•• Savagge ••

Me encuentro sentada en el sofá de mi casa con una copa de vino entre las manos mientras esperó que Grace este lista y baje por las escaleras, bien podría estar arriba con ella y esperarla, pero a decir verdad mi nerviosismo solo aumenta a cada segundo y eso hace que siquiera respirar el mismo aire que ella se vea como todo un desafío. Es extraño que yo, Nicole Harrington, me encuentre nerviosa y asustada por lo que pueda pensar de mi una chiquilla que a decir verdad no a llevado una vida sin pecados, pero es razonable que esté así de asustada cuando se piensa en que de ella depende mi futuro... De ese precioso ángel rubio que se encuentra ahí arriba depende la vida que yo vaya a tener de aquí en adelante, y si bien, ella ya lo sabe de alguna forma, hoy le quedará más que claro que me tiene en sus manos... Sabrá más que nunca que de ella depende todo y a decir verdad, le dare tanto poder sobre mi como jamás ha tenido nadie.

¿Que haces ahí sentada con esa cara de pánico? -pregunto su dulce vocecita-

Te estaba esperando -la mire y sonreí ante lo hermosa que luce-

Lleva puesto un vestido negro ceñido a su cuerpo, con finos tirantes y un escote recto, también está usando un abrigo más largo que su vestido; su cabello cae recto por su espalda y su maquillaje está más cargado de lo usual, eso la hace ver más madura y dominante... A decir verdad le queda de maravilla el look de mujer fatal.

¿Por qué te vestiste así? -enarque una ceja-

No quería verme como una niña cuando me muestres tu secreto -declaro sería, pero fue fácil ver el nerviosismo en su mirada- ¿Nos vamos?

Si -tome mi bolso-

Salí de la casa con la rubia detrás de mi, ambas subimos al auto y el chófer se puso en marcha. Grace estaba muy callada, tanto que me ponía los nervios de punta... Incluso parecía estar intentando retener la respiración, para evitar emitir cualquier clase de sonido y eso lejos de hacerme sentir tranquila me hace sentir aún más nerviosa... ¿Que pensará cuando lo sepa todo? ¿Huirá? ¿Me va a gritar? ¿Lo entenderá o simplemente me dejará? Estoy segura de que será una sorpresa para ella como lo fue para mí en su momento, ahora estoy tan acostumbrada que incluso me parece ya algo común y corriente como si del clima estuviéramos hablando.

Mi móvil empezó a sonar así que lo tome y conteste sin ver quién llama por qué realmente ya lo sé.

¿Que quieres, Stephen? -pregunte de malas-

¿Ya vas a llegar? -cuestiono- la gente se enteró de que venías y están preguntando por ti...

No voy a atender a nadie, encárgate de mantener a todos lejos de mi y de Grace -dije fastidiada-

Sabés que hay algunas personas a las que no puedo impedirles nada, Nicky -suspiro-

Pues tienes que intentarlo, sirve de algo, primito -sin más termine la llamada-

Sentí la mirada de Grace en mi así que voltee a verla, ella no desvío la mirada.

Estamos por llegar -afirme- y... no quiero pedirte mucho, solo te pido que mantengas la calma... ¿Puedes?

Por supuesto -tome su mano y lleve el dorso de está a mis labios-

Después de unos minutos el auto se estacionó afuera de un edificio nada espectacular, en apariencia solo parece un club nocturno más de la cuidad, pero como el Sapphire, este tampoco es un lugar normal... De hecho diría que lo que pasa aquí es mucho más salvaje que lo que ocurre en el lugar de donde salió mi ángel. Tomé la mano de la rubia que se mantenía callada y asi nos dirigimos a la entrada del lugar donde están dos tipos grandes que cuidan la entrada de la gente por que si el Sapphire es exclusivo, este lugar lo es mil veces más.

Señorita Harrington, es un gusto verla finalmente -sonrio Masón- ¿No va a presentarme? -miro a Grace con lujuria-

Cuida donde pones tus ojos, no vaya a ser que los pierdas, guapo -sonrei- ahora quítate de mi camino...

Sin más se hizo a un lado dejando que ambas entráramos, un pasillo largo con paredes de color rojo sangre nos dieron la bienvenida, al final de este se encuentra una puerta negra que esconde todo lo que pasa aquí adentro.

Bueno, te diré las reglas básicas... -suspire- aquí nadie se mete con nadie por que la gente que viene aquí es poderosa... Pueden destruirte en un segundo y nadie quiere problemas, y por ningún motivo debes hablar con las personas vestidas de rojo, ¿De acuerdo?

Si... -aprete ligeramente su mano-

Finalmente caminamos por el pasillo, al llegar a la puerta di un goleo en ella y está fue abierta por una mujer alta, delgada, de piel morena y cabello negro que está usando un vestido entallado en color rojo brillante. Entramos sin hacerle mayor caso a la chica, miré a Grace quien se quedó muy quieta observando todo lo que hay a su alrededor.

Bienvenida a Savagge -murmure sintiendo un tumulto de sentimientos dentro de mi-