••• Anastasia •••

Mi despertador empezó a sonar de forma incesante, estire mi mano para apagarlo y me senté sobre la cama sintiendome más agotada de lo que estaba antes de dormir lo cual es bastante extraño, pero no tanto si tomamos en cuenta las pocas horas de sueño que tuve. Mire a mi alrededor notando rápidamente a la pequeña cosita rubia que yace profundamente dormida a mi lado; me levanté de la cama importandome poco mi desnudez, camine hasta el baño donde procedí a tomar una ducha fría que me ayudó a despertar por completo, salí de la ducha y rápidamente me puse la ropa interior para luego ponerme un traje en color negro con una camisa azul, sujete mi cabello en un moño algo despeinado, maquille mi rostro mínimamente y finalmente me puse unos stilettos para completar el atuendo. Me dispuse a salir de la habitación notando que la rubia sigue profundamente dormida, hice nota mental de llamarle más tarde y luego salí de la habitación, baje las escaleras topandome de inmediato con Marie, mi empleada.

Buenos días, señorita -saludo sonriente-

Buenos días -devolví la sonrisa mientras ambas caminábamos hacia la cocina-

¿Va a desayunar? -negue con la cabeza-

Solo tomaré jugo -asintió y se dirigió a prepararlo mientras yo terminaba de guardar los archivos de mi trabajo en la laptop- quiero que traten a Grave como se merece por se mi prometida... No quiero problemas, Marie

Por supuesto que no los habrá, señorita -dijo sin mirarme-

Y quiero que cuando despierte le digas que tuve que irme a trabajar, pero que le llamaré más tarde -me entrego la botella con el jugo que le pedí-

Usted tranquila, me encargaré de cuidar de ella -le sonreí-

Sin más tomé mis cosas y me dirigí hacia la entrada de la casa, Marie me ayudó a abrir la puerta y luego me dirigí hacia mi auto, con dificultad pude meter mi bolso, mi laptop, los planos físicos de mis diseños y la botella con mi "desayunó" al auto sin morir en el intento; encendí el reproductor de música y con una canción de Halsey empecé mi camino a la oficina.
Extrañamente hasta ahora los recuerdos de anoche se amontonaron en mi mente, pero puse todo mi empeño para mandarlos lejos de mi mete y concentrarme en conducir correctamente aunque fue inútil por qué apesar de mis esfuerzos fue inevitable que mi mente se llenará de imágenes de Grace y de todo lo que ocurrió anoche en nuestra habitación... Aunque no debería darle muchas vueltas al asunto por qué al final fue solo sexo, ella y yo no tenemos nada que vaya más allá de eso.

Llegué a el edificio de la empresa donde trabajo, salí de el auto con la misma dificultad con la que entre en el y finalmente me dirigí a el interior de este lugar. Esta empresa es dirigida por la familia Sanders, son personas bastante agradables con quiénes son de su misma clase, pero unos jodidos imbéciles con quiénes no lo son... Aquí solamente viene a trabajar Ashley, la hija mayor de dicha familia y uno de mis más grandes dolores de cabeza en cuanto a trabajo pues es exigente y cuando quiere es bastante fastidiosa.

Buenos días, señorita Harrington -saludo la recepcionista-

Buenos días -respondí distante-

La señorita Cullen me pidió que le dijera que necesita verla con urgencia -declaro la sonriente rubia con exceso de maquillaje-

Su urgencia me tiene sin cuidado -dije mientras pasaba de largo por ahí y subía al elevador-

Anastasia Cullen... Otro de mis dolores de cabeza pero ella lo es por razones diferentes a las que tengo con Ashley, la linda castaña me desquicia por su insistencia en querer ser algo más que mi amiga... y he de admitir que es una mujer hermosa y muy inteligente, pero es parte de mi mundo y por eso es que a ella no la tome en cuenta para ser mi esposa. Las puertas del elevador se abrieron y no di ni un paso afuera de el cuando Ana se planto frente a mi con un gesto de molestia en el rostro.

¿Asi que no te importan mis urgencias? -pregunto brusca-

Tranquilízate, Ana -suspire pesadamente-

No tienes que ser tan mala conmigo -empece a caminar con rumbo a mi oficina-

Me desespera que sigas insistiendome -la castaña se adelantó y abrió la puerta para mi- gracias...

Insisto por qué de verdad me gustas mucho, Nicky -entre a la oficina y ella entro detrás de mí cerrando la puerta- ¿Quien era la chica rubia con la que fuiste a la fiesta de Sasha?

¿Estuviste ahí? -pregunte ignorando un poco su pregunta-

No, pero me contaron que fuiste con una chica rubia de vestido rojo -me senté detrás de mí escritorio y la observé-

¿Y eso que? -pregunte sería-

¿Quien era? -me miró molesta-

Mi prometida -respondí simplemente-

¿Que dices? ¿Prometida? -asentí- ¿Y de dónde salió? ¡Yo jamás te vi con alguien!

¿No sabes que las mejores cosas de la vida se deben mantener ocultas? -enarque una ceja- nunca la viste por qué yo no quería exponer a mi más grande tesoro, pero ahora que será mi esposa lo justo es que se vuelva una parte escencial en mi mundo, ¿No?

Mientes -declaro firme-

No lo hago, Ana -suspire- sabes que nosotras jamás podríamos funcionar...

¿Por qué no? -pregunto dolida-

Somos parte de lo mismo, somos prácticamente iguales aunque no lo parezca... A la larga eso nos haría daño a las dos y a nuestra gente -me puse de pie y caminé hasta ella- somos como dos incendios... Es mejor para todos si no nos mezclamos y provocamos más caos

No creo ni una palabra de lo que dices, Nicole -dijo molesta-

En el fondo sabes que es cierto -suspire- y por favor ya vete de mi oficina por qué tengo trabajo que hacer

Voy a encontrar a esa estúpida rubia y cuando la encuentre te juro que va a desear no haber cojido contigo -pronuncio lentamente y con un desbordante odio- no debió meterse con alguien como yo -declaro antes de salir de el lugar-

Su amenaza de alguna forma si me hizo temer sobre lo que le pueda pasar a Grace... Después de todo Ana es parte de mi mundo y al ser así es claro que es muy poderosa, podría desaparecer a la pequeña rubia del mapa sin siquiera esforzarse mucho... Tengo que proteger a mi linda rubiecita o no podré lograr lo que deseo.