Desde ese día que tuve aquel encontronazo con mi profesor, las cosas fueron fluyendo bien. Aunque era poco lo que participaba, las prácticas en casa rindieron su fruto. Uno de mis sueños lo había cumplido, pero el otro aún estaba a medias. Logré graduarme con honores y certificarme como corresponde, pero aún falta la ronda final, y es que quiero especializarme en cirugía plástica estética y reconstructiva. Aún falta un largo camino por recorrer, pero me sentía más que realizado con las cirugías que he realizado exitosamente por debajo de la mesa. Con el conocimiento que he ido adquiriendo, me he sentido casi preparado para intervenir con la cicatriz que tiene Estefanía. Aunque claro está, aún no estamos en buenos términos, por lo que es probable que no acepte si me ofrezco. 

Ayleen decidió estudiar lo mismo que yo, aunque nuestro gran compañero decidió especializarse en cirugía pediátrica. La amistad entre Ayleen y yo se ha fortalecido grandemente, incluso hemos conversado sobre nuestras metas y planes futuros. Me interesa abrir mi propia clínica, por lo que necesitaré su ayuda y conocimiento. 

Hoy salí más temprano de la universidad, por lo que aproveché el tiempo para encontrarme con el contacto que me suministra los sedantes. Hace unos cuantos años, en la universidad se corrió la voz y llegó a oídos de un muchacho que conocía a este sujeto que suministra en grandes cantidades el medicamento que le ordenemos, siempre y cuando se le pague bien. No sé cómo las consigue, pero la verdad es que no me interesa, para mí lo importante es tener suficiente a la mano para mis intervenciones.

Llegué a la casa y un olor muy exquisito invadió mis fosas nasales. Asumí que Estefanía debía estar preparando algo. Es extraño que esté en la casa, pero más aún, que esté cocinando y no haya comido fuera con sus amigas. Llevé los sedantes al sótano y los guardé en la nevera para mantenerlos a la temperatura adecuada. Luego entré a la cocina para ver qué estaba haciendo. Más que para ver lo que estaba haciendo, para mí era un pretexto para verla. Aunque las cosas entre ella y yo ya no sean como antes, mi corazón se acelera mucho cuando la tengo cerca. 

—Espero no te molestes, pero me preparé la carne que tenías guardada en ese envase que era para tu almuerzo mañana. 

—Ah, ¿esa carne? 

—Sí. Tenía mucha hambre y fue lo primero que encontré en la nevera.

—Se ve deliciosa. 

Tanto asco que mostraba antes por comer carne humana, en cambio ahora parece disfrutar plenamente de ese platillo. Aunque lo más extraño es que no la haya reconocido. Pensé que guardándola en esos envases, haría que ella no la tocara, pero que equivocado estaba. 

—¿Tú comiste? — preguntó, llevando el tenedor a su boca. 

—No, pero ya mismo me preparo algo. 

—¿Vas a estudiar ahora? 

—Ya mismo — me senté en la silla que estaba frente a la suya y descansé mis codos sobre la mesa—. ¿Por qué?

—Quería presentarte a alguien, pero no sé si tienes tiempo. 

—¿A alguien? 

—No sé si esté bien hacerlo, pues no sé cómo lo tomes. 

—¿Estamos hablando de un hombre? — pregunté directamente, sintiendo una especie de disgusto.

—¿Estás molesto? 

—No. ¿Por qué habría de molestarme? Es totalmente normal que quieras rehacer tu vida. Llevamos viviendo mucho tiempo bajo el mismo techo y no habías mencionado nada sobre estar saliendo con alguien, ya me había estado raro. 

—¿Eso es lo único que tienes que decir?

—¿Esperabas que dijera otra cosa?

—Pensé que te molestaría que lo trajera para que lo conocieras. 

—Pues la verdad es que no le veo razón para que me presentes a tu nueva pareja, pero si eso te hace sentir bien y es lo que quieres hacer, entonces tráelo. Iré a estudiar — me levanté de la silla y ella también lo hizo. 

—Athan, no te encierres de nuevo. No estoy saliendo con nadie. Sí estaba conociendo a alguien, pero no puedo corresponderle como quisiera. Todo eso lo dije porque no sé qué más hacer para llamar tu atención. No puedo soportar esto más. Estar tan cerca de ti y a la misma vez tan lejos. Vivimos bajo el mismo techo, pero casi no te veo. Todavía no puedo olvidarte. No sé si tú ya me superaste, si ya no te gusto o estás enamorado de alguien más, pero solo pensar que eso pueda estar pasando, me duele mucho. Ya sé que en gran parte todo esto ha sido mi culpa, pero yo no puedo continuar así. Te necesito, Athan, y necesito que me necesites de la misma forma.