En la mañana Kagura se sentía adolorida, estaba recostada en el pasto húmedo por el sereno de la mañana, su cabello desatado bailaba con la brisa del aire aunque este mismo aire desprendía un aroma a sangre aunque muy ligero. La pelinegra abrió sus ojos lentamente con la intención de encontrarse con la mirada de su amado pero él ya no se encontraba; con trabajo se levantó sentándose en el suelo, ya estaba vestida y tenía una rosa blanca en su cabello

- Sesshomaru... - susurró sosteniendo en sus pálidas manos la rosa, sonriendo se quedó recordando la noche anterior. volvió a hacer su peinado y se levantó para ir a su hogar

La joven camino un largo rato, al poder divisar con su mirada donde estaba su hogar se sorprendió y alarmo cuando encontró solo escombros y cenizas. ella se apresuró a llegar, quitó partes de paredes y del techo solo para abrirse pasó; A gritos llamaba a sus hermanos y su padre pero ninguno respondía 

- Kagura... - un ligero susurro se escucho fuera del palacio destruido, la joven logró escuchar apenas su nombre. se quedo quieta y esperó a que volvieran a llamarla

Naraku volvió a hablar, la chica fue en dirección a él. El semidemonio estaba en el suelo con su cuerpo destrozado, la noche anterior había sido cambio de luna... Naraku había entrado en una etapa de vulnerabilidad y eso habían aprovechado los soldados del rey para atacarlo.

- Padre... ¿Qué ocurrió?... ¿Y Hakudoshi y Byakuya? - preguntó kagura levantando con sus manos temblorosas el cuerpo de su padre, él estaba a punto de la muerte pero todavía podía articular palabra

- La esposa del rey murió... yo ataque y ellos atacaron... - con su voz entrecortada respondió, algunos demonios intentaban reintegrarse a su cuerpo pero su sistema reaccionaba de manera violenta cuando los espíritus entraban a su ser 

- ¿¡ Y por qué hiciste eso!? - cuestiono molesta pero a punto de las lagrimas al escuchar a aquel hombre - ¿Qué ocurrió realmente?-  

Kagura preguntó y Naraku dijo un pequeño resumen de todo lo que había pasado, le confesó sobre lo que había visto en el espejo de kanna y quien había sido su asesino. la pelinegra se molestó, intentó llevar a Naraku a un lugar seguro pero fue demasiado tarde... a mitad de camino perdió la vida

- padre... ¿padre...? - estaba consternada, apenas hace unos instantes estaba feliz de haberse entregado a Sesshomaru pero ahora tenía un caos en la cabeza. recostó a su padre en el suelo, enterró su mano en el pecho de aquel hombre y sacó su corazón, con lagrimas en sus ojos devoro hasta el ultimo bocado... no tenía una buena relación con Naraku pero tampoco iba a dejar que algún animal u otro demonio lo comiera

En el castillo de Irasue

- Padre murió... - con su voz fría e indiferente comentó, su madre estaba sentada en aquel trono y solo se limitaba a escuchar y ver las expresiones de su hijo 

- Lo sé, esto fue lo único que me dejo... - respondió con una voz algo altanera y desinteresada aunque por dentro sintiera una gran tristeza mostrando la piedra infernal que adornaba su cuello 

- Se que te dio sus espadas, dámelas - ordenó extendiendo su mano pero su madre negó con su cabeza 

- No las tengo, el no me dio nada más. pero hasta donde tenía entendido a ti solo te tocaría una espada. no las tres - respondió volteando su mirada a otro lado y cruzando sus brazos 

- ¿Qué espada me tocó a mí? - preguntó pero no obtuvo respuesta, no iba a perder su tiempo hablando de banalidades con su madre por lo que decidió irse pero le agrada saber que su madre había dejado los vicios y que se encontraba de un buen humor a pesar de que su esposo había fallecido 

Sesshomaru camino por el bosque sin una razón aparente, algo le llamaba para que se adentrara tanto en él. cuando llegó a un árbol algo peculiar deseaba que su padre reviviera para poder matarlo ahora él mismo cuando vio que la espada que le había sido otorgada era colmillo sagrado y no colmillo de acero. desconocía el paradero de colmillo nublado pero ahora que el bastardo de inuyasha había nacido debía apresurar su búsqueda por alguna de las dos espadas.

En la noche, en su camino a encontrar primero la tumba de su padre vio a lo lejos un clan de curiosos demonios, él se encontraba solo y necesitaba aliados por si en algún futuro creaba su propio imperio. desarrollo un báculo de dos cabezas y se lo entregó al líder del clan; con esta pequeña ayuda pensaba que podía generar una pequeña alianza pero nunca se esperó que este ser empezara a seguirlo en lugar de simplemente agradecerle...

Mientras Sesshomaru arreglaba sus problemas internos, Kagura intentaba solucionar los suyos. la pelinegra caminó guiándose por el olor del aire. llegó a un lugar deshabitado y árido camino un poco más y encontró una gran cueva, ella intentó entrar pero una barrera mágica se lo impedía... lo único que pudo ver fue a la sacerdotisa con un agujero cerca de su corazón, ella estaba petrificada luchando con varios demonios. No cabía duda que todos habían tenido una mala noche

lejos de ahí, kohaku había logrado su cometido de proteger a Lin. con fuerza y sacrificio la llevó a un lugar seguro, un refugió creado por el rey para momentos como ese

- ¡Inepto, eres un verdadero inepto! - gritaba el rey golpeando a Kohaku al no poder salvar a su esposa -¡Permitiste que mi mujer muriera!

- ¡padre ya basta! - reprocho la princesa poniéndose delante de su sirviente - No fue su culpa.. me duele también que mamá haya muerto pero por lo menos tu y yo estamos bien. -

El rey continuo alegando, la princesa se harto que se fue del lugar junto con kohaku por ordenes suyas. ambos entraron a una pequeña habitación para atender las heridas que los dos tenían.

- Princesa.. lo lamento, no pude salvar a su madre... ni siquiera hice nada... - decía el joven poniendo un ungüento en los brazos de la princesa 

- No te preocupes... te agradezco por salvarme... - aún dolida por la muerte de la mujer que le dio vida respondía, no quería ser vista llorando frente a un sirviente y lo único que hizo para reprimir su dolor fue apretar sus puños con fuerza pero kohaku se dio cuenta 

- No quiero hacerte sentir mal.. lamento también que Sesshomaru no halla correspondido tu amor... él no te merecía - dijo sosteniendo las manos de la chica frente suyo - Hay algo que debo contarte, quizás no te guste pero debo decírtelo... 

Lin alzó su vista viendo directamente al sirviente, kohaku dudaba si decirle o no pero debía hacerlo.

- Lin, digo princesa... Tu padre mandó a matar a una de las hermanas de Kagura... novia de Sesshomaru. También contrató a alguien para suplantar la identidad del joven demonio y casi mandarlo a matar... - 

- ¿Qué...? - fue lo único que dijo, le costaba trabajo asimilar lo que le habían dicho. no se llevaba tan bien con Kagura pero no quería que ni ella ni Sesshomaru sufrieran por algo que su padre había ocasionado - Llévame con ella, de seguro ella no sabe nada...- la princesa dejando sus lagrimas al descubierto dijo y kohaku aceptó 

Esa misma noche

- Quien lo diría Midoriko... moriste por esta cosa... - comentaba para así mismo el rey sosteniendo y apreciando la belleza de la perla de shikon que tenía en sus manos - Según lo que sé y por lo que chequé en tus anotaciones era que esta cosa podía conceder deseos... ¿No es así?...

continuara....

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Notas del autor:

perdón por tanta demora al escribir este capitulo jsjsjs, esta historia ya tenía como dos años de que empecé a escribirla y a veces se me olvidaba como continuaba 

no se preocupen, aunque sea tarde yo voy a actualizar y terminar la historia (aunque ya vamos por el final) 

sin más que decir me despido, bye :*