Capítulo 29.
“Un casi final"
Penúltimo capítulo.
[...]
—Señor encontramos al cirujano que quería —le informa uno de sus sirvientes a Vegeta.
—¿Cuándo atenderá a mi solicitud? —pregunta bebiendo una copa de vino.
—Hoy mismo señor.
—Perfecto —dice fijando su vista en el techo.
—Señor, será un cambio drástico ¿Está seguro? —le cuestiona uno de ellos.
—Así es pero primero ya saben lo que haremos, yo no dejo deudas pendientes tras de mí ¿Recuerdas? —le da vuelta al vino que tomaba.
—Pero será muy arriesgado, debería reconsiderar su decisión.
—Eres libre de venir o retirarte chino, sólo necesito hombres dispuestos a todo en esta travesía, ya deberías saber que el que no se arriesga no gana...
[...]
En la empresa Cápsule Corp.
Pan.
Lloré y luego sonreí viéndome al espejo, Trunks no se alegrará para nada con esto pero sucedió, acaricié mi vientre pensando en ¿Cómo rayos pasó? Trunks siempre se cuidó, excepto la vez que...
Volví a sonreir y dejé la prueba a un costado de los lavamanos mientras tomaba un poco de agua con las manos lavándome con ella el rostro, ya no quiero llorar ahora debo cuidar de mi bebé, nuestro bebé Trunks, se va sorprender mucho y mamá también.
Un momento ¿Cómo se lo diré a papá? él aún no sabe nada de la relación que tenemos con Trunks, ni siquiera lo sospecha ¿Qué voy a hacer? ni siquiera nos atrevemos a decirle lo nuestro ¿Y ahora sólo voy y le digo que espero un hijo de su jefe? moriría de la impresión o me mataría primero.
Pensaba en eso cuándo escuché a alguien más entrar al baño llorando, era una de las secretarias de nivel medio de la empresa.
—¿Estás bien? —le pregunté secándome el rostro con un pañuelo.
—No.
—No llores ¿Qué te pasa? —interrogué colocándole una mano sobre el hombro.
—Me despidieron.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque estoy embarazada.
—¿Pero como se atrevieron? Esa no es justificación —le quité la mano del hombro y ella se secó las lágrimas.
—Está claro en las reglas, las personas embarazadas serán despedidas sin derecho a volver a ser contratadas.
_¿Qué? Eso no puede ser, hablaré con Tru... —guardé silencio un momento—. Con el señor Briefs —corregí.
—¿Quién crees que autorizó mi despido? —dijo con una sonrisa irónica.
—Debe ser un error...
—No lo es, hablé con él hoy antes de que entrara a esa junta y me dijo que si quería seguir trabajando debería abortarlo.
—¡¿Pero como se atrevió a decir eso?! —exclamé alarmada sin poder creer lo que pasaba.
—Yo no quiero perder mi trabajo, pero no voy a abortar así mi pareja me haya abandonado cuando se enteró, por eso necesito este trabajo.
—No lo hagas, yo hablaré con Trunks y lo convenceré.
—¿Cómo podrías? Oye espera... —me dijo fijando la mirada en mí con detenimiento—. ¿Qué tú no eres su amante?
—Soy su secretaria.
—En la empresa se rumora que eres su amante.
—Sólo son chismes —dije apartando la mirada.
Podría ser su novia, pero no su amante.
—No importa si es cierto o no pero te pido que lo convenzas no quiero abortar.
—Te prometo que lo haré —me sonrió leve y se acercó al lavamanos.
Yo tomé mi bolso e iba a salir del baño pero su voz me detuvo, al voltearla a ver tenía la prueba de embarazo en las manos.
—Oye ¿Tú también lo estás?
—Dame eso —ordené extendiéndole la mano, al parecer se me estaba pegando el carácter demandante de Trunks.
—Sólo preguntaba —respondió dándomela, y yo la volví a guardar en mi bolso—. ¿Es del jefe verdad? —me preguntó.
—No y no quiero rumores —le advertí mintiendo con lo de que no es de Trunks.
Sé los chismes que se armarían, él lo llegaría a saber antes de que siquiera pueda decírselo.
—Ese hombre es un ogro te obligará a deshacerte de él pero no lo hagas.
—Nunca lo haría.
—Cuídate y haz que sufra por las injusticias que comete, quien lo diría el despidiéndome y embarazó a su secretaria, tálvez te despida a tí también y no puedas hacer nada por mí, si me despide me quedaré con la satisfacción de que tú le darás un hijo aún en contra de su voluntad.
—Mira hablaré con él, no hables de mas —le advertí.
Salí del baño y mamá aún me esperaba en la sala así que me acerqué a ella.
—¿Estás bien? —me preguntó.
—Sí mami aúnque cuando Trunks salga de acá nos iremos al aeropuerto.
—¿Y tú ropa?
—tendré que usar un poco de Bra por un tiempo.
—¿Vamos a preparar tú maleta?
—¿No sería peligroso?
—Hablé con Luzardo, pondrá seguridad secreta al rededor de la casa.
—Aún así lo veo arriesgado.
—Iré aún así, seguro quieres llevar algunos recuerdos de casa para no extrañarnos tanto ¿Vienes conmigo?
—Tengo algo que hablar con Trunks, luego iré en su compañía.
—Bien, ¿No te irás sin despedirte cierto?
—No, es sólo que lo que le tengo que decir a Trunks no puede esperar mas, te alcanzaremos en la casa.
—Okey hija.
—Mami, vé con cuidado.
—Claro no te preocupes, ya te lo dije nos cuidan muchos agentes de forma discreta aúnque no nos demos cuenta.
—Bueno mamá, te quiero —nos abrazamos, al separarnos la ví irse.
Trunks dijo que no debíamos irnos de acá pero mamá está confiada en la seguridad y efectivamente afuera un tipo la acompañó y noté que tomó un taxi ella sola, así que me acerqué al elevador y subí al último nivel.
Hay tanto por hablar con Trunks, no sé como se lo diré espero que lo tome bien, lo esperé en el escritorio de afuera de su oficina, cielos estoy nerviosa aúnque debo decírselo pero esto cambiará nuestras vidas quizás esta sea la última vez que esté en este escritorio considerando que nos iremos del país.
Transcurrieron un par de horas y por fin subió aúnque iba con el seño fruncido y parecía muy molesto.
—Amor... —me puse de pie viéndolo.
—Ahora no —me respondió en seco entrando a su oficina, fuí tras de él y noté que se dejó caer en el aciento con los ojos cerrados, luego de unos momentos los abrió observandome—: ¡Te dije que ahora no! —agregó elevando la voz.
—No me grites —le respondí en voz baja acercándome a su escritorio—. ¿Qué pasó?
—Muchas cosas y en ninguna puedo hacer nada para solucionarlo.
—¿Mmm? —murmuré confusa.
—No pude renunciar a mi puesto, la mayoría de accionistas votó porque me quedara o retirarían las inversiones, la compañía se mantendría a flote incluso si las retiraran tomando en cuenta invertir yo mismo y estaba dispuesto a correr ese riesgo si no me hubiera llegado esto —dijo lanzando un sobre sobre la mesa.
—¿Qué es? —pregunté viendo el papel.
—Un citatorio policial —suspiró llevando su mano derecha a su frente acariciando su cien trando de calmar el estrés al parecer—. Debo presentarme por mi pie a un interrogatorio hoy en la tarde o me capturarán acusándome de complicidad con papá, por si fuera poco tengo prohibido salir del país mientras no se esclarezca el caso.
Al escuchar eso supe que todos nuestros planes de salir del país habían quedado frustrados, sólo quedaba ver el lado positivo.
—Debes asistir amor ya verás que todo se esclarecerá —le dije en voz suave, él retiró su mano y me vió con desdén.
—¿Y luego que eh? —me preguntó con incredulidad—. ¿Me dejo atrapar y mientras tu corres peligro? ¡Porque papá está libre!
—No veas las cosas así, no te van a atrapar sólo es...
—¡Un maldito interrogatorio para declararme complice de papá! ¿Olvidas que yo sabia quién era él y dónde se ocultaba?
Él siguió viéndome como si todo estuviera perdido, es cierto que no había visto las cosas de esa manera pero...
—Amor, Luzardo está de nuestra parte y él...
_¡No quiero ni que me hables de él! —me interrumpió.
—Pero amor yo...
—¡¿Tú qué?! —me gritó con desesperación interrumpiendo de nuevo—. ¿Tú lo hiciste sin malicia? Pues eso no quita lo complicado que está todo ahora.
—Nada, es verdad yo soy la culpable.
—Lo peor es que si no voy me van a arrestar.
Suspiró viendo al techo, por más que yo intentara buscar una solución no la encontraba, no pensé que las cosas se fueran a torcer tanto.
—Amor —dije llamando su atención.
—¿Qué quieres?
—Pues... —me vió con una mirada interrogante ¿Cómo se lo digo? Oye ¿Qué crees? Vamos a tener un bebé aúnque tú no quisieras y estemos pasando el peor momento de nuestras vidas. No, decirlo ahora sería terrible por lo que decidí mejor desviar el tema—: nada sólo quería saber algo ¿Tú despediste a una empleada antes de entrar a la junta? La ví llorando en el baño y dijo que sí.
—Sí, yo auntorizé su despido ¿Por qué lo preguntas?
—Creo que no es justo que la despidan sólo porque está embarazada.
—Ella ya sabía las reglas.
—¡Pero es un bebé! —le grité ante la frialdad que demostraba.
Quizás estaba un poco dolida por la situación que pasaba yo y su indiferencia ante estas cosas.
—¡Es un mocoso que le estorbará la vida! —dijo lentamente en voz alta—. Ya la hizo perder su trabajo.
—¡Es una bendición en su vida! —reproché.
—¡No lo es! Si quiere seguir trabajando tendrá que abortarlo, no seré blando con las reglas para que todos las incumplan y esto sea un caos.
—¡¿Cómo puedes decir eso y justo tú?! —le grité alterada, él fijó su mirada en mí con el semblante serio.
—¡¿Justo yo?! —me preguntó perdiendo los estribos—. ¿A qué te refieres con eso?
—¿Qué harías tú si la que estuviera embarazada fuera yo? —le pregunté tomando valor.
—Eso es imposible, deja de decir cosas estúpidas por defenderla —dijo calmando el tono de su voz apartando la mirada.
No sé si es que cuando se trata de mí se ablanda pero nunca dá una respuesta certera, prefiere evitar el tema.
—¿Y si fuera cierto que? —lo ví fijamente y él devolvió la vista a mí suspirando.
—No lo es, Solo dices estas cosas porque contigo soy blando, quieres que me ablande con ella pero no lo haré —frunció el cejo colocando ambas manos sobre la mesa, su figura se volvió completamente intimidante—. ¡Estoy arto de todo esto! ¡Quizás porque soy blando contigo cometes tantas estúpideces! Pero se acabó, llegué a un punto dónde todo me sobrepasa.
—¡Eso dices pero dentro no es así! Nunca das una respuesta certera.
—¿Quieres tú respuesta? —sonrió irónicamente y negó con la cabeza volviendo a elevar la voz con una furia muy notable—. ¡Si tú fueras quien está embarazada en este momento te llevo a cualquier clínica para que te hagan un aborto! ¡¿Acaso lo estás?! ¡Dímelo! ¡¿Lo estas?!.
—No, ¡No lo estoy! —le grité mintiendo.
Lo ví casi llorando, no podía creer lo que escuchaba pero estaba tan enojado que me dió miedo decirle la verdad, su furia esta vez lo sobrepasaba demasiado y yo por fin no pude hacer más que romper en llanto.
—¡¿Y ahora que te pasa?! —me preguntó gritando aún con la furia a flor de piel.
—Nada, no es tu error es solo mío, cometo error tras error.
Se quedó viéndome pensativo, yo me limpié las lágrimas apartando la vista a otro lado.
—¿A que demonios te refieres? —me preguntó.
—¡Quiero irme a casa! —le grité.
Sólo quería llorar en paz, quizás solo romper este momento de incomodidad o escapar de sus preguntas sino yo misma terminaría diciéndole la verdad.
—¿Qué? —preguntó incrédulo, es cierto había cambiado de la nada de tema.
—¿Me llevas a casa o me voy sola? —le cuestioné tratando de dejar de llorar.
—Te llevo pero por tu equipaje, tú y mi hermana se irán del país.
—¡No me voy a ningún lado! —volví a gritar.
Es cierto, nosotras no tenemos ningúna restricción que nos impida salir del país.
—¡Te vas y punto! —me gritó también.
—Trunks —musité.
—¡¿Qué?!
—Estoy... Estoy... —cerré los ojos pensando, ¿Se lo diré?
—¡¿Estás qué?! —gritó, volví a abrir los ojos viéndolo.
La furia le rebasa, no puedo, si lo digo esto se saldrá aún más de control.
—¡Estoy estoy arta! —dije en cambio—. ¡Arta de que decidas por mí! —Lo vi con la vista nublada de lágrimas, él sólo se puso de pie y me señaló la puerta con la mano.
Salí llorando pensando en ¿Qué pasará ahora? Estoy embarazada y Trunks no lo querrá, lo más seguro es que mis padres se enojen, mamá al final me perdonará y terminará pidiéndole dinero a Trunks por mi bebé y no quiero eso.
Este bebé es solo mío y no pienso dejar que nadie se quiera deshacer o intente sacar provecho de él, odio esto... Pero yo no quiero irme a otro país ahora.
Al salir afuera Trunks me abrió la puerta del auto y entre enojada sacando un espejo de maquillaje de mi bolso luego tiré este enojada al pequeño espacio que queda desde el vidrio. Me ví en el espejo y el maquillaje que Bra me había puesto estaba hecho un desastre, más porque seguia llorando. Este cabello azúl no me gusta no me siento yo misma.
Trunks sólo entró al auto y comenzó a conducir, ni volteó a verme aunque seguía llorando, ví por la ventana preguntándome ¿Qué haría ahora? posé mi mano sobre mi vientre, Trunks no se hará cargo lo sé perfecto, debo irme lejos...
Llegamos afuera de la casa y bajé rápido del auto, Trunks caminó tras de mí así que me dí la vuelta confrontándolo.
—¡¿Qué quieres?! —le grité enojada.
—Vamos por tus cosas ¿No? —me dijo en tono de voz calmado.
—¡Déjame sola! —exclamé.
—¿Y ahora qué te sucede? —me preguntó confuso.
—¡Quiero estar sola! —volví a gritarle.
Necesito que me deje sola, tengo que escapar de él y de todos.
—Pues te jodes porque te acompañaré mientras papá no aparezca —me dijo tranquilamente encogiéndose de hombros.
—No corro ningun riesgo —dije bajando la voz.
—¿A no? ¿Y por qué crees eso?
—Luzardo dijo que nos pondría protección.
—Luzardo bla bla bla... ¿Y dónde están eh? —me cuestionó—. Yo ahora podria matarte si fuera mi padre y de eaos dichosos policías ni sus luces.
—Deben estar dentro de casa, mi madre está aquí, vino porque me iba preparar las maletas ¿Comprendes?
—Desobedecieron mis órdenes acerca de que permanecieran las dos en la empresa, ya me parecía raro no haberla visto, ahora sé de quién sacaste ese carácter.
—Pues como ves todo está tranquilo por acá, no sucede nada anormal.
—Aún así no pienso dejarte sola.
—¡Solo vete! —le espeté.
—No.
—Está bien, ve por Bra y de aquí nos vamos al aeropuerto ¿Así está mejor?
—Pero Pan...
—Eso o nada, tú decides.
—Está bien, entra y no salgas hasta que regrese ¿Si está tu madre en casa verdad?
—Así es, no te mentiría.
—Lo sé, no te enojes yo solo quiero tu bien.
—Ajá.
—Es en serio.
—Como sea —me dí la vuelta para ir hacia la puerta de la casa pero de pronto sentí que Trunks me tomó de la muñeca jalándo de ella hasta que me atrapó en un abrazo.
Se aferró mucho a mí eso me extrañó demasiado y más porque luego me besó con mucha ansiedad cómo si el mundo se fuera a acabar, luego se separó sonriendo un poco viéndome fijamente pero aparté la vista de él, ya nadie de los dos dijo nada solo suspiró y me soltó lentamente viéndome como si no quisiera irse pero yo lo ví con la mirada segura de que debía irse.
Bajó la vista y se alejó hasta su auto donde volvió a verme como rogando con la mirada, cruzé los brazos seria entonces subió a su auto y no entré a casa hasta que vi que se fué.
Al entrar no busqué a mamá lo cual fué un gran error, solamente me dirigí a mi habitación y comencé a empacar mis cosas, que raro mamá dijo que prepararía mi maleta y no fué así.
Pero solo podía pensar en que seguramente mis padres no me perdonarán y Trunks se querrá deshacer del bebé así que estoy sola, no me puedo ir con Bra porque Trunks se enteraría de la verdad conforme pasen los meses.
Busqué un poco de dinero que guardaba en una pequeña caja junto con mi pasaporte pero es muy poco esto no me alcanzará para nada quizá de un viaje de ida a otro país pero ¿Y el hospedaje? ¿La comida? ¿Y las citas médicas?
No podría cubrir ni la mitad de los gastos del embarazo ¿Y quién me dará trabajo en este estado? No lo sé pero no me puedo quedar aquí tampoco, luego les escribiré una carta a mis padres explicando todo.
Volteé a ver hacia mi vientre y suspiré, no debemos quedarnos bebé seremos felices pero solos, cerré la maleta dejandola sobre la cama guardando ahí el dinero, volví a guardar la caja arriba del armario pero me llené las manos de polvo al tocar la superficie, es cierto hace mucho que no limpio.
Sacudí mis manos pero aún estaban manchadas de polvo, limpiaba el piso pero no el armario de la parte de arriba desde hace años, ahora ya no podré volver a limpiar este lugar, quizá sea la última vez que esté aquí, entré al cuarto de baño y me dirigí al lavamanos, encendí el grifo y me lavé con jabón antibacterial, ahí noté el anillo en mi mano.
—Supongo que la boda ya no se realizará —susurré con nostalgia—. Así que esto será la única ayuda que aceptaremos ¿Cuánto podrá valer este anillo si lo vendo? —vi a mi vientre y luego de secarme me acaricié con una mano sonriendo.
Levanté la vista al espejo pero algo en el reflejo me hizo quedarme completamente pasmada.
—Se ve muy fino, en el mercado negro no bajará de cien mil zenis...
[...]
Trunks.
Casi llegaba al hotel, debo apresurarme para volver por pan, no me gusta dejarla sola. Aceleré el auto lo más que podía, no quería tener una infracción de tránsito pero tenía que correr ese riesgo, sin embargo un poco más adelante otro auto casi hace que nos estrellaramos por atravesarse enfrente pero por suerte frené a tiempo mientras bajaba el vidrio y le gritaba que si que le pasaba, idiota.
Siguió su recorrido y yo volví a subir el vidrio pero vi que por la pequeña conmoción y frenar tan rápido habían varias cosas tiradas en la alfombra del auto del lado del copiloto, Pan dejó aqui su bolso abierto y se cayeron todas sus cosas.
Estacioné el auto en donde nobe estorbara a los autos que venían tras de mí y empecé a recoger todo antes que se quiebren algunos de sus artículos de belleza, aún así sus sombras se desmoronaron deberá comprar más, levanté con cuidado sus cosas pero de repente me topé con algo que me hizo quedarme helado.
Acerqué una mano bastante nervioso a ese pequeño artefacto, dudé un momento pero al final lo tomé y me quedé en shock por unos momentos. ¿P-positivo? ¿Es de Pan?
Es una prueba de embarazo y es positiva, ¿Pero cómo puede ser? Sin embargo si me pongo a recordar sus palabras todo parece concordar con que sí es de ella. Cuándo me reclamó por correr a esa empleada de la empresa ella me dijo que justamente yo no podría sugerir un aborto, ¿Quería decir que yo seré papá? Si está embarazada es mío, yo he sido el único hombre en su vida.
¿Por eso me preguntó viéndome fijo que pasaría si fuera ella la embarazada? Pero yo... ¡Yo la amenacé con llevarla a abortar! Me puse una mano en la frente recordando ¿Qué estupidez hice? Pero ¿Cómo? yo siempre me cuidé esto no debió suceder pero sin embargo dijo que comería error tras error ¿Se habrá olvidado de tomar la píldora la primera vez que lo hicimos? Esa pequeña olvidadiza, claro eso era lo que me intentaba decir al momento de cortar sus palabras diciendo “Estoy" quería decir “Estoy embarazada".
Claro por eso lloraba, le dió miedo mi carácter y mis palabras, soy un estúpido le hablé demasiado cruel fué por eso que lloró y me dijo que era solo su error porque yo no había cometido ninguno, claro todo concordaba, los síntomas y el tiempo con la única vez que... Sonreí por media cara aceptándolo.
Nos ha pasado mucho en muy poco tiempo, ¿Pan está embarazada? ¿Me va a dar un hijo? ¿Lleva algo mío dentro de ella? No me imagino lo asustada que debe estar y yo de estúpido empeorando las cosas diciéndole todo eso a gritos. Un momento ¿Yo de estúpido?
¿Qué pasa Trunks Briefs? Se supone que no quiero hijos ¿Será que de pronto me llegó el amor paternal? Es un hijo... Una responsabilidad muy grande, no estamos preparados para eso y Pan. Pan lo defendió hasta de mí negándome que lo está y luego, ella insistió tanto en que me fuera porque...
—No, no Pan tú no me puedes hacer esto, piensa escapar de mi porque piensa que le haré daño a nuestro bebé, bueno si lo pensaba pero ahora que veo las cosas mejor ¡Agh! Fuí un completo imbécil ¿En qué pensaba? Pan debe estar asustada y aún así no se ha sido cobarde. Yo en lugar de apoyarla ¡Agh! ¡Tonto!
Le dí la vuelta al auto tomando de nuevo la otra via para regresar yo debo apoyarla no dejaré que se alejen de mi yo los debo proteger, yo no le haré daño a nuestro bebé, Pan...
[...]
Pan
—No, no, no por favor, es una pesadilla.
—¿Te sorprende verme?
—No es cierto —Lo veía por el espejo asustada, él solo sonrió complacido.
—¿Dónde están tus modales nuera? ¿No le piensas ofrecer café a tu suegro ya que vino de visita?
—¡Lárgese! —le grité.
Intenté correr pero no pude por el caminador que aún tenía en el pie, me sujetó abrazándome por la espalda, sentía su respiración acelerada en mi cuello haciendo que caminara llegando cerca de la cama.
—Shh quieta, quieta chiquilla —susurró contra mi cabello.
—No me mate por favor Vegeta —musité empezando a llorar.
—¿Matarte? —me preguntó en aires de grandeza—. ¿Quién habló de muerte? Shh no llores...
—No me haga daño...
—¿Daño? No, tranquila si no te haré daño.
—Suélteme por favor.
—¿Por qué? Lloras así pequeña —me preguntó lanzándome a la cama—. ¿Quieres que papi te haga compañía?
—Aléjese —trataba de alejarme pero no lo conseguía y el seguia viéndome de una manera maníaca.
Se subió sobre mí en la cama tomándome por la cintura, tenía muchísimo miedo y no lograba quitarlo de encima, pensé que me violaría pero uno de sus guardias entró haciendo que él fijara su vista en aquel hombre.
—¿Por qué interrumpes? —le preguntó.
—Perdón señor, es su hijo, nos informaron que viene hacia acá.
—Trunks —dije sonriendo levemente.
—Ni te ilusiones que tu principe no te salvará —pronunció Vegeta levantándose cargándome sobre su hombro—. vámonos.
—¡No! ¡Déjenme! ¡Déjenme! ¡Suélteme! —gritaba pero mis suplicas eran ignoradas, fuera de la habitación habian como veinte hombres ¿Cómo es que no me dí cuenta de eso? y ¿mi madre que le hicieron a ella?—: ¡Déjame! ¡¿Dónde está mamá?!
—Cállate de una buena vez.
—¡Mamá! —seguía gritando y ella no respondía.
Ellos me sacaron a la fuerza de la casa, habían escondido sus autos atrás de esta, eran como cuatro y la limucina dónde entró Vegeta en compañía de algunos de sus hombres que me amarraron de pies y manos, también me colocaron un pañuelo en la boca mientras el conductor de la limucina emprendía su marcha.
Tenía miedo pero me inquietaba aún más ver a un tipo sentado lejos con la cara completamente vendada ¿A dónde me llevarán?
[...]
—Perdón señora bonita yo solo seguia órdenes —decía uno de los hombres de Vegeta, quitándole un pañuelo de la boca a Videl.
Esta permanecía amarrada a una silla en su propia habitación.
—¡¿Dónde está mi hija?! —le grita ella alarmada.
—Pues se la llevaron, ella debe pagar pero usted no tiene nada que ver con esto.
—¡Suéltame!
—Lo siento pero el señor me ordenó que solo le quitara el pañuelo de la boca y me fuera, con permiso —le dice alejándose
—¡No te vallas! ¡Suéltame!
—Lo siento —dice saliendo de la habitación.
[...]
Trunks.
Por fin llegué afuera de la casa de Pan y estacioné rápido el auto pero me sorprendí al ver a uno de los hombres de papá salir de dentro asi que no lo pensé dos veces y corrí hacia él ya que trataba de huir de mí al verme salir del auto. Lo atrapé unos momentos después sujetandolo del cuello contra la pared.
—¡¿Qué haces aquí?! ¿Dónde está Pan? —le pregunté frunciendo el cejo muy enfadado.
—Perdón yo solo seguía órdenes.
—¡¿Dónde está?! —insistí presionándolo más contra la pared.
—Su padre se la llevó, el planeó todo.
—¿Qué? —dejé de hacerle fuerza asimilando las palabras que decía—. Maldita sea...
—Dejamos amarrada a la señora madre de ella.
—Mira chino me vas a decir la verdad ¿A dónde se la llevaron?
—No lo sé señor.
—¡¡¡Habla!!! —le grité perdiendo la paciencia, cada segundo que pasaba era vital.
—No sé creo que usted conoce mas esos lugares que yo —me dijo observándome con miedo.
—Ah claro ya sé... —dije cayendo en cuenta de sus palabras, no quiere traicionar a papá pero diciéndome que yo conozco mejor que nadie esos lugares se refiere a que yo conozco el lugar al cuál la van a llevar, aún así mi mirada hacía él seguía siendo apática—: ve a desatar esa señora y le dices que iré por su hija.
-—Pero señor —protestó.
—¡¡¡Ahora!!! —le grité soltándolo y el asintió rápidamente.
—Si señor. (Lo siento señor Trunks, su padre lo decidió así, se irá a meter a una trampa usted mismito)
—¡¡¡Muévete!!! —le volví a gritar y él corrió a la entrada de la casa.
Me alejé quitándome el apoyador del brazo dejándolo tirando en el jardín, subiendo así al auto y empecé a conducir, sé a dónde la llevará, a la casa dónde se la presenté, lo sé pero serán muchas horas de camino ¿Y qué haré solo yo? Debería llevar ayuda y no llevo ni un arma, voy a la guerra y sin fusil prácticamente. Se trata de la vida de Pan y nuestro bebé esto ya no es un juego debo hacer lo correcto.
Tomé mi teléfono y le marqué a la última persona que pensé que lo haría en el mundo.
—Luzardo, soy yo —dije conduciendo con rapidez.
—Briefs, ¿A qué debo el honor?
—No estoy para saludos Luzardo, escucha necesito tu ayuda y ojalá esta vez tus agentes de inteligencia internacional sirvan de algo.
—Para que tú pidas ayuda debes necesitarla realmente, ¿Qué sucedió Briefs?
—Es mi padre, tiene a Pan y necesito que tú y tus hombres hagan su trabajo.
—¿Cómo es posible?
—No conoces lo astuto que es mi padre y tampoco tengo tiempo de dar explicaciones, voy conduciendo hacia allá toma papel y lápiz porque te daré la dirección de a dónde debes ir.
Luego de darle la dirección correcta colgué la llamada, esta vez nos jugaremos el todo por el todo pero pase lo que pase voy a rescatarla, resiste Pan...
[...]
Pan.
—¿Qué planean? —le pregunté a Vegeta.
Habían pasado varias horas conduciendo al parecer, llegamos a una casa que conocía bien, la casa en la que Trunks me presentó a su padre por primera vez.
Esta vez no tendría privilegios me llevaron a unas prisiones subterráneas debajo de ella pero ya me habían quitado el pañuelo al encerrarme tras esos barrotes.
—Quiero que mi hijo vea como me follo a su noviecita para que se le quite lo imbécil —respondió Vegeta afuera de la prisión—. Luego te mataré.
—¡Trunks te odiará! —le grité enfadada.
—Para lo que me importa, me iré luego de este país.
—Te odio... —dije entre dientes.
Ellos se alejaron dejándome sola y pasó un largo rato más lloré de tanto miedo que tenía, es obvio que estoy muy aterrada no sólo por mí sino por mi bebé y por Trunks que vendrá a caer en una trampa.
Lo que más me enoja es la importencia de no poder hacer nada, no puedo impedirlo, no puedo hacer nada más que seguír llorando.
Luego escuché que alguien se acercaba y abrió la puerta lentamente.
—No me hagan daño —pedí entre sollozos.
—Shh soy yo —respondió una voz que conocía perfectamente.
—¿Trunks? ¿Cómo llegaste aquí? —reclamé entre dientes.
—Yo tengo mis mañas y conozco este lugar como la palma de mi mano, vámonos —dijo soltando mis pies y manos.
—Pero Trunks yo debo decirte algo...
—Lo sé —me interrumpió tomándome de la mano, colocó su otra mano sobre mi vientre sonriendo y yo lo ví confusa, sí tenía que decirle lo de la trampa pero esto me tomó por sorpresa—: vámonos.
—¿Cómo es qué...?
—Dejaste la prueba en el auto —dijo interrumpiendo mis palabras sacándome de esa duda—. Vamos luego hablamos.
—No quiero, no quiero que le hagas daño a mi bebé —dije retrocediendo un par de pasos.
—No se lo haré los amo, ahora vámonos —me jaló de la mano.
No me restaba más que confiar, me sacó lo más rápido posible de la celda pero en uno de los callejones nos encontramos con su padre y sus hombres, maldición estábamos por lograrlo.
—¿A dónde la llevas? —le preguntó él.
—¡A mí casa! me llevo a mí mujer y mi hijo conmigo —le contestó Trunks con mucha seguridad en la voz.
—¿Hasta crees que te dejaré? —le respondió su padre.
—Señor —los interrumpió uno de ellos—. La policía viene hacia acá son más de diez mil soldados.
Trunks.
—Así que Luzardo me hizo caso —murmuré.
Mi padre fijó su vista en mí con una furia muy notable, sabía que luego de esto ya no tendría escapatoria.
—¡Me traicionaste maldito! —me gritó elevando su arma.
Por unos momentos creí que me dispararía pero no, dirigió el arma hacia...
—¡¡¡Pan!!! —grité rápidamente.
No podía permitir que les hiciera daño ni a ella ni a mí hijo.
Jamás me pregunté como moriría pero creo que hacerlo en lugar de alguien a quien amo era una buena manera.
Papá disparó y yo me coloqué frente a pan cubriendola con mi cuerpo.
Pan.
—¡¡¡Trunks!!! —grité llorando, ví que el disparo de Vegeta le dió justo en el hombro izquierdo y mis lágrimas corrieron al verlo caer al suelo, lo abracé inclinándome sobre él en el suelo llorando a gritos—: ¡Mi amor!
—No es posible —susurró Vegeta dejando caer el arma.
—¡Amor resiste! —grité en un aludido al ver cómo se desangraba cada vez más.
—C-cuida a nuestro bebé... —dijo intentando sonreír—. Te lo dejo encargado, deberás perdónarme por dejarte con la responsabilidad.
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