
Capítulo doce
—Porque todas esas pequeñas cosas que te hacen ser tú, las amo, las amo...
—Tú fuiste la primera, fuiste mi comienzo, y también mi final, pero te amo... te amo...
Sus parpados se cerraron en el instante en que comencé a cantar, como si disfrutara oír mi voz, mezclándose con la suya. Y cuando su mirada se enfocaba en mí, sus ojos se volvían mucho más brillantes al contrastarse con las luces que nos iluminaban. Los tonos coloridos que chocaban contra su rostro, resaltaban sus expresiones, pero su sonrisa era la que se llevaba toda mi atención.
El resto del mundo parecía no existir a nuestro alrededor. Todo lo que mis oídos podían escuchar era la voz ronca de Josh, fluyendo melodiosamente hasta envolverme en su magnetismo.
Sus ojos seguían fijos en los míos, atrapándome entre sus pupilas, mientras sus dedos se dedicaban a acariciar las cuerdas de la guitarra. Los demás sonidos se complementaban, transformando cada canción en algo único, y el latido acelerado de mi corazón parecía seguir el vaivén de la música.
Estaba tan deslumbrada por él y todos aquellos detalles que lo hacían ser Josh. Porque aunque su expresión solía ser fría, en realidad su corazón era el lugar más cálido que había conocido nunca. Porque aunque sus limitadas palabras en una conversación, no podían ser comparadas a todas aquellas que se unían en sus versos, hasta convertirlas en poesía.
Josh estaba expandiendo mi mundo, arrastrándome con él y provocando sensaciones placenteras que jamás imaginé sentir al cantar. No sentía miedo cuando estaba a su lado, y mis problemas parecían volverse pequeñitos...
Siempre que tuviese a Josh a mi lado, junto a una guitarra, un lápiz y un papel, entonces sabría que todo estaría bien.
—Esa sonrisa, esos ojos... oh dios, es el paraíso... —cantó el final de aquella canción, siendo también la última de la noche. —, por eso, te amo, te amo...
El público rompió en aplausos, mientras pedían más de nosotros.
Mi corazón llenó de vigor hizo que no temiera posar mi mirada en todas esas personas. Y desde lo alto del escenario sentí que el miedo se había desvanecido por completo, reemplazando el sentimiento por felicidad pura.
—¡Muchas gracias y buenas noches! —se despidió Josh antes de que todos bajáramos del escenario, mientras el bullicio del público nos perseguía.
—¡Eso fue un éxito! —celebró el baterista, abrazando al resto de sus amigos. —. Lo hiciste increíble, Michelle —me felicitó, chocando palmas conmigo.
—Sonó increíble. Creo que jamás nos habíamos escuchado mejor —agregó el bajista, sonriendo emocionado.
Mi mirada buscó a Josh, quien fue el último en entrar a la sala de descanso y en cuanto sus ojos regresaron a los míos, su cuerpo se apresuró a mí, tomándome entre sus manos y alzándome en el aire.
—¡Lo hiciste tan bien! —celebró, sonriendo tan genuinamente que sus ojos parecieron sonreír también.
Sus brazos rodearon mi cuerpo, regalándome un abrazo lleno de orgullo, compartiendo el mismo sentimiento que yo sentía.
Su rostro se hundió en mi cuello, y yo me encogí contra su cuerpo, sintiendo que ese era el lugar más seguro de todos. Su calidez me envolvía, abrazándome con delicadeza, pero también, aferrándose a mí, como si no quisiese alejarse.
—Siempre quise hacer eso... —susurró en voz baja.
Si pudiese permanecer aquí un poco más, apoyada contra su pecho, oyendo el latido acelerado de su corazón, quizás el dolor desaparecería por completo. No volvería a llorar nunca más, no volvería a sufrir...
—¡Tenemos que celebrar! —exclamó alguien detrás de nosotros. —. Pediré cervezas para todos.
—¿Te quedarás? —preguntó Josh al alejar su rostro de mi cuello para poder mirarme a los ojos.
—¿Puede venir Dana también? —pregunté.
—Por supuesto —asintió. —. Luego iré a dejarlas a casa. No te preocupes.
—Gracias, Josh —sonreí, saltando de nuevo a sus brazos. —. Gracias por todo...
—No es nada... —murmuró. —. Una vez me dijiste que... cantabas cuanto te sentías feliz...
Lo miré a los ojos, mientras intentaba recordar.
—Por favor hazlo siempre... —susurró, paseando su pulgar por mis mejillas. —, déjame oírte siendo feliz.
Sentí mi estómago revolotear al oír sus palabras, mientras sus ojos me observaban con profundidad.
Me sentí atrapada por su mirada, por sus manos rozando mi piel y por su sonrisa.
Incluso se había un torbellino detrás de mí, justo ahora yo era feliz.
—¿Van a beber o seguirán coqueteando frente a nosotros? —una voz se interpuso rompiendo nuestra burbuja.
—Eh... yo iré por Dana —murmuré rápidamente.
—Claro, ve por ella —asintió él, apartando sus manos.
Sonreí una última vez, antes de salir del lugar para ir tras mi amiga. Sin embargo, mi corazón no dejaba de latir desbocado producto de aquellas electrizantes sensaciones que recorrieron mi cuerpo.
Llevé mis dedos a mi pecho, sintiendo aquel golpeteo fuerte y mis mejillas ardieron mucho más al caer en cuenta de lo cerca que habíamos estado el uno del otro. Y de repente, todos mis pensamientos se volcaron hacia una sola persona...
—¡Mimi! —la voz de Dana resonó entre la multitud. —¡Estuviste increíble! —me abrazó con fuerza, saltando de emoción.
—¿En verdad lo crees?
—¡Claro que sí! grabé muchos videos, así que te los enviaré para que puedas oírte a ti misma —sonrió.
—No puedo creer que me haya atrevido a hacerlo. Pensé que... jamás podría...
Aún seguía asimilándolo, como si todo esto se tratase de un sueño del que no quería despertar.
—Venga, vayamos a celebrar —señalé, tomando su mano. —. Nos están esperando...
Ella me siguió sin dudar, adentrándonos nuevamente en la sala en donde la banda estaba reunida celebrando. También se habían unido otras personas, amigos del grupo, y entre todos ellos estábamos nosotras dos.
—¿Qué quieren beber? —preguntó el baterista, quien se presentó como Xander. —. Pidan lo que quieran, la casa invita.
—Solo una coca-cola —contestó Dana.
—Yo una cerveza —respondí después de ella y Xander fue por ellas a la barra.
—¡Hagamos un brindis por el concierto de esta noche!
—¡Bájate de la mesa, Miles! —lo retó Josh en ese instante.
Reí ante ello, mientras el tal Miles dedicaba algunas palabras en honor al exitoso concierto. Sin embargo, Josh se giró hacia mí, volviendo a enfocarse en nosotros.
Seguía con el cabello atado, aunque un poco más despeinado que antes. Sin embargo, seguía luciendo atractivo.
—...Y, le agradecemos a Josh por invitar a su novia a cantar con él —añadió Miles, provocando que todo el mundo nos aplaudiera. —. Si tienen hijos algun día, espero que canten tan bonito como ustedes —finalizó, alzando sus pulgares y sentí mi cara arder al oír eso último.
Josh solo rió, pero no lo negó.
Nuestras bebidas fueron puestas sobre la mesa, y bebí un gran sorbo de mi cerveza para aliviar mi garganta y enfriar mis mejillas. Me sentía acalorada, como si mi rostro no pudiese apagarse, mucho menos cuando podía sentir la mirada de Josh clavada sobre mí.
—Estás roja... —comentó.
—¿Ah sí? —fingí no saber nada.
—¿Quieres salir un momento? —preguntó.
Me giré hacia Dana, quien parecía estar en medio de una conversación con Xander, el baterista de la banda. Regresé mi mirada hacia Josh y asentí.
Ambos nos levantamos de la mesa, saliendo juntos hacia el exterior. El viento frío chocó contra mi cuerpo, y él procuró entregarme su chaqueta para que pudiese cubrirme.
—¿Estás disfrutando también? —le pregunté, aferrando mis dedos a los bordes de la chaqueta.
—Mucho... —sonrió, llevando ambas manos a los bolsillos delanteros de sus jeans. —¿Recuerdas cuando nos conocimos ese primer día de universidad? —preguntó repentinamente.
—Fue durante... el recibimiento a los estudiantes de primer año ¿no? —recordaba vagamente nuestro primer encuentro, ya que ese día conocí a demasiadas personas.
Estaba recién uniéndome a la universidad, así que, intenté adaptarme a todos los grupos que me rodeaban en aquel entonces. Solo quería encajar para no sentirme aislada, y creo que ese fue un primer mal comienzo, ya que, terminé perdiendo parte de mi esencia tan solo por pertenecer a ellos.
—Pero yo te vi mucho antes... —confesó Josh, posando su mirada en el cielo.
Me quedé en silencio, asimilando aquella declaración, mientras sentía que nuevamente mi corazón y mi cuerpo ya no eran míos, porque reaccionaban inconscientemente a sus palabras.
—Estabas cantando una canción de Coldplay, mientras estudiabas en la sala común. Solo estabas tú allí, y por eso, no fue difícil para mí descubrir que eras la persona que cantaba...
—¿Cómo puedes recordar eso? fue hace mucho tiempo... —murmuré sorprendida.
—Porque fue cuando te oí cantar por primera vez... Y desde entonces, no pude sacarte de mi cabeza... —declaró, dibujando esa sonrisa que dibujaba dos hoyuelos en sus mejillas.
—¿Qué...? —perdí el aliento.
Él me miró con picardía, como si hubiese sido descubierto ante algo que no debió decir.
—Dime... ¿qué harás ahora? —preguntó. —¿Qué piensas hacer conmigo?
Mi pulso continuó aumentando, sintiéndome acorralada con cada palabra que salía de sus labios. La verdad, no sabía qué responder, porque jamás me había sentido así de confundida. Mis pensamientos no eran claros y mis labios no podían coordinarse para responder, porque no tenía idea...
Hasta hace unos minutos me sentía bien con su cercanía, pero ahora era como si mi corazón estuviese a punto de estallar. Y para cuando me di cuenta, su cuerpo se encontraba a unos pocos centímetros de los míos.
—Quiero... —mi voz salió temblorosa, fallándome en el proceso. —. Quiero seguir cantando a tu lado. Quiero... que sigas sosteniendo mi mano y me lleves contigo. A dónde sea... —susurré, y con tan solo decir aquello, él deslizó sus dedos por mi brazo hasta unirlos a los míos en respuesta a mis palabras.
Josh sonrió otra vez, pero esta vez fue diferente.
Su mirada transmitió un sentimiento diferente, como si detrás de aquellas orbes grises hubiesen miles de confesiones que no podían ser reveladas. Pero el simple roce de sus dedos fue suficiente para hacer que mi cuerpo volviese a conectar con el suyo. Como dos piezas que encajan a la perfección.
—¿Sabías que el nombre Michelle significa "Quien como ella"?
—No, no lo sabía... —sonreí ante aquel comentario que pareció ser una vía para calmar la tensión entre los dos. —. Se aprende algo nuevo todos los días...
—Así es —asintió, acariciando mis dedos. —. ¡Oh! hay algo más... —pareció recordar y sus dedos buscaron en sus bolsillos antes de extender algo hacia mí. —, esto es para ti. Para que nunca olvides esta noche...
Mi mirada bajó hacia el pequeño objeto entre sus dedos. Era la misma púa de guitarra que había usado durante el concierto.
—¿Enserio quieres dármela? —pregunté sorprendida.
—Sí.
La recibí, observándola con detenimiento.
—Muchas gracias, Josh —alcé mi mirada hacia él. —. No tengo nada para darte... —me disculpé.
—Solo canta para mí y yo seré feliz...
—Te conformas con cosas simples...
—Pero eso lo es todo para mí —declaró.
No había punto de comparación entre lo que él me había dado y lo que yo podía ofrecerle. Sin embargo, quería hacer más por él...
Apreciaría esta noche con todo mi corazón. Y aquella púa me recordaría cada toque, cada sonrisa, cada melodía...
Esa púa siempre me devolvería a los brazos de Josh...
*****
Me había pasado el fin de semana reproduciendo una y otra vez aquellos videos que Dana había grabado durante el concierto. Y lo cierto era que, mi corazón aún no lograba recuperarse de los efectos colaterales...
Cada que veía la imagen de Josh a mi lado, regresaba a esa noche y mi mente evocaba su rostro y su sonrisa, anhelando volver a verlas.
Salí de la universidad esa tarde, deseando encontrarme con él, pero quien se cruzó en mi camino fue Leon.
Estaba esperándome junto a mi casillero cuando salí de mi ultima clase y su recibimiento fue diferente a como solía hacerlo de costumbre.
—¿Cómo estás? —preguntó, observándome mientras yo guardaba mis libros. —. No hablamos en todo el fin de semana y no sé nada de ti...
—Estoy bien —contesté. —¿Tú cómo estás? ¿cómo está tu madre?
—Estamos bien... —respondió, luciendo más serio de lo usual. —. Pronto la darán de alta y podremos mudarnos...
—Ya veo. Enhorabuena —sonreí. —. Me alegro de que ella esté mucho mejor.
—Sí... —asintió casi en un susurro.
—¿Te pasa algo? —decidí preguntar al cerrar mi casillero. —. Te noto algo extraño...
—Esperaba que lo preguntaras, porque... hay algo que ha estado molestándome ¿sabes?
—¿Ah sí? —arqueé una de mis cejas. —¿Qué es lo que pasa?
Él apretó sus labios y sus ojos bajaron hasta posarse en un punto fijo en el suelo.
—¿Es verdad que estuviste con Josh el sábado? —preguntó directamente, mientras su mirada se alzaba para verme fijamente.
Parecía querer acorralarme, como si hubiese hecho algo malo y ahora él tuviese la oportunidad de acusarme. Sin embargo, yo no tenía nada que ocultar.
—Si, salí con Josh —asentí sin negarlo en lo absoluto.
—Eso no fue lo que me dijiste ese día —declaró, arrugando sus cejas. —. O sea que no quisiste celebrar nuestro aniversario esa noche por tener que salir con él.
—¿Por qué te molesta tanto? —pregunté sin lucir afectada por sus palabras.
—Porque... no es bien visto que salgas a escondidas con otro chico, ni mucho menos en un día tan importante como ese —reclamó.
—Por dios, no salimos a escondidas. Literalmente el lugar estaba lleno y Dana estaba allí también... —me defendí. —. Además, no deberías desconfiar de mí por salir con Josh, después de todo, él es nuestro amigo ¿no? Es como tú cuando sales con Roxy... —declaré arqueando una de mis cejas.
Su expresión cambió y sus ojos parpadearon varias veces, quedándose en silencio.
Si yo usaba a Roxy como ejemplo, entonces él no tendría nada qué reprocharme, ya que eso lo dejaría en evidencia.
Y ahora, yo me sentía mucho más molesta por tener que soportar su descaro al creer que podía acusarme de algo, cuando el único en faltarme el respeto era él.
—Es diferente... —susurró por lo bajo, pero no me contuve por interrumpirlo y dejar las cosas claras.
—No hice nada malo... —murmuré. —, pero si crees que eso es motivo para enojarte conmigo y acusarme de algo que no hice, entonces deberías reflexionar sobre ello antes de volver a hablarme —dije con seriedad, marchándome lejos de él.
Si me quedaba un segundo más, probablemente explotaría...
Lo único que me consolaba en estos momentos era saber que nos restaban pocos días para terminar con esta mentira.
Así que, me tomé la semana para evitar a Leon y alejarme de su presencia. De esa forma, los días junto a él se acortarían, y ni siquiera me preocupé en responder a sus mensajes, ya que tenía le excusa perfecta para no hacerlo.
Intentó disculparse y realmente lucía abatido por mi rechazo. Pero no me sentía culpable por ello en lo absoluto. Al fin estaba teniendo días de tranquilidad al no tener que verle ni hablarle, y supe que iba por buen camino porque eso era lo que quería lograr una vez que nuestra relación acabara.
Sin embargo, sus amigos lo compadecían, haciéndolo lucir como la victima en todo esto. Ahora yo era vista como la "mala novia" que ni siquiera era capaz de recibir un ramo de flores...
Y obviamente, Roxy tuvo que entrometerse en toda esta situación.
Esa mañana me arrastró durante el receso hacia la biblioteca para que pudiésemos conversar a solas. Intento verse como la mejor amiga preocupada, pero en el fondo, ella disfrutaba de esto.
—Leon ha estado triste estos días. Dijo que no has ido a verle a ninguno de sus entrenamientos y que no han hablado... —murmuró viéndome con tristeza. —. Somos amigos y no me gusta verlos peleados...
Nuevamente guardé mis verdaderos sentimientos, oyendo sus mentiras y aceptándolas. Ella y Leon eran perfectos actuando como las típicas personas que dicen sufrir, cuando en realidad son los primeros en dañar a los demás...
—Ustedes dos son el uno para el otro, Mimi... —insistió. —. Por favor, habla con él ¿sí?
Solté un largo suspiro, desviando la mirada lejos de su rostro.
Solo una semana más... y esto acabaría. Solo una...
—Está bien... —contesté. —, voy a hablar con él.
—Sabía que entrarías en razón —sonrió rápidamente. —. Además, aún no entiendo por qué estás tan enojada con él...
—Porque me acusó de salir a escondidas con Josh, como si yo tuviese algo con él —declaré, dando justo en el clavo ya que la sonrisa desapareció de su rostro. —¿Puedes creerlo?
Su cara palideció en ese instante y se quedó en silencio, sin saber qué responder. Pero yo continué.
—Josh es mi amigo, además, sé que a ti te gusta y por eso, jamás intentaría nada con él. Y lo que es más importante, tengo novio —agregué, fingiendo estar indignada. —¿Acaso no confía en mí?
—Tienes razón, eso no estuvo bien... —murmuró.
—Lamento si no te dije sobre mis salidas con Josh... —me disculpé.
—No, tranquila. Yo sé que ustedes son amigos y... —respiró hondo. —. Entre Josh y yo ya no hay nada...
Aquello último hizo que mis pensamientos se nublaran.
—¿Ya no hay nada...? —pregunté.
—Josh y yo... quisimos intentarlo en el pasado, pero luego él se marchó y no pudimos continuar juntos —murmuró, bajando la mirada y aquella era una parte de la historia que yo desconocía por completo.
Sentí que algo tembló dentro de mí al saber que... en realidad ellos sí lo habían intentado...
Siempre pensé que Josh era indiferente a los sentimientos de Roxy... sin embargo, al parecer no era así. O al menos, eso era lo que ella creía.
—Si se hubiese quedado en Boston, estaría conmigo ahora...
Un fuerte ardor se instaló en mi corazón, provocando que mis emociones se arremolinaran. Y entonces, sin pensar demasiado, solté las siguientes palabras.
—Pero lo tuyo con Josh no fue suficiente para impedir que él se marchara... —dije sin temor, provocando que su mirada se mostrara lastimada. —¿Crees que él volvió para intentarlo otra vez?
—No lo sé. Pero quiero creer que así será. Nosotros nos merecemos una oportunidad...
—Josh no volvió por ti, Roxy. Él regresó por la banda... —le dejé en claro, sin siquiera contenerme en ser delicada. —. Te lo digo como amiga, porque no quiero que te hagas falsas ilusiones.
Oír aquello hizo que su expresión cambiara radicalmente. Aquellos ojos que hace menos de un segundo se veían heridos, ahora parecían fulminarme.
—¿Y qué? —se sobresaltó, arrugando las cejas. —¿Acaso no puedo intentarlo una vez más?
—Yo no dije eso...
—Pero tú también piensas que debería darme por vencida ¿no es así? ¿acaso no merezco estar con la persona a la que amo?
—Solo si él te corresponde... —murmuré. —. Si vas a forzarlo a estar contigo, entonces jamás funcionará...
—Ja... —una sonrisa cínica se plasmó en sus facciones. —¿Crees que él estaría conmigo por lástima?
—Creo que intentas poner palabras en mi boca, pero jamás he dicho eso, Roxy.
El papel de victima simplemente no funcionaba conmigo cuando ya sabía cual era su verdadero rostro y conocía las mentiras tan grandes que ocultaba.
Y Josh no merecía estar con alguien así...
Ella apretó sus labios con fuerza, conteniendo su ira.
Fue entonces cuando reveló por primera vez su verdadera máscara.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro