Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

S2: Celos

—Yo no estaba haciendo nada malo.

—Sí, fíjate que nací ayer — me acerqué despacio hacia él, pero lo que me detuvo fueron los pasos de alguien más.

—Aquí están… — maldita inoportuna mujer.

Él se fue a su lado, supongo que en busca de zafarse de mí.

—Aquí estaba su hijo, no yo — seguí mi camino hacia dentro de la casa.

Mis sospechas eran ciertas, efectivamente era ella quien estaba bañándose. Esa pelota no aprende. No sé por qué demonios la muy despreocupada se mete a bañar con dos malditos extraños en la casa y sola.

—Entonces tu nombre es Nathan… Me llamo Marcela y él es mi hijo Joshua.

—Que bien.

—Eres de poco hablar, ¿no?

No, es solo que no me interesa entablar una conversación con dos muertos.

—Algo así, señora.

—Entonces, ¿esa chica y tú son hermanos?

Él me miró, como si hubiera estado interesado en la respuesta. La muy tonta dijo que éramos hermanos y no puedo cambiar la versión.

—Sí. Somos hermanos.

—¿Cuántos años tienes? Te ves muy joven.

—Recientemente cumplí mis dieciocho.

—Ahora entiendo. Puedes ser hasta mi hijo. Este pedacito de cielo que ves aquí, tiene casi tu misma edad.

—Qué bueno.

—He llamado a la compañía y quedaron en restablecer la luz más a la tarde.

Maldición, hay que hacer algo pronto.

Estefanía se unió a la sala y las miradas se centraron en ella. Cualquiera diría que hace todo esto intencionalmente. ¿Es que acaso le gusta que la miren? Estaba con otro pantalón corto y una camiseta que se le veía parte de su barriga. Se sentó a mi lado mientras se secaba con la toalla el cabello.

—Cámbiate esa ropa — le dije en voz baja.

—¿Por qué? Sabes que no tengo muchos trapos que ponerme.

—No me importa. Cámbiate ya.

—¿Qué hay con esa actitud?

—Cállate, porque no me tienes para nada contento. Si no quieres que olvide todo lo que has hecho por mí, quítate esa porquería y ponte algo decente.

—Estás insoportable, Athan.

—Tú no te quedas atrás.

Furiosa se levantó del sofá, caminando ligero hacia el cuarto. Al cabo de unos minutos regresó con una camisa y un pantalón que la cubría casi completamente.

—¿Estás contento ahora? — preguntó entre dientes.

—Sí, mucho mejor.

—No sé ni para qué te hago caso. En esta casa hace mucho calor para estar con esta ropa tan calurosa.

—Aguántate. No vas a morirte por eso.

El timbre de la casa sonó y los dos nos miramos. Joder, espero esto no sea lo que estoy pensando. Me levanté del sofá, pero esa señora se dirigió a la puerta.

—No sé cómo se han podido quedar aquí. La nevera está casi vacía. He encargado una pizza, espero no les moleste.

Tras ver al repartidor en la puerta, pude volver a sentarme y suspirar. Casi sufro un infarto del susto. Esto no puede continuar así.

—¿No van a comer? — puso las pizzas en la mesa.

—Claro que sí. Muchas gracias, señora— Estefanía me miró de reojo—. Vamos.

No quería aceptarlo, realmente no me sentía para nada a gusto, pero lo hice para no levantar sospechas de nada. A diferencia de mí, ella lucía muy sonriente con ellos en la mesa. Especialmente con ese idiota. Estaban charlando delante de mí y hasta secreteando. Por alguna razón, me estaba sintiendo extremadamente irritado.

—¿No tienes apetito? — me preguntó Marcela.

—No — crucé mirada con Estefanía y ella bajó la cabeza —. Buen provecho — me levanté de la mesa y seguí mi camino a la habitación.

Mis manos estaban temblando de la rabia. No podía tener control sobre mi cuerpo. No sé qué me sucede o por qué me siento de esta manera.

—¿Qué es lo que te sucede a ti? Ya basta con esta actitud tan desagradable — no pensé que ella se atrevería a venir detrás de mí para reclamarme algo así, sabiendo que no estoy a gusto aquí.

—Tú… — le agarré el brazo y cerré la puerta, empujando su cuerpo contra la pared—. Me has colmado la maldita paciencia, pelota desobediente. Desde que esa gentuza llegó, no has hecho nada más que provocarme y desobedecerme. Hasta pareciera que te importa más esa gente que yo. Ahora también le sonríes como una pendeja a ese tipo que ni siquiera conoces. ¿Ya le echaste el ojo? ¿Eso es?

—¿Qué? ¿Acaso ser cortés o sonreírle a alguien significa que le estoy echando el ojo? ¿Qué tonterías dices?

—Como si no te conociera. Tú solo debes sonreír para mí, no hay razón alguna para sonreírle a desconocidos.

—¿Qué estás diciendo? ¿Has perdido la cabeza?

—Tú me la estás haciendo perder, comportándote como si estuvieras tan necesitada de un hombre.

—Júrame que no has dicho eso, estúpido.

—Pues sí lo dije. ¿Y qué harás al respecto? ¿Vas a darme una bofetada de las tuyas?

—Eres un infeliz, Athan. ¿Realmente piensas eso de mí?

—No quiero hacerlo, pero tú no ayudas tampoco. Te lo advierto, no te quiero ver sonriéndole a ese tipo más o no respondo.

—¿Estás celoso? ¿Es eso lo que está pasando aquí? Claro, eso explicaría tu comportamiento. No debes sentir celos de una chica que ves como tu hermana, ¿no?

—¿Sentir celos de ti? — reí—. No me jodas.

—Si no lo estás, entonces no tienes razón alguna de exigir que solo sonría para ti.

—Tengo todo el derecho de exigirte eso y mucho más.

—Te equivocas. No tienes ninguno, porque yo no te lo he permitido.

—Fíjate que no necesito y tampoco quiero tu autorización — mordí su cuello y oí su excitante quejido.

—¿Qué crees que haces? Nos van a oír. ¿Estás loco?

—Ese es mi propósito; que escuchen cómo te haré gritar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro