Capítulo 01.
Aquí empieza todo.
Las ruedas de las maletas arrastradas por adultos y niños en un aeropuerto de Japón, hacían que el ambiente de espera se volviera más tenso para una pareja de esposos que esperaban impacientes la llegada de su hija quien había ido a estudiar a Harvard una de las mejores universidades de Estados Unidos, el horario giraba alrededor de las dieciséis horas.
—Ya estoy emocionada Gohan —pronunció una mujer de cabello negro, ojos azules y corpulencia delgada— vamos a volver a ver a nuestra Pan.
—Lo se amor —respondía su acompañante el cuál tenía el cabello negro e ojos del mismo color, aún llevaba puesto el traje color negro representativo de la empresa de acciones en la que trabaja—: fue buena idea mandarla a estudiar tan lejos para que regresara como toda una profesional Videl —agregó con una sonrisa mientras se colocaba los lentes.
—Lo se amor, eso de estudiar administración de empresas en el extranjero estuvo muy bien —sonrió alegremente pero con inquietud— y todo gracias a tu esfuerzo amor
—Si je je —desvió la vista riendo con nerviosismo—. Valió la pena con esta satisfacción de verla ya cuento los minutos.
—Yo también pero no te emociones mucho recuerda tu corazón —colocó la mano sobre el pecho de Gohan un tanto preocupada.
—Lo se —aceptó suspirando—. Nada de fuertes impresiones.
Videl sonrió apoyando una de sus manos en el brazo de Gohan, ambos esperaban impacientes en la sala de espera del aeropuerto, la hora de llegada del vuelo había pasado ya hace varios minutos pero ambos sabían que su hija debía pasar por varios puestos de control.
Se observaron mutuamente y luego al frente de las sillas de espera fue entonces cuando lograron visualizar una hermosa joven de estatura promedio 1.65 metros de alto, sus ojos se iluminaron y una sonrisa se formó en el rostro de la pareja al ver cuánto había cambiado.
Ella sonrió emocionada dejando ver sus ojos color negro acompañados de una tierna sonrisa, su cabello negro liso le recaía a la cintura, su figura delgada era muy llamativa. Se aproximaba a sus padres llevando dos maletas y al verlos no pudo evitar contener la emoción de correr hacia ellos y abrazarlos.
Son Pan.
—Vinieron papás los amo —pronuncié sin poder dejar de abrazarlos.
La emoción de tantos años alejada de ellos se hacía presente.
—¿Cómo estás hija? —me pregunta mamá separándose leve del abrazo observandome— mira como cambiaste ya eres toda una mujer.
—Estoy bien mami —acepté con sinceridad—. Siento como si no me hubiera ido nunca ¿Qué han echo con sus vidas?
—Ya ni siquiera se marca tu acento, eres toda una americana —pronunció papá a lo cuál reí un poco—. Me he asociado con la empresa Capsule Corp con ese nuevo trabajo pude ayudarte a suplir los gastos de tus estudios y un día podrás tomar mi puesto pequeña
—Y es algo que siempre te voy a agradecer papi te quiero —me separé del abrazo mostrándole una sonrisa.
—Lo que sea por mi princesa —dijo él con una sonrisa.
—Gracias papá pero ¿Cómo es eso de la empresa Capsule Corp? dicen que es muy famosa —cuestioné dudosa.
—Así es hija es una empresa muy importante —afirmó—. Antes la señora Bulma Briefs era la directora pero ahora es su hijo Trunks Briefs.
—Mmm —hice un sonido con los labios pensativa—. Apuesto a que se llevan bien.
—No mucho —suspiró con cansancio en contestación lo cuál me hizo fruncir el cejo—. Es un poco pesado pero no quiero hablar de trabajo ahora.
—Tienes razón papá —me encogí de hombros.
Aunque aún permanecía con la duda de ver a mi padre, un hombre tan dedicado a su trabajo admirable desde cualquier punto de vista con ese cansancio mental.
