Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16.- Perdición.

Sudor frío recorre mi cuerpo, mientras mi mente reproduce una pesadilla. Suelto un sollozo, viendo cómo en el sueño paso lo peor, cómo aquellos dos hombres cometen atrocidades con mi cuerpo.

—¡No, no, no! —digo mientras me estremezco. Me siento asustada a niveles muy altos. Nunca esperé que esto me pasara, ni la primera ni la segunda vez. Estaba a punto de rendirme, porque sabía que yo no podría con dos a la vez. Mi corazón estaba tan destrozado con los recuerdos de la primera vez que ocurrió, sabiendo que no tuve unos brazos consoladores que me rodearan, o unas palabras diciéndome que todo estaría bien. Simplemente mi corazón no podía soportarlo de nuevo.

Estaba lista para dejarme ir, pero unos ojos azules vinieron a por mi, salvándome y jalándome del abismo en el que estaba dispuesta a caer. Siento unos brazos rodearme y entro en pánico, pensando que uno de aquellos hombres me está tocando. Forcejeo contra su tacto.

—Cariño, cariño, soy yo. Aquí estoy, todo está bien. Shhh...—abro mis ojos y me encuentro con los de él. Mi cuerpo se relaja y me permito dejar escapar un sollozo. Corey solo me estrecha entre sus brazos una vez más mientras yo tomo su camiseta en su puño y entierro mi cabeza en su pecho.

No puedo dejar de temblar.

—Todo pasó, solo fue una pesadilla. —deposita un beso en mi coronilla. Pasa su mano alrededor de mi cintura y me acerca más a él- Vuelve a dormir. No me iré.

Sus palabras me reconfortan y poco a poco la temblorina deja mi cuerpo conforme caigo en un profundo sueño otra vez.

Siento mis párpados pesados e hinchados. Un rayo de luz golpea mi rostro, causando que me despierte. Mantengo mis ojos cerrados, preparándome para seguir con otro día, pero entonces siento un brazo rodeando mi estómago con firmeza.

Poco a poco abro mis ojos, huyendo del rayo de luz que evita que pueda ver con claridad. Mi espalda choca con la espalda de Corey, y entonces recuerdo los sucesos de ayer.

Me trajo a su casa, me abrazó y consoló. Le pedí con los ojos quedarme y él aceptó. Me quitó el sucio vestido y me vistió con su camiseta. En ese momento no me importó que me viera semidesnuda. Mi mente estaba en blanco. Corey nunca me puso una mano encima, no de esa forma, me trató con cariño y ternura. Me terminó de vestir y me recostó en su cama y fue entonces cuando los recuerdos de aquel callejón empezaron a inundarme de nuevo.

Un escalofrío recorre mi espina dorsal, pero curiosamente, no me siento asustada, sino todo lo contrario. Me siento segura y tranquila. Me giro en mi propio eje sobre la cama lentamente y con cuidado, tratando de no despertarlo. Recuerdo que él estuvo cuidándome toda la noche cada vez que despertaba gracias a una pesadilla que mi mente creaba. Recuerdo sus palabras tranquilizadoras y la preocupación en su rostro.

¿Qué hice para encontrarme con este hombre?

Me permito admirarlo.

Su rostro está relajado debido a que ahora está dormido. Sus pestañas descansan sobre su piel y sus párpados cerrados me impiden ver aquellos ojos tan intensos. Ahora que lo pienso, podría verme reflejada en ellos la mayor parte del tiempo. Sus cejas abundantes y definidas, sus labios naturalmente rosas y rellenos; con pequeñas pecas que se esparcen por su nariz y se van desvaneciendo conforme llegan a sus pómulos. Su cabello achocolatado y rizado, que ahora está más largo.

Me permito tocarlo.

Lentamente saco una de mis manos de entre nosotros e ignoro la sensación de hormigueo que provoca su mano rozando ligeramente mi piel. Acerco mis dedos a su rostro, primero empezando a trazar sus cejas gruesas, siguiéndole con sus pestañas densas junto con su párpado. Estoy tan encantada con él ahora mismo. Bajo mi mano un poco, rozando ligeramente sus pequeñas pecas, acariciando con mi pulgar el lado izquierdo de su rostro para después terminar trazando el contorno de sus gruesos labios. Suspira y alejo mi mano un poco, temiendo que despierte. Pero era inevitable, mis ojos no se despegaban de sus labios.

Me permito besarlo.

Me permito darle un beso mientras todavía está dormido. Un beso que solo quedará en mi memoria y nada más. Trato de pegarme a su cuerpo todo lo que puedo, deslizándome hacia arriba para tratar de quedar a su altura, que nuestras bocas queden alineadas. Con los nervios carcomiéndome y repitiéndome a mi misma que solo será un beso inocente, uno que ayudará a descubrir qué siento por éste chico, me acerco lentamente, con la respiración acelerada y con mi corazón a mil por hora. Poso mi mano sobre su rostro, acariciándolo nuevamente, dándome unos segundos para terminar de armarme de valor. Sin cerrar los ojos pego nuestros labios y le beso. Es un beso no correspondido pero que me da más respuestas de lo que yo alguna vez pudiera responderme a mí misma. Me despego de él soltando un suspiro frustrado.

Me permito admirarle, me permito tocarle y hasta me permito besarle. Me permito a mí misma hacer estas tres cosas mientras él está dormido, tratando de encontrar una respuesta que yo ya sabía, pero que no quería aceptar.

Me permito hacer esto, detallarlo, sentir el calor de su piel en mi palma y hasta probarlo por segunda vez, pero eso es lo único que me permitiré hacer, porque hay una sola cosa que me prohíbo.

Algo por lo que tal vez me odie, pero mis miedos me detienen. De todas las cosas que yo me puedo permitir con él, quererlo no está en la lista.

Me prohíbo quererlo.

Deshaciéndome de su agarre, me levanto de la cama y miro la hora en su reloj. Son las nueve y media de la mañana. Me dirijo al baño que está en su habitación y veo las grandes ojeras bajo mis ojos. Mi corazón se comprime porque sé que tal vez, el hombre que está ahí recostado sobre la cama pudo haber sido lo mejor que me encontraré allá afuera.

Es dulce, tierno, bueno. Pero simplemente no puedo abrir mi corazón de nuevo, para que después este sea destrozado una vez más. No me puedo dar el lujo de entregar mi corazón y que me lo regresen triturado.

No ahora.

A lo largo de mi vida he tenido mi corazón roto muchas veces y éste apenas va cicatrizando. Me lo ha roto mi familia una infinidad de veces, pero sólo una vez me lo ha roto un hombre. Tal vez esté equivocada con Corey, tal vez esté acertando con él. No me puedo quedar a descubrirlo.

Tengo miedo. Muchísimo.

Me lavo el rostro con agua fría y me lo seco con la toalla que tiene colgando de la pared. Estaba tan sumida en mis pensamientos que no noto su cuerpo recargado en el marco de la puerta. Doy un pequeño brinco cuando veo su expresión seria. No consigo acostumbrarme a ella.

—Hola -susurro.

—¿En qué tanto piensas, Soli? —va directo al grano—¿En lo de anoche?

Agacho mi cabeza.

—Cariño, mírame —ordena mientras levanta mi rostro con su dedo índice— . Dime, ¿qué pasa?— recorre mi rostro con sus hermosos ojos azules.

—Yo...yo no sé lo que siento. —digo. Es mi forma de no aceptar la realidad. Corey se acerca a mí, tomándome de la cintura y siento mis piernas temblar. Mis ojos se cristalizan ligeramente, pero como lo usual, no me permito derramar lágrima alguna.

—No —contradice—. No me mientas. Sí sabes lo que sientes, pero no quieres aceptarlo. Yo tengo en claro lo que siento por ti. Yo también tengo miedo, pero no me importa. —mi respiración cada vez se hace más agitada. Junta nuestras frentes y solo cierro los ojos mientras reposo mis manos en su pecho. Alzo mi vista y me encuentro con esos orbes azules, y por primera vez me puedo ver reflejada en ellos, porque le sostengo la mirada por más de diez segundos. Diez segundos que parecen hermosamente eternos.

Acuna mi rostro con sus manos y pega sus labios con los míos en un beso desesperado por encontrar mi corazón. Le sigo el beso con la misma intensidad y me dejo llevar. Cambia la posición de sus manos, llevando una a mi nuca en un intento de unirnos más, si era posible. Llevo mis brazos y los enredo alrededor de su cuello y acaricio las puntas de su cabello. Puedo sentir cómo se estremece ante mi tacto. Este beso me dice tantas cosas, me transmite tanto, cosas que no sabía que podía llegar a sentir en mi vida.

Este beso es tan intenso, el más intenso que he recibido en mi vida.

Lamentablemente no dura mucho. No por él, sino por mí.

—Lo siento. No puedo, simplemente no puedo...—me duele recitar aquellas palabras.

—¿Y entonces por qué me has acariciado en la cama?, ¿Por qué me has dado un beso?, ¿Por qué, Soli?, ¿Por qué? —cuestiona y siento el dolor en sus palabras. No respondo porque no tengo una respuesta para él.

Siento un nudo en la garganta.

—¿Sabes qué? No importa, no me respondas -dice de repente—. Puedo esperar por ti, cariño. Puedo esperar por tu respuesta -me regala otra sonrisa antes de darme otro beso. Uno dulce y lento-. El tiempo que tome para que dejes ir tus miedos.

—Tengo que irme —susurro. Él asiento solo una vez, dándome el paso.

Mientras cruzo la puerta, haciendo mi salida de su casa tengo un poco de más tiempo para pensar.

Ahora mi mente da vueltas, me siento mareada y confundida pero ahora mismo solamente estoy segura de una cosa.

Mi perdición lleva nombre y apellido. Mi perdición es aquel chico castaño con ojos azules que he dejado en su casa, tal vez con el corazón un poco roto, y con el mío un poco más que el suyo.

***

Holi, sé que no es viernes y ahora realmente no tengo excusa. Simplemente se me olvidó xd

Lo siento pero aquí está la segunda parte del capítulo. Muchas emociones mezcladas, pero ahora ya estamos avanzando un poco más con la relación de aquellos dos.

Tal vez sea algo sencillo de sobrellevar, tal vez sea algo más complejo (? No lo c....¿qué piensan ustedes?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro