EPÍLOGO I
La vida es una cosa divertida.
Viene y va, como las olas en el mar, un efecto de onda continúa. Una vida que se despojó de una persona puede significar el comienzo del viaje de otra, a través de la montaña rusa que es la vida.
Mientras Jeon Jungkook, un hijo amado, amigo y novio, se fue de esta vida a los dieciocho años, espero sinceramente que fue lo mejor. Espero que su muerte improvisada lo llevara a otra, o tal vez alguien le dio un par de años más a él para vivir una vida larga y feliz.
Como alguien toma una respiración, otro toma su pasado y espero que la respiración de la persona valiera la pena.
Espero que Jungkook haya valido la pena.
También era extraño como, a pesar de que había sentido el dolor y la angustia más grande nunca antes experimentada; la vida siguió adelante con normalidad, como si nada hubiese ocurrido.
Las personas continuaron viviendo sus vidas ajenas al hecho que Jungkook había muerto y nadie se enteró del dolor que había pasado.
TaeHyung fue condenado a treinta años y un día con la garantía de vivir una vida miserable con cenas frías, camas incomodas y un uniforme que se vería obligado a soportar durante la mitad de su vida.
Yoongi sigue con Hoseok, quién ahora está en la universidad estudiando medicina.
Todos por caminos separados; NamJoon, no he oído de él en más de tres meses.
Estaba viviendo su propia vida.
Sabía que después de la escuela todo cambiaría. He perdido amigos, pero gane otros, perdí a las personas más cercanas a mí. Perder el contacto con NamJoon me golpeó muy duro, lo único que sé, es que está estudiando Física.
Yo estoy tomando cursos en una escuela comunitaria, y, aunque no era el futuro que había planeado, para mí era suficiente.
Estoy estudiando la Ciencia Forense, sería una vida de detective donde podría vengar muertes de personas que no merecían morir; además tengo la ventaja de la nigromancia de mi parte para resolver el caso.
No conocí a nadie en este tiempo y sinceramente no era mi prioridad en este momento. Sólo habían pasado seis meses desde que perdí a Jungkook, y yo estoy centrado totalmente en mi carrera. Eso no quiere decir que vivo encerrado en mi habitación; de vez en cuando salgo con un chico quién me encantaría que fuera Jungkook.
Pienso en Jungkook todos los días, la perdida era más fácil de soportar ahora.
Se hizo fácil soportar el hecho de que no volvería a verlo y mientras yo todavía derramo algunas lágrimas sobre él más de lo que me gustaría admitir se volvió algo cotidiano. Algunos días sonreía cuando recordaba las cosas que hicimos juntos, a veces lloraba por la falta de recuerdos.
Caminaba por la playa principal de Busan, la vida parecía casi bien otra vez. La arena era tan suave como el mármol debajo de mis pies, y el agua lamia tranquilamente la orilla. El cielo era de color naranja atravesado con manchas color lila y cerúleo; por primea vez sentí que una parte de mí se convertía en ese conjunto.
Tal vez debería estar bien de nuevo.
Tal vez, por una vez, no sería tan difícil. Todavía había noches en las que me despertaba enredado en las sabanas, un sudor frío manchando mi piel y lágrimas recubriendo mis mejillas. También sufría de trastornos de estrés postraumáticos desde aquella noche en el bosque, pero al parecer eso es un efecto secundario que se quedaría por un tiempo. Incluso ahora los flashbacks de la pistola, el tiroteo y perder a Jungkook vienen a menudo, a veces lo hago a propósito sólo para ver a Jungkook de nuevo.
Durante los primeros dos meses, entré en un estado depresivo y mis padres me enviaron al psiquiatra; quién me etiqueto como: clínicamente deprimido. Tomaba las píldoras de la felicidad. Una terapia a la semana y paseos a la playa cada día.
A pesar de la angustia, no cambiaría los recuerdos. Jungkook quien ahora se ha ido me había enseñado valiosas lecciones de vida.
La playa estaba escasamente visitada, parejas recostadas en las toallas, chicos surfistas tratando de agarrar una ola perfecta, y algunas personas mayores disfrutaban de la mar con calma. Me pregunté cuáles eran sus historias pasadas, ¿Algunas habrán sufrido las mismas angustias que yo?
Y fue entonces cuando lo vi.
Un chico, a unos quince pies de distancia. Se puso de rodillas en el agua, mirando el horizonte y los buques de carga. Su pelo oscuro brillaba en la luz y un escalofrío recorrió mi cuerpo.
—No. — dije en voz baja negando con la cabeza — No es él, JiMin. — me había pasado antes, cuando iba a un lugar público; si veía a alguien con el mismo corte de cabello o algún parecido físico, pensaba de inmediato en Jungkook. Pero no era él, Jungkook se había ido al cielo, o al paraíso. Al más allá.
Pero, ¡Por Dios! Se parecía tanto a él.
Especialmente cuando se dio la vuelta para mirarme.
Y sus ojos marrones se encontraron con los míos.
Quedé sin aliento parado allí. El mismo físico fuerte, el mismo cabello oscuro, sus labios rojos y tez impecable.
Y esos ojos que reconocería en cualquier lugar.
—Jungkook... — susurré.
Sus labios se arquearon en una sonrisa al ver mis labios pronunciar su nombre. Corrí hacia él casi tropezando a través del agua. La distancia desapareció entre nosotros; flashbacks de esa noche en el bosque me atormentaban, esa noche no llegué lo suficientemente pronto.
Pero no, eso no podía suceder. Yo no lo podía perder de nuevo, no otra vez.
Cuando lo alcancé me lancé hacia él, rodeando mis brazos en su cuello. Él olía exactamente igual, excepto que esta vez podía oler la salmuera. Mis dedos se enredaron en su cabello, cerré los ojos y caímos al agua.
Nuestros cuerpos chocaron en la superficie fría.
Estábamos riendo y apoyé mi frente contra la suya. —Estás aquí. — Le susurré mientras lágrimas llenaron mis ojos — Eres tú, estás aquí.
Él sonrió — Sí, estoy aquí, Minnie. Soy yo.
—Te amo. — le dije, no quería cuestionar por qué estaba aquí. No me importaba en ese momento. Lo único que importaba era el hecho de que él estaba conmigo.
—Te amo, JiMin. — susurró, dejando un tierno beso en mis labios. Sentí las chispas, las mismas que había sentido seis meses atrás cuando lo había besado, la misma noche que se marchó.
—Que linda pareja. — oí una voz, me alejé para ver a una mujer mayor de pie al lado de nosotros.
— ¿Usted puede verlo? — Le pregunté — ¿En realidad puede verlo?
Ella frunció el ceño y se alejó, pero Jungkook me agarró y me dio la vuelta —JiMin, estoy vivo.
— ¿Qué? — tenía que ser un sueño. Este era uno de los sueños en los cuales me despertaba llorando, en mi propia tortura — No, no eres real. Esto es un sueño. Tú eres un sueño.
Pero sus manos se sentían tan reales a medida que acariciaban mis mejillas, el agua fría filtrada en mi ropa se sentía tan real. El escalofrío en mi espalda. Las chispas en mi estómago. Todo era tan real.
—Soy yo. — me dijo manteniendo el contacto visual — Es real. Estoy realmente aquí, JiMin.
—No puedes estar vivo. No puede ser.
—Siente esto. — dijo Jungkook dejando caer su mano de mi mejilla para llevarla a su pecho. El latido de su corazón. Me agarré de su camisa con incredulidad. El calor corporal era algo que nunca había sentido antes, pero si era un fantasma, ¿Cómo iba a producir calor?
—Estás vivo. — Murmuré. — ¡Oh Dios mío, Jungkook, estás vivo!
Lo abracé enterrando mi cara en el hueco de su cuello. Sentí su pulso rozar mis mejillas y me aferré a él con tanta fuerza. Tenía miedo que si yo lo abrazaba con tanta fuerza se rompería, lo perdería de nuevo.
— ¿Cómo? ¿Cómo puedes estar aquí? ¿Cómo estás vivo?
—No lo sé, lo único que puedo decir es que de alguna manera yo estaba destinado a morir y luego estaba siendo empujado de nuevo a la tierra. Me dieron una segunda oportunidad. Gracias a ti. Me salvaste, JiMin.
—No lo puedo creer.
—Estoy aquí. — me dijo con sinceridad — y esta vez, estoy aquí para siempre. No te volveré a dejar.
—Tus padres, todos, creen que estás muerto.
—No quiero preocuparme por eso ahora.
Llevó sus labios a los míos, en un beso dulce prometiendo un para siempre. Millones de promesas diferentes que iba a cumplir, porque me amaba tanto, como yo lo amaba.
Los recuerdos me inundaron. Al verlo por primera vez en el partido.
Mis brazos se entrelazaron en su cuello, cerrando distancias.
Recordé sus visitas nocturnas, nuestra primera conversación, mi primera interacción con un fantasma desde que había llegado a Busan.
Nuestra primera pelea, que fue seguida rápidamente con nuestro primer beso.
—Te amo. — susurró con ternura y yo sabía que lo decía en serio. Un amor como el nuestro no estaba atado a la tierra, y ciertamente no era normal, igual que nosotros.
—Te amo también. — le susurré de vuelta antes de juntar mis labios con los suyos. Después de haber sido privado por seis meses, quería compensar la pérdida de tiempo.
Perderlo y luego encontrarlo de nuevo.
Sabía que nuestra vida no iba a ser fácil. Su existencia siempre estaría envuelta en una capa de confusión y no había ninguna respuesta fácil a todo. Tendría que empezar de nuevo y su vida sería más difícil.
Nada era fácil para nosotros, ni sería jamás, pero me gustaría intentar hacer las cosas simples; porque nos teníamos el uno al otro, y, a veces, cuando no tienes nada más, uno del otro es todo lo que se necesita.
Como he dicho no somos normales. Siempre voy a ser el chico que puede ver fantasmas y Jungkook siempre será el chico que murió, se enamoró de un humano, y luego volvió a la vida y eso no se encuentra todos los días.
¿Pero, sabes qué? Eso está bien, porque ser normal es aburrido, somos diferentes y nos tenemos el uno al otro, siempre y para siempre.
Y eso es algo que necesitaba compartir con el mundo; incluso si es sólo para esa pequeña esperanza de encontrar a tu amor verdadero.
Así que a quién encuentre esta historia, no espero que piense que estoy diciendo la verdad. Quiero decir, la historia de un chico que se enamoró de un fantasma que solo él y asesino podían ver, ¿Quién iba a creer eso?
Pero si no me crees, está bien; sólo sé que hubo un chico que se enamoró de otro chico y contra todo pronóstico lo hicieron más allá de los tiempos oscuros y salió más fuerte que nunca.
Por encima de todo, ellos salieron juntos.
A veces el amor no es normal, y eso está bien. ¿El amor entre Jungkook y yo? No fue atado a la tierra.
Nuestro amor era celestial.
🍒
Subo la otra parte y ya nos despedimos. Gracias por acompañarme, gracias por sus lindos comentarios, gracias por todo.
LES AMOOOO ♡
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