Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Veinte

Amarela

Se estaba haciendo nuevamente de noche, me levante del sofá con toda la pereza del mundo, limpiando la baba que se me había caído mientras dormía.

Busqué a Gabriel por todos lados, hasta que pude distinguir un delicioso olor que provenía de la cocina.

Me acerqué y pude ver a mi amigo preparando algo para el desayuno. No lo botaría ni loca de la cocina sabiendo que es un chef profesional.

Todo el día de descanzo lo habíamos pasado entre audios, videos, pistas recogidas el día de los hechos. Nada que no haya visto antes.

—Buenos días—saludó cuando sintió que me acercaba lentamente.

—Que de buenos tiene, este es el caso más difícil pero no pienso arriesgarme a que otra persona lo tome—aseguré con mi voz de mediodormida y restregándome los ojos para ver mejor.

—No puedes renunciar al caso, solo no puedes—volteó para mirar fijamente a mis ojos.

—¿Pero cómo lo resolveré? Eso pondría en peligro a....

—Shhhh—puso su mano en mi boca—ya no hablemos de eso, solo causa que nos alteremos. Ya pensaremos en algo, tu solo finge que todo va bien hasta que pase el tiempo, no encuentren alguna otra pista y cierren el caso—volvió a voltearse para sacar los panqueques de la sartén.

—Solo así la paz volverá a mi vida—terminé.

Nos quedamos un rato en silencio hasta que volvió a hablar.

—Deberías mantener más limpia tu cocina— me indicó señalando los cartones de pizza que no botaba hace como tres días. 

—Es mia y hago lo que quiera con ella—me acerqué para darle una probada a esos panqueques ganándome un manotazo de su parte.

—No te metas cuando estoy cocinando, ve y date un baño que te dejaré en el trabajo—ordenó sacándome del lugar a empujones.

Subí a darme una ducha caliente, mi cuerpo se relajó al instante. La tención acumulada ya estaba haciendo que me doliera la cabeza, este caso es todo un lio.

.....................

Cuando llegué al trabajo, casi corrí hasta mi oficina esperando a que nadie me viera llegar. Solo debía concentrarme en una idea de hacer que cerraran el caso más difícil de mi experiecia como detective.

Pero lamentablemente el mundo no es bueno conmigo, pues solo bastaron unos minutos para ver a Santa Claus entrar con unos documentos en mano. O mejor dicho, el adorable Molinelly con sus mejillas rosadas, a veces me daban ganas de apachurrarlo.

—Buenos días señorita Lopez, solo venía a  comunicarle que el señor Florecia ya está pagando su sentencia desde esta mañana y la pequeña Aneli a sido trasadada con sus abuelos en España. Supuse que querría saberlo, después de todo usted fue quién solucionó el problema—me dio una sonrisa sincera. 

—Me alegra mucho saberlo, esperemos que Florencia pase muchos años encerrado, me aseguraré que no vuelva a lastimar a la pequeña jamás—concluí.

Ese hombre me había sacado canas verdes durante el proceso. Cuando me enteré que mandaba a su hija a trabajar, él se quedaba con todo en dinero y al final del día si no traía la cantidad que él quería que consiguiera, la castigaba sin darle de comer, me enfureció tanto que tomé el caso mandando a ese abusador a prisión por el resto de su vida.

—Bien dicho, créame que se ha ganado mi admiración por ser tan jóven pero pareciera lleva muchos de experiencia—sus palabras me alagaban, parecía un buen hombre—¿Le podría dar un abrazo?—preguntó tímidamente.

—Si, claro ¿Por qué no?—dije y él se acercó rodeandome con sus brazos cálidos de abuelito. Ojalá hubiera tenido uno, lamentablemente no llegué a tiempo para disfrutar del cariño que solo un abuelo puede dar.

—Disculpe la incomodidad, solo que hace años no veo a mi hija, ella vive en New York y usted hizo que recordara mucho cuando ella venía a visitarme. Lamentablemente ya pasaron tres años desde la última vez— me miró con cariño y luego regresó a su lugar al otro lado de mi escritorio.

No entiendo como pueden haber hijos que no valoran lo que sus padres hicieron por ellos y los olvidan.

—También vine a preguntarle cómo le había ido con las pistas del caso Priztler. Vuelvo a disculparme, lo que pasa es que los señores son muy amigos mios y no podía dejar que perdieran la esperanza de encontrar a su hija con vida.

—Pues aún no termino de revisar todo—mentí—por lo poco que pude ver, me di cuenta que es un caso muy raro e interesante, pero no hay nada que no pueda resolver. Si tengo novedades no dudaré en avisar—me paré del escritorio invitando a que se fuera, lo hizo y mis manos empezaron a tembrar—¿Y ahora cómo le digo que es un caso que no podré resolver? 







Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro