Capítulo 7 (El Diario de Degel)
Camus se encontraba en su templo, se dispuso a recorrer cada rincón de lo que algún día fué su casa, sin embargo ahora tenía nuevamente la dicha de estar en el sitio donde podía descansar de todo.
Con pasos lentos recorría cada espacio, maravillado por ver de nuevo el lugar que fue su hogar, esperaba que todo estuviera en orden. Muy pocas veces tuvo el gusto de entrar a la biblioteca que alguna vez perteneció a su predecesor Degel en el Siglo XVIII.
Sabía que su predecesor convirtió el templo en una inmensa biblioteca. A lo largo de toda su vida la llenó de gran conocimiento y ese fue su legado.
Degel había sido lo contrario a él y eso perfectamente lo sabía, Camus siempre se ha mantenido frío y sereno sin dejarse llevar por los sentimientos. Mientras que su predecesor siempre fué un ser lleno de sentimientos, mantenía un fuerte vínculo con otra persona y guardaba mucha admiración por sus seres queridos.
Comenzó a caminar hasta aquella puerta gigante de madera en tonos obscuros, abrió lentamente las puertas de aquella habitación y notó que la biblioteca de Degel permanecía intacta.
Recorrió poco a poco el lugar, hasta que de pronto se encontró con unos pergaminos antiguos llenos de polvo. Tomó uno de ellos y leyó el primero:
-"Diario de Degel de Acuario" S. XVIII.
Abrió lentamente uno de ellos comenzó a leer con ansias:
Querido diario, estos últimos días he estado preocupado, mi maestro Krest desapareció sin dejar rastro, espero que no le haya pasado algo malo.
Hoy el patriarca Hakurei me mandó a llamar para encomendarme una misión que era de mi maestro, en unos momentos subiré al templo del patriarca para enterarme cual es mi misión...
Degel.
- Esto es interesante - Se dijo a si mismo Camus admirando ese antiguo escrito. De pronto sintió un cosmos acercándose a su templo. Dejó los pergaminos nuevamente en su lugar y salió de la biblioteca, en los pasillos se encontró con aquel caballero que lo buscaba.
- Buenas noches Camus, que bueno que estás despierto, Shion quiere verte en este momento - Dohko respondió entrando al templo de Acuario después de ver qué ahí se encontraba.
- Buenas noches viejo maestro... ¿A que se debe mi presencia en la sala del patriarca? - Cuestionó asombrado, apenas llevaban unos minutos en el santuario y había problemas.
- No lo sé Camus, me dijo que subiera lo más pronto posible y te llevara conmigo. Así que andando - Contestó el viejo maestro caminando hasta la salida del templo mientras que detrás iba Camus siguiendo sus pasos.
Pasaron por el templo de Piscis donde no se escuchaba ruido alguno por parte de su guardián.
- ¿Afrodita no está? - Preguntó Camus, al ver que no se encontraba resguardando su templo como Shion lo había indicado momentos atrás.
- No... Hace rato bajó a Cáncer, me imagino que aún no ha regresado - Sugirió Dohko mientras atravesaban el templo.
Ya les faltaba unos escalones menos para llegar, el campo de rosas no cubría las escaleras para llegar a los aposentos del patriarca y de Athena, ya que Afrodita aún no se había tomado la molestia de colocar sus rosas en el camino.
En el templo de Cáncer:
- Bien Death ya estoy aquí, para qué me necesitas, espero sea algo importante - Contestó Afrodita entrando al templo de del guardián de la cuarta casa.
- En realidad solo quiero pasar un rato en compañía contigo ¿Sabes? Cuando estuvimos en Asgard no pudimos platicar como quisiéramos - Respondió Death Mask acercándose al sueco e invitando a pasar al lugar donde estaba la cocina.
- ¿Sólo para eso me hablaste? Y yo pensando que era algo urgente - Rodó su mirada con molestia.
- Tenemos la fortuna de estar nuevamente con nuestras vidas ¿No sería lindo vivir el tiempo que nos presten? - Con una sonrisa de lado, esperaba tener la razón. Estaba harto de dar su vida por una razón y no disfrutar del día a día.
- Quizá tengas razón pero... ¿No se supone que eso lo tenemos prohibido? - Preguntó Afrodita mientras tomaba asiento en el pequeño comedor del templo.
- ¡Al diablo lo que digan! Athena no está. Qué más da, tenemos que vivir nuestro presente, después de todo luchamos en nombre de ella. También merecemos nuestro espacio ¿No crees?- Death Mask se acercaba con unas tazas de té.
- Por cierto, sobre eso... Escuché a la chica nueva platicando con el patriarca sobre eso, ella quiere que tengamos la oportunidad de disfrutar nuestras vidas, después del incidente con Milo - Recibió la taza en sus manos mientras terminaba de hablar.
- ¿Estabas espiando Afrodita?- Cuestionó asombrado, una acción como esa no eea propia del caballero de Piscis.
- Más bien necesitaba platicar con Shion sobre el camino de las rosas, pero ya no quise importunar. Milo al parecer sufre de altas temperaturas en su cuerpo - Contestó el sueco mientras le daba un sorbo a su té.
- ¿Será el ataque que recibió por Apolo?
- Puede ser, después de todo el ataque iba para la chica, Camus se interpuso y Milo prefirió dar su vida para que no le pasara nada a Camus - "Eso sí que fue un acto repentino" Pensó para si mismo.
- Si y después Aioria quería intervenir fiel a su estilo queriendo golpear a Camus - Respondió Death mientras tomaba asiento frente a Dita.
- Aioria seguramente se muere por Milo.
- Lo dudo, hace rato lo vi espiando a Shaka.
- Vaya esto si que estará enredado, comenzarán a salir los sentimientos por todos ¿Que acaso no lo tenemos permitido? Sería una falta ante nuestra lealtad.
- No te puedes quejar, tu ya pasaste por eso en Asgard, con la chica florista. Hiciste hasta lo imposible por rescatarla y yo... Ahora comprendo ese sentimiento, no todo es batalla - Añadió el joven de piscis.
- Fue por ti Afrodita, después de todo notaste que Helena estaba en peligro y fuiste a buscarla para salvarla, eso es digno de ti. Solo que Andreas ya tenía su juego sucio y terminamos comprendiendo nuestro deber en ese lugar.
- Sí, lamentablemente así fue - Suspiró mientras cerraba sus ojos, extrañamente esa plática se estaba volviendo incómoda para el sueco.
Templo del patriarca:
- Dohko, Camus. Muchas gracias por acudir a mi llamado - Respondió Shion recibiendo a ambos en la entrada al ver que llegó justamente en el momento indicado.
- ¿Qué ocurre Shion? - Cuestionó Dohko notando impaciente a su gran amigo.
- No lo sé, pero el cuerpo de Milo presenta fiebre alta - Contestó su ilustrísima mientras los tres caminaban hasta donde se encontraba descansando Milo.
Cuando entraron miramos que la joven Lin estaba sentada a lado del guardián de Escorpio, tratando de regular su temperatura con paños de agua fría pero era en vano, eso no ayudaba en nada.
- Señorita buenas noches - hablaron Dohko y Camus haciendo una leve reverencia.
- Por lo que veo Shion, esto es como la enfermedad que sufría Kardia ¿Te acuerdas? - Preguntó Dohko mirando a su mejor amigo.
- Ahora que lo mencionas así es pero Kardia sufría de esta enfermedad. Sin embargo no sabemos que es lo que esté pasando con Milo, esto fué un ataque con algún motivo.
- ¿Que es lo que vamos hacer con el joven Milo Señor Shion?- Preguntó muy preocupada la chica.
- Camus - El patriarca le hizo una señal para acercarse - Necesitamos tu ayuda, es por ello que solicité que vinieras.
- ¿Que necesita?
- Tendrás que hacer algo que tu predecesor realizaba con el caballero de Escorpio. Un caballero que propague aire frío como tú es el indicado para reducir esta temperatura - Respondió Dohko cruzando sus brazos.
- Pero... ¿Si llegó a congelarlo de más?
- Confía en ti Camus, solo es cuestión de que te concentres en bajarle su temperatura, de no ser así, Milo morirá si desciendes su temperatura.
¿Milo morirá? Eso no puede suceder, pensó Camus observando al inconsciente Milo. El dio su vida para recibir el ataque que era para él, era más que justo que respondiera de la misma manera. Se acercó hasta donde estaba Milo y comenzó a encender levemente su cosmos para lograr crear el aire frío para bajar la temperatura de Milo.
Cerró sus ojos, colocó sus manos cerca del cuerpo de Milo y comenzó a descender la temperatura del lugar, dejando el suelo y las paredes con ligera escarcha y un pequeño mundo de invierno en ese lugar.
Estuvo así por unos minutos, cuando notó que el cuerpo de Milo regresaba a la normalidad, suspiró aliviado al ver que el caballero de Escorpio estaba fuera de peligro, sin embargo aún seguía inconsciente.
🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡🧡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro