••• Aitana •••

Pasaron unos minutos desde que el ángel termino su actuación y sigo a la espera de que se presente ante mi. Honestamente me encuentro bastante ansiosa por tenerla frente a mi, deseo detallar su rostro con tranquilidad... Admirar su cuerpo y hacerle la propuesta que espero que no rechace.

Señorita, aquí está Aitana -declaro la mesera de hace rato-

Pude divisar a la rubia detrás de la mesera, trae el cuerpo cubierto por una bata rosada, mantiene la mirada fija en el suelo y un aura dulce acompañándola.

Gracias... Déjenos solas por favor -todos salieron con excepción de la bonita chicade rizos rubios- acércate, Aitana... No muerdo

La rubia avanzó hacia mi con la mirada aún sobre el suelo, tuve el deseó de gritarle que levantará la cabeza, pero me resistí al notar que solo lo hace por qué está nerviosa. Me recargue en mi asiento mientras la miraba, por lo poco que se distingue de su cuerpo gracias a la bata puedo decir que es preciosa... Posee una piel de porcelana y sus rizos dorados le dan un toque aún más inocente; me levanté y caminé hacia ella dejando una nula distancia entre nosotras, puse mi mano en su barbilla y la hice levantar la cabeza, casi grito emocionada cuando sus ojos impactaron con los míos... Dos grandes y brillantes esmeraldas me dieron la bienvenida con su dulzura y la pureza que se puede detectar en ellas con facilidad, posee rasgos delicados como los de una muñeca y sus labios son carnosos... Deseé besarla, más contuve mis impulsos al notar como su respiración se aceleró al tener mi mirada sobre la suya.

Me presentó... Soy Nicole Harrington -sonreí para después tomar su mano depositado un beso en el dorso y causando un ligero temblor en ella- Tranquila, no voy a lastimarte...

¿Por qué me llamaste? -cuestiono con una voz dulce, digna de un rostro como ése-

Quiero invitarte una copa de vino... ¿La aceptas? -me miró desconfiada- jamás le pondría algo a tu bebida si es lo que te paso por la cabeza... -tome la botella y verti un poco de su contenido en mi copa para luego beberlo- puedes servir tu copa si lo prefieres... Asi estás más tranquila

Gracias -tomo la botella y sirvió el vino en su copa- ¿Solo querías invitarme vino?

Te vi bailar hace un momento -me miró curiosa- y... me surgió una duda -me senté de nuevo y ella lo hizo en la silla frente a mi-

¿Cual es esa duda? -pregunto para después dar un sorbo a su copa-

¿Que hace una chica como tú en un lugar como este? -ella se mostró sorprendida por mi pregunta-

Necesito trabajar y esto es lo único que puedo hacer bien... -susurro de forma casi inaudible-

¿Que edad tienes? -pregunte curiosa-

Veintiun años.. -sonreí bajo su atenta mirada-

La observé durante un momento sintiendome abrumada por su belleza y la ternura que desprende aún en un lugar como esté; me debati un momento sobre si ella de verdad es lo que quiero... Sería catastrófico decirle mis intenciones sin estar segura de querer casarme con ella, pero sin duda ella posee ese algo que quiero que tenga mi esposa.

Tengo un trató que ofrecerte, Aitana... Sobra decir que puedes rechazarlo si no te gusta y yo jamás haría nada en tu contra ¿De acuerdo? -ella asintió nerviosa- también puedes imponerme tus deseos y juntas llegaremos al mejor arreglo para ambas ¿De acuerdo?

Claro -me sonrió ligeramente-

Vayamos directo al punto -me aclaré la garganta- quiero una esposa y planeo que tú lo seas -sus ojos se abrieron sorprendidos- tengo que casarme para heredar la fortuna de mi padre y no tengo tiempo suficiente para buscar a una mujer y enamorarme, deseó hacer un contrato donde ambas resultemos beneficiadas...

¿Boda? ¿Esposa? -se levantó de golpe- no entiendo...

Solo pido una boda y a cambio pondré el mundo entero a tus pies -dije simplemente-

Ni siquiera me conoces... -susurro abrumada-

No necesito conocerte y tú tampoco necesitas conocerne -declare sería- no planeo enamorarte para que accedas a casarte conmigo, lo que venga después de la boda no importa... Pero por lo pronto necesito un matrimonio rápido y sin inconvenientes

La rubia me miró un momento sin moverse, incluso dude un momento sobre si estaba respirando correctamente o está conteniendo el aliento, luego de un momento volvió a sentarse y la ví respirar profundamente.

¿Y por qué yo? -cuestiono confundida-

Por qué me cautivaste desde que pisaste ese escenario -admití-

Necesito más información... -dijo después de un momento de silencio- no puedo solo acceder y ya...

Es que no hay más información, pido que te cases conmigo y a cambió te daré lo que desees... Hasta el más mínimo capricho que tengas en mente considerarlo hecho si accedes a hacer esto -declare sería-

¿Y que pasará cuando obtengas lo que quieres? ¿Me vas a desechar como si fuera basura y me traeras de regresó a éste lugar? -enarco una ceja-

Cuando yo consiga lo que deseo la decisión quedará en tus manos, serás libre de irte o de quedarte... Pretendo quedarme contigo solo si es lo que tú deseas -ella sonrió al escuchar eso-

¿Seré solo una esposa trofeo? -pregunto sin perder su sonrisa-

Eso también quedará a tu elección, si decides quedarte en casa y serlo por mi está bien, pero si deseas hacer algo por ti misma también estará bien para mí... No pretendo ser tú dueña, eres dueña de ti misma -su sonrisa se amplió-

¿Seré la única o habrá un desfile de personas por tu cama? -enarco una ceja-

No soy de infidelidades, ni siquiera soy de acostarme con extraños a diestra y siniestra -sonreí divertida por su pregunta- tendrás mi respeto y tu lugar como mi esposa ante todos 

Y... ¿Que pasará si te enamoras de mi? -pregunto coqueta-

Si eso llegará a pasar... esperaría que tú sintieras lo mismo -afirme-

¿Y si no es así? -cuestiono seria-

Cómo ya te dije tú eres dueña de ti misma, yo no podría evitar que te fueras una vez terminado el contrató -suspire-

La rubia se mostró pensativa quizá analizando mi propuesta y lo que estoy poniendo ante sus ojos.

De acuerdo... lo haré -sonreí complacida-

Perfecto -admití un poco emocionada- quiero que vengas a vivir conmigo desde esta misma noche

¿Y mis cosas? -pregunto sorprendida-

No las necesitas, pero si quieres podemos mandar mañana por ellas... Primero quiero que conozcas tu futuro -un brillo de emoción apareció en su mirada-

Tú mandas -sonreí ante su respuesta-

Me puse de pie y ella lo hizo también, le tendí mi mano la cuál ella tomo de inmediato.

Un placer hacer negocios contigo, Aitana -ella negó con la cabeza-

Es Grace... -corrigió-

Grace... -saboree su nombre en mis labios-

Futura señora Harrington -dijo alegremente-

Me sentí muy conmocionada al escucharla decir eso. El juego comenzó.