una pequeña sonrisa en mis labios al imaginarme la imagen de Carter con un bebé con la misma cara que Chibale en brazos.
—Siento no haber estado allí para Alyssa todo este tiempo —digo en voz alta—. Ni para vosotros. Pero ya sabéis que no podía arriesgarme a quedarme allí, cerca de Live, y matarla después de haberse convertido en la Vida pura.
—Mors, la última vez que me llamaste ya te dije que lo entendemos —intenta tranquilizarme ella con voz suave—. Carter y yo sabemos que la quieres. Incluso ella lo sabrá... —Su voz es casi un suspiro—. Y Alyssa también. Pero, aunque antes te he dicho que tu ausencia ha hecho que Seattle sea una ciudad más segura, te echamos de menos. Lo sabes, ¿verdad?
—Claro que sí —afirmo. Mis pies se detienen y dejo ir otro suspiro profundo—. Y yo a vosotros. Mucho —añado—. Y estar solo aquí me está matando lentamente.
—Mors... —empieza ella. Sin embargo, a lo lejos, escucho un llanto de bebé, lo cual la interrumpe—. Ay, Destiny tiene hambre y acaba de despertar a Alyssa. Y a todo el hospital —agrega.
—Olympia —digo—, quizá sea algo demasiado precipitado... Pero creo que es momento de volver a casa.
Por un momento, Olympia enmudece y solo escucho el llanto de Destiny.
—¿Estás seguro? —pregunta.
—No estoy seguro del todo —admito—. Pero sé que tengo la voluntad suficiente como para no ir detrás de Live. Además, ella vive a una distancia considerable de Seattle. Los vitaes se concentran cerca de Edmonds, así que eso pondrá las cosas más fáciles —concluyo—. Necesito ver a mi ahijada... —digo con un hilo de voz—. Por Chibale.
—Por Chibale —repite Olympia—. Se parece mucho a él, ya lo verás. Sobre todo sus ojos.
—Estoy deseando verla —digo, medio emocionado—. Y a vosotros.
—Yo también, Mors. De verdad, no sabes cuánto te necesitamos aquí...
—Pues mañana me tendréis allí —decido—. Voy a coger el primer vuelo a Seattle.
—¿Mañana ya? —dice ella, medio sorprendida e ilusionada.
—Sí, no quiero perderme ni un minuto más del crecimiento de Destiny. Ahora ella es mi responsabilidad también, siempre y cuando Alyssa me lo permita, claro —digo.
Desde el otro lado de la línea, escucho el sonido casi ensordecedor del grito que Olympia —sin éxito— trata de reprimir por la emoción.
—¡Voy a decírselo a Carter ahora mismo! —exclama.
—Espera, Olympia.
—¿Sí?
—Sé que te lo pregunto siempre, pero necesito saberlo —digo vacilando—. ¿Por casualidad has visto...? ¿Has visto a Live últimamente?
Treinta segundos de silencio por parte de mi mejor amiga llenan de vacío la línea telefónica.
—No... Llevo nueve meses sin verla, Mors —deja ir suavemente—. Igual que tú. Y Carter tampoco tiene noticias de ella. Parece que la tierra se haya tragado a los viates.
—Bueno, era solo para saber cómo estaba.
—¿No te has atrevido a llamarla todavía? —pregunta Olympia.
Cuando hui de Seattle y me instalé en Ciudad del Cabo, la capital de Sudáfrica, me cambié de teléfono, por lo que Live no tiene forma de contactar conmigo. Desde entonces, solo llamo a Carter y Olympia, con los cuales hablo una vez cada tres meses. Sin embargo, me sé el número de Live de memoria, pero nunca he tenido las agallas para siquiera marcarlo.
—No, no sé ni qué podría decirle —le confieso a Olympia—. Yo la maté, Olympia. Yo apreté aquel gatillo y, por mi culpa, se la llevaron y la obligaron a ser su líder —me lamento, con rabia en mi voz.
—No fue culpa tuya —intenta calmarme ella—. Cecilia de la Cruz la colocó delante de ella para que la bala alcanzara su corazón, ¿recuerdas?
—Y cómo olvidarlo... —murmuro.
No hay día en mi vida en el que no me acuerde de cómo los ojos del amor de mi vida, esos ojos verdes preciosos, se abrían por el dolor que le infundía la bala que yo había disparado.
—Tengo que irme, Mors. —Olympia me devuelve a la realidad—. Me alegro mucho de que hayamos hablado. Tengo muuuuuchas ganas de verte. Nos vemos mañana, ¿sí?
—Nos vemos mañana —repito.
—Te quiero, Mors.
—Te quiero, Olympia.
NOTA DE LA AUTORA:
¡Holaaa! Os dejo este capítulo extra con motivo de que estoy preparando la segunda parte de Hasta que la vida nos separe, por la cual estoy muy emocionada. Todavía estoy construyendo la estructura, pero ya tiene forma.
Iré informando de todo ello en mi Instagram: @ lailaemawattpad
Habrá nuevos personajes, nuevos conflictos y la misma intensidad de siempre. Ahora que Mors vuelve a Seattle para cuidar de la hija de Chibale, todo se va a enredar.
Me llena de curiosidad saber cómo ha ido evolucionando Live siendo la Vida pura en los últimos nueve meses, ¿y vosotros?
¡AAAAA QUÉ ILUSIÓN!😭
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro