Corey

Estoy cayendo en un hoyo sin fondo, en donde no puedo hacer nada, nadie puede hacerlo. Veo a todos mis seres queridos luchando por rescatarme de mi caída sin fin, pero fallan en el intento. No puedo moverme, tampoco puedo hablar, solo los observo desde lo lejos viendo como ellos intentan lograr algo imposible, y duele, duele mucho. No por mí, sino por ellos. Por todos aquellos que sufren por mí, pero entonces, alguien viene, ella viene y me rescata; me devuelve tan fácilmente que me dan ganas de regresar y no caer jamás.

Por ella, solo por ella.

Es entonces cuando despierto asustado, con el cuerpo sudoroso y tembloroso. Había tenido una pesadilla. Me levanto rápidamente y me siento a la orilla de la cama mientras froto mi rostro con mis manos.

—¿Otra pesadilla? —levanto la vista hacia Drew, quien me mira serio y atento. Asiento en respuesta— ¿La misma de siempre?

—Sí.

—Ya pasó, hermano. Todo está bien ahora.

—Lo sé, pero entonces, ¿por qué me siento perdido? —suspiro con frustración. Hace meses que había pasado todo lo malo, hace meses que todo empezó a regresar a la "normalidad", pero desde entonces he tenido esa pesadilla. La misma siempre, cada vez haciéndose más y más frecuente.

Siempre se cortaba en donde mismo, cuando una mujer me rescataba, pero nunca alcanzaba a detallar su rostro, solo alcanzaba a observar su sonrisa y ver un destello de sus ojos. Si tan solo pudiera verla...si tan solo pudiera conocerla. Si tan solo fuera real.

Drew siempre sabe qué contestar, pero nunca podía responder esa simple pregunta. Creo que no siempre hay una respuesta para todo, simplemente pasa, simplemente es.

—Usualmente siempre tengo una respuesta, pero creo que ahora me he quedado sin una. Como siempre que me haces esa pregunta.

—Lo sé, Drew —me levanto de la cama, encaminándome al baño para lavarme el rostro y despejarme, pero es que simplemente ese día no podía hacerlo. Poso ambas manos en la orilla del lavamanos y me quedo mirando al espejo—. Despierta, hombre, que ya ha pasado. Estás bien. —me digo a mi mismo en un susurro, alentándome para pasar este día.

Después de vestirme me encuentro con Drew en la sala con los demás chicos, pero paso de largo y me dirijo a la cocina con rapidez tratando de obtener un poco de silencio. Escucho pisadas y sé que se dirigen hacia mí.

—Alguien se ha despertado de mal humor —bromea Summer con una sonrisa juguetona en el rostro haciendo que Claire y Dan suelten una pequeña risa, que después viene siendo borrada por la mirada perdida que les doy.

No necesitan preguntar para saber qué es lo que pasa, o mejor dicho, lo que me pasa. A veces lo mejor de tenerlos es que perciben lo que te sucede sin siquiera preguntar, pero también en veces me hace sentir peor que lo noten y se preocupen.

Sin pensarlo, Claire se acerca a mí y rodea sus brazos alrededor de mi cintura, recargando su cabeza en mi pecho, haciendo que de inmediato yo le corresponda. El silencio es tenso...y triste. Sobretodo triste. La castaña se despega de mí y yo solo atino a regalarle una de mis sonrisas para calmar las lágrimas que se han acumulado en sus ojos. Limpio la única gota que logró escaparse de ellos.

—Estoy bien, solo ha sido un mal sueño, nada de otro mundo. —le regalo una sonrisa triste y solo veo de reojo a Summer que está con la vista baja mientras que Dan y Drew se encuentran serios. Abrazo a la rubia y la calmo.

—¿No se supone que esto debería de ser al revés? —suelta Summer en un sollozo ahogado que se entremezcla con una pequeña risa.

Después de eso, le doy una mirada a Dan para que desvíe el tema y él así lo hace, comenzando a decir una de sus tantas ocurrencias mientras que yo me siento a escuchar a todos reír.

Simplemente hoy no es mi día y sé que debería estar más contento puesto que en dos días es Año Nuevo, pero a veces ese sueño me pone así. Unas horas después Summer se marcha, puesto que irá a recoger a la chica que viene a quedarse acá. No nos ha hablado mucho de ella, solo sé su nombre, o eso creo. ¿Sol era su nombre? No lo sé.

Conforme se pasaban los segundos, minutos y horas, yo seguía sintiéndome perdido, pero eso nunca me detuvo. Siempre tengo una sonrisa qué mostrarle a todos, aunque esta no sea siempre la más sincera de todas. Siempre es ganar la batalla con una sonrisa, y perder ésta misma u otra sin que esta sea borrada de tu rostro.

Decido salir a caminar un rato y dejar que el aire fresco me dé en la cara mientras me dejo llevar por mis pensamientos. No sé cuánto tiempo pasa, pero tampoco es como que importe mucho.

Simplemente me dejo llevar por el momento.

Cuando menos me doy cuenta, el sol ya se metió y decido que es hora de volver a casa, pero ahora con un humor completamente diferente. Camino por en medio de la calle que está sola ya que no pasan muchos carros por aquí. Inclino mi cabeza hacia atrás mientras sigo caminando y no es hasta cuando siento al alguien chocar contra mí que es cuando salgo de mi ensimismamiento, haciendo que la otra persona caiga al suelo debido al impacto.

—¡Ah! —grita la chica, mientras veo como su mirada se transforma en terror.

—¡Oh, lo siento! Déjame ayudarte —digo extendiéndole una mano, ignorando el hecho de que la chica se haya asustado con mi presencia. Le regalo una sonrisa tranquilizadora mientras sigo con la mano extendida, esperando a que la acepte.

Duda un poco, pero al parecer se tranquiliza un poco y después de unos segundos toma mi mano, aceptando mi ayuda.

—Lo siento, no vi por dónde caminaba, aparte que está oscuro. –dice apresurada.

—No te preocupes —le regalo otra sonrisa. Estaba por decir algo, pero ella se despide con un pequeño "adiós" mientras prácticamente huye de mí.

Nunca había visto a la chica en mi vida, pero podría jurar que la reconozco de una parte, y me agobia no saber de dónde.

Conforme camino de regreso a casa, no logro sacarme la imagen de su rostro asustado de mi cabeza. Mi mente sigue dando vueltas, pensando de dónde puedo reconocerla. Pienso en todos los lugares en los que he estado, de todas las posibles personas que puedan parecerse a ella, pero aun así ninguna coincide.

Su presencia removió algo en mí, aunque solo hayan sido unos cuantos segundos, pero causó tanto impacto que me quedé dormido pensando en quién pudo haber sido aquella chica.

***

A solo unas cuantas horas de terminar el año, todos estaban haciendo preparaciones para la fiesta de la noche, puesto que querían que este año hubiera fuegos artificiales en cuanto dieran las doce.

Las chicas, entre ellas Claire, se habían quedado en mi casa a decorarla y terminar de preparar todo mientras yo había salido un momento a caminar, para ver si por mera coincidencia encontraba a la chica de anoche. Solo quería ver su rostro una vez más, saber de dónde pude haberla visto o conocido.

Dirigí mis pies a al lugar donde la había conocido —si es que se pudiera llamarle conocer ya que ni su nombre sabía— y me quedé un rato en ese mismo lugar esperando; esperándola inútilmente porque yo sabía en el fondo que nunca vendría a buscar a un completo extraño, pero aun así me quedé un rato más. Era temprano, el sol estaba alto y yo seguía ahí de pie en el mismo lugar después de media hora.

Cuando por fin me rendí, decidí comenzar a caminar hacia casa de nuevo, a sabiendas de que tal vez no la volvería a ver en mi vida, pero es entonces cuando la veo.

Viene con Summer, hablando con ella y es me doy cuenta que la chica de anoche es la nueva compañera de la rubia. Se encaminan hacia mí y mi amiga nos presenta, pero es tanto el impacto que yo solo atino a mirar los cupcakes que llevan en mano para evitar mirar a la chica. Summer termina ofreciéndome uno de ellos, el cual tomo gustoso y no desperdicio la oportunidad de volver a verla lo más pronto posible, invitándolas a pasar el Año Nuevo en casa, aunque ya sabía que Summer asistiría. Aun viéndola de frente, la incógnita de saber quién es sigue en mi cabeza y quiero descubrirlo lo más pronto posible.

Y cuando veo que ella está sola, a unos cuantos minutos de acabar el año me acerco a ella, tratando de sacar toda la información que pueda, tratando de averiguar por qué causa tantas emociones mezcladas en mí, apenas sabiendo su nombre. Soli.

El conteo regresivo empieza y todos comenzamos a gritarlo al unísono, pero no es cuando llegamos al "uno", que su acción repentina hace que me tambalee un poco antes de seguirle la corriente, de seguirle el beso tan oportuno que me ha dado. Solo por inercia paso mis manos alrededor de su cintura y trato de apegarla un poco más a mí, pero después de unos segundos ella rompe el beso, separándonos a ambos. No sé cómo explicarlo, tal vez suene loco, pero cuando sus labios coincidieron con los míos, supe que ella era lo que había estado buscando.

Partimos en risas por la acción tan inesperada de su parte, para después ser llevada a un lugar diferente al mío gracias a Summer jalándola. Yo recibí los abrazos de las demás personas, pero no prestaba completa atención a ellos. Mi cabeza seguía dando vueltas entorno a Soli y empezaba a agobiarme sentirme así por una completa extraña.

Cierro los ojos por un momento, recordando su sonrisa y después enfocándome en su mirada, y entonces lo supe en ese preciso instante.

Era ella. La de chica de mi sueño, la chica que me sacaba del profundo abismo del que caía. La que me salvaba.

Abro mis ojos, regresando al presente, deshaciéndome del recuerdo de la primera vez que la vi, cuando la conocí, y ahora concentrándome en este momento.

Soli Sanders es mi salvación, alguien con quien soñé tantas veces y ahora que la he conocido, no estaba dispuesto a dejarla ir, sino al contrario, aferrarme tanto a ella como pudiera, como en este preciso momento, cuando tengo mis brazos alrededor de ella, agradeciéndole por haber llegado en mi vida en el momento más oportuno.

***

¡He vuelto!

He pensado en hacer un capítulo un poco diferente, ahora desde el punto de vista del sonriente Corey Lester.

Díganme qué les ha parecido en los comentarios, me gustaría leer sus opiniones porque siempre me quedo yo haciendo un monólogo, pero bueno.

¡Nos leemos pronto!....o eso espero yo.

Besos xoxoxoxo