••• Noche de Compromiso•••

Pocas veces me he sentido absolutamente cautivada por la belleza de una mujer, pero con Grace me ocurrió que desde el primer momento quedé prendada de su rostro de ángel... Jamás podría decir que fue amor a primera vista por qué aunque no conozco del todo el amor sé que no se siente así, pero sin duda quedé deslumbrada por su aura tierna y ese rostro de brillantes ojos verdes. Ahora mismo me encuentro encantada con su elección de vestuario, está usando un elegante vestido blanco que se adhiere a su figura de una forma envidiable, alacio su cabello dejandolo caer por su espalda y lleva tacones negros... Luce preciosa, elegante e imponente como toda una reina.

No entiendo por que dices que no eres un ángel... -dije mientras admiraba el anillo azul brillando en su mano- para mí pareces uno... Y el blanco te queda de maravilla

No por qué parezca un ángel significa que soy uno... -sonrió ligeramente- tenemos que hablar de tu afán por llamarme así

Es un lindo apodo -nego- ¿No te gusta?

No en realidad -tome su mano y así empezamos a caminar con rumbo a el jardín donde se lleva acabo la fiesta de nuestro compromiso- no es bueno que llames ángel a un demonio...

Los demonios eran ángeles -afirme segura de ganar está batalla-

Que hicieron cosas malas y fueron desterrados, perdieron sus alas por ir hacia el camino incorrecto y dejarse envolver por los pecados humanos... -pude notar un atisbo de tristeza en su voz- tal vez parezco un ángel, pero estoy lejos de ser uno... -me detuve y me plante enfrente de ella-

Puse mis manos en sus mejillas y ella me sostuvo la mirada, por primera vez desde que la conocí pude notar una tormenta en su mirada... Pude notar los secretos que guarda con recelo su precioso corazón, pude ver qué esas preciosas esmeraldas han visto más cosas de las que deberían y pude notar que detrás de ese rostro de muñeca y esa mirada dulce se esconde una mujer más parecida a mi.

¿Que me ocultas, ángel? -hizo un mohin al escuchar el apodo, pero lo ignoró-

Tal vez más de lo que piensas... -sonreí- y tengo la apariencia de un ángel así que deberías tener cuidado conmigo...

Eso lo sé desde el primer momento -ahora ella sonrió- ¿Algún día me dejarás develar tu mente?

Tal vez -me beso efímeramente-

Vamos, nos están esperando -asintió y luego proseguimos con nuestro camino-

Me pregunte que secretos esconde esa chica con apariencia de ángel, obviamente ya tenido una vida difícil, pero me preguntó que tuvo que hacer para sobrevivir... ¿Que ocurrió en su vida antes de que la encontrará? ¿Hubo alguien más en su vida? Me sentí impotente al no poder preguntarle todas esas cosas, después de todo nuestros días juntas apenas están empezando... Ya entramos en confianza, pero sin duda no tanta como para que me cuenta toda su vida, tendré que esperar a que ella me lo cuente por decisión propia... O tal vez podría hacer algo.

Abrí la puerta que da hacia el jardín de mi casa, la iluminación de la fiesta nos dió en el rostro y luego la gente aplaudió como si de verdad les importará nuestra boda. Sonreí alegremente, fingiendo ser una mujer enamorada mientras presentaba a mi futura esposa con todos, sobra decir que Grace deslumbró a nuestros elegantes y pretenciosos invitados, la gente parecía fascinada con mi prometida; los hombres la miraban con deseo y las mujeres con envidia, me sentí realmente feliz de haber hecho esa elección... Mi perfecta reina.

Nicky... -me detuve del golpe al escuchar su voz-

Me giré lentamente sin soltar la mano de Grace quien me miró confundida, frente a mi se plantaron dos hermosas chicas... Una es mi jefa Ashley y la otra es Anastasia, está última mira a Grace con una sonrisa que los que la conocemos sabemos de sobra que es un «muerete»

Hola, chicas -les sonreí incómoda- les presento a prometida, Grace Harrington -declare mirando a la rubia-

¿Harrington? -pregunto Ashley- aún no se casan, Nicky... Deja a la pobre chica ser libre un poco más

Es una Harrington desde que aceptó casarse conmigo -afirme- ella es Ashley Sanders, mi jefa... -la rubia le tendió su mano y la castaña la estrecho-

Es un gusto, señorita Sander -dijo mi mujer-

Solo Ashley... -dijo mirandola con curiosidad-

Ella es Anastasia Cullen, una compañera en la empresa -la mencionada hizo una mueca-

Un gusto -la rubia sonrió-

Ya lo sé, niña... No todos los días se conocen mujeres de mi nivel -la miró despectiva-

¿Empezamos tan pronto con las estupideces, Ana? -la mire sería-

Pues tú empezaste antes que yo... Primero al elegirla a ella por encima de mi y después por presentarla como si de una dama se tratara cuando no es más que una ramera -declaro sería-

Enojada tome de la muñeca a la castaña siendo brusca, ella no se notó temerosa de mi reacción por qué me conoce lo suficiente como para saber que sus palabras despertarían mi irá y por el contrario, me miró con una sonrisa en los labios.

Discúlpate con Grace... -dije entre dientes-

Que ella se disculpe por quitarme lo que era mío -respondió mirando a Grace con furia-

Yo jamás iba a ser tuya, jodida estúpida -dije molesta está vez tomadola por sorpresa por qué jamás le hable de esa forma apesar de ser un poco despectiva con ella- ahora discúlpate con mi mujer o lárgate de nuestra casa...

Nicky, no vale la pena... -susurro Grace pareciendo angustiada-

Discúlpate -dije presionando mi agarre en la muñeca de Ana-

No me voy a disculpar por decirle la verdad a tu zorra -declaro seria-

Nicole... están llamando mucho la atención -susurro Ashley-

Espero que sepas que le estás declarando la guerra a un enemigo más fuerte que tú, Anastasia -la solté con gesto despectivo-

No me asustas, Nicole... Puedes estar muy enojada, pero jamás pondrias en juego lo que tienes por una mujer -afirmo y odie que me conociera tan bien-

Largo de mi casa -dije sería, la castaña miró a Grace con una falsa sonrisa-

Deberías cuidarte las espaldas, querida -afirmo- y no solo de mi... Te estás casando con el mismo diablo y los enemigos le sobran -declaro antes de irse de la fiesta-

Ashley fue detrás de ella, Grace me miró curiosa.

Ya veo que no soy la única que tiene secretos... -sonrió complice-

Eso parece -devolví la sonrisa-

¿Algún día me dejarás develar tu mente? -repitio mis palabras-

Más pronto de lo qué piensas -bese su mejilla-