•• Esposa Perfecta ••

¿Que mierda hiciste, Nicole? -pregunto el castaño en cuanto salió de su auto-

Limitate a limpiar, idiota -me di la vuelta y entre a mi casa-

No -me tomo del brazo ganándose una mirada furiosa de mi parte- ¿Que hiciste?

No te debo ninguna explicación, Stephen -afirme- y si quieres conservar tus bolas en su lugar será mejor que me sueltes

Me soltó sin estar satisfecho con mi actitud, sin más paso a mi lado directamente a la habitación principal, no tardó en llegar otro auto, de el bajaron unas cuatro personas que me saludaron con seriedad y en seguida fueron a seguir a mi primo. Me senté cómodamente en mi sofá mientras ellos se ocupan de limpiar todo allá arriba ya que la sangre de la zorra a la que mate dejo todo hecho un desastre, en especial las sábanas de mi cama; sonreí al recordar la escena que se desarrollo ahí hace apenas un par de horas... La chica sollozante debajo de mi suplicando que la dejará trabqulla, el enojo impreso en la expresión de mi dulce ángel, sus lágrimas de impotencia, su frustración al no poder hacer más por ella y el maravilloso orgasmo que la  puta me proporcionó... Sin duda mi noche de bodas lleno por completo mis expectativas.

Mi recuerdo se detuvo cuando escuché un vidrio romperse y en seguida escuché un grito que supe que es de Grace.

Nicole, tenemos un problema... -dijo Steph apareciendo por las escaleras-

¿Que mierda pasa? -me levanté y rápidamente me acerque a el-

Grace... no quiere que nos llevemos el cuerpo de la chica, está vuelta loca -afirmo-

No me quedé a escucharlo más, subí las escaleras con prisa y antes de entrar a la habitación escuché otro grito. Sin más entre y la escena me dejó un poco confundida... Grace parece querer proteger a toda costa el cuerpo de la chica, incluso rompió mi espejo y ahora tiene un largo vidrio como arma de defensa. 

¿Ahora que estás haciendo, Grace? -suspire frustrada-

Me miro destrozada y un sollozo brotó de sus labios; me acerque a ella con tranquilidad, cuando estuve suficientemente cerca extendí mi mano hacia ella.

Dame eso... vas a hacerte daño y no quiero una esposa con las manos destrozadas -me miro titubeante, pero finalmente me dio el vidrio- ahora dime, ¿Que piensas hacer con ese cuerpo?

Merece tener un funeral digno... -susurro con voz entrecortada- por favor... Al menos dame eso

No sé si de verdad eres muy buena o solo eres una idiota -afirme divertida-

Por favor... -sollozo-

Bien -rode los ojos- pero de todas formas se la llevarán, no quiero el cuerpo de una zorra en mi casa...

No le quedó más remedio que acceder, pude notar su rabia e impotencia al ser espectadora de toda esta situación y eso me causo mucha gracia. No tardaron en llevarse el cuerpo de la chica y en limpiar toda la habitación hasta que quedó impecable como si nadie hubiera muerto aquí. Una vez que se fueron, me senté sobre la cama y observé el delgado cuerpo de la rubia que permanece inmóvil y sollozante frente a la puerta del baño.

¿Algún día dejarás de lloriquear? -enarque una ceja- es patético que llores por alguien a quien ni siquiera conocías...

Sollozo con mas fuerza y en ese momento senti una presión en el pecho, por un momento me dolió verla así.

Me levanté de mi asiento, camine hacia ella con lentitud, una vez la tuve  a poca distancia de mi me regaló una mirada herida y de nuevo sentí la misma presión en mi pecho. Tome una de sus manos, la rubia no se resistió, pero la sentí temblar y sus lágrimas aumentaron al sentir mi piel contra la suya y odie eso.

¿Por qué hiciste esto? -sollozo- no tenías que hacer algo así...

Eres muy irrespetuosa -afirme-

No es una excusa -afirmo entre lágrimas-

Pues no me importa... -dije seria-

Sabías como era mucho antes de casarte conmigo -se soltó de mi agarre con sutileza- si tanto te molestaba pudiste solo terminar con el contrató y ya...

¿De verdad crees que es tan fácil? -sonrei-

La verdad es que no era tan fácil como eso, durante este tiempo desde que la conocí hasta este momento, trate de ser paciente y de no dejar salir lo que soy... No por que fuera una buena persona sino por qué estaba muy consciente de que perderla sería un error muy grande, lo hubiera perdido todo si ella no se hubiera casado conmigo.

Me quedaré contigo estos meses -dijo después de unos minutos en silencio-

No tienes otra opción, preciosa -dije divertida-

Mi vida no me importa, de cualquier forma es una mierda y tendrá final de una manera muy fea seguramente... Pero seré la esposa sumisa que esperas tener... No por mi, sino por mis amigas y por todas las demás chicas que podrías perjudicar -se limpió las lágrimas que sin resbalaban por sus mejillas- seré una esposa perfecta, una digna reina que dirija a tu lado y el bellísimo trofeo que quieres mostrar a todos tus conocidos... Pero no quiero que vuelvas a tocar mi cuerpo, me asquea pensar en tus manos sobre mi -afirmo- dormiré en la otra habitación por qué no quiero volver a estar en donde se cometió un asesinato, y por último, ya tomé mi decisión sobre mi destino cuando el contrato terminé... Voy a irme y me dejarás ir sin problemas

¿Y que si no cumplo tus exigencias? -dije divertida-

Me suicidare -afirmo con una seriedad que me hizo saber que no está jugando-

No lo harás -sonrio ligeramente-

Lo haré... y conozco lo suficiente tu mundo como para saber que te haré ver cómo una tonta que no pudo proteger a su esposa de una muerte tan ridícula y cobarde como el suicidio... -me miro y pude notar su desafiante actitud por debajo de una máscara de sumisión-

Eres más lista de lo que parece -afirme  seria-

Me voy a dormir -suspiro- dulces sueños, esposa mía... -sin más se dio la vuelta y salió por la puerta cerrandola de golpe-

Me dejó ahí, de pie frente a la puerta luciendo jodidamente patética; una mafiosa imponente, sanguinaria y poderosa que apesar de todas esas cualidades... Sigue siendo superada por la mente brillante de una pequeña rubia.