25. Inevitable
KIM TAEHYUNG
Cuando el nuevo año empezó, WooRi desistió sobre la idea de impedir la boda de Jin, así que decidió que era momento de avanzar e intentarlo con alguien más.
¡¿Alguien más?! Claro que no.
No iba a permitir que ella, la mujer a la que yo amaba como a la vida misma, saliera corriendo a los brazos de otro hombre cuando finalmente la tenía solo para mí. Para mi buena suerte, todos eran una bola de perdedores de cara bonita. Buen cuerpo, pero sin ambiciones.
WooRi y yo no éramos una pareja, no teníamos ninguna relación salvo la de nuestros roles como los jóvenes padres que éramos. No existía nada más allá de lo rudimentario; ya no había miradas, ni bromas, y mucho menos tiempo a solas. Habíamos pasado de ser los mejores amigos, a prácticamente desconocidos que compartían el amor y cuidado de una niña de ahora cuatro años.
Pero la amaba.
Amaba a WooRi, y sin importar con quién saliera o quién intentara cortejarla, lo cual me hacía reventar y volverme loco de los celos, ella siempre llegaba a casa conmigo para dormir bajo mi techo. WooRi siempre volvía a mí. Era mía sin saberlo, y yo demasiado cobarde para decírselo.
—¡Dongsun! — Ji Na soltó mi mano y salió proyectada hacia Kim Bum y Mari-na que estaban cubriendo al pobre e indefenso Dongsun en bloqueador.
JiNa lo abrazó por detrás, el niño se puso rojo como un tomate. Te entiendo perfecto, pequeño amigo. Vete acostumbrando, sólo empeora.
—¿Qué haces aquí? — lanzó Seokjin a nuestras espaldas.
—Tranquilo, no iré a tu boda.— aclaró WooRi— Aún no puedo dejar solo a Taehyung con la niña por tres noches seguidas.
—Te pedí personalmente que no vinieras. — Alzó la voz. —Te lo pedí, WooRi. ¿Tan difícil era hacerme un maldito favor? —dio dos pasos hacia ella, invadiendo su espacio personal.
—Hyung, ya es suficiente. — Puse una mano en su hombro, con un movimiento la quitó.
—¿No entiendes que estando tú aquí, todo se arruina?
Él la tomó por los hombros y la sacudió.
Algo oscuro despertó en mi interior. Sin necesidad de utilizar demasiada fuerza, lo empujé hacia atrás y lo sujeté por el cuello de su camisa. Me coloqué entre ellos logrando así una barrera. Miré a Jin directamente a los ojos antes de decir:
—Vuelve a tratarla así, y te romperé la cara.
—Taehyung. —llamó WooRi en voz baja, casi inaudible. Sus pequeños dedos presionaron alrededor del músculo de mi brazo.
—Ve con Mari-na y los niños, ahora las alcanzo.
Ella obedeció y se alejó lo suficiente para que yo pudiera hablar con el idiota que tenía por amigo. Solté a Seokjin mientas le preguntaba: —¿Cuál es tu maldito problema?
Bufando me dio la espalda. Avanzó hacia el área de equipaje así que lo seguí.
—¿Qué está ocurriendo contigo?
—¿Conmigo? ¡El problema es ella! — Gritó, con un brusco movimiento de brazo señaló a WooRi quien nos miraba a la distancia. —¿Qué crees que piense Yong-Sun sobre esto? —Se frotó la cara con las manos. — No puedo ir a decirle que mi antigua prometida está aquí.
—Fácil, dile la verdad. — Me encogí de hombros.
—¿Cuál verdad?
—Que vino conmigo...como mi pareja, y que no dejaré que ustedes dos estén cerca.
—Estás de broma, ¿no? Ustedes no están juntos, yo lo sabría.
—Tal vez si no hubieras estado escondiéndote como un delincuente te habrías enterado.
—Comparten piso, no duerme en tu cama.
—¿Cómo lo sabes? Mami y Papi han estado pasando un buen tiempo de calidad juntos.
—Estás mintiendo. ¡No te atrevas a tocarla!
—¿Quién lo dice? ¿el hombre que para el lunes ya estará casado?
—Iré a hablar con ella.
Lo sujeté del brazo. —No voy a permitir que le hagas más daño.
—WooRi no te incumbe. —Se liberó, viéndome con actitud amenazante.
—Está conmigo ahora. Es mi amiga. Puede que ella tenga escrúpulos en defenderse, pero yo no. Es una mujer maravillosa, nunca la mereciste.
Jin se rio en mi cara. —¿Y tú sí?
—Quizá.
Su expresión se endureció tanto que sus nudillos se volvieron blancos por cerrar las manos en un puño, aspiró violentamente para terminar bufando contra mi cara.
—Te perdoné una vez, no pienso permitir una segunda. Si sabes lo que es mejor para ti te mantendrás alejado de ella.
—¿O qué? — me acerqué aún más. Nuestras narices casi chocando— No puedes tenerlo todo, Jin. ¿Quieres a WooRi o a Yong-Sun? Elige.
—Vete a la mierda.
Saliendo de aeropuerto tomamos los autos que nos llevaron al paraíso, lástima de la razón por la que nos hallábamos ahí.
Por la tarde, una vez instalados en el hotel, le enseñé a JiNa a hacer castillos de arena. Ocasionalmente miraba a WooRi que estaba sentada en un reposadero, un enorme sombrero cubría sus ojos del sol y estaba leyendo un libro. Un desconocido hombre cercano a los treinta y tantos se acercó ella, WooRi aparentaba ser amable mientras se limitaba a responder con simples monosílabos, pero en realidad estaba demasiado incómoda, así que me acerqué.
—¿Puedo ayudarle en algo? —le pregunté tocando su hombro. Él se dio la vuelta y me miró con aire de superioridad.
—No. Estoy muy bien acompañado de esta cosa bonita. —la señaló, arrastrando las palabras.
Perfecto, el tipo estaba ebrio. Para mí, el hombre podía darse por muerto. Me interpuse entre ellos, mi mano fue directo al antebrazo del sujeto y lo obligué a retroceder.
—Esta "cosa bonita" como usted le dice, es mi mujer y la madre de mi hija. Así que si tiene aprecio por su vida y no quiere morir, le pido se retire de aquí.
El tipo volteó a verla y le mandó un beso.
—Nos vemos después, bonita.— le dijo a lo lejos.
WooRi rodó los ojos y regresó la atención a su libro, pero había dejado de leer.
—¿Estás bien?
—Claro.
—Te he salvado la vida.— jugueteé un poco para aligerar su malestar.
Las comisuras de sus labios se elevaron ligeramente. Apenas una diminuta sonrisa. —No es para tanto.
—¿De qué se trata el libro? —Pregunté intrigado mientras me sentaba sobre mis talones para poder echar un vistazo a la portada.
—No te interesa, es algo aburrido.
La miré divertido.
—Puede que no me interese lo que diga el libro, pero me gusta el brillo de tus ojos mientras lo lees. Quiero saber qué es lo que tanto te emociona.
Por la expresión de su cara me di cuenta que recordó aquella plática que tuvimos sobre lo que hacía que ella se enamorara de un hombre, la noche de la boda de Mari-na.
Se acomodó en el reposadero y comenzó a explicar: —Es sobre una mujer cuya hermana fue asesinada. Ella se propone buscar al asesino, pero la historia da un giro inesperado: ¡la hermana es la verdadera criminal! — Me miró y sus mejilla se pusieron coloradas. Sonreí— Es...interesante.
—Apuesto que sí.
Sintiéndonos un poco mas livianos y cómodos de estar uno cerca del otro, regresamos a la habitación a alistarnos para la gran cena antes del día de la boda. Me preocupaba demasiado la forma en la que todo el mundo reaccionaría; WooRi tendría que ver de nuevo a Yong-Sun, y reencontrarse con la madre de Seokjin por seguro. Él, por otro lado, tendría que aparentar que no le molestaba en lo más mínimo verme con WooRi del brazo. Me encargaría de hacer que nos notara.
Terminé de remangar mi camisa, me disponía a terminar de peinar a JiNa cuando WooRi salió del baño vistiendo un conjunto azulado y luciendo un resplandeciente cabello en ondas.
—Tae — reprendió. —, detente.
Enderecé la espalda.
—¿Ahora qué hice? —Me reí nervioso por tenerla allí, tan lejos.
—Estás mirándome extraño.
—No es cierto. —Abrí demasiado los ojos.
—Sí lo haces.
—No.
Rio con la boca cerrada caminando hacia nosotros, del neceser que estaba sobre la almohada sacó un prendedor que combinaba con el vestido de nuestra hija. La observé atento maniobrar con el delgado cabello y finalmente dejarla impecable. Le besó la frente.
— Ya quedó. — pasó la mirada entre Ji Na y yo. —¿Listos?
Mi hija asintió.
—Andando pues. — bajé a la pequeña de la cama, antes de que WooRi se diera la vuelta hacia la salida me acerqué a su espalda. —Luces hermosa.
Aspiró. —Gracias.
Nos encontramos con el resto de los invitados en el restaurante griego ubicado en el lobby del hotel. Todo fue sonrisas y Buenas noches, ¿qué tal?, nada que no pudiera manejar. No fue tan difícil, el setenta por ciento de las personas en esa mesa me odiaban, el otro veinticinco apenas y me conocía, el resto lograba soportarme.
—Hyung. —llamé. Él desatendió un momento al hombre trajeado con el que conversaba amenamente; se volvió hacia nosotros con una sonrisa resplandeciente, la cual fue desapareciendo apenas procesó la fotografía familiar que enmarcábamos.
Carraspeó.
—¿Qué hay?
A pesar de que intentó sonar sereno, fue obvio lo mucho que le costó recuperar el aliento a medida que sus ojos recorrían la estructura de mi pareja. En reflejo serpenteé mi brazo en torno a su cintura atrayéndola más cerca. WooRi se tensó, eso no me gustó para nada. Las pupilas de Jin se volvieron de un oscuro denso.
—Parece que tu madre se tomó muy enserio todo esto. — Lo obligué a mirarme, no podía soportar verlo ansiándola. — ¿Tu papá no enloqueció?
—No en realidad. —Frotó su palma a lo ancho de su pecho dándole un nuevo vistazo rápido a WooRi. —Mi...La mamá de Yong-Sun ayudó bastante.
—Apuesto a que será grandioso, hyung. —Palmeé su brazo.
—Parece que todo el mundo aquí tiene esa expectativa.
—Todo saldrá bien.
Mis ojos salieron disparados a WooRi, era la primera cosa que decía desde que llegamos.
Seokjin titubeó. —Eso espero.
—Verás que sí. —Ella estiró su brazo; con dos dedos apenas tocándole el antebrazo, le dio ánimos. — Será una gran boda. Me alegro por ti.
—Gracias. —Con sus propios dedos acarició el área en que ella lo había tocado. —Te ves muy bien, por cierto.
—Ah...—se le escapó un ligero jadeo. —Gracias.
Mi mandíbula dolía de tenerla tan apretada. Sintiendo que podría en cualquier momento ponerla sobre mi hombro y encerrarla en una habitación hasta que todo esto acabara, preferí calmar mis instintos impulsivos y mejor retirar mi agarre sobre ella. WooRi me miró frunciendo el ceño.
Jin cambió de tema. —¿Cómo lo están pasando? ¿Todo bien con su habitación?
—Es un lugar maravilloso. —WooRi se acomodó un mechón suelto de cabello. —JiNa fue a conocer la playa.
—¿Hola?— En altos y brillantes tacones, Kim Yong-Sun apareció entre nosotros posicionándose junto a su prometido. —¡Qué sorpresa!
Eso era nuevo. A diferencia de tiempos anteriores, Yong-Sun no intentó esconder la falsedad de su sonrisa; ni siquiera detrás de sus blancos dientes. Al parecer tener asegurado el puesto de novia le otorgó cierto descaro. Miré a Seokjin como diciendo ¿En serio?, luego puse los ojos en blanco.
—Lo sé, ¿cierto? —Me dieron arcadas Fruncí la nariz por su asqueroso perfume dulce. — Debo decir que el sorprendido soy yo, no sabía que te habían invitado a la boda, Yong-sun.
Su expresión cayó en una mueca dura.
—Qué gracioso eres, Taehyung — Apretó sus pintados labios antes de chasquear la lengua. —. Resulta que...bueno, al parecer no fui informada de que vendrías, mucho menos sobre su...llegada.
—Soy el padrino, pequeña novia. Y ella...—Regresé mi brazo a su lugar feliz: La cintura de WooRi. —es mi cita.
—¡Oh, vaya! —Alzó las cejas, nuevamente fingiendo. — WooRi, lo siento, no te había visto.
WooRi estiró el cuello. Sé firme. —No te preocupes, es tu noche, debes tener la cabeza en mil cosas. Por cierto, felicidades.
Hice presión en su cadera para que supiera lo orgulloso que estaba de ella. Esa es mi chica.
—Gracias. —Por primera vez Yong-Sun se vio insegura. Se recompuso colocando una mano en el pecho de su prometido como marcando su propiedad sobre él. —Estamos realmente felices.
—Puedo verlo. —El sarcasmo brotó como veneno fuera de los labios de WooRi.
—No quisiera ser grosera, pero la verdad es que no te esperaba en absoluto.
—Yong-Sun. —Reprendió mi amigo por lo bajo.
—Como Taehyung dijo, soy su pareja. Estoy con él. —Espera, ¿qué? La vena de Jin saltó en su frente. WooRi continuó: —Fue de último momento en realidad, esperamos no importunar.
—Oh no, claro que no. —Nos atormentó con su característica risa chillona, sólo que había cierto nerviosismo en ella. — No importa, entre más seamos mejor, ¿cierto, amor?
Seokjin, WooRi y yo, nos tensamos al instante; cada quien por sus propias razones.
—Por supuesto, es genial tenerlos aquí.
Su prometida le besó el mentón. —Te amo.
Seokjin evitó el brillo de dolor en los ojos de WooRi cuando dijo: —Yo a ti.
Maldición.
—Por favor, siéntanse bienvenidos. —la novia nos despachó con un elegante movimiento de manos. —Ahora, si nos disculpan...
Alejé a WooRi de ahí lo más rápido que puede. Fue como caminar al lado de un muerto viviente.
Luego de presentar nuestras felicitaciones a la pareja del momento y zigzaguear para no toparnos a la malvada madre de mi mejor amigo, quien por cierto aún tenía una deuda conmigo por lo que le había hecho a WooRi, ella tomó a Ji Na y juntas se sentaron cerca de Kim Bum, Mari-na y Dongsun; lo cual me dejó obligado a acomodarme junto a mi hermana y su acosadora amiga.
Del otro extremo de la larga mesa, Jin ya estaba acomodado en la cabecera, aparentaba estar escuchando a su tía; pero a pesar de ella estar manoteándole en la cara, él tenía toda su atención puesta en mi chica. Su madre fue la primera en advertir su distracción, pareció llamarle la atención luego de sacudirlo por el hombro. Él parpadeó.
—Hola, guapo. —ronroneó Lee Ji-Hyo apenas tomé asiento. Echándose el cabello hacia atrás, me sonrió mordiéndose el labio.
—Ji-Hyo. —asentí hacia ella, ahogando mi poca disposición en el vaso de agua.
—Atención todos, por favor. —El papá de la novia alzó su copa agradeciendo la presencia de todo el mundo.
En su discurso aburrido mencionó como tres veces lo orgulloso que estaba de su hija. Ya lo entendimos viejo, continúa. También dijo lo mucho que la amaba, y antes de darle a Seokjin oficialmente la bienvenida a su familia, contó la historia de cómo tenían años conociéndose y lo mucho que había esperado a que este día llegara. Le pidió que se pusiera de pie y lo abrazó como si su equipo favorito hubiese ganado la serie mundial. Yong-Sun también se levantó. Cuando su padre dejó de asfixiar a su futuro esposo, ella lo tomó del saco para besarlo como si no existiera un mañana.
Estoy seguro de que nadie más lo notó, pero yo fui claramente consiente de como WooRi tensó el cuerpo y contuvo la respiración; mi ceño brincó inconforme odiando el hecho de que ella aún resintiera alguna emoción triste por él. Queriéndola de nuevo sonriente, por debajo de la mesa de bambú estiré mi mano hasta alcanzar la suya y poder entrelazar nuestros dedos; ella me recompensó con la delgada línea que se dibujó en su rostro.
—Todo va a estar bien—le prometí—, estoy aquí.
—Lo sé.
Sin importarme quién pudiera estar mirando, me agaché a besarle los nudillos. Trayendo conmigo nuestras manos, las dejé reposar en mi pierna derecha. No iba a soltarla.
Aunque sabía al cien por ciento lo difícil que resultaría esa noche para nosotros, si alguien me lo hubiese preguntado en ese momento, diría que jamás estuve preparado para todo lo que aconteció después.
Mientras meseros comenzaron su trayecto de llevar y traer platos, invariablemente tuve que dejar ir la mano de WooRi, muy a regañadientes. Sin embargo, capturé a Jin en varias ocasiones mirando en nuestra dirección, observándola; viéndola reír con Kim Bum o abrazando a Ji Na.
Deseaba que él se arrepintiera por haberla dejado ir, por no haberme cedido el camino desde el principio.
"Eso es, mírala. Acaba de sonreírme, le dio un beso a nuestra hija. La hago feliz."
Me incliné hacia ella aprovechando que estaba distraída y la besé debajo de su oreja; un lugar sensible.
—¡Taehyung! — Soltó una risita nerviosa que hizo a los ojos de Seokjin dispararse de inmediato.
—No me arrepiento, mujer.
Con su rodilla golpeó mi muslo. —Compórtate.
Le di mi risa seductora, ella volteó los ojos y regresó a su comida; me volví hacia mi plato para hacer lo mismo, pero de reojo me percaté de la extraña expresión que Lee Ji-Hyo tenía en el rostro. Estaba mirándome, pero lucía como si hubiese sufrido una perdida, y al mismo tiempo como si quisiera romper algo.
—¿Qué? —Pregunté, bajando mis cubiertos.
—Nada.
Resoplé.
—¿Qué, Ji-Hyo?
—Nada. —repitió.
—¿Enserio? ¿Entonces qué fueron esos ojos locos?
—¿De qué hablas? No hice los ojos locos.
—Ji-Hyo, conozco cada parte de ti.
Ella se sonrojó tan rápido como no había visto nunca a nadie hacerlo. Tosí, porque no iba realmente por ahí.
Dejé de sentir la presión de la pierna de WooRi contra la mía.
—Olvídalo. —dijo. Enarqué una ceja. —Es solo que...
—¿Es sólo que, qué?
Se lamió los labios, ligeramente alterada. —Te estás haciendo mayor.
—¿Disculpa?
—Me refiero en el buen sentido. —Aclaró de inmediato a trompicones. —Quiero decir...traes puesta una camisa azul, del mismo tono de azul que llevabas el día de mi graduación, ¿recuerdas?
Miré hacia abajo alisando la prenda.
—Sí, recuerdo ese día.
—Yo también. —Sonrió afligida. — Incluso tu cabello luce igual que esa tarde; fue por eso la mirada rara. Lo siento.
—Sin problema. —di un trago a mi vaso de agua fría. —Entonces...¿cómo has estado?
—Sabes...—apretó los ojos, luego volvió a abrirlos y me miró como si la hubiese herido. —esa fue una de las mejores noches de mi vida. La primera vez es algo importante para una chica.
Me ahogué en mi propia saliva, salpiqué restos de agua hacia el frente.
—¿Estás bien? —WooRi se inclinó hacia nosotros, viéndose preocupada sobó mi espalda.
—Ah...sí, sólo estábamos...— Limpié mi barbilla con la servilleta de tela dándome tiempo para buscar qué decir. Lee Ji-Hyo irrumpió tomando la delantera; y claramente salvándome:
—Unnie, debes decirle que se corte el cabello. Unos centímetros más y comenzará a verse como el vocalista de alguna banda de rock.
WooRi no perdió de vista los dedos curiosos que se enredaron en mi cabello y acariciaron mi nuca con especial encanto, incluso me pareció haberla visto fruncir el ceño.
—A él le agrada así, y a mí me gusta. —En su voz había cierto enfado, pero ya no nos prestaba atención.
Algo malintencionado centelleó en los ojos de Ji-Hyo.
—Creo que tienes razón. Kim Taehyung se ve todo desaliñado y sexy. Lindo. —Volvió a ronronear sin ningún tipo de pudor.
WooRi dejó caer su bocado en el plato y golpeó por accidente la orilla de la mesa con sus muñecas. La sentencia era clara en su expresión cuando giró la cabeza hacia nosotros.
—Escuché que tienes nuevo novio.
—Ex. —recalcó la palabra, teniendo especial cuidado en que estuviera mirándola cuando lo dijo. —Terminamos hace una semana.
Sin tomarla en cuenta, me enfoqué en comer.
—Te ves bastante recompuesta de la ruptura.
—Era un niño. —Apuntó con fastidio. —En realidad no sé por qué salía con él, siempre he tenido algo por los hombres un poco más grandes que yo.
Extrañamente de pronto una mano le dio calor a mi muslo derecho, lo cual me provocó escalofríos al reconocer la finura de aquellos dedos. Alcé de inmediato la cabeza, Ji-Hyo estaba bebiendo de su respectiva copa sin dejar de sonreírle a WooRi e ignorando por completo la perplejidad que había en mí, pero aún así sin dejar de tocarme.
—Ten cuidado, algunos podrían estar ya tomados.
Sentí otra sacudida repentina cuando mi pierna izquierda recibió exactamente las mismas atenciones que la derecha. ¿Qué mierda está pasando?
—He tenido puestos mis ojos en uno en particular desde hace mucho tiempo. —Respondió la más joven tornándose más audaz.
La mano de WooRi hizo presión cerca de mi rodilla, sus dedos muy firmes hundiéndose en la carne interna de mi muslo mientras que los de Ji-Hyo poco a poco comenzaron a subir por mi entrepierna.
No iba a mentir; alguna vez, hace mucho tiempo puede que tuviese una fantasía relacionada con algo como esto. Hubo un tiempo en que me habría quitado una pierna si eso significaba tenerlas a ambas tocándome; sin embargo, no recuerdo que en mi imaginación fuese tan traumático ni tan desesperante. No sabía cómo detener a Ji-Hyo sin que WooRi se diese cuenta de que estuvo acariciándome. Las manos de ambas estaban a punto de encontrarse, no sabía cómo detener esto.
Y para colmo tuve una gigante monumental erección.
¡Mátame, Dios! Sólo mátame.
Automáticamente cerré las piernas, o de lo contrario sucedería algo bastante vergonzoso y terminaríamos armando una escena. Las dos me miraron extraño, pero no me importó; todo lo que quería era que esta estúpida cena terminara.
Las risas estruendosas de Yong-Sun y su suegra al otro lado de la larga mesa disiparon un poco mi mortificación, todo el mundo giró a verlas para ser partícipes. Ji-Hyo aprovechó ese momento para inclinarse todavía más cerca de mí restregando sus pechos en mi brazo, haciendo evidente la abertura de su escote; sus labios se acercaron a mi cara.
—Tengo mi propia habitación. —dijo susurrante acariciando mi cuello. —Ya sabes, por si quieres pasearte por ahí esta noche.
Mi boca cayó abierta sin saber qué decirle. Las personas a nuestro alrededor de pronto comenzaron a aplaudir; los novios estaban compartiendo otro beso de amor. Me aparté un poco de Ji-Hyo, fue entonces que WooRi repentinamente se puso de pie, dejó a Ji Na en el regazo de Kim Bum y salió a paso veloz del restaurante sin decir nada.
Mari-na y su esposo cuchichearon entre sí. Seokjin también se dio cuenta de su reacción, él y yo compartimos miradas antes de que saliera corriendo en busca de WooRi.
—Disculpen —le dije a nadie en particular.
Pasé a través de un amplio grupo de turistas, antes de preguntarle a una mujer de la recepción si no había visto a una mujer con la descripción de WooRi.
—Lo siento, señor, como sabrá tenemos muchos huéspedes.
Le agradecí su ayuda, aunque no sirviera para nada y continúe buscando. No me tomó mucho más encontrarla en el bar pidiendo una bebida.
—WooRi.
Pasó su cabello al otro hombro y se abanicó con la mano. Resopló angustiada. —Vete.
—¿Estás bien?
—Sí. —El barman le entregó su cóctel. —Gracias. Estoy bien, puedes regresar, voy a quedarme aquí un rato.
—¿Qué sucede?
—Nada. Tenía que salir de ahí, eso es todo.
—Lo has hecho muy bien hasta ahora. Olvídate de Yong-Sun, se siente insegura, por eso se empeña en besarlo frente a todos.
—No puedo hacer esto. —musitó en voz baja.
—¿Quieres regresar a la habitación? Puedo ir por la niña y...
—No, Taehyung —Estiró el cuello. No me miró, todo el tiempo dándome la espalda. —.Lo que quiero es terminarme esta bonita bebida rosa para poder pedir otras cuatro más, entonces consideraré irme a la cama.
—Ven, hay que volver. —Sutilmente la tomé del brazo. Me apartó de un movimiento brusco.
—Ve tú. Yo estoy muy bien.
—Entonces me quedaré aquí.
—No. —giró a verme. —Por favor regresa. Eres el padrino, no puedes ausentarte; además, la señorita Lee ya debe estar preguntando por ti.
—¿Qué tiene que ver Ji-Hyo en todo esto?
Terminó de vaciar el líquido en su boca de un trago, entonces me enfrentó y dijo:
—No la quiero cerca de ti.
—¿Cómo? —Di un paso al frente, pero ella no me quería junto.
—Escúchame: No quiero que te toque, no quiero que te hable. ¡Dios! Ni siquiera puedo con que te mire.
Una nueva dosis de energía explotó en mi cabeza abrigando mi pobre corazón. Si esta hubiese sido la escena de un drama romántico, habría música cursi de fondo, yo estaría besándola justo ahora e inevitablemente la habría tomado de la cintura y estaría girando con ella en mis brazos; entonces WooRi me diría que me ama y viviríamos felices por siempre.
—¡Taehyung! ¿Estás escuchándome?
Sacudí la cabeza saliendo de mi fantasía.
—Déjame ver si lo entiendo: ¿Son celos lo que escucho?
—...No.
—¡Estás celosa! —Sonreí sin poder evitar sonar engreído.
—Quita esa sonrisa de tu cara, idiota.
—No puedes estar celosa; no de Ji-Hyo.
—Cállate, estoy molesta contigo.
—No lo estés.
—No puedo evitarlo, ella...ella no debería estarte tocando enfrente de mí. No debería poder tocarte. Punto.
Tomé su rostro entre mis manos. —WooRi, hace tiempo que todo entre nosotros terminó, aunque si lo piensas no había mucho que terminar.
—¿Y lo sabe? ¿O sólo está haciendo esto para fastidiarme? Porque pareciera que sigue colgada de ti y no se esfuerza mucho en ocultarlo.
—Claro que no. —Mentí.
—¿Harás algo al respecto o tendré que obligarla a permanecer alejada de ti?
—WooRi, vamos, no seas dramática.
—Lo digo enserio.
—Bien, la mantendré lejos. —Nuevamente la atraje a mi cuerpo. —Pero ella sabe que no logrará nada; no es la mujer a la quiero, no es la mujer a la que deseo.
En un simple pestañeo nuestras narices estaban rosando, sentí el delicioso aliento a alcohol y menta entrando por mis fosas nasales ya que la distancia entre nosotros era de sólo unos milímetros. Se relamió rápidamente el labio y fue ahí cuando me di cuenta que lo que más anhelaba era besarme. La idea de también besarla me daba pavor, pero al mismo tiempo me sobreexcitaba el pensar en sentir sus labios sobre los míos una vez más; sobre todo luego del último encuentro fallido donde rodamos por el suelo y casi me monta en seco. Sabía que se arrepentiría después, pero poco importaba en la situación actual. Lo único que quería hacer era besarla y besarla y seguir besándola.
Pero ella me besó primero.
Nuestros labios se recordaban y temblaban de alegría, era inevitable. Estaban más que agradecidos por haberles hecho el gran favor de volverlos a juntar.
Continué besándola sin importarme que el hombre al que ella amaba estuviera cerca; olvidándome de los caprichos de una mujer que bien podría ayudarme a olvidarme por un rato del hecho de que WooRi jamás me amaría. Todo había quedado atrás en un instante, hasta que un extraño escalofrío recorrió nuestras espaldas.
—No. Alto.— pidió con un hilo de voz.
Bajé la cabeza, no permitiría que se sintiera culpable por ese beso; mejor la haría reír, Dios sabía cuánto amaba la risa de WooRi.
—¿Por qué? Te salvé la vida —Levanté sugerente las cejas.
—¿Piensas sacar provecho de esto? —Fingí considerarlo unos segundos. —¡Oye! — golpeó el lateral de mi cabeza. Rio divertida.
Gracias.
—¿Nunca has visto las películas? El superhéroe salva a la chica y después se besan.— Coloqué una mano sobre su mejilla.— Podríamos intentarlo.
—Tae, esto no es una película.
Pegué su frente a la mía y susurré, sólo para nosotros:
—Tienes razón, esto es el mundo real. Pero todavía podríamos ser una obra de arte.
Su piel se heló cuando escuchó eso.
—¿Qué está pasando con nosotros? Dime a qué estamos jugando.
—Se lo dije a Jin una vez; esto no es maldito juego, WooRi. No para mí.
—Entonces, ¿qué demonios estamos haciendo? ¿Qué nos estamos haciendo?
No supe qué responder. Esa, era una jodida gran pregunta; una de la cual sólo ella tenía la respuesta.
¿Cómo están todxs después de TREMENDO prerformance de J-HOPE en Lollapalooza? Yo aún no me recupero; siento que tengo depresión post presentación. Tráiganme al Hobi, lo extraño.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro