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Capítulo 15: Las 7 brujas.

MEGHAN

Lentamente voy recobrando la consciencia. Siento un terrible ardor en las muñecas e incomodidad también. Llevo una de mis manos ahí y abro los ojos al instante que siento las cortadas.

Mis muñecas tienen profundas cortadas y la cabeza me pesa, todo mi cuerpo me pesa.

A mí alrededor unas cuantas velas y antorchas me salvan de quedar en la oscuridad de esta casa abandonada. No hay techo, así que puedo ver las como el cielo va oscureciéndose a medida que la noche se acerca.

Como puedo, me pongo de pie, tambaleándome al lograrlo y recostándome en la pared para no volver a caerme. Me saco los tacones porque no creo que sean buena combinación con la pérdida de sangre.

Hago una mueca al percatarme que mis jeans están manchados por el suelo ensangrentado en el que estaba tirada. Eso me asquea un poco. También puedo sentir mis manos pegajosas y con algo de tierra del suelo.

Voy caminando apoyando las palmas en la pared para no perder el equilibrio. Arrastro los pies, evitando los pasos largos. Mis piernas me pesan al igual que el resto de mi cuerpo debido a la cantidad de sangre que perdí.

Cuando me acerco a la puerta de la habitación, soy empujada hacía atrás por una ráfaga violenta que me hace chocar con la pared con moho que evitaba.

Incapaz de contraatacar, me quedo en el suelo. Ahora no solo voy a morir por una hemorragia y me pesa todo el cuerpo, sino que también me duele la cabeza, y probablemente apesto a moho.

La morena que me dejó inconsciente y se hizo pasar por Blake aparece segundos después en la puerta.

— Hechicé la habitación para que no puedas salir —me cuenta recostándose en el umbral— Nadie que entre va a poder salir, de hecho.

— ¿Quién diablos eres tú? —pregunto levantándome con uno de mis brazos, quedando sentada.

— No importa quién soy, no estarás viva mañana para recordarlo de todas formas.

— ¿Qué diablos quieres conmigo?

Escucho cada uno de nuestros movimientos. Así de desolado y alejado está este lugar del pueblo. No hay forma de que alguien venga a rescatarme, así que debo pensar en algo.

— Personalmente, nada —contesta— Pero tienes los poderes de Mendax, los cuales no te corresponden. Así que voy a esperar a que mueras desangrada para utilizar tu sangre, los restos de Mendax y quitártelos.

Si es que llego a salir de aquí, le voy a exigir a Eleanor más clases de defensa personal mágica.

— ¿Y tú los mereces más que yo?


Mi pregunta parece ofenderla.

— Claro que sí. Yo desciendo del aquelarre de Mendax, tú eres una simple mortal.

Frunzo las cejas.

— ¿Aquelarre de Mendax?

Ella se queda viéndome durante unos segundos, como si estuviera buscando algún rastro de broma en mi rostro. Al percatarse de que estoy hablando en serio, sonríe mientras niega la cabeza.

— Uno de los cinco aquelarres... —pregunta, sin dejar de sonreír. Frunzo las cejas—... ¿No sabes nada de los cinco aquelarres?

— No...

— ¿Y las siete brujas?

Aprieto los labios dejando que el silencio responda por mí.

La morena ríe con indignación.

— ¿Ves lo que digo? —me señala con una mano durante unos instantes, antes de dejarla caer junto a su pierna— Eres solo una estúpida adolescente que no sabe el origen de sus poderes. Es algo insultante, de hecho.

— Entonces cuéntame —digo— Al menos moriré siendo menos ignorante.

La morena me mira dubitativa, pero termina aceptando entretenerme mientras pienso en algo qué hacer para escaparme de aquí.

— Por favor, dime que conoces la historia de Lucifer —dice haciendo una mueca lastimera.

— Fue un ángel que se reveló contra Dios —contesto con los ojos entrecerrados.

Puedo ser ignorante en lo que al mundo mágico respecta, pero tampoco vivo en una burbuja y no sé sobre cosas bíblicas.

— Bueno, una vez que fue condenado al infierno... —continua ladeando la cabeza—... su primera creación fueron siete mujeres hechas con arcilla, les dio poderes mágicos para que sean fuertes en su guerra contra Dios, creando así a las primeras siete brujas de la historia; Zeyla, Lyas, Mendax, Yyana, Meir, Kalatha y Rezza.

»Todo iba bien. Eran fuertes guerreras y leales a ellas, y a Lucifer.

Hasta que Rezza, la séptima bruja, comenzó a odiar a Zeyla, la primera bruja, porque creía que era más poderosa que todas ellas solo por ser la primera de las siete.

Un día Rezza, cegada por sus celos hacía Zeyla, trató de asesinarla con el fin de quedarse con sus poderes. Obvio falló porque la única forma de morir era que su creador las mate.

Lucifer, cegado por su preferencia hacía Rezza, lo dejo pasar.

Pero las otras brujas, en especial Zeyla, jamás perdonaron a Rezza por el intento de traición.

Le hicieron saber que no le tenían miedo y que haga lo que haga, jamás sería más poderosa que ellas. Lucifer le dio la misma cantidad de poderes a las siete.

Así que Rezza acudió a Lucifer para exponerle la supuesta razón de su odio hacía Zeyla.

Le dijo que Zeyla pensaba traicionarlo, uniéndose a Dios y utilizando los poderes que él le dio para ayudar al bando contrario. Lo cual era mentira pero Rezza era manipuladora y se aprovechaba de la preferencia de su creador.

Lucifer no solo le dio final a la vida de Zeyla, sino que también le dio sus poderes a Rezza en recompensa por su lealtad, haciéndola más poderosa que las demás.

Las otras brujas se negaron a permanecer junto a Lucifer y fueron condenadas a vivir en la tierra.

Las cinco brujas trajeron la magia a la tierra y no necesariamente son demoniacas o malvadas por venir del infierno, al contrario, ocuparon sus poderes para ayudar a la naturaleza.

Aunque las brujas querían paz, sabían que Rezza no se detendría y encontraron una solución para su posible ataque; Crearon los aquelarres.

De cada una se desprende un aquelarre; así que son cinco en total. Son la descendencia mágica, aquellos humanos que fueron dignos de un poco de la magia de ellas.

También está compuesto por la descendencia biológica de cada bruja. Algunas tuvieron hijos con demonios, otras con ángeles caídos, otras con humanos... Y esos hijos siguieron procreándose, formando una extensa lista de personas que pertenecen a cada aquelarre.»

— Yo soy una de esas personas, tú por otro lado...

Me da una mirada despectiva por lo cual entorno mis ojos.

»Como predijeron, Rezza no estaba lista para detenerse. Ella seguía sin saciar su ansia de poder, necesitaba más y haría lo que fuera para conseguirlo.

Entonces también fue a la tierra con la intención de matar a las brujas, quedarse con sus poderes y creando su propio bando, enfrentarse a Dios y al Diablo.»

— Rezza se estaba volviendo loca de poder, tanto que desvariaba.

»Pero tan pronto como puso un pie en la tierra, se dio cuenta de que las brujas estaban protegidas por sus aquelarres, los cuales estaban dispuestos a morir por ellas y si los cinco querían unirse en su contra, ellos le ganarían.

Además las brujas, con la ayuda de la naturaleza, crearon una forma de morir.

Lucifer las hizo inmortales para estar siempre a su lado y la única forma de morir era en sus manos, pero ellas no querían que alguien más decidiera su tiempo en este plano.

Así que crearon otra solución.

Pero nadie sabe cuál es, ni siquiera Rezza, solo las cinco brujas.

Entonces Rezza, asustada por no saberlo y preocupada de que lo usen en su contra, volvió al infierno de donde jamás salió. »

— Eso suena a un cuento de los hermanos Grimm, sin mucho sadismo y violencia, claro —suelto.

Ella rueda los ojos.

— ¿Por qué Mendax se veía tan vieja? Creí que uno de los beneficios de ser inmortal era la eterna belleza de la juventud.

Me acomodo más en el suelo, recostándome en la horrible pared de moho. Mientras la bruja hablaba, me di cuenta de que el estado de la casa es deplorable puesto es está abandonada y eso hace que haya trozos de pared por ahí, los cuales deben ser muy eficientes para dejar inconscientes a las personas.

— Porque para pasar desapercibida, se hechizaba para parecer una anciana —me explica poniéndose de pie. Quita el polvillo de la parte trasera de sus jeans— No era un secreto para nuestro aquelarre que Mendax moriría este año, pero sí que le daría los poderes a una insulsa como tú.

La única cosa que puedo levantar para golpearla está en una esquina, a pocos metros de mí, solo debo arrastrarme hasta allá.

— Ah, tienes más apodos para mí.

— No sé qué pasó por su cabeza al hacer eso, pero estoy aquí para quitártelos y ponerlos en alguien de su aquelarre, o sea yo —se señala con una sonrisa— Dos brujas más están en camino para ayudarme y no deben tardar, así que no te pongas muy cómoda

Lo dice porque estoy moviéndome como puedo hasta ese trozo de concreto.

— Además, estoy haciéndote un favor matándote.

— Oh, ¿de verdad? —respondo con sarcasmo.

— En realidad, sí —ella es seria— Los poderes de Mendax son muy poderosos para alguien tan joven como tú. Te van a volver loca, si no es que te matan primero.

— ¿Cómo?

— Los poderes deben adaptarse al cuerpo en el que están. Solo piénsalo. Mendax, una de las primeras brujas en la historia con miles de años. Tú, una adolescente de diecisiete —junta las manos en un aplauso— ¿Qué podría salir mal?

Aunque quisiera responder algo ingenioso o bromear, lo que dice de verdad me preocupa.

— Los Lowell sabían eso y aun así te dejaron aceptar los poderes, cuando podían haberte dejado morir en paz en vez de condenarte de esta forma.

— Eso no puede ser verdad. Ellos... son mis amigos.

— ¿Por qué te mentiría? No te conozco y vas a morir pronto —se encoje de hombros— Dijiste que querías morir siendo menos ignorante y eso hago. Te cuento como realmente son las cosas; los Lowell solo piensan en ellos mismos.

La bruja tiene razón. No tiene motivos para mentirme. Después de todo, la razón por la cual Eleanor está ayudándome es porque las brujas le devolverían sus poderes si lo hacía.

A ella realmente no le importa que viva, solo busca tener sus poderes devuelta.

Gracias al silencio que nos rodea podemos escuchar como mi corazón se rompe ante la traición de la que creí podría llegar a ser una gran amiga.

De repente siento que la garganta se me cierra por la falta de aire. Llevo mis manos a mi pecho, esperando que de alguna forma eso me ayude a respirar, pero sigo ahogándome.

Eso alerta a la bruja.

— ¿Qué te está pasando? —pregunta preocupada.

Abro la boca, pero eso no me ayuda, me siento cada vez más sofocada y cerca de perder la consciencia. La bruja duda en entrar a la habitación porque entonces estaría atrapada conmigo, pero al ver que me desplomo en el suelo, con uno de mis brazos estirados, ella entra después de la lucha interna consigo misma.

— Este hechizo va a ayudarte —se pone de cuclillas frente a mí, cerrando los ojos y bajando completamente la guardia.

Lamentablemente para ella, estoy actuando. Con mi mano estirada, tomo el trozo de concreto que estaba en la esquina y siendo víctima de la adrenalina del momento, se lo rompo en la cabeza, logrando dejarla inconsciente.

Pero mis problemas no acaban aquí, ella cae sobre mi cuerpo.

Diablos.

Como puedo, me arrastro hacía atrás, esperando salir de debajo de ella. Tardo más de lo que me gustaría, pero cuando lo hago y me pongo de pie, me tambaleo y choco contra la pared de en enfrente.

— Ew.

Me doy cuenta de que la pared donde la mitad de mi cuerpo está recostado, incluyendo mi mejilla derecha, es la pared que estaba llena de moho. Ahora no solo voy a morir desangrada, sino que oliendo fatal.

Logro retomar la compostura y me paro frente a la puerta. Intento atravesarla, pero es en vano, es como si hubiera un vidrio irrompible enfrente.

— Bien, poderes de Mendax, si me estiman aunque sea un poco, quiten esta barrera.

Confiando en mis palabras, vuelvo a acercar la mano y el resultado sigue siendo el mismo.

— Si estiman a Mendax, quiten esta barrera.

Y nada. Sigue igual.

— Para ser honesta, tampoco estoy estimándolos mucho a ustedes. Van a matarme en cualquier momento.

Y ahora estoy actuando como una loca.

Gracias al silencio del lugar, puedo escuchar el sonido de un motor a lo lejos. Tardo unos segundos en identificar que es un auto acercándose. Deben ser las otras brujas, listas para matarme y sé que cuando vean lo que le hice a su amiga, no van a tardar mucho para acabar conmigo.

Sin embargo, no pueden hacerme nada si amenazó con hacerle algo más a la bruja.

Busco uno de los rotos vidrios de la ventana que están en el suelo y lo sostengo cerca del cuello de la bruja. Si ellas intentan hacerme algo, no tendré piedad con su amiga.

No quiero matar a nadie, pero tampoco voy a morir por lunáticas resentidas.

El auto se detiene a lo lejos y escucho voces. Mi respiración acelerada y mi mano temblorosa delatan mis nervios. O son indicadores de que estoy a punto de morirme porque perdí mucha sangre.

Supongo que lo sabremos a continuación.

De repente, de la oscuridad que hay detrás de la puerta, aparece un rostro familiar que hace que me tranquilice.

— ¡Espera! Me encerró con un hechizo —le digo antes de que ponga un pie dentro de la habitación— Si entras, no vas a poder salir y los poderes no quieren ayudar.

Vincent coloca ambas manos en el umbral de la puerta, pensando en una solución.

Segundos después, aparece Eleanor a su lado. Ella suelta un suspiro de alivio al verme.

— Estás bien —dice para sí misma, cerrando los ojos durante un momento.

— No lo está —contesta Vincent— Perdió mucha sangre, por eso pude encontrarla en primer lugar.

Eleanor hace una mueca.

— Y no podemos romper el hechizo. Solo la bruja que lo hizo puede romperlo —me explica con suavidad— Pero podemos esperar a qué despierte y la convencemos de que te libere.

— Ah, claro —suelta Vincent con una sonrisa forzada— Y luego la bruja mata a Meghan y nosotros seremos brochetas para los lobos del bosque.

Estoy con Vincent.

— Por lo que sé, vienen dos brujas más en camino —les cuento haciendo una mueca.

Vincent asiente bajando la mirada. Eleanor sigue pensando qué hacer, pero antes de que se le ocurra algún plan, su hermano la persuade de hacer otra cosa.

— Ve a ayudar a River con Blake —le indica.

Eleanor duda un poco en dejarnos solos, pero finalmente se va.

— Espera, ¿Dijiste Blake? ¿Qué pasa con Blake? —pregunto preocupada— ¿Está herido?

— Lo secuestro para que no te encuentres con él antes de lo acordado —me explica haciendo un ademan con la mano, mientas la otra sigue apoyada en el umbral— Creo que tiene una contusión.

Si Blake está herido. No tenemos tiempo que perder, pero mi cuerpo parece pensar lo contrario. Estoy comenzando a sentir hormigueo en mis extremidades y eso solo puede significar una cosa.

— Tengo un plan, pero...

Lo interrumpo.

— Lo que sea para que Blake esté en un lugar seguro —contesto sintiendo mi cuerpo más pesado de lo normal. El efecto de la adrenalina está abandonando mi cuerpo.

Vincent aprieta los labios, pero no dice nada más. Se fija que nadie más venga y entra a la habitación, dejándome atónita con lo que hace, pero antes de que pueda protestar viene a mi lado y me ayuda a levantarme.

Paso uno de mis brazos sobre sus hombros y una de sus manos va a mi cintura. Nuestros ojos se encuentran debido a la cercanía de nuestros rostros.

No creo haber estado tan cerca de Vincent, pero siento que a través de sus ojos almendrados puede ver los secretos más oscuros que guarda mi alma. No sé por qué nos quedamos así, estáticos en medio de una casa abandonada que huele a humedad y a sangre, pero lo hacemos. Y el mundo parece detenerse a nuestro alrededor, hasta que vuelvo a hablar.

— ¿Por qué entraste?

— Porque el hechizo se rompe una vez que la bruja muere.

— ¿Por eso le dijiste a Eleanor que se fuera?

— Ella me hubiera detenido. Ya sabes el lema.

Remojo mis labios y eso hace que sus ojos bajen hasta ahí.

— ¿Qué piensas tú? —dice volviendo a verme a los ojos.

— ¿Sobre qué?

— Sobre el lema.

«Las brujas no matan a otras brujas»

Yo creería plenamente en este lema si hoy una bruja no hubiera intentado matarme.

Soy una bruja ahora. Mendax me dio sus poderes, así que técnicamente soy su descendencia mágica. Así lo quiso antes de morir.

Y esta bruja no ha hecho más que negarlo, excusándose con qué no merezco los poderes por no ser del aquelarre y que ella los merece más que yo.

¿De esto se trata el mundo de las brujas? ¿Competición? ¿Algunas lo merecen más que otras? ¿Si no haces lo que ellas quieren, son odiadas e ignoradas como Eleanor? ¿Cruzan límites para conseguir lo que quieren, como secuestrar a Blake?

— A la mierda el lema —contesto en un susurro.

Vincent casi sonríe.

Me carga en sus brazos y sin dejar de verme, escucho como aplasta el cuello de aquella bruja. 

-.-.-.-.-.-.-.-

Holisssssss, como están?

Pronunciación de los nombres de las brujas: 

Rezza: Ri - sa 
Lyas: Lai - as

Las demás se pronuncian como se lee :)

Vincent y Meghan 👀👀👀👀 ¿Qué shippean?

• Vincent y Meghan
• Blake y Meghan
• Brid y Meghan (no descartemos nada ahre)

¿Qué piensan del capítulo? Amé escribir sobre las 7 brujas, en serio 💜

Y ahora tenemos una nueva bruja revelada; Sienna. ¿Va a ser de ayuda para Meg?

¿Qué piensan de la mentira de los Lowell a Meghan? ¿Solo piensan en sí mismos?

Los leeooo💜💜💜 gracias por leer, votar y comentar.

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Twitter: valensnotes.

Nos leemos!

VB🤍


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