—Bien, Wonwoo... ha pasado un poco más de una semana de la última vez —dijo Mingyu, estaba grabando frente a una ventana y la luz del sol se reflejaba en su palidez y en sus ligeramente azules ojeras— No quería pasar tanto tiempo sin vacer esto, pero —se encogió de hombros— no encontré fuerzas para hacerlo.

»»—Tomó unos días para que me trataras más o menos igual que antes, porque al final del día solo vuelves a estar dolido y dejas de hablarme... siempre fuiste de  hacer eso en verdad, y por favor para, porque me duele también, Wonwoo.

En sus grandes ojos brillaban lágrimas, miraron a la cámara dando una imagen frágil, como una pequeña muñeca de porcelana, su palidez también ayudaba a eso.

—Yo...creo que ya te lo dije antes, Won —frotó uno de sus ojitos para borrar sus lágrimas, sus manos temblaban— No estaré aquí para siempre, ni siquiera estaré aquí más de tres meses... probablemente antes de eso, después te vas a arrepentir y a extrañarme, verás esto y será triste, son para que recuerdes nuestros últimos meses juntos y que sean bonitos y que recuerdes toda la felicidad de ahora, de este ahora, de lo que será de tu pasado... ¿Podrías tratarme mejor, un poco y ser felices igual que antes? ¿Por favor?

Sollozó ligeramente y se limpió sus lágrimas de nuevo, decidido a cortar.

—Te amo, Wonwoo.