S5. Comportamiento
Hicimos las paces por el bien de ese bebé que estamos esperando, pero aún hay ciertas conductas que me generan intriga y confusión. Cada día se vuelve más explosiva. La he sorprendido varias veces golpeando y rompiendo objetos. Se auto agrede mientras duerme y luego de esos cortos episodios, alega no recordar nada.
Debido a ese mismo comportamiento y negación, he decidido instalar varias cámaras en la casa a sus espaldas. Así no le quedará forma de negar lo que hace. Aparte de todo eso, también la he visto salir con supuestas amigas, las cuales no supe de su existencia hasta hace dos meses. Pensé que se estaba viendo con otro hombre a mis espaldas, pero comprobé que ese no era el caso.
A veces pienso que soy el único que espera ansiosamente a nuestro bebé. He sido el único que ha preparado la habitación para su llegada. Ella no se ha inmutado en participar de ello. Seguiré vigilándola más de cerca. Solo espero que no me esté ocultando nada y solo sean ideas mías, o esta vez no pienso dar mi brazo a torcer.
La repentina desaparición de Ayleen ha levantado una ola de problemas. La policía ha querido dar con su paradero y han estado en la clínica interrogando a los más cercanos, sin saber que no podrán dar con ella nunca. A Ashley la he tenido vigilada, aunque no ha abierto la boca al respecto, sospecha de mí. Puedo verlo en sus ojos y notarlo en esos temblores de su cuerpo cada vez que me tiene cerca. No voy a mentir, es divertido de muchas maneras.
—Un día como hoy nos conocimos... — dijo Estefanía, sentándose en el borde de la cama y manteniendo la sábana cubriendo su cuerpo.
—¿Y eso qué? — ajusté mi corbata, mientras me observaba en el espejo del baño.
—Pensé que podríamos planificar algo.
—Odio las celebraciones. Ese día no es algo que desee recordar. ¿No fue suficiente con celebrar la noticia de nuestro bebé y de haber arreglado nuestras diferencias?
—¿Y realmente todo está arreglado? Cualquiera diría que me sigues odiando todavía. Nunca estás de ánimo para nada que no sea nuestro bebé y el sexo. ¿Hay algo que pueda hacerte genuinamente feliz, que no sea ninguna de las opciones antes mencionadas? No sé, algo como nuestra relación, por ejemplo.
—¿Cuál es la necesidad de crear otro conflicto? Cualquiera diría que hoy te levantaste con ánimos de discutir y amargarme el día.
—No, solo te estoy pidiendo que te esfuerces un poco más para que lo nuestro funcione. Ese día me dijiste muchas cosas, pero no has cumplido ninguna de ellas. Estás muy atrás, Athan. Te siento mucho más distante que antes. Lo único que nos acerca es el sexo, pero luego vuelves a ser el mismo Athan de siempre; ese que se guarda las cosas, el que calla, el que me hecha a un lado. ¿Alguna vez has amado a alguien? ¿Alguna vez me has querido de verdad?
—Son las cinco y media de la mañana. Trata de descansar y despejar esa cabeza que últimamente piensa en muchas pendejadas.
—¿Te das cuenta? Contigo no se puede hablar — salió de la habitación, sin siquiera permitir que le respondiera.
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