•CIARA•

[Cuando crees que tienes el control de todo, la vida viene y te demuestra que la última palabra la tiene ella y cuidado con desafiarla, solo te dará más cachetadas para hacerte entender que somos una minoría extraordinaria en el cosmos].

(...)

—Tengo que ir a trabajar. —Se limita a decir antes de encerrarse en su habitación.

Me quedo paralizada.
A veces demuestra que es humano y luego esquiva su propia sensibilidad por las cosas.

Cierro la puerta y busco ropa para cambiarme, después de revisar lo que me quedó concluyo que ni para llamar a Lea tengo.

Resoplo sentándome de mala gana en la cama.

—Kaiden. —Digo tocando su puerta

Luego de unos instantes él aparece secándose el cabello mojado con una toalla y mirándome esperando una respuesta.
Las gotas de agua bajan por su torso desnudo y no puedo no ver ese aspecto sin morirme de pena, subo mi vista hasta su cara, rogando que no añada nada de mi patética reacción.

—Kaiden —Vuelvo a decir en blanco.

Él entrecierra sus ojos abriendo más la puerta.

No hagas eso.

—¿Qué pasa? —Vocaliza con su voz grave

Sin duda absolutamente nada.
Solo que si esa toalla se cayera te vería como Dios te trajo al mundo, simplemente hombre.

—¿Puedes prestarme tu teléfono? —Comento tan rápido que apenas y yo me entendí.

Sonríe y camina en el interior de su habitación, miro hacia un lado reprochándome internamente.

—Toma —Suelta extendiendo su mano con el objeto.

—Gracias —Murmuro rozando nuestras manos antes de agarrar su móvil como si la vida se me fuera en ello.

Electricidad.

Mis pisadas aceleradas se detienen una vez cierro la puerta y respiro hondo.

¿Qué mierda?
Vale, vale, vale.
Solo trata de ponerme nerviosa.

Tecleo el número de mi mejor amiga, ya  que me lo sé desde hace mucho,en parte a que no acostumbra cambiar de número.

—¿Aló? —Dice Lea desde la otra línea

—Lea. —Vocalizo liberando la tensión de mi cuerpo

—¿Ara? Castaña ¿dónde estás? Todo el país sabe lo que pasó ¿Cariño estás bien? —Suelta ella sin respirar

—Estoy en casa de Kaiden y si estoy relativamente bien. —Respondo mirando hacia la ventana

—¿Kaiden? —Susurra ella con su voz chillona —Vale envíame la dirección. —Atina a decir impaciente

—¿Puedes traerme un móvil? De esos baratos no importa. —Comento desesperada

—Vale Clay,te llevaré uno. —Dice antes de cortar la llamada.

(...)

Toc toc
Toc toc

Un Kaiden con ropa puesta se apresura a abrir, primero que yo.

Lea lo contempla sin disimular, a lo que le hago señas detrás de él para que actúe no tan descaradamente, ella reacciona y se presenta. Kaiden le da la mano formalmente sin dejar de ver las bolsas que la exagerada de mi amiga trae.

—Cariñooo que te han hecho. —Suelta abrazándome cálidamente.

Kaiden cierra la puerta.

—Me tenías preocupada Ara por Dios casi me da algo,cuando me enteré por las noticias. Tu padre estallará mi móvil de llamadas perdidas. —Vocaliza soltando su descontento.

Frunzo el ceño

—Lea... —Digo agarrando su brazo para guiarla por el pasillo.

Kaiden nos sigue con las bolsas que previamente soltó al verme como una chiflada.

—No exageraste cuando dijiste que estaba apuesto. —Dice en voz alta

La fulmino con la mirada.
Kaiden aparenta no haber oído su comentario impertinente y sale de la habitación, dejándonos solas.

—Si hasta roja te pones. —Susurra ella divertida

Ruedo los ojos

Luego de unos minutos Kaiden nos interrumpe para avisarme que saldría y regresaría antes del anochecer, no sin antes exigirme que duerma algo, a lo que le contesto con un "ok". Él rompe nuestro contacto visual y golpea la puerta principal seguidamente.

—Te cuida —Alardea ella viendo la escena —Y tu le respondes para tranquilizarlo. —Parlotea mientras saca las cosas que compró —Menuda novela me he perdido. —Dice sonriendo.

Yo guardo silencio.

—Gracias por las cosas —Digo cambiando el tema y admirando los objetos personales que trajo sin que se lo pidiera.

—Te conozco tan bien —Suelta adivinando mis pensamientos —Sé que debió pasar la tercera guerra mundial para que no quieras volver a casa. —Termina de decir esperando que esté lista para hablarlo.

Me quedo mucho tiempo observando hacia la pared paliducha, Lea espera pacientemente a mi lado, suspiro cuando creo poder comenzar.

—Fue horrible... —Digo de pronto

Mi amiga aprieta su mano contra la mía

—Esos tipos no llegaron a hacerlo, pero... —Hago una pausa ida entre mis pensamientos —Pero dejarán esa huella en mi mente Lea. —Vocalizo con un hilo de voz

Ella pone su cabeza en mi hombro

—Lo superaremos juntas —Dice para consolarme

—Siempre creí que era fuerte rubia, sin embargo con lo de anoche me he dado cuenta que no lo era. —Advierto cerrando los ojos —Creí saber lo que era estar mal hasta ayer. Y no sé como mirar a la vida ahora —Confieso quebrantándome —Es como que sé que ella sigue su curso, pero yo me he quedado estancada y necesito un poco de tiempo —Digo desesperadamente, Lea escucha atenta —¡Oye necesito al menos tiempo de reposición para recuperar mi paz mental! —Digo apagando mi voz

Lea me observa con pesar antes de darme un gran abrazo.

—Vamos nena todos necesitamos un tiempo y en algún momento nos sentimos a destiempo con la vida. —Suelta antes de besarme el cabello en forma maternal —Estaré aquí para ti y lo sabes. Solo no te tortures más.—Me pide mirándome fijamente.

Asiento

(...)

Lea prometió no dejarme sola por esta noche, así que en este momento está arreglando la cama para que durmamos ambas.

Sonrío levemente mientras habla de varios temas solo para dejar de pensar en todo lo que ha pasado.

Se escucha como las llaves logran abrir la puerta principal, ambas nos miramos instantáneamente y al final nos limitamos a quedarnos en silencio.
Luego de unos minutos, Lea procede a ponerse algo cómodo para dormir, así que rebusca entre lo que dejé para mí hasta encontrar un camisón.

—Iré a cambiarme ¿segura que no quieres comer nada? —Dice mirándome preocupada

Niego lentamente

—Vale —Concluye dejándome sola.

De solo pensar en comida se me revuelve el estómago, aún siento sus alientos sobre mí produciendo arcadas en mi interior. Me toco el vientre y me digo que no volverá a pasar nunca más.