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10.-Me gustas.

Me agacho para tomarla y me extraño aún más al descubrir una pequeña nota atada al tallo de ésta diciendo que es para mí, para más abajo encontrarme con otra palabra: "Muchísimo".

¿Qué tan extraño podría ser esto? ¿Qué significa el "muchísimo"? Miro a ambos lados para ver si encuentro al responsable, pero no veo a nadie, asi que entro al apartamento y me quedo en la ventana un rato para ver si tengo la suerte suficiente de ver al que dejó la rosa.

Me sorprendo al ver a la silueta de un hombre salir de detrás de un árbol después de unos minutos, caminando por la calle. No pensé que podría ver al responsable de la rosa... Da media vuelta mientras camina hacia atrás antes de volver a su ángulo principal, pero no alcanzo a distinguir su rostro por las sombras que oscurecen su rostro.

Lo más raro de esto es la palabra que se encuentra hasta debajo de la nota que se encuentra atada al tallo de la rosa. Solo es una palabra y no puedo descubrir qué significa. Frunzo el ceño tratando de averiguarlo.

Me quito de la ventana y tomo la rosa nuevamente, para dirigirme al cuarto y la llevo hacia mi nariz para olerla; tiene un olor muy peculiar y fresco, al igual que la rosa en sí. Es grande, con muchos pétalos decorándola y su color rojo vivo se difuminaba ligeramente con un rosa. A unos pasos de la puerta que da a mi cuarto, Summer me ve con ella en la mano.

—Veo que te ha llegado una rosa por San Valentín —ladea la cabeza con curiosidad y noto un brillo en sus ojos que no puedo decir bien qué es lo que reflejan, si algo que quieren ocultarme o mera emoción. Tal vez ambas.

—¿Hoy es? Pensé que faltaban al menos dos semanas para San Valentín...

—Sí, Soli, hoy es. —rueda los ojos.

Veo que trata de reprimir una sonrisa, tratando de ocultarla agachando su cabeza un segundo antes de darme la cara de nuevo. Achico los ojos con sospecha antes de relatarle lo que vi.

-La ha dejado un chico a los pies de la puerta. Venía esta nota con ella diciendo que era para mí, y recitando solo una palabra: muchísimo -le explico y veo cómo una sonrisa surca sus labios mientras vuelve a agachar la cabeza mientras niega y dice algo que no logro entender-. ¿Sabes por qué el chico escribió esa palabra? ¿O qué significa la palabra en sí?

-No, ¿por qué no le preguntas? -al decir esto abre los ojos muy grandes y trata de corregirlo-...pero no es como que lo conozcas, ¿o sí? -la noto nerviosa, pero lo disimula muy bien.

-No, no lo conozco -relaja sus hombros-, pero lo vi. ¿Y sabes qué? Lo haré, iré a preguntarle.

-¿Q-qué? ¡No puedes hacer eso! -alza sus brazos agitándolos de un lado a otro. Su respuesta sonó impulsiva y se da cuenta de que lo noté gracias a mi mirada furtiva- Digo, ¿y si es peligroso?

-Bueno, eso lo tendré que averiguar yo, ¿no? Pero por si acaso ten el teléfono a la mano -digo bromista y le guiño un ojo. Tengo un presentimiento de que esto ha sido planeado. El texto repentino de su preocupación no cuadraba, pero de una buena manera.

Abro la puerta y ni me preocupo en cerrarla detrás de mí. Corro lo más rápido que puedo con la esperanza de poder encontrarme al chico que ha dejado la rosa a los pies de la puerta, pero no puedo verlo, asi que corro con más ganas. No me iba a quedar con la incógnita y ésta era mi única oportunidad. Tal vez esto fuera impulsivo y saliera de una manera en la que yo no esperaba, pero simplemente no podía quedarme así, sin saber.

A unos metros adelante logro ver por entre las sombras a una persona caminando relajadamente con la cabeza echada hacia atrás. Acelero mi paso y cuando por fin logro alcanzarlo, estiro mi brazo y toco su hombro.

El chico se resalta, pues no esperaba a alguien a estas horas, menos tan oscuro, pero por alguna razón, su estructura me parece familiar...

Cuando termina de darse la vuelta, es cuando ambos recibimos una sorpresa enorme, él al verme ahí y yo por descubrir quién había sido.

Corey.

-¿Soli? ¿Qué haces aquí a estas horas? -se lleva la mano a la nuca y yo no puedo formular palabra alguna.

-¿Tú has sido? El que me ha dejado la rosa -esa insinuación, que sonó más como afirmación lo hace ponerse aún más nervioso y me lo tomo como un sí.

Se queda callado unos instantes, con cara pensativa, tal vez debatiendo qué decirme.

—Bueno....sí. —no pensé que fuera a aceptarlo tan fácilmente y hace quedarme quieta un segundo antes de reaccionar.

—¿Por qué? —me pierdo en sus bonitos ojos azules. Hasta ahora nunca lo había detallado justo como lo estaba haciendo ahora, porque la luz del faro me permitía ver sus facciones.

Debo admitir, es guapo, mucho. Con su cabello castaño —que podía ver que era un poco ondulado—, sus ojos azules y sus grandes y rosados labios, además de sus espesas pestañas y marcadas cejas podían hacer a cualquier chica caer, incluyéndome...y no me agradaba mucho esa idea. Para nada. Ya había aprendido mi lección en el área del "amor" y no pienso volver a tener otra decepción amorosa.

No sé por qué hasta ahora me daba el tiempo de admirarlo, cuando antes no lo había hecho. Tal vez era por la noche fresca y la mirada tan intensa que me estaba regalando, o tal vez era porque no tenía nada más qué mirar.

Él solo suspira, a modo de rendición mientras agacha la mirada. Al regresar a mis ojos, veo un destello en ellos y una bonita sonrisa dibujada en sus labios, como siempre. De esas sonrisas que te hacen sentir segura, de esas sonrisas que yo algún día quería llegar a tener. Esa era una de las cualidades que distinguía muchísimo a Corey, y que lo hacía especial.

Soli, detente. No puedes estar pensando así de tu amigo, ¿verdad? Apenas lo conoces...

...desde hace un par de meses...

—Porque me gustas. —fue directo al punto, sin pelos en la lengua dejándome una vez más sin palabras haciendo que contenga la respiración.

—¿Yo? —pregunta estúpida. Él ríe.

—Sí, tú. ¿Acaso no has leído la nota? —elevo un dedo y me apunto el pecho con el, tratando de confirmar una vez más si en verdad se refiere a mí. Él asiente con una sonrisa burlona.

—Vaya...—me ha agarrado desprevenida esa confesión, por lo que digo lo primero que se me viene a la mente—...pero, ¿qué significa la palabra que me dejaste al final de la nota? -ahora la nerviosa era yo y eso se notaba en el movimiento de mis manos.

—Bueno, al regalar una rosa significa que esa persona te gusta, y tú me gustas muchísimo, por eso escribí esa palabra.

Silencio incómodo que hace que agache mi cabeza, tratando de concentrarme en otra cosa que no sea Corey y su sonrisa cautivante.

—Gracias, —musito mientras levanto el rostro—ya sabes, por la rosa. Es linda. Huele bonito y me gusta, porque huele bonito y porque es...fresca, además que es bonita y sí, eso. —hago movimientos con mis manos tratando de darle más énfasis a lo que digo.

No sé ni lo que estoy diciendo en este momento, pero lo que sí sé es que me estoy dejando en ridículo.

Siento cómo Corey se acerca a mí, tan solo quedando a unos centímetros de mi rostro antes de inclinarse y detenerse a centímetros de mi boca, nuestras narices rozando. Comienza a cerrar la distancia entre nosotros para besarme pero me tenso por completo y solo atino a girar mi cara levemente a mi izquierda, haciendo que el castaño se detuviera un momento mirándome. Suelta una risa, captando que yo no he querido que me besara, pero vuelve a cerrar la distancia entre nosotros más rápido de lo que pude reaccionar, dándome un beso en la comisura de mis labios, dejándolos ahí por no más de un segundo que parece eterno. Eso solo logró ponerme aún más nerviosa.

No podía moverme, y no estaba segura de que quería hacerlo, pero entonces él lo hace, se separa de mí y siento el sitio donde estuvo su boca antes hormiguear.

—Buenas noches, Soli. —se despide con una sonrisa más grande de lo habitual plasmada en su rostro. Frunzo el ceño porque me molesta que siempre tenga una sonrisa en su rostro, y más en este momento.

No contesto debido a mi estado de shock, haciendo que ensanche su sonrisa todavía más antes de dar media vuelta para seguir avanzando y llegar a su destino, mientras se pierde en la oscuridad de la noche.

***

Abro la puerta rápidamente y entro al apartamento lo más rápido que puedo. Dejo mis cosas en el sillón y busco a Summer con la mirada.

—¡Summer! —grito mientras me quito la bufanda pero no recibo ninguna señal de vida por parte de mi compañera—  ¡Summer, tengo algo que decirte! -y con esas palabras fue con las que salió apresurada del baño.

—¡Voy! —Corre hacia mí—¡Cuéntame, cuéntame!

—¡He obtenido el trabajo! De entre diez que fueron, me eligieron a mí. —digo con emoción.

—Muchísimas felicidades, Soli —me abraza—. Pero bueno, hay que celebrarlo, aunque sea con jugo de arándano.

Pasamos a la cocina y servimos el jugo de arándano en dos vasos, pero mi mente se transporta hacia unos días atrás, al día de San Valentín para ser exacta. Recuerdo el mensaje de Summer y su comportamiento nervioso cuando fui detrás de Corey, como si estuviera nerviosa de ser descubierta, pero, ¿de qué?

Tomo un sorbo del jugo y frunzo el ceño mientras pienso, al cabo de unos segundos es cuando logro conectar todo y una sonrisa astuta se posa en mi boca.

—Le has ayudado, ¿no? —Summer frunce el ceño, no sabiendo a qué me refiero—Le has ayudado a Corey el catorce de febrero con la rosa —digo y suena más como afirmación que como pregunta, pero es que estaba bastante segura de ello—. Tu mensaje diciendo que estabas preocupada; tu actitud nerviosa te delató. Además, nunca me habías mandado un mensaje así antes, sabiendo que estaba con el sr. Charlie.

La rubia ríe y agacha el rostro mientras asiente con la cabeza.

—Tal vez sí, tal vez no...—se encoje de hombros divertida sin borrar la sonrisa de su rostro, pero después de unos minutos desiste y confiesa—Bueno, sí. Yo le ayudé, pero es que en realidad fue muy molesto y terminé cediendo. Pero ha salido bien, ¿no?

Asiento en respuesta. Cuando mi compañera termina de beber su jugo, me avisa que irá al supermercado por unas cosas que le faltan y yo me quedo sola en el apartamento.

De un momento a otro mi corazón comienza a acelerarse al recordar el pequeño beso que me dio Corey en la comisura de los labios. Instintivamente llevo una mano hacia ese lugar1, tocando el lugar donde sus labios habían estado unos días atrás pero sacudo la cabeza sacándome esos pensamientos de la cabeza, tratando de calmar mi corazón, que por ningún motivo debería estar como loco.

¿Qué fue lo que sucedió exactamente? ¿Qué me acaba de pasar para que me pusiera en este estado y me acelerara tanto?

***

¡Hola de nuez! Sé que he estado desaparecida por un par de semanas, pero es que de verdad que no había tenido tiempo para escribir o siquiera actualizar, pero ya está aquí otro capítulo.

Espero les haya gustado, si han llegado hasta aquí. Nos leemos en viernes, chaooo.

Por cierto...¡Feliz Navidad! Casi...y como dice la Chime "¡FELIZ NABBBYDAD!" Pásenla bonito :*

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