-¡¡vamos, corre corre corre!!- gritaba Alan, mientras Angie trataba de seguir su ritmo. La alarma sonaba por toda la base, las luces rojas iluminaban el camino, dejando ciego a cualquiera que las mirara fijamente.
-¿¡a la mierda el plan de pasar desapercibido no?!- grito su compañera.
-¡¡la idea de venir por esa puerta fue tuya, no mia!!- ambos se colocaron tras unas cajas, las cuales usaron como cobertura, pues al frente, varios soldados de Ground estaban disparandoles sin parar.
-agh... Mierda mierda mierda... ¿¡Ahora que hacemos!?-
-¡¡facil, apunta a la cabeza!!- dijo, disparando a todos los soldados que podia, sin fallar ni un tiro. En cuanto a Angie, los nerviosismos y la adrenalina del momento le hicieron fallar un par de tiros al principio, pero cuando retomo la compostura, pudo volver a disparar. Iban avanzando lentamente, mientras disparaban a todo lo que se movia, sin fallar, hasta que finalmente, encontraron una pequeña habitacion en la que se escondieron y bloquearon la puerta. Tenian un momento de paz, pero tirarian la puerta abajo en cuestion de minutos.
-vale a ver... ¡Tenemos que pensar en un plan!- grito Alan.
-wow, ¿no me digas? ¿¡Cuanto tiempo has estado pensando para llegar a esa conclusion, eh!?-
-¡¡2 segundos, ahora callate y sigueme!!- la tiro del brazo, metiendola en un pequeño armario que habia ahi... Demasiado pequeño.
-¡eh! ¿¡Que coño haces!? ¿¡Te vas a quedar ahi afuera!?-
-aja... Voy a intentar eliminarlos.-
-¿tu solo? Ni de coña, ¡yo tambien!-
-¡son demasiados! Lo mas probable es que nos maten asi que... Si pasa cualquier cosa...-
-¡no va a pasar nada porque te vas a meter en el puñetero armario!- empezaba a agobiarse.
-no cabemos los dos, y aunque fuera asi, nos pillarian rapido.-
-¡¡joder que no te voy a dejar morir!!- hizo su mayor esfuerzo para salir del armario, pero Alan la volvio a empujar ahi.
-tranquila... La cura no tiene por que estar muy lejos, servire como distraccion.- su voz era demasiado tranquila.
-pero...-
-de verdad, todo saldra bien, ¿vale?-
-¿y si... Y si no sale bien...?- su agobio era cada vez mas notorio.
-Angie...- se acerco y sin mediar palabra, la beso. No duro mucho, pues quedaba poco para que hecharan la puerta abajo. -antes de que preguntes, te lo debia y lo sabes.-
-si... Como digas...- dijo mirando hacia otro lado, avergonzada, pero a la vez mas relajada.
-nos vemos en un rato.- cerro las puertas del armario. Un segundo despues, la puerta de la sala se vino abajo, levantando una humareda enorme, pues la puerta estaba desgastada. Alan aprovecho esa humareda para escabullirse entre los soldados, saliendo de la habitacion. -¡eh, pringa'os! ¿¡Tantas armas y no podeis ni atrapar a un niño!? ¡¡Patetico!!- decia mientras se cubria de las balas y corria en direccion a la salida. En cuanto el sonido se marcho, Angie abrio las puertas del armario.
-dios... Vale, relajate... Todo estara bien...- se decia a si misma.
-¿todo...?- una voz sono a su espalda. Su tono era tetrico, misterioso, hizo que se le helara la sangre.
-¿quien... Eres?- ni siquiera queria girarse.
-tu... Ya me conoces... Angie.-
-no he escuchado tu voz en la vida nini.- dijo en un tono burlesco, aunque aun con el miedo en el cuerpo.
-puede que no... Pero si me conoces... Y si no... Ahora lo haras.-
-¡ya vale, quien cojones er...!- dijo mientras se giraba. -¿que...?- delante suya, se encontraba un acaparazonado... Pero de sus brazos, en lugar de salir tentaculos normales, estos eran luminosos y, a la vez, en donde deberian estar las cuencas de sus ojos, habia una luz blanca que emitia por dentro de la cabeza, como si hubiera un orbe de luz en el lugar de su cerebro, pues incluso la luz pasaba por la boca, la nariz y las orejas. -quien... ¿Quien coño eres...?-
-el terror... Lo noto en tu rostro Angie...- su voz sonaba burlesca. -¿quieres saber mi nombre...? Yo... Soy... Solarium.-