••• La Fiesta Morgan •••

Ya es de noche, más específicamente son las ocho treinta de la noche y apenas estoy iniciando a arreglar mi aspecto para poder asistir a la fiesta de Sasha Morgan. El trabajo me consumió casi todo el día, solo me detuve cuando baje a comer con Grace para que ella me contará sobre sus compras y sobre que sus cosas ya están en nuestra habitación; ella no está conmigo en este momento por qué decidió arreglarse en otra habitación y yo no puse objeciones pues aún no tenemos tanta confianza como para poder vernos desnudas o algo parecido.

Tome una ducha, arregle mi cabello en ondas desordenadas que al final recogí en una coleta baja, maquille mi rostro de forma mínima y el vestido por el que opte fue uno corto de corte asimétrico con una manga y un hombro descubierto, me puse unos pendientes largos y stilettos negros para completar el look, el resultado final fue muy agradable.

Una vez estuve lista, salí de mi habitación en busca de Grace, me acerqué a la puerta y la toqué lentamente.

Adelante -dijo su vocecita-

Sin esperar más abrí la puerta encontrándome con una rubia enfundada en un vestido corto en color rojo, de tirantes y escote pronunciado, su cabello está ondulado y cae por sus hombros mientras que de su maquillaje resaltan mucho sus labios del mismo tono que el vestido.

¿Te gusta? -pregunto cohibida-

Me gusta -le tendí mi mano- estás preciosa...

Gracias -recorrió mi cuerpo con la mirada de una forma nada sutil- tambien estás preciosa...

No eres muy sutil ¿Verdad? -nego con la cabeza-

No -sonreí- ¿Te desagrada?

Para nada -le acaricie la mejilla-

Te iba a pedir una cosa... -dijo nerviosa-

La que quieras -afirme robándole una sonrisa-

Quisiera regresar a estudiar... Desearía poder terminar la secundaria, la preparatoria e incluso tener una carrera... ¿Sería posible? -me sentí realmente feliz de escucharla decir eso-

Por supuesto que es posible, mañana mismo me asegurare de que tengas una magnífica educación -sonreí- te dije que pondría el universo a tus pies... Y si estudias tú sola podrás ponerlo a tus pies, aunque igual siempre me vas a tener

Gracias -susurro sonrojada-

Es hora de irnos -la rubia asintió-

Salí de la habitación con ella detrás de mí, bajamos las escaleras y en cuestión de unos minutos ya estábamos dentro del auto con rumbo a el lugar de la fiesta.

¿A qué se dedica la empresa que organiza la fiesta? -pregunto curiosa-

Esa empresa está dirigida por un sujeto que no hace nada productivo con ella -suspire- aparentemente la empresa se encarga de comprar otras empresas y vender sus acciones, pero hace unos años estaban en banca rota y de pronto resurgieron de las cenizas, desde entonces es bien sabido que la empresa es solo una fachada para algo más grande y más turbio

¿Para que? -dijo con el ceño fruncido-

Fraudes, cariño -sonreí ante su gesto gracioso y adorable-

Y si todos lo saben... ¿Por qué no está en la cárcel? -tome una de sus manos y empecé a jugar con sus dedos-

El tiene comprada a media ciudad y la otra mitad de la cuidad sabe que no puede hacer nada por qué el es prácticamente intocable -admití fastidiada por ese idiota-

¿Por eso dijiste que es peligroso? -asentí-

Es mejor no tenerlo como enemigo... Además de ser poderoso también es un demente y tiene tratos con gente aún más turbia que el -afirme-

Lo entiendo... -susurro-

Paso un rato y llegamos a el lugar de la fiesta, es un edificio de aspecto antiguo, nada impresionante y a decir verdad queda perfecto con el sujeto que la organiza. Bajamos del auto y de la mano entramos al lugar justo cuando lo hicieron Sasha, su esclavo personal, Harry y Victoria Moore, me sorprendí al ver a esta última del brazo de ese rubio idiota por qué ella es esposa de Adeline Moore y a ella no la veo por ningún lado. La fiesta transcurrió de forma agradable pues Sasha pareció no darse cuenta de mi presencia, Andrew se nos unió al poco tiempo de que llegamos y luego saludé a las personas que conocía, Grace en todo momento se portó de la mejor forma sonriendo y saludando a todos mis conocidos, en cierto momento ví a Adeline Moore caminando sola por el salón, quise ir a preguntar el por qué de que ella y su esposa estén distanciadas, pero me detuve por qué no soy muy amiga de ningúna así que sería raro meterme en sus asuntos.

Sasha viene para acá -susurro Andrew-

Carajo -suspire exasperada-

¡Nicole! -saludo Sasha y yo deseé patearlo-

Hola, Sasha -sonreí amablemente y besé su mejilla- ¿Cómo estás? Me di cuenta de que vienes muy bien acompañado

Si -sonrió- Victoria es magnífica

¿La dejaste sola? -pregunte-

Debo ir a atender unos negocios y ella me pidió dejarla aquí -afirmo-

Oh, que bien -sonreí- entonces no te detengo más

Fue un placer verte -tomo mi mano y beso el dorso-

Después de eso el se alejó, busque con la mirada a Victoria viéndola hablar con Adeline y me pregunte nuevamente que pasa entre esos tres.

Deberíamos irnos, el anfitrión a dejado el lugar -declaro Andrew-

Es un idiota maleducado -tome la mano de Grace- ¿Nos vamos, cariño?

Si -dijo la rubia sonriente-

Salimos del lugar rápidamente, Andrew se aseguro de dejarnos en nuestro auto y luego el se fue en el suyo.

Todos quedaron encantados contigo -susurre- sin duda eres perfecta

¿Lo soy? -asentí-

Sentí su mano sobre mi pierna desnuda, su característica mirada coqueta hizo acto de aparición, acercó su rostro al mío lentamente y rozó sus labios con los míos.

¿Que tratas de hacer? -pregunte mientras ella acariciaba mi pierna lentamente-

Lo que cualquier pareja hace después de una fiesta... -sin más me besó-

El beso inicio siendo lento y dulce, pero mientras ella seguía trazando líneas en mi piel con la punta de sus dedos mi temperatura empezó a subir así que la tome de la cintura y la puse sobre mis piernas sin cortar el beso, la rubia puso sus manos en mis hombros y yo enrede una de las mías en las hebras doradas de su cabello tirando un poco de el, Grace en ningún momento se quejo por eso y yo me tomé la libertad de seguir haciéndolo. En algún momento en nuestro pasional intercambio de besos, llegamos a casa así que ambas bajamos del auto y prácticamente corrimos a la habitación.