36.- Latidos del corazón.
—Les apuesto cincuenta dólares a que será niño. —dice Dan en voz alta, captando la atención de todos.
Días habían pasado desde que había dado y recibido la noticia de mi inesperado embarazo, y apenas hasta ahora había conseguido estar más relajada y tranquila. Comenzaba a asimilar el hecho de que sería madre.
Y Corey el padre de mi bebé.
Ruedo los ojos cuando escucho a Dan someter la apuesta contra los demás. Río cuando veo a Summer y Claire analizando la situación, con rostro serio, pensando sobre el hecho si apostaban ellas también o no. Corey y yo reímos al ver sus rostros serios mientras que Drew se tapaba los ojos con su mano derecha y negaba con la cabeza.
Unos segundos pasaron en silencio, hasta que éste fue interrumpido.
—Apuesto otros cincuenta a que será niña —dice Drew, sorprendiéndonos a todos. Abro los ojos y llevo mis manos a la boca para retener mi risa—. Será igual a Corey, recuerden mis palabras.
Claire y Summer lo miran boquiabiertas, porque usualmente él no haría algo como eso, sino que solo se quedaría observando cómo los demás daban sus apuestas, para seguir negando con su cabeza, dando a entender lo infantiles que podrían ser, pero no. Esta vez decidió apoyar a Dan con sus locuras.
—Yo digo que será niña también —habla la castaña—. Cuarenta dólares.
—Sesenta a que será hombre —sigue la rubia—. Y que será rubio como su tía. Y si no, lo teñimos.
Tomo mi vientre con mis manos mientras me reía; los demás me veían serios. Se lo estaban tomando en serio. Decido parar porque era la única riéndome. Carraspeo, tragando mis risas y pongo mi mejor cara de póker, apretando mis labios en una línea, intentando contenerme.
—Cien dólares. Será una niña —habla Corey—. Mi niña. —susurra lo último con la mirada perdida y una pequeña sonrisa trazada en sus labios.
—¿Ahora todos tenemos que apostar? Porque si es el caso, yo quiero que sea niño, pero me conformo con que esté sano cuando nazca. Al parecer son tres contra tres. —alzo una ceja viendo a todos.
Todos sonreímos para después mirar mi abdomen plano. Me siento un poco cohibida, porque todavía no se notaba que estaba embarazada, pero sabíamos que ahí estaba, desarrollándose.
Dan se acerca a mí con lentitud y con una timidez poco común en él. Inclino mi cabeza, curiosa por lo que dirá ahora. Me acomodo en mi asiento, recostándome un poco en el brazo del sillón y poniendo una pierna derecha encima de las de Summer, quien se encontraba sentada a un lado mío.
Cuando por fin está frente a mí, se pone en cuclillas, mirando con fijeza mi vientre. Su mirada destellaba algo que no podía descifrar, y cuando alzó su mano, mi corazón se aceleró, pero antes de hacer cualquier cosa, se detiene.
—¿Puedo? —pide permiso para acariciarme. Sus ojos son cautelosos, no sabiendo qué esperar de mí. Paso la mirada por todos los demás, expectantes a escuchar mi contestación.
—Claro. —asiento en respuesta, viéndolo fijamente, captando con atención sus movimientos.
A pesar de no tener barriga aún, no le importó. Todos le veíamos con una sonrisa en nuestros labios cuando Dan por fin frotó su mano en mi estómago con tanta delicadeza, como si no quisiera herir lo que cargaba dentro.
Después de estar repitiendo el movimiento unos segundos, decide llevar su cabeza a mi vientre y recargarla, posando su oído sobre esta, como si quisiera captar algún sonido proveniente desde dentro.
—Apenas me he enterado de ti y siento que ya te quiero, ¿es eso posible? —habla despacio, transmitiendo sus palabras a mi bebé.
Eso logra que los ojos se me llenen de agua, el pecho se me oprima y mi corazón que se derrita.
Todos han logrado escucharle, pero eso a él no le molestó ni avergonzó. Poso mi mirada sobre Corey, que estaba situado frente a mí, con Drew a su lado, el segundo viendo las acciones de Dan con atención junto a las chicas.
Él me sonríe cuando me atrapa viéndolo, y formulo con mis palabras un "te quiero" el cual él me regresa haciendo lo mismo.
Poco a poco, cuando Dan se levantó, dejando un beso por encima de la tela de mi blusa, en mi abdomen, Summer estrecha su mano y me acaricia también. Después siguiéndole con los demás, hasta terminar con Corey.
Cada quien repetía los mismos movimientos, haciendo que mis emociones se encuentren entre sí, dando por resultado un estado muy sentimental en mí, más la piel de gallina.
—Basta, chicos, me harán llorar. —les advierto en medio de una risa pequeña, pero ya era demasiado tarde. Ya estaba limpiando una lágrima de mi mejilla.
De tan solo saber que él o ella sería bien recibido al mundo, con amor que le sobraría, me doy por bien servida, porque aunque yo tal vez no tuve la mejor familia, sé que mi bebé sí la tendría.
La mejor de todas.
—Chicos, verán, tengo otra cosa que comentarles —comienzo a hablar, interrumpiendo la charla que había comenzado. Todos me miran con curiosidad—. Mañana tengo una cita en la clínica...
De pronto me pongo nerviosa y comienzo a revolver mis manos entre sí, porque si los invitaba a donde debía ir, tal vez me rechazarían. Y claramente, no quería eso.
—Vamos, Soli. No puedes salir embarazada de nuevo, —dice Dan sonriendo, entonces sus gestos se convierten a unos de incredulidad— a menos que sean gemelos.
Abro mis ojos por la insinuación, pero alzo mis manos, negando la teoría que había formado.
Con uno estaba bien, muchas gracias.
—No es eso —me río al ver la cara de todos. Me tranquilizo—. Mañana tengo la cita en la clínica, pero será porque tendré mi primera ecografía, y me preguntaba, ya saben...si ustedes querrían venir conmigo.
Mis palabras son torpes por el nerviosismo que me conllevó invitarlos a algo tan importante, para luego —posiblemente— ser rechazada. El rostro de todos se ilumina en cuanto comparto mi propuesta con ellos.
—¿Hablas en serio? —me pregunta Drew, incrédulo ante mis palabras.
—Sí, pero si ustedes no quieren ir, yo lo compren-
—¡Pero claro que queremos ir! —Claire grita de la emoción, interrumpiéndome— No nos la perderíamos por nada del mundo. —paso mi mirada por todos, y me enfoco en el rostro de Corey en especial. Todos asentían, emocionados.
Dejo salir el aire que guardaba en mis pulmones porque por un momento estuve segura de que me negarían la invitación y terminaría yendo sola, pero al parecer, la compañía ahora me sobraría. Ahora solo tendríamos que acomodarnos dentro del cuarto de la clínica de manera estratégica.
Esbozo una sonrisa abierta.
—Gracias, chicos. —susurré con una sonrisa.
***
Corey
Me regreso a casa después de estar un rato más con los chicos, dejando a Soli y Summer de paso en su apartamento.
No tenía idea que ella mañana tendría la primera ecografía de nuestro bebé, y tampoco podía pensar en alguna razón por la cual Soli no me había dicho antes que a los demás.
Bueno, al menos nos dijo, porque siendo Soli, lo más seguro es que hubiera ido sola y nos diera la noticia después. Así que solo me quedaba ser agradecido porque lo haya mencionado.
Ahora todos conoceríamos al bebé.
La emoción claramente estaba reflejada en los demás, más que nada en Dan y Claire, quienes no dejaban de parlotear —o discutir, realmente— al respecto sobre el hecho que tenía tantas posibilidades para ser niño como niña.
Verlos a todos sonrientes y contentos por la noticia me hace sentir más que satisfecho, porque sé que la quieren desde ya. Sí, yo esperaba que fuera niña. Ya hasta tenía su nombre planeado en caso que sí lo fuera. Solo faltaba que Soli estuviera de acuerdo con él. Tal vez me estaba adelantando, pero no me importaba.
Mamá y el abuelo aún no sabían sobre la noticia que uno se convertiría en abuela y otro en bisabuelo. No había tenido la oportunidad —o valor, como mejor quede— de decirles. No sé cómo se lo tomarían, pero hoy obtendría mi reacción, ya sea buena o mala.
Entro a mi casa y cierro con llave la puerta, tomando mi teléfono y dirigiéndome hacia la cocina para servirme un vaso con agua, porque de pronto hacía calor y tenía mucha sed. Tomo el agua de cuatro tragos grandes que terminaron por calmarme un poco, para después tomar una grande respiración y presionar sobre el nombre de mi madre, para marcarle. No tarda mucho en contestar, ya que ahora tenía más tiempo libre.
—Hola, corazón, ¿qué pasa? —responde con voz melosa al otro lado de la línea.
El aire parece no querer llegar a mis pulmones. Culpo mi enfermedad, aunque bien sabía que ésta no era la culpable. Solo era una excusa para tapar la ansiedad que me había inundado en el momento.
—Hola, má...—cierro los ojos y me relajo antes de hablar de nuevo—. Te hablé porque ocupo decirte algo...—mi tono suena como si fuera a darle una mala noticia aunque ésta no la fuera. Al menos no para mí.
Me río nervioso y rasco la cicatriz que tengo en la parte trasera de mi cabeza.
Era cierto, Claire y Summer tenían razón. Siempre la rasco cuando estaba nervioso.
—Bien, ¿y qué es? —el suspenso se escuchaba en su voz, teñida también por la curiosidad y una pizca de temor.
—¿Quieres la buena o mala noticia primero? Bueno, no importa, las diré al mismo tiempo —hablo con una rapidez impresionante—. Ya dirás tú si el agradable o no.
Se ríe.
—¿Cómo harás eso? No creo que después de lo que ya sabemos, ésta sea peor, ¿o sí?
Ahí estaba, ese tema saliendo a la luz de nuevo. Su voz se cortó cuando lo pronunció, pero intentó aligerar el ambiente notablemente tenso que se había formado a través de la línea. Me río con sequedad.
—Bueno, eso depende de cómo te sientas si alguien pequeñito comience a llamarte "abuela"...
Silencio.
Más silencio.
—¿Lo dices en serio? —Suena incrédula— Corey Adam Lester, no te atrevas a jugar con algo así —oh, no. El nombre completo no era buena señal; nunca lo era—. No me ilusiones con tal cosa —se le escapa un sollozo. Dime que no mientes, por favor, porque si lo haces y es una broma, no es una de la cual reírse.
Sonrío y la imagino frente a mí, con su rostro consternado y sus ojos azules rojos por las lágrimas acumuladas en ellos.
—Lo prometo, mamá. No es una broma.
—Júralo. Júramelo por tu padre.
Me tenso de pies a cabeza.
—Lo juro.
La llamada terminó minutos después, con llanto de alegría y con exigencias de querer conocer a la mujer de mis sueños. Algún día debían conocerse y qué mejor excusa para darle a Soli para que sucediera pronto, pues de otra manera, tardaría toda mi vida tratando de convencerla.
No mucho después, cuando me levanto del taburete en que me encontraba sentado, un mareo me llega tan de pronto, causando que solo atinara a detenerme cuando llevaba apenas unos pasos, pero no pasaron muchos segundos cuando se intensificó.
Y lo único que sentí después fue lo helado del piso contra mi mejilla. Todo se había tornado oscuro.
***
—Sí, comenzaré a tomar mis vitaminas con regularidad y a alimentarme mejor —ruedo los ojos por los ojos escudriñadores de Soli—. Solo se me bajaron las defensas, es todo, cariño.
Achica sus ojos, analizándome.
—Corey, eres anémico. No puedes ir por la vida descuidándote con esa enfermedad. Debes poner alarmas para recordarte que debes tomar tus vitaminas y medicamentos...y también dejar de comer tanta comida rápida que no te nutre para nada. —la miro con una sonrisa burlona, porque era demasiado linda cuando estaba así.
Ya hasta sonaba igual de consternada que Claire, pero nadie le ganaría el premio del dramatismo. Ella se llevaba el primer lugar.
Ensancho mi sonrisa.
—Ya hasta suenas como una madre, cariño —me río cuando blanquea los ojos—. Te dije que serías una buena mamá, bonita. —tomo unos pasos cerca de ella y le robo un beso, porque si no lo hacía rápido, terminaría rechazándome.
Frunce el ceño y presiono mi dedo índice contra su frente.
—Eh, eso no es chistoso. —se cruza de brazos, inquiriendo una pose digna de ser fotografiada.
—Claro que sí, pero gruñona te quiero igual.
—Sí, sí. Luego retomaremos la charla, porque ahora se nos hace tarde para mi cita en la clínica.
Asiento, aún con mi sonrisa altanera, pero la mención que ya estaríamos por irnos a la clínica, para ver la primera ecografía de mi pequeña me aceleró el corazón.
Llamamos a los chicos para que se apuraran en llegar a mi casa, pero conociéndolos, todos vendrían con algo para darme hoy. Siempre era la misma.
Querían sorprenderme, pero eran tan predecibles y tan malos para mentir —todos menos Drew, claro—, que siempre terminaba por fingir la sorpresa y así satisfacer a los otros tres. Era divertido hacerlo, de todos modos.
Soli ya se estaba impacientando por la tardanza de los demás, pero sabría que en cualquier minuto entrarían por la puerta con sus voces desentonadas. Podrían llegar tarde a cualquier parte, pero nunca a algo tan importante como esto.
No se lo perdonarían por nada del mundo y vivirían pidiéndonos perdón por el resto de nuestras vidas.
—¡Ya llegamos! —se escucha el grito de Summer por toda la casa. Esa mujer tenía la voz tan potente que si se lo proponía, podría dejarte sordo con facilidad.
Soli se levantó en cuanto escuchó su voz y el rostro se le iluminó. Estaba emocionada.
Diviso globos azules en la mano de Dan y otros rosas en la mano de Claire. Oh, la rivalidad.
Espero ver otros más en las manos de Drew o Summer, pero esos eran los únicos que traían consigo. Frunzo el ceño porque además de eso, solo traían dos peluches, uno color rosa y otro azul, mas una caja de chocolates.
Ahora sí estaba sorprendido.
—Como no sabemos todavía qué será, trajimos peluches y globos de diferentes colores. —explicó la castaña.
—Pero ya sabemos que será hombrecito, así que dame tu dinero de una buena vez —exige Dan. Ambos se miran con los ojos achicados. Soli ríe.
—Lamentablemente, es muy pronto para saber si será niña o niño, así que ambos tendrán que esperar unos meses más.
Sincronizados, los chicos suspiran con lamento mientras veían todo lo que habían comprado.
—¿No se olvidan de alguien? —pregunto, apuntándome. Posan sus ojos en mí y los abren con sorpresa al recordar— ¿No hay nada para mí?
El rostro de las chicas se tornan rojos por la vergüenza porque nunca se habían olvidado de mi cumpleaños, mientras que Soli no entendía la razón de mi pregunta.
Cierto, no le había dicho.
Dan se acerca a mí y con una sonrisa inocente me tiende los globos azules. El mensaje "It's a boy!" se lee en unos de ellos. Suelto mi carcajada mientras tomo la caja de chocolates que me ofrecen.
—¿Qué te podemos decir? Te han destronado el día de hoy, campeón —Drew se burla de mí—. La nena te ha robado la atención —y es cuando me abraza con fuerza—. Feliz cumpleaños, hermano. Te quiero.
—¡Que es niño! —Dan grita acompañado de la rubia. Segundos después ellos también me reciben en un abrazo, hasta terminar con Soli, que seguía perpleja al no saber la noticia.
—Hablaremos de esto después también...—y me apunta con su dedo índice.
***
Estábamos todos arrinconados en la habitación de la clínica esperando que la doctora llegara para empezar con la ecografía. Estaría demás mencionar que estaba nervioso, como los demás, pero nadie como Soli, que revolvía sus manos con impaciencia.
Cuando la doctora Matthews entró por la puerta del cuarto, se quedó quieta al vernos todos amontonados, pero terminó riéndose al vernos a todos igual de nerviosos, como si los seis de nosotros fuéramos los padres del bebé.
—¿Quiénes son los padres? —pregunta con una sonrisa ladina después de saludarnos y ponerse los guantes de látex. Soli y yo alzamos nuestras manos con cuidado.
Le pidió a Soli que se recostara sobre la cama que estaba situada en medio de la habitación mientras le decía que se relajara porque no había nada de qué temer. Nos explicó el procedimiento cuando al mismo tiempo encendía el monitor en donde dijo que podríamos ver al bebé.
Los siguientes momentos puedo jurar que pasaron en cámara lenta, cuando la doctora subió la blusa de Soli, para advertirle que después pondría un gel encima para poder hacer la tarea más fácil, o para lo que sea que sirviera. No presté mucha atención.
—Aquí vamos...
La mujer tomó un aparato al cual no detalle, puesto que mi atención estaba sobre la pantalla. La mujer, comenzó a menearlo por el vientre de Soli, y no lo pensé mucho para colocarme a su lado y tomarla de la mano mientras todos manteníamos nuestras miradas fijas en el monitor, esperando ver algo.
Y entonces lo oímos.
Los latidos del corazón de nuestro bebé llenaban el silencio que se había formado en el cuarto. Éstos eran rápidos, pero nunca podría escuchar al tan especial como aquello, porque aunque pudiera escuchar los latidos de otras personas, ninguna se compararía con ésta.
Me fue inevitable que mis ojos no se llenaran de lágrimas. Deposité un beso en los labios de Soli, el cual ella me recibió gustosa mientras apretaba su mano entre la mía. Limpio con el dorso de mi mano una lágrima que se había escapado de mi ojo mientras reía como loco en medio de un leve llanto.
A los segundos también escuché los sollozos de las chicas, las cuales se abrazaban, con los ojos fijos en la pantalla aún. Los chicos, en cambio, no formulaban algún sonido, solo estaban ahí, como estatuas escuchando y viendo la pantalla en donde apenas se distinguía la figura pequeña de nuestra niña.
Conforme la doctora explicaba los signos vitales y nos guiaba por la silueta de la ecografía, apuntando dónde se encontraba su cabeza y demás, no podía dejar de observar el perfil de la mujer por la que caí de inmediato en cuanto la ví.
Detallé su sonrisa y sus ojos hinchados. Noté cómo veía a nuestro hijo para después verme a mí y regalarme la sonrisa más hermosa que puede existir en el mundo, o al menos en el mío.
Y entonces lo supe. Supe que quería pasar el resto de mis días con ella.
***
¿Y ustedes qué piensan que será? ¿Niño o niña?
Espero les haya gustado el capítulo nuevo, que ha terminado de una forma interesante :)
Un besito :*
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