Nadie nunca me habló

de la desilución,

de cómo se siente o de cómo

enfrentarla.

Hace no mucho sucedió

y le dio un golpe a mi corazón.

Se llenó de tanto dolor

que al instante se quebró.

Se quebró como un vaso de cristal,

como un vaso antiguo,

tan apreciado y delicado

que con solo tocarlo

puede ser fragmentado.

Mis lágrimas luchaban por salir

para poder exhibir lo que sentí.

mi orgullo se enfrentaba

en una batalla para que ninguna

lágrima fuera derramada;

mi garganta se cerraba y me afixiaba

como si no hubiera nada que

importara más que su palabra.

Palabra que golpeaba con tanta fuerza

mi corazón

que quería arrancarlo de un tirón

del dolor tan fuerte que provocó.

No suelo llorar, pero es difícil lidiar

con un sentimiento no tan peculiar:

mi insomio me hace pensar

si realmente me quieres de verdad

o si solo estás conmigo para llenar tu

soledad.

.Mar.D