Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19.- Pedazos rotos.

—¡Soli, más te vale tirar todas estas rosas o yo lo haré por ti! —me asusta el grito frustrado de Summer.

Me río ante su petición pero en realidad no podía culparla. Son muchas rosas. No había pasado tanto tiempo, pero sí bastante como para juntar cuarenta y una de ellas.

Sí, las he contado.

Había veces en las que Corey realmente se pasaba de listo, dándome más de una rosa al día, algunas veces llegando a darme seis, recibiendo cada una a horas distintas. La mayoría de ellas ya empezaban a marchitarse, pero me negaba a tirarlas a la basura o siquiera regalarlas. Summer ya había llegado hasta la coronilla con tanta rosa y en verdad a veces yo también me frustraba un poco al recibir tantas de ellas y no hallar más floreros en dónde ponerlas. En cada esquina de mi recámara había rosas, en la mesita de noche al lado de mi cama, arriba de la taza del baño estaba un pequeño florero como decoración; en la cocina estaba otro florero, en la ventana que estaba justo por encima del lavatrastos, en la mesa del comedor había otro florero y en cada mueble de la casa, realmente. El apartamento estaba que explotaba de rosas.

Jamás había comprado tantos floreros. Jamás me habían regalado tantas rosas.

Me acomodo en el sofá y estiro mis piernas a lo largo de éste, viendo a Summer caminando de un lado para otro, de aquí a allá, apurada. Entraba a su habitación con un atuendo y salía de este con uno diferente. Resultaba que hoy tenía una cita y estaba más que nerviosa y alterada y gracias a ello culpaba a mis rosas.

—¿Esto te dice que soy muy ofrecida o este de dice que soy muy mojigata? —alza entre sus manos dos cambios de ropa completamente distintos a la altura de su cabeza. Solo río ante su pregunta— Quiero algo que diga que puedo ser divertida pero que sé controlarme a la vez, ¿me entiendes? —Sonríe con picardía— ¿Sabes qué? Ya tengo el atuendo perfecto. Gracias por ayudarme, Soli, eres la mejor.

Viene rápidamente hacia mi y me estruja entre sus brazos para después salir corriendo a su habitación una vez más.

—¡Denada! —le grito en respuesta mientras tuerzo los ojos con diversión. No había hecho nada. Ella sola se respondía sus preguntas, ni siquiera me había dejado hablar en ninguna ocasión.

Unos momentos después de escuchar cómo saqueaba su clóset y destruía su cuarto en busca de algo "decente y divertido" como había dicho ella, centro mis ojos en la serie que estaban dando en la televisión con un plato con palomitas entre mis manos.

Básicamente la serie era sobre un ladrón y falsificador de arte que trabajaba con el FBI. Hasta ahora no me había perdido ningún capítulo de ella, estaba muy buena y el protagonista tenía cara de ángel. No me quejaba mucho por la vista, a decir verdad...era bastante linda. Conforme el capítulo transcurría, solo me levantaba para rellenar mi plato con más palomitas o para checar cómo iba Summer. La última parte del capítulo estaba pasando y me quedé tan centrada en él que no escuché cuando alguien había entrado por la puerta principal.

—Qué bombón. —dice Claire a mi lado llevándose un puño de palomitas a la boca mientras veía la televisión junto a mí. Ya me había acostumbrado al hecho de poder tener a cualquiera de los chicos dentro del apartamento en el momento más inesperado o junto a mi cuando no me daba cuenta, justo como ahora. Una vez hasta me vieron semidesnuda, cuando yo salía del baño, recién salida de una ducha. Justamente ese día se me ocurrió no meter un cambio conmigo, pero no me di cuenta de su presencia hasta que Dan me saludó animadamente, como si yo estuviera completamente vestida.

Desde ese día siempre llevo un cambio conmigo al baño cuando me ducho. Nunca sabía cuándo estarían ellos aquí.

—Lo sé —suspiro ensoñada—. Pero yo lo vi primero. —ella solo alza sus manos a modo de paz, riéndose.

—Bien, yo solo apuntaba un hecho. Pero en fin, ¿cómo está Summer?

—Histérica. —responde la rubia saliendo de su habitación, terminando de bajar una blusa blanca que acaba de ponerse.

—¿Divertida pero con control para la primera cita? Me gusta. —Claire se levanta del sillón para analizar lo que trae puesto.

—Sabía que este atuendo era el adecuado, maldita sea —dice, orgullosa—. Bueno, todavía me faltan algunos detalles y estaré lista. Ocupo su ayuda. —toma nuestras muñecas y empieza a arrastrarnos a su habitación cuando empiezan a tocar la puerta.

No podría ser uno de los chicos ya que ellos siempre usaban la llave que llevaban con ellos, asi que eso solo deja que, o sea la madre de Summer, Jack o la cita de la misma. Les digo a las chicas que abriría la puerta y que en un momento las alcanzaría. Hago mi camino a la puerta, abriéndola, encontrándome con Jack. Venía todos los días a nuestro apartamento, con un solo propósito: entregar las rosas que Corey me mandaba. Era el pequeño mandadero del castaño, y digo pequeño, porque bueno, tiene siete años. Me agacho para quedar a su altura.

—¡Hola, Jack! ¿Tienes algo para mi hoy? —le pregunto aun sabiendo la respuesta.

—Aquí está tu flor. —la extiende y yo la tomo, con una sonrisa surcando mis labios. Él simplemente se marcha después de entregar la flor, no importa si sea yo o no quien la reciba. Cierro la puerta detrás de mí mientras analizo la rosa, como con todas. Se había hecho una manía hacerlo. Ésta vez venía con una nota y frunzo mi ceño ante eso. Hasta ahora no me había dado una con nota, a excepción de la primera que me dio.

Camino hasta la recámara de Summer, con mis ojos aún puestos sobre el papel doblado descuidadamente por la mitad que llevo entre mis manos. Atravieso la puerta y me siento directamente en el colchón sin darme cuenta que dos pares de ojos ahora estaban puestos sobre mí.

—Por Dios. Si Corey sigue mandándote rosas lo ahorcaré —habla la rubia—. No me lo tomen a mal, quiero al chico pero a veces puede ser muy insistente. —continúa, terminando de aplicarse rímel sobre las pestañas.

No le tomo mucha importancia a lo que dicen después de eso ya que desdoblo el papel y veo que está escrito con letra redonda que me reuniera con él hoy, en su casa, a las doce de la mañana. Rápidamente la sonrisa que llevaba en mis labios se desvanece. No, no puedo ir. No debo ir. No puedo darle más razones para que piense que puedo corresponderle.

—Deberías ir. —me dice Claire, ahora asustándome. Se sentó a mi lado y leyó lo que decía la pequeña nota. Volteo a mi derecha, encontrándome con sus ojos curiosos.

—Tiene razón, Soli. Yo creo que es buena idea ir, ¿no lo crees? —ahora dice Summer, sentada a mi lado izquierdo.

—La verdad, yo no lo creo...

Ambas suspiran.

—Mira, Soli. No sabemos muy bien qué es lo que pasa entre ustedes, pero lo que sí sabemos es que él está loco por ti. Nunca había hecho esto por nadie, mucho menos ser tan paciente como hasta ahora. Bueno, en realidad ¿quién más ha hecho semejante locura como él hasta ahora? Él es un buen chico, ¿no crees que por lo menos le debes una pequeña oportunidad? —me quedo en silencio, escuchando las palabras de Summer mientras miraba un punto ciego.

—No es tan fácil como ustedes creen, al menos no para mí. Yo vine aquí, tratando de empezar de nuevo, para tratar que mi corazón por fin cicatrice. No puedo darme el lujo de dejar que alguien más venga y rompa los pedazos que ya hay. Entiendo que ustedes quieran apoyar a su amigo, pero simplemente por ahora, mantener las distancias creo que será lo mejor.

Por primera vez, desde que llegué, me había sincerado con las chicas. Ellas también han sido pacientes conmigo, no presionándome mucho sobre mi pasado ni las razones por las cuales he decidido venir aquí. Y ahora ellas solamente pueden hacerse una pequeña idea sobre lo que he confesado previamente.

Sin dudarlo, ambas toman mis manos, como muestra de apoyo, animándome a que siga hablando, y lo hago. Poco a poco dejo que mi corazón se abra con ellas, contándoles todo, desde el mero principio. Ellas solamente se quedan en silencio mientras me escuchan y yo hablo sin parar, mirando hacia la nada, con todos los malos recuerdos abrumándome. Cuando termino, el silencio reina la habitación, y ellas entonces ahora pueden comprender el porqué de mis dudas y miedos.

—Nunca imaginé que tú, ante todos, pudo haber pasado todo eso y por tanto tiempo. Eres fuerte, Soli. Nosotras te apoyaremos en cualquier decisión que tomes ahora, respecto a Corey, y lo entenderemos a la perfección, pero debes saber que no puedes vivir con ese miedo para siempre. Debes dejar ir el pasado para empezar a vivir el presente y abrirle una posibilidad al futuro. —me dice Summer, apretando mi mano una vez más.

—Summer tiene razón, nosotras te apoyaremos con lo que sea que decidas, pero sigo pensando en que sigue siendo buena idea que vayas y te reúnas con él —sigue Claire—. Comprendo que tu corazón ahora mismo no podría soportar ser roto una vez más, pero...¿cómo sabes si Corey no es el que pueda reunir de nuevo los pedazos rotos de tu corazón?

Esa pregunta me persiguió en lo que quedó del día, creando un gran debate en mi interior. Las chicas tienen razón al decirme que debo dejar ir mi pasado para poder comenzar realmente a vivir hoy, pero no quería aceptar completamente el hecho de que tal vez tengan razón sobre aquel chico de ojos azules y deslumbrante sonrisa. Todavía no estaba preparada mental ni sentimentalmente para aceptarlo.

Pero, ¿y si él en verdad podía reunir los pedazos rotos de mi corazón?

***

¿Qué piensan que debería hacer Soli? ¿Ir o no ir? ¿Darle una posibilidad al amor?

Espero les haya gustado el capítulo. Nos leemos el próximo viernes.

Pero antes de irme, ¿les doy una pista sobre el siguiente capítulo? Se llama "Pide un deseo"...

Háganme saber qué es lo que piensan que tratará el que viene. Ahora sí, ¡chao!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro