Las calles de estaban adornadas con las hojas que caían de los árboles. Así, anunciando la llegada del otoño. No importaba la hora que fuera, las hojas amarillas, naranjas y marrones llenaban el suelo y lucían hermosas.
Ahora eran aproximadamente las 7 de la noche y el cielo ya era adornado por la enorme luna llena y hermosas estrellas que alumbraban las calles ya no tan transitadas.

Regularmente Emma solía mantener su postura hasta que la mayoría de las personas abandonaran el parque del centro, pero esta vez no se pudo contener, las lágrimas habían salido sin permiso y mucho más temprano de lo previsto. Muchas personas se preguntaban el por qué aquella hermosa chica de cabello castaño claro, lloraba con tanto dolor, algunas se preguntaban el por qué daba una enorme sonrisa si por dentro estaba destrozada. Los amigos de Emma solo la veían salir siempre a la misma hora y regresar a altas horas de la madrugada con sus hermosos ojos cafés, rojizos por causa de llorar toda la noche.
Nadie podía terminar con el sufrimiento Emma, por más que lo intentaran Emma no iba dejar de ir a llorar a ese parque donde había vivido tantas cosas, aquel parque donde había iniciado algo hermoso pero que también había terminando de una manera que dejo a Emma con un enorme dolor en el pecho y un corazón roto.

El sonido de el móvil de Emma interrumpió sus sollozos, era una llamada, era su mejor amigo el cual estaba con los nervios a flor de piel, ya era demasiado tarde. Las horas pasan volando, pensó internamente Emma con una sonrisa triste.

- Dios Emma - su rubio amigo se escuchaba desesperado, volvió a pensar Emma. - Ya son las 3 de la madrugada y todavía no llegas a casa, mujer. Tyler, Tyler esta que se vuelve loco al igual que yo.

- Se pasó el tiempo volando Rubén - habló la castaña con voz quebrada, aun quería seguir llorando. - Estaré en casa lo más rápido posible

- Más te vale Emma, por que todos estamos muy preocupados por tí, sales todas las noches a las 7 y no vuelves hasta la madrugada

- Estoy bien, solo necesito tiempo a solas, dile a Tyler que estoy bien y que ya estoy a una cuadra del edificio.

- Ya hablaremos - las voz del rubio salió seria, después colgó. Y después se escuchó el un suspiro castaña.