Años después...

—¿En cuánto tiempo notaré los resultados?

—En unas semanas. Le aseguro que quedará satisfecha con el resultado. Cuando menos lo espere, ya estará posando para las revistas y luciendo como toda una celebridad. Deje todo en mis manos.

—Confío en usted, Dr. Crowe.

—Recuerde el día anterior no tomar ni comer nada pasada la medianoche. 

—Cuente con eso.

—Nos veremos en tres días, Sra. Lorain.

En el pasillo de la clínica me encontré con Ayleen, y en su rostro supe de inmediato que debía estar pasando un mal momento.

—Qué bueno que sales.

—¿Qué pasa? ¿Qué hay con esa cara?

—Esa asistente me volverá loca.

—¿Ahora qué sucede con ella?

—Que es una inútil. Debo estar todo el día detrás de ella para asegurarme de que envíe las órdenes a los suplidores. Si no le pones un «detente», se lo pondré yo.

—Ya cálmate. Apenas está comenzando. Es totalmente normal que esté perdida.

—Lleva tres semanas. Cómo se nota que no estás pendiente a lo que sucede dentro de la clínica.

—Estás muy estresada, eso es todo. Tómate un respiro.

—Ojalá pudiera tener así fuera un poco de tu paciencia. A ti nada parece afectarte. Esto es importante. Necesitamos personas capacitadas para el puesto, no ese tipo de chicas que son tan inmaduras y torpes.

—Fuiste tú quien la eligió, Ayleen. Tú sabrás qué hacer con ella. ¿Te apetece un café?

—Que esté bien cargado, por favor.

Caminando por el pasillo en dirección a la cafetería, nos topamos justamente con Ashley y la reacción de Ayleen fue muy entretenida.

—Y hablando del Rey de Roma… — Ayleen se cruzó de brazos.

—Buenos días... — ella bajó la cabeza, y le entregó un papel a Ayleen, el cual le dio una breve ojeada.

—¿Y esto?

—La están buscando en la recepción, doctora.

—¿Yo qué tengo que ver con esto? — preguntó confundida.

—¿Qué sucede? ¿Está todo bien? — indague.

—Hay un oficial buscando a la doctora — soltó Ashley.

—¿Un oficial? ¿Por qué? ¿Qué hiciste? — la enfrenté.

—¿Y yo qué sé? Tendrá que ser en otro momento el café.

Ambas se alejaron por el mismo pasillo y la curiosidad me llevó a seguirlas. Cada vez que escucho que hay un oficial cerca, no puedo quedarme tranquilo. Me mantuve a una distancia prudente, donde pudiera oír la conversación que tenían. El asunto parecía complejo, pues el oficial se veía bastante serio.

—Los familiares alegan que este fue el último lugar que visitó antes de su desaparición.

—Esta paciente estuvo aquí el miércoles por la tarde, pero se marchó después de su evaluación, Sr. oficial. No conocía sobre su desaparición.

—Necesitaré que me acompañe al cuartel, Dra. Watson.

¿En qué estará metida esta pequeña? ¿Qué me estará ocultando?

—¿Dr. Crowe? ¿Acompañará a la Dra. Watson? — preguntó Ashley al verlos marcharse.

—Tengo trabajo que hacer. Ve tu y me cuentas cómo salió todo.

—De inmediato, doctor — se fue corriendo detrás de ella, resonando los tacones y moviendo su cuerpo como un mendigo pingüino.

Ahora entiendo una de las razones por la cual Ayleen la tiene entre ceja y ceja. Me trae tantos recuerdos...