22 de Junio de 1618

—¿Qué ocurre? —me preguntó Mihrimah haciendo reverencia.

Señalé con la cabeza a la cama de Ahmed. Ella miró y analizó la situación ya que no comprendía que pasaba hasta que notó que no respiraba.

—No puede ser. —susurró sorprendida. —Anastasia...

—Necesito actuar rápido, Mihrimah. Necesito cambiar la ley antes que los demás se enteren que Ahmed murió. Sólo tú y yo sabemos que ya no tenemos Sultan.

—No lo hagas —me pidió preocupada.

—Si no lo hago, Mehmed morirá.

—Puedes evitar su muerte de otra manera.

—¿Cómo? —le pregunté llorando —¿Sabes lo que se siente saber que tu hijo tiene los días contados?

—Anastasia, no hagas algo que cambie drásticamente la historia. Por nuestra culpa la varicela llegó al palacio, por nuestra culpa Dorian murió, por nuestra culpa Cihan murió y puede que pase muchas cosas malas si quitas esa ley. Si la quitas, habrá mucha sangre derramada y no sólo perderás a Mehmed si no también a todos tus hijos varones.

Pensé en lo que Mihrimah me había dicho, era verdad no podía quitar la ley. Mis hijos morirían.

—Lo mejor será que Mustafa ascienda al trono y de ahí Osman, Osman también es tu hijo, puedes hacer que no mate a Mehmed. Puedes proteger a tus dos hijos sin necesidad de quitar esa ley.

—Tienes razón —dije aún llorando.

—No llores, no me gusta verte así.

—No te preocupes —dije limpiando mis lágrimas. —Dile a alguien que vaya al palacio de lágrimas por la Sultana Halime. Necesito negociar con ella.

Mihrimah asintió para después hacer reverencia y salir.

Miré al cuerpo sin vida de Ahmed.
A penas tenía como media hora de haber dejado el mundo de los vivos y ya lo extrañaba como nunca. Sabía que sería difícil superar su pérdida pero, tenía que ser fuerte por mis hijos.

—Protegeré tu imperio, Ahmed —le aseguré. 

28 de junio de 1618

—Anastasia —dijo Mihrimah entrando, haciendo reverencia. —Halime está aquí.

—Avísale a todos menos a mis hijos que el Sultan ha muerto. —le ordené.

Ella asintió para después salir.

—Es momento —me dije a mi misma para después salir de los aposentos de Ahmed.

Caminé por los enormes pasillos los cuales los sentía vacíos, llenos de soledad y dolor. Caminé con un nudo en la garganta hasta llegar a mis aposentos. Había ordenado que ahí reunieran a todos mis hijos —incluyendo a Osman—.

Antes de entrar agarré aire. Me era difícil enfrentar el futuro.

Entré de golpe haciendo que todos mis hijos se asustan para posteriormente hacer reverencia.

—Hijos —dije caminando hacia ellos hasta sentarme en un sillón —Tengo algo que decirles.

—¿Qué es, madre? —preguntó mi querido Mehmed.

Tragué saliva.

—Su padre, el Sultan Ahmed Khan ha muerto. Ahora esta en el reino de Allah.

Ellos me miraron sin creerlo.
Ayşe, Fatma, Gevherhan, Mahmud y Hanzade intentaban contener las lágrimas mientras que Mehmed, Osman, Murad y Hanzade lloraban.

—¿Qué? —preguntó Murad llorando sin creerlo.

—Falleció esta mañana —mentí.

—No puede ser posible, madre —dijo Osman sin creerlo —Esto no puede estar pasando, somos muy jóvenes para que alguno asuma el trono.

—Ninguno de ustedes subirá al trono. Lo hará su tío, el Şehzade Mustafa.

—¿Por qué? Es nuestro derecho —replicó Osman.

—Una madre sabe lo que hace. —le aseguré —Cuando ustedes crezcan, me encargaré de que uno de ustedes asuma el trono.

—Confío en ti, madre —me dijo Mehmed.

—Yo igual —me dijo Osman.

Lo regresé a ver, esperaba y así fuera.

—Y si llego al trono, no mataré a mis hermanos —aseguró.

•••

—¡Suéltenme! —les grité a los aghas.

Sabía que podía deshacerme fácilmente de ellos pero, me llevarían con Halime y eso era lo único que importaba.

Los tres entramos a una habitación para posteriormente estos aventarme al suelo y luego salir.

—Kösem —me habló una señora con una hermosa voz.

Alcé mi vista y me encontré con una señora de unos cuarenta y tantos años. Era de piel muy blanca, ojos café obscuros si no que negros, cabello muy negro y con una mirada penetradora. Traía un vestido negro y una corona simple.

—Halime Sultan —respondí con seriedad.

—Escuché que nuestro Sultan Ahmed ya está en el reino de Allah, es una pena que su reino durara muy poco.

—Así es, Sultana.

—A pesar de eso, ten por seguro que haré hasta lo imposible para que mi hijo Mustafa ascienda al trono.

—No se preocupe —dije poniéndome de pie. —Vine aquí a hacer un trato.

—Habla.

—Quiero que su hijo Mustafa ascienda al trono con la condición de que mis hijos vivan, incluyendo a Osman.

Ella me miró con atención.

—¿Algo más?

—También debes dejar vivir a Mihrimah, los hijos de Mihrimah, el esposo de Mihrimah de nombre Hasan, Rabia Hatun, Bülbül agha y a mi —respondí.

—De acuerdo —aceptó. —Sin embargo, tus hijos permanecerán en el palacio y tú serás enviada al palacio de lágrimas. —avisó.

No sabía si podía confiar en ella pero, tenía que confiar en que mis aliados protegerían a mis hijos.

—Así será —aseguré.

Ella se paró.

—Anastasia, sé que no eres de esta época por lo cual te daré un buen consejo; no intentes cambiar la historia. Te lo dice alguien que ya lo hizo.

La miré confundida.

—Vengo del año 2027, Anastasia. De la línea del tiempo de donde vengo, no existe un Sultan Ahmed si no, el Sultan Mahmud.

La miré sorprendida. ¿A caso eso era verdad?

—Pero cometí el grave error de preguntarle a una vidente si en verdad mi hijo se convertiría en el próximo Sultan por lo cual, mi hijo murió cambiando así la historia —me contó.

—Sultan Mahmud —susurré sin creerlo.

—No interfieras más en la historia, Anastasia. —me aconsejó —Tal vez no pude hacer que Mahmud llegara al trono pero sí haré que Mustafa sea Sultan.

—No se preocupe, Sultana. Tiene todo mi apoyo.

Ella sonrió.

—Espero y no rompas tu palabra, Anastasia.

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BÚSQUEDAS DE MAHPEYKER KÖSEM SULTAN.
Fue consorte del sultán Ahmed I y madre de la mayoría de los hijos del Sultan. Fue Valide de sus hijos Mehmed IV, Süleyman II y de su nieto Ahmed II desde 1621 a 1681.
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¡Hola!

Perdón por el capítulo muy corto. Prometo que mañana será más largo. El problema de mi inspiración es la conmemoración de la matanza de Tlatelolco, la verdad, para México es muy trágico ese día y te pone a hacer conciencia de las cosas que ocurren en el país, espero comprendan. :c

¿Se esperaban lo de Halime?

¡Nos leemos mañana!