Aún así los abracé de nuevo y los solté unos segundos después tomando mis maletas, se que después de aquí iremos a casa siento como si jamás me hubiera ido de aqui, aqui dejé mis recuerdos, a mis padres, a mis abuelos y mi tío creo que los extrañaba muchísimo mas de lo que me imaginaba.
Irme de Japón no estaba en mis planes pero le agradezco a mi padre el esfuerzo que hizo aunque ya me urgía regresar me enteré de que estaba mal de su corazón y eso no me gustó papá es el hombre mas bueno que conozco siempre se ha sacrificado para que tengamos lo mejor.
Gracias a el soy lo que soy hoy en día y desde mañana empezaré a buscar trabajo porque quiero retribuirles todo lo que ellos han echo por mi porque mi madre también aportaba de alguna o otra manera siempre me llamaba diciéndome que me extrañaba eso me hacia sentir que los tenía un poquito mas cerca estar lejos de tu país natal por seis años no ha sido nada facil pero aqui estoy de vuelta y lista para lo que venga...
[...]
En otra parte de la ciudad.
Un joven de ojos azules revisaba minuciosamente varios archivos que contenían cuentas de una empresa, números tras números y no le cuadraban, apoyando la espalda en el aciento en el cuál estaba sentado observaba hacia el techo exhalando aire de sus pulmones, colocando una mano sobre su frente, frunciendo el cejo dejando ver el semblante de alguien de carácter fuerte, pero en cuánto escucha abrirse la puerta de su oficina recupera la postura apoyando ambos brazos sobre su escritorio.
—¿Me llamó señor? —pregunta una mujer de piel morena, cabello atado en un rollete vestida con un vestido negro.
—Así es Mónic —pronuncia el joven de cabello negro y ojos azules— ya revisé una y otra vez las cuentas y no me cuadran los números.
—Señor, ¿quiere que llame a los auxiliares contables? —pregunta la mujer dudosa.
—Si pero hazlo rápido, ¿¡Qué esperas!? —grita el joven perdiendo los estribos.
—Y-Ya voy señor Trunks, con permiso —balbucea la mujer retirándose.
Trunks Briefs.
—Son unos buenos para nada —musité mientras seguia revisando los números y no me cuadraba absolutamente nada.
Giré el aciento observando hacia la ventana, era una buena vista desde el último piso pero no tenía tiempo para sentarme a ver el atardecer, aqui faltaba dinero y no coincidían las salidas con los ingresos alguien debió tomar dinero sin mi autorización y ahora por si fuera poco tendré que pedir una auditoría en toda la empresa lo único que me faltaba como si no tuviera suficientes problemas ya.
Me puse a pensar en como pudo suceder cuando de pronto sonó mi teléfono personal dudé en contestar pero al final lo hice.
—Dime padre —contesté a un extremo del teléfono.
—Me enteré de que tenéis problemas con el dinero —habló al otro lado de la linea.
—Estoy perfectamente padre —suspiré con cansancio—. Supongo que lo habrás notado si revisaste mis estados de cuenta.
—No hablo de eso hijo sino de la empresa.
—Eso no te importa a ti padre ¿como te enteraste? —cuestioné.
—Eso no importa tampoco hijo pero sabes que cuentas conmigo.
—No estoy en banca rota —rebatí— se manejar perfecto la empresa que mi madre me dejó.
—No seas orgulloso hijo.
—No lo soy pero preferiría invertir de mi dinero personal antes que aceptar un solo zeni tuyo —le aclaré.
—¿Hasta cuando Trunks? —escuché que dijo al otro lado de la línea con un tono molesto—. Yo podría ayudarte a encontrar fácilmente al culpable y hacerlo devolver hasta el último Zeni.
—Haber si lo entiendes padre yo soy muy diferente a ti y no creo que tus “métodos" —hice énfasis en la palabra— funcionen tan bien así que no.
—Esa empresa le pertenece a ti y a tu hermana Trunks —ahí iba metiendo a mi hermana en nuestra charla, mi punto débil pero ni así lograría su objetivo.
—Pero mientras Bra siga en la universidad únicamente yo me encargo de sus acciones —advertí.
—Sabes que no debes cargar solo con toda la responsabilidad —su voz sonó más dócil pero ni así me convencería.
—Yo puedo con esto y mas padre pero veo que estas muy bien informado de todo ¿acaso tienes algún espía en la empresa? —cuestioné.
—Eso no es así.
—No soy estúpido, no te metas mas en nuestras vidas y sobre todo no te acerques a mi hermana o me conocerás
—¿Pero que afán de mantenerse alejados de mi? yo soy su padre.
—Si papá pero no te quiero cerca de ella ni de mi no estoy de acuerdo con lo que haces —exhalé aire.
—Hijo sabes que estoy para apoyarte no me alejaré —insistió.
—Haz lo que quieras pero no te vuelvas a acercar a nosotros, tu presencia le costó la vida a mi madre así que si eso es todo adiós papá —colgué la llamada y me quedé pensando.
No dejaré que mi padre se acerque a mi hermanita Bra cuando se acercó de nuevo a mi madre a ella le costó la vida en un ajuste de cuentas de la mafia, así es mafia mi padre es un mafioso líder de una muy peligrosa y extensa mafia a lo largo de todo Japón e incluso internacionalmente sus dominios se extienden hasta Europa.
Él no se rentaría el alma para matar a nadie ni vender drogas, ni hacer desfalcos bancarios o cobrar cuentas con cualquiera, sí se que debería denunciarlo pero es tan hábil que no deja ninguna pista que lo incrimine y aunque las autoridades ya tienen conocimiento de esa mafia no saben nada del líder de la misma y sea como sea es mi padre y jamás lo denunciaría.
Aunque soy muy diferente a él, desde la muerte de mi madre hace un año me hice cargo solo de esta empresa y de mi hermana la cual se quedó a mi lado y aunque es mas pequeña que yo ha sido como una segunda madre para mi y justo por eso y por el cariño que le tengo siempre la sobre protegeré y cuidaré de ella, justo vivimos juntos en una casa no muy lejos de la empresa aunque ella ignora a que se dedica papá piensa que es un empresario que se mantiene viajando pero no es así y aunque el posee mucho dinero jamás he aceptado un solo zeni de ese dinero sucio a como yo lo llamo lo que tengo lo he conseguido con mi propio esfuerzo.
Antes de la muerte de mi madre también trabajaba aqui con otro puesto claro, yo conocí la empresa desde abajo y aunque a veces soy un poco estricto solo lo hago porque soy perfeccionista y si el líder no toma las riendas todo se arruinará y no dejaré que la empresa que le costó levantar tanto a mi madre termine en banca rota y aunque estos números que no me cuadran es casi nada no puedo tener a un traidor en mi empresa pero por lo pronto...
Suspiro presionando el botón del comunicador telefónico.
—Monic ven a mi oficina de inmediato por favor —corto la comunicación y en menos tiempo del que me imagino me encuentro a Monic entrando a mi oficina.
—Dígame señor —pronuncia con voz servicial.
—Estas despedida —digo cortante.
—¿Qué? —parpadea confusa.
—Lo que oíste, pasa por tu liquidación al banco.
—Pero ¿porque señor?
—Porque no me gustan los espías —me apoyo pesadamente en el aciento— no soy estúpido y dile a mi padre que soy mas inteligente que el ahora largo de aqui —ordeno.
—Perdón señor con permiso —hace una reverencia confirmando que lo era, un espía menos de papá cerca de mí pero ahora necesitaré una nueva secretaria y necesito resolver este problema primero.
[...]
En casa de los Son...
—Bienvenida hija —pronuncia una mujer de mayor edad, con cabello ya blanqueado por el paso del tiempo, Milk, madre de Son Gohan, el padre de Pan.
—Pero mira como cambiaste Pan —admira otro señor de mayor edad con cabello blanqueado también, Goku, esposo de Milk.
—¿Donde la cambiaron? —pronuncia un joven mayor que Pan entrando a la sala.
Vestía con una camisa verde manga corta y una pantaloneta azul, sus ojos eran color negro al igual que su cabello.
Son Pan.
—Gracias abuelos y muy gracioso tío Goten —rodeé los ojos con ironía fingida— pero soy la misma Pan de siempre.
—Pues cambiaste bastante —dijo mi abuela sonriendo—. Te fuiste de diecisiete años y mira regresaste echa toda una mujer.
—Bueno el tiempo pasó abuela, no puedo creer que pasaran seis años desde ese entonces pero ya estoy lista para poner en practica todo lo que aprendí —suspiré satisfecha.
—Pero ahora a celebrar Pan —agregó mi abuelo—. Tú abuela preparó una comida deliciosa.
—Gracias abuelito ya extrañaba esta comida y estar con ustedes —le respondí con ternura.
—Bueno sientate hija —dijo mi madre dejando mi maleta en la sala—. Luego acomodaremos tu ropa
—si mamá —le dije mientras caminaba hasta el comedor, todos tomaron sus lugares a la mesa.
—Por fin toda nuestra familia reunida —dijo mi padre a mi lado, tomó mi mano sonriendo pero en ese momento vibró su teléfono— perdón debo contestar es mi jefe... —me hizo una mueca soltando mi mano— si señor dígame —pronunció mientras yo probaba la comida.
—Son Gohan —escuché la voz de su jefe, por estar tan cerca de él — mañana te quiero a primera hora en mi oficina.
—Si señor pero ¿Puedo saber el motivo? —mi padre lucia un poco nervioso lo cuál me desconcertó.
—No me gusta hablar de esto por teléfono —le respondió su jefe— te espero mañana temprano.
—Si señor como usted desee —finalizaron la llamada.
—¿Qué pasó amor? —preguntó mamá preocupada.
—Me quiere ver mañana muy temprano —aceptó papá—. parecía molesto.
—¿Pero porque Gohan? —le pregunta mamá dudosa.
—Creo que...
Me levanto de la mesa de golpe al ver que papá se agarra el hombro, parecía que estaba sintiendo dolor.
—Amor tomate la pastilla —dice mamá en su ayuda, le acerca un vaso de agua con una pequeña capsula lo cual agradezco, tanto tiempo fuera que no tengo ni idea de como actuar
—Gracias amor —pronuncia papá luego de que recibe el vaso e se toma la pastilla— no se que haría sin ti —agrega.
—No te alteres papi te puede hacer daño —logro decir por fin.
—Tienes razón mi pequeña —me observa con una sonrisa— ahora lo importante es que estas aqui conmigo siempre buscaré que estén bien.
—Entonces cuidate papá no queremos que te pase nada y no te preocupes por nada te amamos —hago una expresión de pesar.
—Y yo a ustedes mis princesas —nos ve con una mirada tierna.
—Bueno basta de charlas y sirvan el postre —menciona mi tío.
—Pero que impaciente eres Goten —le regaña mi abuela y todos reímos.
[...]
Unas horas mas tarde
Son Pan.
—Mi habitación está igual que cuando me fuí —paseé la vista por el lugar y luego observé a mi madre, quien abría mi maleta sobre la cama.
—No quisimos mover nada esto nos recordaba a ti —respondió suspirando.
—Gracias mamá pero deja eso no quiero que te agotes yo empezaré a acomodar mi ropa —le dije acercándome a la cama sosteniendo sus manos pero aún con cierta incertidumbre—: por cierto mamá...
—¿Que pasa hija? —me pregunta rápidamente.
—Eso me pregunto yo mamá —digo suspirando— papá se alteró al recibir esa llamada
—No lo se hija tu padre no me quiere decir nada pero presiento que algo anda mal —ella desvió su mirada al suelo con pesar mientras las dudas se apoderaba aún más de mí.
—¿Cómo que? —pregunté de nuevo.
—No lo se Pan —acarició mi mano con preocupación— pero se puso así después de recibir esa llamada.
—Seguro su jefe a de ser un viejo amargado que solo lo está presionando —intenté bromear, mamá solo sonrió un poco.
—No lo se hija pero no le digas así —me dijo aún con una sonrisa en los labios.
—Pues por lo visto eso es lo que pasa... —aseguré.
[...]
Trunks Briefs.
—Hermanita llegué —dije entrando en mi casa con una sonrisa.
—Bienvenido hermano —me devolvió la sonrisa de forma dulce— ¿cómo te fué?
—Un día pesado —acepté suspirando, dejando sobre un sofá mi portafolios aflojandome la corbata— ¿y a ti hermanita?
—Pues faltaron unos docentes a la universidad —pronunció rodando sus ojos color azul, acariciándose con una mano su cabello azúl— así que tuve cursos libres pero no me digas hermanita ya estoy grande.
—Para mi siempre serás mi enanita —me acerqué y le revolví el cabello mientras ella se quejaba.
—Tengo veinte solo soy diez años menor que tú —pronunció con enfado fingido.
—Como sea Bra, siempre serás mi hermanita
—Tú siempre serás mi hermanito
—Hmm ¿preparaste la cena? —le cuestiono al sentir un olor a comida casera.
—Así si es te dije que no necesitábamos personal yo me puedo hacer cargo perfecto de esta casa a como lo haría... —disminuye sus palabras colocando una mano sobre su boca.
La tristeza se hace presente en ella, pero aún así trato de consolarla.
—Ya no llores hermanita —la abracé cálidamente— mamá ahora está en un lugar mejor, tú y yo nos tenemos el uno al otro a mamá no le gustaría vernos tristes.
—Lo se hermanito —solloza unos momentos contra mi pecho— pero desde que ella murió tu te has echo cargo de todo y dejaste tu vida personal de lado por mi.
—No fue por ti Bra —suspiré pesadamente.
—Si fue así, por mi culpa terminaste con tu prometida.
—Eso no fue así —repetí con cansancio— Mai quería una casa para nosotros solos y yo no te abandonaría hermanita una mujer que no acepta a mi familia no merece estar en mi vida.
—Pero pude haberme quedado con papá —pronunció inocentemente aunque eso me hizo soltarla.
—Nunca mientras yo viva hermanita —le dije viendola fijo con el semblante serio— además Mai quería que aceptara la ayuda económica de papá y eso nunca.
—Pero ¿por qué no? —sus ojos se ablandaron— ¿por qué lo odias tanto?
—No lo odio hermanita solo me gusta conseguir las cosas por mi mismo —mentí.
—Pero... —intentó insistir.
—Sin peros —pronuncié duramente pero luego suavicé mi tono de voz— mejor ya sirve esa comida que tiene un olor delicioso...
[...]
Al día siguiente en casa de los Son.
Son Pan.
—Buenos días mamá —saludé llegando a la sala, ella estaba sentada tomando una taza de café, pero me extrañó que papá ya no estuviera— ¿y papá?
—Ya se fué a trabajar hija.
—Hmmm —hice un sonido con los labios, sentándome a la mesa— salió temprano lastima ya no me pude despedir de él.
—Bueno dormiste mucho —sus labios formaron una sonrisa divertida.
—No me acostumbro a este horario —reí y volteé a ver hacia la cocina pero me sorprendió ver sobre la islita un frasco de medicina— mamá ¿Esa no es la medicina de papá?
—Si —pronunció levantándose sorprendida hasta tomar el frasco— hay no ¿como se le pudo olvidar? —preguntó preocupada.
—No te preocupes mamá yo se la puedo llevar —dije tomándola de sus manos.
—Pero hija —escuché que dijo aún más preocupada, la observé con una mirada comprensiva.
—Así podré recordar esta ciudad mamá, conoceré donde trabaja papá y puedo buscarme un trabajo de paso.
—Pero si ni has desayunado.
—Comeré algo por ahí —me encojí de hombros caminando a la puerta pero la voz irónica de mi mamá me detuvo.
—¿Y a donde irás? —su voz hizo que me volteara a verla un poco despistada.
—Ups... —rasqué mi mejilla, mientras mamá anotaba algo en una libreta.
—Toma es la dirección pídele a algún taxi que te lleve —extendió el papel hacia mi.
—Sí gracias mamá —le sonreí recibiendo el papel.
—Esta niña sigue igual de despistada...
[...]
En la empresa Cápsule Corp
Trunks Briefs.
Los primeros minutos de la mañana sin una secretaria se me estaban siendo eternos, tenía que ordenar por mi mismo mis compromisos, así como contestar algunos E-mail's, tendré que contratar a alguien lo más pronto posible, ver si hay expedientes para que opten al trabajo y que puedan trabajar desde mañana mismo, sin embargo mientras ordenaba papelería sobre mi escritorio la puerta de entrada de mi oficina se abrió.
—¿puedo pasar señor? —preguntó Gohan entre abriendo la puerta.
—Adelante siéntese —pronuncié señalando el aciento de frente al escritorio.
—Gracias.
Tomó asiento y yo también suspirando cerrando los ojos un breve momento.
—Mire señor Son —abrí los ojos y coloqué las dos manos sobre la mesa viendolo serio— seré directo con usted los números no me están cuadrando para nada.
—¿Que insinúa señor? —dijo en una pregunta con voz suave, como si temiera algo.
—Yo no insinúo nada —decidí ser directo— estoy seguro que usted tomó dinero que no le correspondía es el único con ese acceso.
—Señor yo... —intentó explicar pero lo interrumpí.
—Mire yo no quiero involucrar a las autoridades en esto porque se que con mi madre nunca tuvo problemas y tampoco conmigo hasta ahora así que dígame la verdad no quiero pedir una auditoría ¿usted tomó ese dinero?
—La verdad si señor —aceptó y suspiré fuerte, quizá una parte de mi esperaba que no hubiera sido así.
—Lo sabia pero ¿porque no me pidió prestado y prefirió robar? —negué con la cabeza y él habló rápidamente.
—No le robé señor yo le devolvería hasta el último zeni fue una emergencia.
—¿Sabe que eso no justifica lo que hizo? —suspiré incrédulo.
—Lo se señor por eso le pido mil disculpas y repondré todo lo prometo —se disculpó con un tono de voz rogatorio a lo cual yo apoyé el puño cerrado contra mi mejilla.
—Deme una razón para no despedirlo —aparté la vista de él fijándola en la puerta de entrada, estaba entreabierta desde un principio pero en aquel momento una joven que desconocía entraba por ella.
—¡¡¡¿Pero como se atreve?!!! —gritoneó dando grandes zancadas hasta llegar frente a mi escritorio.
—Pero tú ¿Quién diablos eres? —acaricié mi cien con impaciencia ante tal descaro.
—¿Hija? —pronunció Gohan con tono desconcertado, lo cuál me hizo alternar la vista entre ambos, ¿esta era la hija de Gohan?
—Si papá —le dijo ella mostrándole un pequeño frasco— vine a traerte tus medicinas pero no pude evitar oir lo que te dijo este troglodita —sus ojos se posaron en los míos, resoplé y la ira me empezó a recorrer todo el cuerpo.
—¿Qué? —articulé aún incrédulo ante tal falta de respeto.
—Lo que escuchó —ni siquiera trató de negarlo.
Le dejó el frasco que sostenía a Gohan quién casi no era capaz de sostenerlo por la brusquedad con la que se lo había dado sin verlo, pues sus ojos y cejo fruncido se mantenían fijos en mí por lo que no pude evitar dar un golpe en la mesa apoyando las manos en esta para poder verla fijo con total seriedad.
—¿Quién te crees para entrar así a mi oficina mocosa? —apoyé más fuerte mis manos sobre la mesa mientras mi ira crecía y parecía que la suya también.
—Soy la hija del que querias despedir y lo defenderé de quien sea.
—Largo de aquí —pronuncié entre dientes.
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