Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

24.- Locamente.

Aún recuerdo cuando recién había conocido al sr. Charlie, cuando yo esperaba poder ayudarlo a encontrar ese alguien que pudiera ser el pilar que él necesitaba cuando su esposa había fallecido y no tenía nadie en quién recargarse. Tiempo después, lo ayudé con mi cometido; conoció a una hija de la cual no tenía idea que existía y que en el paquete se le sumó un nieto: Corey.

También recuerdo querer ser con desespero el pilar de alguien y yo en verdad quise haber sido ese pilar que él necesitaba y tal vez, sí lo fui por un tiempo, pero de lo que yo no había caído en cuenta es que la que en realidad, la persona que realmente ocupaba uno con desesperación era yo. Usualmente, mi pilar siempre había sido Grace, era ella quien me sostenía, pero cuando me mudé, no realicé que ya no tenía a nadie que ocupara su lugar. Era la única persona que me entendía y sabía lo que verdaderamente sucedía con mi corazón.

No hasta el día de ayer. Lo que sucedió la noche anterior causó que me derrumbara tanto y que mis heridas ardieran hasta un punto que causaran otras pocas con el fuego de éstas mismas, que la única persona que pudo sostenerme fue él, Corey.

Cuando desperté, pude darme cuenta que ya no estábamos en nuestra posición inicial, sino que de alguna manera estábamos acostados en los asientos, abrazados el uno del otro. También observé que él ya estaba más que despierto, pero sin embargo se había quedado ahí, esperando a que yo despertara.

Me acurruqué en su pecho y Corey me estrechó aún más contra él, mientras que, por milésima vez, me besaba la frente.

—Lo siento tanto —dije con voz ronca, evitando que un sollozo saliera de mi garganta, ya que aún tenía ganas de llorar—. Nunca quise que de entre todas las personas, fueras tú el que presenciara lo de anoche.

—Bonita, ¿por qué no me lo dijiste? —Nos separó levemente, solo lo suficiente para poder vernos a los ojos.

Y como si me picara el asiento, me levanto con las pocas fuerzas que puedo reunir y me acomodo como puedo para sentarme, con él siguiéndome el ritmo. Sin querer darle la cara, escondo mi rostro en su cuello e inspiro su olor. Una mezcla de su perfume con un toque del olor a cigarrillo.

—Me mudé a Chicago solamente por una cosa, para empezar de nuevo, no para recordar lo que me había llevado hasta allá —digo. Me tomo unos segundos para separarme de él y enfrentarlo—. Nunca quise que esto saliera a la luz; simplemente quería enterrarlo y olvidarlo para siempre, pero después de lo que pasó, creo que no será posible.

Por un par de meses creí haber hecho eso mismo, pero mi pasado será algo con lo que tendré que cargar por siempre. Algo con lo que, tarde o temprano, tendré que aprender a vivir.

—Siempre supe que algo te había llevado a Chicago, sabía que aquellos ojos tuyos tan apagados tenían un pasado doloroso —mientras recita aquellas palabras, mira a la nada, recordando—. Y cuando noté que las chicas estaban distraídas y preocupadas, vinieron a mí y me lo contaron todo. Si yo tan solo...si yo me hubiera enterado de esto antes, habría venido contigo desde el día uno.

Al escuchar su confesión, la molestia inundó mi cuerpo unos segundos; Summer y Claire no tenían el derecho de haberle contado lo que yo con tanta dificultad les había dicho, pero en realidad eso no importó mucho. No ahora, con este problema recién sucedido. Después de todo, gracias a que ellas le hayan contado a Corey sobre mi pasado, él estaba aquí, conmigo. Si no hubiera sido por ellas, probablemente...no sé. No sé qué hubiera pasado conmigo.

—¿Hubieras venido después de aquella noche en que te lastimé? —Susurro, con un nudo en la garganta de tan solo recordar lo que pasó entre nosotros—¿Hubieras venido después de haberte alejado con mis palabras?

Me mira con intensidad y logro ver una chispa de tristeza en sus orbes azules. La misma que había notado desde que había llegado. Alza sus brazos y con cuidado y delicadeza posa sus manos en mis mejillas mientras me daba un pequeño masaje con sus pulgares; junta nuestras frentes y exhala por la nariz, juntando después las nuestras. Cierro mis ojos instintivamente, justo como él.

—Es horrible verte con los ojos hinchados, cariño, pero es aún peor haberte visto llorar de aquella manera, con el dolor inundando tus facciones y no poder hacer nada al respecto. —lo abrazo de inmediato, con fuerza. Tal vez tratando de decirle con aquella acción que no me dejara.

—Eso no responde mi pregunta. —digo contra su cuello, erizando su piel.

Nuevamente me separa de él.

—¿Qué si hubiera venido después de eso? —habla despacio, saboreando las palabras en su boca. Una sonrisa pequeña y triste se asoma por sus labios— Sí. La respuesta es que sí hubiera venido, porque yo pretendo cumplir las palabras que dije. Yo pretendo perseguirte y es exactamente lo que hice ahora, aun así me hayas dicho lo contrario, ¿pero sabes qué? No me importa. No me importa porque sé que tú sientes algo por mí, al igual que yo lo siento por ti, cariño. Y no pararé hasta que me digas que no me quieres. Asi que Soli, si quieres que deje de perseguirte, dime que no lo haces, y yo me apartaré en cuanto esas palabras salgan de tus labios.

Sus palabras me han dejado sin aliento y me descontrolaron la respiración. No sé qué decir. El recuerdo de mi misma diciéndole que yo no quería que lo hiciera regresa a mi mente, y por un momento trato de convencerme a mi misma que eso en verdad es lo que quiero. Parece por unos segundos que mi cerebro lo digiere, pero mi corazón no opinaba lo mismo.

Si le decía en este momento que no le quería, serían palabras completamente huecas, palabras enteramente forzadas por mi lengua —y tal vez cabeza—, intentando hacer la mentira más creíble, para él, pero más que nada para mí, retirando el hecho que ya haya especulado estar enamorada del chico que tenía frente a mí. Era una batalla tan difícil, y tendría que decidir de qué lado luchar: si del lado en donde estaba completamente sola, o del lado en donde él lo hacía conmigo.

Pero la pregunta realmente era una: ¿En realidad estoy dispuesta a que él dejara de perseguirme? No, me corrijo. ¿En realidad quería que él dejara de hacerlo?

***

No mucho más pasó después de eso.

Estaría demás decir volví a poner un pie dentro de aquella casa en donde, hace hasta un par de meses hacía llamar "hogar", porque no lo hice. Estuve todo el día refundida en casa de Grace, con Corey a mi lado.

Le había llamado a Sean, pidiéndole de favor que trajera mis cosas a casa de nuestra prima. Él accedió sin rechistar, diciéndome que él ya había guardado todo en la maleta y que ya estaba por venir a dejármela. Su gesto me sorprendió bastante, puesto que él nunca había sido tan considerado conmigo, hasta ahora. Muy en el fondo, el tener a un hermano mayor que cuidara de mí, me tenía completamente extrañada y feliz al mismo tiempo.

Miro con detenimiento al par que tengo en frente, con una sonrisa diminuta en mi boca. Grace no dejaba de hacerle preguntas de todo tipo, básicamente lo estaba interrogando, mientras que Corey le contestaba con una sonrisa orgullosa en su rostro. Sabía por lo que estaba pasando, y estaba más relajado de lo que me gustaría, pero de seguro ya había tenido más interrogatorios de los que puedo contar con todos nuestros dedos de las manos. Conforme los observo, recuerdo lo sucedido hace apenas unas horas, en donde él rogaba por una respuesta y en la cual yo no le daba ninguna.

Él me había dicho que le diera la respuesta hoy, más tarde, pero primero tenía que decidir lo que quería, y creo que ya había llegado a una conclusión.

—Creo que ya no quedará más de él si lo sigues mirando como lo haces ahora, hermanita. —doy un respingo en mi lugar al escuchar el comentario de Sean en mi oído. Lo volteo a ver y diviso sus ojos burlones en mi rostro.

—¿Cuándo llegaste? —le pregunto, evitando sus palabras.

—Hace como tres minutos, pero eso bastó para poder observarte mirarlo con tanto anhelo —se burla una vez más—. Por cierto, Scotty ya viene con tu maleta, solo que está tardando un poco porque solo tiene un brazo bueno...espera, ya está aquí. —se dirige a nuestro hermano pequeño y decide ahora echarle una mano, literalmente.

¿En qué juicio sano dejas que tu hermano menor, con solo un brazo funcional cargue con una maleta pesada? Tal vez solo Sean era capaz de razonar así. Solo niego con burla al verlos pelear por la maleta.

Me pongo en pie y me apuro en abrazar a Scott, el cual extrañé con desespero, aun cuando solo lo haya visto hasta anoche. Él me devuelve el abrazo y deposita un beso en mi mejilla, para después separarse de mí. Al parecer algo más interesante se encontraba detrás.

—¿Quién es él, Soli? —pregunta con ojos curiosos. Yo, por segunda vez, me asusto al no haber sentido su presencia detrás de mí. Me enderezo y Corey se posa a mi lado.

—Sí, Soli, dinos quién es este...amigo tuyo. —continúa Sean, pero ahora con un poco de recelo en sus ojos al verlo tan cerca. Se acerca significativamente hasta él y puedo notar que son casi del mismo tamaño, mi hermano siendo unos centímetros más alto que él.

El nerviosismo comienza a apoderarse de mi cuerpo y balbuceo repetidamente al no saber lo que decir. Sean usualmente es alguien serio, en veces un poco bromista, pero cuando se lo propone, puede ser muy intimidante.

—Yo...él —empiezo a hablar sin saber qué decir, y cuando quiero decir otra cosa, me interrumpen.

—Hola, yo soy Corey, su novio. —una de sus ya típicas sonrisas ilumina su rostro mientras toma mi mano derecha y la entrelaza con la suya. Por un segundo el rostro se le descompone a mi hermano mayor, mientras que al menor se le llena de emoción.

—¿Tú eres Corey? Ya quería conocerte, Soli habla mucho de ti y quería conocer a su novio —comienza a hablar Scott. Se me había olvidado que él era un bocaza—. ¿Por qué dijiste que no era tu novio, Soli?

Ahora, a la que se le descompuso el rostro fue a mí mientras soltaba una risa nerviosa con la cual Grace me acompañaba.

—Así que hablas de mí, cariño, ¿eh? —el castaño me mira con diversión en sus ojos, para después besar mi sien rápidamente.

—Aléjate de mi hermana, hombre. Tú y yo tenemos qué hablar. Ahora —dice Sean y lo apunta con su dedo índice—. ¿Tienes malas intenciones con mi hermana? —pregunta de repente, mirándolo con intensidad y empujándolo con su mano hacia el sillón. Grace y yo nos miramos, ella riendo y yo aterrada. No perdemos más tiempo y nos sentamos frente a ellos.

—Solo las mejores.

—¿Llevan mucho tiempo saliendo?

—Apenas unos días.

—¿La quieres?

—Bastante, sí —mientras dijo eso, volteó a verme, con una sonrisa tierna—. Demasiado.

—¿Estás enamorado de Soli? —Sean lo escudriña con la mirada, sin importar que nosotras estemos presentes. A mí se me acelera el corazón mientras todos estamos esperando por su respuesta.

—Locamente.

Con esa sola palabra, logra descomponerme, pero de la buena forma. Comienzo a toser y Grace rápidamente me da golpecitos en la espalda para calmarme. Me mira enormemente feliz y yo solo me asusto al escuchar su respuesta. Me pregunta si estaba bien, a lo que respondía que lo estaba.

—¿Sabes que si le haces daño te cortaré las pelotas?

—Por supuesto. —mi hermano se queda pensando unos segundos, mientras analizaba todo, y a él también. La tensión es palpable, o al menos para mí, porque yo soy la única nerviosa dentro de esta casa. Casi podría gritarle a Sean que diga lo que piensa, pero se me adelanta.

—Bienvenido, hermano.

Podría casi gritar de la frustración que siento ahora mimo. Sé que Corey es tal vez el hombre más tierno y bueno que podría conocer en la vida, y eso solo logra asustarme más, porque sé que él va en serio, pero más me sorprendió el hecho que Sean lo haya aceptado tan abiertamente y con tan solo unas cuantas preguntas. Fueron pocas, pero directas al grano. No sé lo que haya visto en Corey para que confiara en él, pero entre hombres se conocían y entendían.

Sé que pude haber desmentido el que haya dicho que era mi novio, pero por alguna razón, no lo hice.

No quise.

Poco después de pasar un tiempo más charlando entre todos y haber comido, mis hermanos se fueron, y yo aproveché ese momento para, obviamente, despedirlos ya que mañana por la mañana nos iríamos de vuelta a Chicago. Tengo ahora la seguridad que Scott está perfectamente bien y después de unos días me hicieron entrar en la cabeza que un brazo roto no era algo para preocuparse demasiado.

Cuando veo el carro desaparecer de mi vista, me enfoco en el chico de la hermosa sonrisa, como han dicho en la ciudad y como he comprobado en estos meses. Me acerco a él y lo tomo de las manos, entrelazándolas, regalándole una sonrisa genuina. Últimamente lo he estado haciendo más seguido cuando él estaba alrededor.

—¿No mentías con tus respuestas? —pregunto un poco dudosa.

—Para nada, cariño.

Expando mi sonrisa.

—¿Locamente?

Sabe a lo que me refiero. El ríe conmigo y se inclina y en mis labios susurra su respuesta.

—Locamente.

***

¡Sorpresa! He querido subir este capítulo por un par de días, pero para eso tendría que terminar otro que tenía empezado.

Todavía falta bastante para concluir con esta historia, pero no quiero que pase mucho tiempo para terminarla, asi que trataré de actualizar más seguido.

¡Hasta mañana!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro