Cap 6. Dolor
*Optimus*
— No tenemos la fuerza militar necesaria para atacar su fortaleza. Sería suicida.
— No atacaremos, nos infiltraremos. Si logramos llegar hasta allá, encontraremos una forma de... —sentí mis pensamientos bloquearse, siendo reemplazados por una interferencia que bloqueó momentáneamente mi visión.
— ¿Señor? —No podía escuchar la voz de Ultramagnus. Su llamado era opacado por el aparente mal funcionamiento de mi sistema.
— Discúlpame, Ultramagnus. Seguiremos después... Necesito un momento a solas —a cada paso lento, mi cuerpo se tambaleaba, por lo que tuve que apoyarme del muro para dirigirme a mi aposento. Al llegar, inmediatamente cerré la compuerta sin molestarme en encender las luces.
Pensamientos turbios y pesados comenzaron a propagarse en mi cabeza. Mi pantalla mostró un mensaje de que una conexión psíquica acababa de establecerse. El origen de la conexión me transfería un archivo encriptado.
Al desbloquearse, abrió una imagen de Smokescreen, una vista que yo no recordaba tener de él.
Era un video.
Estaba bajo mi cuerpo, con múltiples heridas y daños en su armazón mientras lloraba y suplicaba.
¿Acaso era yo... quien le estaba haciendo daño?
Mi interrogante fue contestada cuando mis manos aparecieron en pantalla, confirmando mi temor.
— Agh... por favor, Optimus... reacciona —me suplicó mientras el aceite recorría su rostro con tristeza. Presenciar tal cosa contrajo mi spark.
Mi mano lo tomó del cuello que se veía pequeño en comparación, presionando alrededor para silenciarlo.
— Cállate un rato —mi voz resonó con furia y prepotencia. Aunque desconocía el por qué, por primera vez en mi vida como Prime, me tuve miedo a mí mismo.
Lo siguiente que vi, me dejó perturbado.
Giré a Smokescreen obligándolo a colocarse boca abajo, forcé su puerto abriéndolo a la fuerza, dejando en exposición su válvula a la cual dirigí mi cable, penetrándolo de una sola estocada. Smokescreen se tensó bajo mi maquinaria soltando un alarido adolorido.
— ¡Por favor... detente! —suplicó nuevamente.
Mis manos se hundieron en su cadera con fuerza y comencé a embestirlo con brusquedad mientras él lloraba. Sus gemidos de dolor me torturaban mentalmente, aunque en el video parecía que sólo lo usaba como un juguete sexual con el que me estaba desahogando.
Más de una vez me suplicó que me detuviera. Pronunció mi nombre con dolencia e intentó voltear para mirarme, pero yo simplemente lo golpeé para dejarlo quieto.
Presencié horrorizado como energon vital comenzaba a emerger de su entrada la cual continuaba penetrando y ese mismo líquido se mezclaba con el lubricante que resbalaba entre sus piernas.
No... estos recuerdos no pueden ser míos, tampoco puede tratarse de una visión. Yo no sería capaz de darle semejante trato.
¡¿Por qué estoy viendo esto?!
Me llevé ambas manos a la cabeza como si eso fuera a ayudarme a contener el tormento por el que estaba pasando. Y aunque desactivara mi visión óptica, mi mente continuaba proyectando esas horridas imágenes junto a su audio que emitía los golpes de los cuerpos chocando y el llanto de Smokescreen.
Basta. Ya basta...
Sin darme cuenta, terminé cayendo de rodillas en medio de la oscuridad, sosteniéndome de una repisa para evitar una caída fatal. Entonces, el video acabó, dejándome en estática unos segundos antes de recobrar la vista hallándome en la oscura habitación.
Debía ser un engaño, no podía ser verdad. ¿Era esto acaso una especie de premonición? De ser así, debía evitar que sucediera a toda costa, debía alejarme de él.
— Optimus, ¿estás bien? —Se escuchó desde afuera.
Tanto como me fuera posible.
— ¿Optimus?
Smokescreen... juro que no te lastimaré.
— Voy a pasar, ¿sí? —el código de seguridad dio acceso y la compuerta se abrió iluminando parte del lugar. Escuché sus pasos dirigirse hacia mí, seguido de una voz gentil que me llamó con preocupación—. Optimus, ¿te pasa algo?
Aunque te niegues a aceptarlo y por más que me duela...
— ¿Qué tienes? —era incapaz de mirarlo a los ojos tras lo que estaba por decir.
No importa... lo que tenga que sacrificar.
— Smokescreen... Terminemos —y junto a mi sentencia, una capa de tensión y melancolía bobinó en nuestras sparks dolorosamente.
— ¿Qué... ? —su pronunciación torpe e impactada era evidencia de su absoluta confusión —. ¿Terminar? ¿Por qué?
— Sal de aquí —pronuncié lo más seriamente que pude.
Un impactante sentimiento de aflicción se apoderó de mi chispa cuando me abrazó por la espalda.
— Vamos, Optimus. Por favor no juegues... Si estás enojado, puedo hacer guardia durante ambos turnos. No era mi intención cuestionar tus órdenes frente a los demás... —girarme y tratar de apartarlo, fue una de las cosas más difíciles que tuve que hacer. Lo empujé suavemente con mi brazo para alejar los suyos que envolvían mi cuerpo.
— No estoy jugando. Suéltame.
— ¡No! —se abalanzó furtivamente sobre mí, logrando tirarme de espaldas para posicionarse encima y sostenerme de ambos brazos, dejándome aturdido de la sorpresa, pero más que nada por las lágrimas que se derramaban a lo largo de su triste y confundido rostro. — Dijiste que me amabas... ¡Lo prometiste! Prometiste que jamás me soltarías, yo también lo hice. ¿Entonces, por qué... ? —numerosas gotas de aceite se derramaron sin cesar sobre mi superficie facial.
No me hagas esto, Smokescreen... A pesar de que me juré a mí mismo que no te haría daño, lo estaba haciendo justo ahora.
— ¡Optimus! —la voz de Bumblebee quien llegó derrapando, irrumpió en la habitación —. ¡Tenemos un... ! —, calló abruptamente al encontrarnos en una comprometedora posición, aunque no era realmente lo que parecía. — ¡L-lo siento! Yo... —Smokescreen se apartó y yo, dejando de lado mis sentimientos, me puse de pie recobrando mi firme postura.
— ¿Qué sucede, Bumblebee?
— Re... recibimos un mensaje encriptado.
— Entiendo. Iré enseguida —observé disimuladamente a Smokescreen una última vez antes de dirigirme a la salida y abandonar la habitación.
Pasé junto a Bumblebee, quien fue lo suficientemente perspicaz para percibir la tensión entre ambos. Nos miró una y otra vez tratando de entender lo que sucedía, pero dadas las circunstancias, supo de inmediato que no sería sabio preguntar.
— Y por favor... —me detuve una vez estuve fuera en el pasillo, dirigiéndome a Smokescreen sin voltear a verlo —, no me sigas. —Tras esa última orden, me retiré sin mirar atrás.
Lo siento, Smokescreen. Hasta no estar seguro de lo que pueda pasar en esta batalla, no puedo permitir que estés cerca de mí. Debo descubrir que significan esas grabaciones, de las cuales no estoy seguro si considerarlas sueños, visiones... o recuerdos.
Llegué al puente donde todo mi equipo se encontraba reunido frente a los monitores esperando por mí.
— ¿Qué ocurre, Ratchet?
— K.O. y yo logramos un gran avance con la construcción del satélite, lo que nos permitió recibir esto —Ratchet puso en producción una grabación en pantalla, una donde hablaba Némesis.
— Saludos, autobots... —su tono prepotente y malicioso removió algo en el interior de mi pecho. Nos miraba con una cara burlesca y analítica, una expresión muy impropia de mí. — Seguro se habrán dado cuenta que les falta uno de sus miembros. Claro, mi preciado Bee les puso una paliza.
— ¡Grr! ¡Rastrero y tramposo impostor! ¡Si le hiciste algo a Arcee... !
— Tranquilo, Bulkhead. Es sólo una grabación. No puede escucharte —le calmó nuestro doctor y seguimos escuchando.
— Esa pequeña visita fue sólo el primer paso de una entretenida propuesta: ¡Un juego! Un juego donde ponen en riesgo sus vidas por la recuperación de su compañera. Si logran infiltrarse en mi fortaleza y rescatarla, ustedes ganan, sino... Bueno, los mantendré en suspenso, no quisiera arruinarles la sorpresa.
» Estaré esperándote, Optimus Prime.
El vídeo acabó, hundiéndonos en un sepulcral silencio que se rompió fácilmente con las voces histéricas de mis compañeros.
— ¿Un juego? ¡¿En qué demonios está pensando?! —Bulkhead.
— Moriremos antes de llegar a ella. Tiene la ventaja en todos los medios posibles —Ultramagnus.
— ¿Con qué propósito ha planeado un escenario así ese lunático? —Wheekjack.
— Es obviamente una trampa —Ratchet.
— ¡No podemos abandonar a Arcee! —arremetió bumblebee ante la negatividad de los demás.
— Todo lo que dicen es cierto, pero Bumblebee tiene razón. En este punto, no tenemos muchas opciones. No podemos seguir limitándonos a huir. Sabíamos que tarde o temprano nos alcanzaría.
— Entonces, ¿qué vamos a hacer?
— Nos será imposible ganar si atacamos de frente, nuestra única alternativa es seguir su juego y proceder con toda la precaución posible para llegar a Arcee evitando a toda costa la batalla.
Ultramagnus me ayudó a trazar y explicar nuestra estrategia. El más mínimo error podría costarnos la vida, así que lo hicimos minuciosamente.
— Espera, Optimus —irrumpió Ratchet antes de finalizar los preparativos —. ¿Qué hay de Smokescreen?
— Se quedará a cuidar la nave —respondí sin más.
Mi amigo se quedó en silencio, manteniendo su mirada en mí unos momentos.
Me conocía demasiado como para saber que algo no andaba bien.
— K. O. se quedará y mantendrá nuestra comunicación activa. Además, necesitamos a alguien que lo respalde a él y a Breakdown que aún está vulnerable.
— Si se trata de supervisar el estado de Breakdown y monitorear la misión, entonces yo me quedaré. K. O. es más apropiado para la misión que yo.
» ¿Estás de acuerdo? —habló dirigiéndose al ex-con.
— Me parece bien. Si eres tú quien lo cuida, no tengo que preocuparme por mi bruto asistente. Además, tengo ganas de ver de cerca a esos dobles y diseccionarlos —cambió su mano por la sierra, esbozando una ansiosa sonrisa.
— Bien, Ratchet. Te encargarás de las cosas aquí con Smokescreen —pronunciar su nombre me provocaba un peso en el pecho.
— Entonces, ¿por qué no está aquí? —sabía que buscaba forzarme a darle una respuesta que sacara a la luz lo que realmente sucedía.
— Él lo sabe, Ratchet. Ahora tenemos cosas más importantes que hacer, como alistar nuestra partida.
Le puse fin a la conversación dirigiéndome al salón de reliquias, ordenándole a mis autobots preparar las cápsulas para el viaje.
*Ratchet*
Desde el momento en que Optimus había llegado al puente, inmediatamente percibí que algo no andaba bien con él.
El aura serena e imponente que normalmente irradiaba, al contrario de otros días, era pesada y hasta ligeramente deprimente.
— ¿Estás bien? —la mano de Wheeljack sobre mi hombro me ayudó a disipar los pensamientos en los que sentí estuve sumergido un largo rato.
— Sí. Sólo pensaba que algo le pasa a Optimus.
— Ahora que lo mencionas, el ambiente estaba un poco tenso. ¿Tienes alguna idea?
— No lo sé. No lo había visto así hasta ahora.
— ¿Por qué no hablas con él?
— Optimus no suele abrirse con sus sentimientos, ni siquiera conmigo y si tiene problemas, lidia solo con ellos. Me preocupa que eso pueda perjudicar la misión.
— ¿Qué te parece si yo hablo con él?
— ¿No escuchaste lo que dije?
— Oye, puedo no ser su amigo más cercano, pero soy un buen conversador. ¿Qué dices? Vale la pena intentarlo.
— No lo sé... No creo que sea apropiado antes de comenzar con la misión.
— Confía en mí. Debemos asegurarnos que nuestro líder esté en perfectas condiciones para la batalla.
— Tienes razón, Wheeljack. Te lo encargo.
— Haré lo que pueda.
— Y... Ten cuidado —me sonrió tiernamente y me abrazó para besarme. Fue corto y suave, pero me otorgó un gran disfrute que inundó mi pecho de una agradable calidez.
— Regresaré sano y salvo a tí, sunshine.
En lo que hacían los preparativos para partir, fui al ala de cámaras en busca del novato.
Me extrañó que no hubiera estado presente en la reunión, además de que Optimus estaba claramente afligido después de mencionarlo.
Tengo el presentimiento de que se trataba más que una simple discusión; porque de ser así, Optimus no hubiera permitido su ausencia en un momento de emergencia como este.
Inserté el código de seguridad que abrió su compuerta. Estaba dentro con las luces apagadas, recostado de lado en su cámara de recarga, de espaldas a mí.
— ¿Smokescreen? —al no obtener respuesta, me acerqué. — ¿Qué te pasa?
— Me terminó, Ratchet —me detuve en seco ante su lamento.
— ¿Qué? —se levantó de su cámara y volteó a verme entristecido. Su cara deprimida me golpeó profundamente.
— Optimus me terminó... —se sentó sobre la losa, abrazando sus piernas y escondiendo su rostro entre las rodillas.
Lágrimas de aceite resbalaron por su ya empapado rostro y no pude evitar sentirme mal ante su gesto.
Justo lo que me temía.
Expulsé un pesado suspiro y me acerqué a sentarme a su lado sobre la losa.
— Tal vez no sea un buen momento, pero ¿quieres hablar de eso?
— No... Digo, sí. Creo... —dejó de abrazar sus piernas y se acomodó sentándose a mi lado. — No sé qué sucedió, Ratchet. Sé que han sido tiempos difíciles y que Optimus tiene mucho en qué pensar, pero desde antes de llegar a este planeta, comenzó a actuar extraño conmigo y entre más tiempo pasaba, me di cuenta que tal vez no se veía bien. Cuando traté de acercarme para animarlo, él simplemente se alejó y comenzó a ser cortante conmigo como si no quisiera que estuviera cerca, como si verme... Lo inquietara.
Podía entender la situación de Smokescreen y de Optimus. Si bien los últimos días mi amigo había sido distante, terminar con Smokescreen de golpe debió haber sido duro.
Aunque lo anticipé, no me agradaba esta situación.
—Escucha, Smokescreen. Optimus sólo trata de protegerte y aunque dudo que esta sea la mejor manera de hacerlo, lo hace porque quiere mantenerte a salvo de Némesis.
— ¿Protegerme? Yo también soy un soldado, no con tanta experiencia como el resto de este equipo, pero lo soy. Creí que le había demostrado a Optimus mi fuerza, de lo que soy capaz, pero al final, creo que no fue suficiente para convencerlo de que puedo pelear a su lado.
— Él confía en tí, Smokescreen, pero jamás habíamos enfrentado algo como esto antes. Nuestro enemigo tiene el rostro de Optimus, una situación claramente delicada que nos pone en peligro a todos, incluyéndolo a él.
— Quiero creerlo, Ratchet, pero... ¿alejarme? ¿Cómo pretende protegerme alejándome? ¿Cómo puedo protegerlo si no me permite pelear por él? No lo entiendo.
— Tampoco conozco la razón, Smokescreen, pero sea cual sea, Optimus tiene miedo de perderte.
— Yo también temo perderlo, sino es que ya lo hice.
— Sé que estás pasando por un momento difícil, pero estamos por embarcarnos en una batalla que no sabemos cómo va a terminar; así que levántate. Ya que vas a estar aquí, pretendo hacer que me ayudes en todo lo que puedas.
»Nosotros somos una parte fundamental para que nuestros compañeros tengan éxito y regresen a salvo. ¿Quedó claro? —y aunque sé que era difícil para él dejar a un lado su dolor para seguir peleando, logré que se limpiara el aceite que manchaba su rostro y abandonara la losa.
Sonreí para mis adentros con orgullo por su fortaleza.
*Wheeljack*
Nuestra misión comenzaba.
Abordamos mi nave para poder rastrear y encontrar la nave de inconmensurable tamaño que se dirigía a nosotros. Estábamos despegando.
Prime estaba a mi lado, perdido en sus pensamientos al igual que yo buscando cómo comenzar una conversación amigable mientras pilotaba la nave.
— Y... ¿cómo van las cosas con el cadete, señor? —dirigió una incómoda y sorprendida mirada hacia mí, que pronto se transformó en una decaída la cual apartó.
Parece que había dado en el clavo... Su problema rondaba en torno al chico. Eso no podía ser bueno.
No parecía tratarse de una simple pelea de pareja, aparentaba ser algo mucho más serio.
— No creo que sea un tema apropiado en esta situación, Wheeljack —evadía el tema, señal de que no quería pensar en él, tal vez por enojo, o porque le dolía hacerlo.
— Lo sé, señor. Es sólo... como no lo vi en la reunión, pensé que algo le había pasado y me preocupé. Somos muy buenos amigos, ¿sabe?
— Él... está bien.
— ¿Por qué no vino? Me sentiría más seguro si nos hubiera acompañado.
— Wheeljack —, su tono rígido me obligó a callar de golpe — No quiero hablar de Smokescreen —. Eso sí que me había tomado por sorpresa. Me estremeció sólo escucharlo.
— Lo siento, señor. Sólo pensé que Smokescreen sería apropiado para esta misión de infiltración y rescate; ya sabe, con la destreza y el ingenio que ha demostrado a pesar de su falta de experiencia, me preocupó que lo dejara en la base.
— La misión requiere de sigilo y precisión. Smokescreen no suele ser muy discreto —reconocí que era un experto en disimular sus verdaderos sentimientos, todo un profesional, de hecho.
No llegaríamos a nada si seguía con rodeos.
— Ratchet está preocupado por usted y sinceramente, también yo. No es normal verlo tan decaído, es más, ni siquiera suele ser fácil para nadie notarlo, pero ahora, todos nos dimos cuenta.
— Entiendo. Te refieres a que mi estado de ánimo puede poner en riesgo la misión y sabes que tiene que ver con Smokescreen.
— Básicamente, sí.
— Soy consciente de eso, Wheeljack. Puedo asegurarte que lo primordial para mí en este momento es rescatar a Arcee sin ninguna baja si es posible. No puedo permitir que mis asuntos personales interfieran en eso.
— Si usted lo dice... —el radar comenzó a sonar al haber percibido algo, algo muy grande.
En la lectura indicaba que múltiples vidas cybertronianas se encontraban a kilómetros de nosotros y estas iban en aumento; eran cada vez más y más hasta el punto de que era imposible contarlas hasta para el mismo sistema.
— Estamos frente a ellos —anuncié como si fuera una sentencia.
— Avanza con cuidado —y eso hice, o al menos lo intenté pensando que podríamos estrellarnos.
— ¿Cómo vamos a entrar si está camuflado?
— Usa un pulso electromagnético —apreté unos botones lanzando un gancho que se adhirió a una superficie plana. La electricidad corrió a lo largo del cable, interfiriendo con el sistema de camuflaje el cual se hizo corto hasta cortarse, dejando a la vista un transporte de tamaño colosal.
— Ahí hay un acceso —señaló el explorador. Y sí, a unos kilómetros de donde estábamos varados, en uno de los muros de la nave había un acceso de reparación.
— Bumblebee —infirió nuestro líder —. Entra y no dejes que te vean. Encuentra un cuarto de control y consigue los planos de esa fortaleza. — La primera fase del plan consistía en conseguir los planos de las instalaciones y descubrir donde tenían a Arcee.
Lo otro, era saber las coordenadas dentro de la base enemiga para que al final de la misión, pudiéramos escapar a través del portal espacial desde cualquier sitio donde nos encontráramos mientras estuviéramos dentro.
Pero eso sólo podríamos lograrlo si Bee era capaz de llegar a un computador evadiendo a los guardias y encontrar la información para que nosotros pudieramos entrar y recuperar a nuestra compañera sin ser atrapados y llegar de vuelta a la nave de Wheeljack.
Era un lugar enorme con una cantidad absurda de transformers dentro y no teníamos idea de cómo luciría el interior.
Era imposible que pudiéramos hacer todo eso sin que se dieran cuenta. Estaba seguro que Prime era consciente de que pronto se darían cuenta de nuestra llegada, pero el punto era que no nos atraparan.
Todo consistía en escapar para poder sobrevivir.
[ . . . ]
Un mensaje de alerta se disparó en la pantalla de los monitores principales, notificando la falla del sistema de camuflaje. El individuo inspeccionó confundido los datos para averiguar la causa, aunque después de unos segundos, el sistema de defensa volvió a reactivarse.
— ¿Qué ocurre? —Némesis Prime, quien aguardaba sentado en su silla de mando supervisando el puente, se percató del inconveniente en la pantalla de alguno de sus subordinados.
— ¿Qué ocurre? —el individuo informático sufrió un ligero susto al saber que se referían a él.
— Señor —se dio la vuelta para informar a su señor, pero sin mirarlo directamente —. El sistema de camuflaje falló unos nano-segundos, pero ha retomado su funcionamiento —la maquiavélica sonrisa que se ladeó en el rostro de Némesis hizo temblar a su subordinado.
— Parece... que es hora de comenzar el juego.
[ . . . ]
NOTAS: Los amantes se han separado, pero su misión sigue adelante. ¿Quién será el ganador de ese peligroso juego?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro