Valide-i Muazzama/La madre magnífica
23 de mayo de 1623
El medio día llegaba dando por hecho que en poco tiempo una nueva era comenzaría.
Suspiré y saqué de una bolsa de mi vestido la carta que me había dado el visir. La abrí y empecé a leerla.
"Mi querida Anastasia, espero y nunca leas esto pero, si estas leyendo esto es porque ya he partido con Allah. Sé que te dejé un enorme vacío y perdóname por eso. Nunca fue mi intención hacerte llorar o sufrir, mi único objetivo era hacerte feliz, no buscaba más que eso.
¡Oh, mi Anastasia! Mi amada guía. Malditos aquellos que aún te verán mientras yo ya no podré.
Una vez te prometí un para siempre y así lo cumplí. No hubo otra mujer en mi vida más que tú, mi amada flor. Juro por Allah que aún después de la muerte siempre estarás en mi mente.
Mi amada flor de primavera, es verdad que tú sufrirás con la muerte de nuestros hijos y el único culpable seré yo por no poder impedirlo por lo que cumplí tu petición con el cambio de la ley. Te amo tanto que hice lo posible para que no sufrieras aunque sé que ya habrás presenciado la muerte de dos de nuestros hijos, intenté que ya no sufrieras más porque no me gusta verte triste.
Gracias por tu rebeldía, coraje y valentía ya que con ella supe que eras diferente a los demás y eso me volvía más loco por tu amor y fue por mi amor y confianza en ti que la nueva ley se cumplirá. No sólo te confío a mis hijos si no al imperio.
Mi Anastasia, perdón por el dolor que te causé. Sólo pido que vuelvas a ser feliz, así yo podré irme con Allah sin preocupaciones.
Te amo, mi guía.
Al terminar de leer, unas cuantas lágrimas escurrían por mis mejillas.
Mi amado Ahmed sí confiaba en mi, tanto como para dirigir su imperio. Siempre me amó con todo su corazón al igual que yo. Me amaba tanto que cumplió mi petición. ¡Oh, Ahmed! Gracias por todo tu amor y confianza. Siempre estarás presente en mis decisiones por el imperio. Lo prometo. Pensé.
•••
—Anastasia ¿Qué pasa? —me preguntó Mihrimah.
—Nada —dije sollozando.
—Cuéntame —dijo tocando mi espalda.
—Dime, Mihrimah ¿Cómo puedo liderar un imperio qué ha matado inocentes? —pregunté llorando —¿Cómo? Mi país sufre por un imperio y yo gobernaré uno que hace lo mismo.
—No, Anastasia. Tú gobernarás el imperio para bien, harás que en este imperio las personas ya no sufran. Tú serás la guía del imperio.
¿En verdad podría hacerlo? Me pregunté. Yo sólo era una persona que no pertenecía a esa época. No sabía que tan difícil sería guiar todo el imperio.
—No quiero.
—Tienes que hacerlo, si no lo haces, tus hijos pagarán las consecuencias. Siempre admiraste el imperio otomano, ahora tienes la oportunidad de ser parte de él. Tú nombre quedará escrito en la historia.
La miré con atención.
—Ya no eres Kösem Sultan, ahora eres la gran Kösem Sultan, la líder del imperio. Límpiate esas lágrimas que tus hijos no pueden verte así. Los protegerás y para eso no debes mostrar debilidad. Recuerda que lo único que no convierte en un infierno a este palacio es el amor.
Ella se alejó un poco de mi.
—Tienes el futuro en tus manos. No hay poder que te detenga.
Sonreí limpiando mis lágrimas, viendo su vientre de siete meses.
—Gracias —susurré sonriendo.
24 de mayo de 1623
Eran las nueve de la mañana y las criadas aún seguían arreglándome. Unas me pusieron mi corona después de peinarme por mucho tiempo mientras otras me ajustaban mi vestido.
—Sultana ¿Quiere ponerse los aretes? —me preguntó una criada enseñándome los dichos aretes.
Sonreí para después asentir y ponérmelos. Esos aretes me los había regalado Ahmed en mi cumpleaños número diecinueve. Nunca pude ocuparlos cuando él vivía ya que me hizo prometer que los usaría cuando él muriera ya que eso sería lo único que tendría de él a parte nuestros hijos.
—Sultana —dijo Bülbül agha.
—¿Sí?
—Creo que encontré algo que le gustaría utilizar en un momento como este.
—¿Qué es?
Él sacó de sus ropas un pequeño cofre y lo abrió mostrando un anillo pero, no era cualquier anillo, era el anillo que me había regalado Dorian cuando fui raptada en Tinos.
—¿Se lo pondrá? —me preguntó.
—Sí —respondí tomándolo para después ponérmelo en mi dedo anular de mi mano izquierda.
Cualquiera creería que lo hacía por Dorian, sin embargo, ese anillo no sólo era símbolo de mi amor con Dorian, si no que también era símbolo de mi inocencia y felicidad antes de llegar al palacio y esas dos cosas nunca se debían olvidar.
Suspiré.
—Está todo listo, Sultana —avisó la criada.
—¿Y mis Şehzades?
—Todos están en el balcón que da al segundo patio —respondió Bülbül.
—Sultana, será nuestra guía —dijo una de las criadas que me peinó.
—La guía del imperio —dijo Bülbül. —Todos la esperan —dijo señalándome la puerta.
Sonreí asintiendo.
Salí y detrás de mi estaban Bülbül, Kizlar que estaba esperando afuera junto con Hasan y Mihrimah que acababa de llegar, los hijos de mi prima y mis hijas. Todos estaban ahí. Incluso llegué a creer que mis padres, Umud, Ahmed, Mehmed y Osman me acompañaban.
Caminé por los enormes pasillos con el corazón latiendo a mil por hora y con las manos sudadas. Todo estaba a punto de cambiar.
Al llegar al balcón miré con atención a todos mis hijos varones. Cualquiera de ellos podría ser el próximo Sultan y estaba en mis manos que ellos no fueran corrompidos.
—Mis amados hijos —dije frente a ellos. —No tengan miedo, yo estaré con ustedes y mientras así sea, nada malo les pasará —aseguré. —No sólo seré su madre, seré su guía cuando todo se vea perdido. Hoy, hoy cambiaremos la historia.
Ellos sonrieron.
—Andan, vayan —les ordené señalando con la cabeza el balcón. Ellos empezaron a caminar mientras yo iba atrás de ellos.
Todos mis Şehzades salieron y se formaron de izquierda a derecha de menor a mayor para después yo quedar en medio de ellos. Cuando salí, todos los presentes hicieron reverencia.
Sonreí. Todo estaba cambiando y esperaba que para bien.
—¡Larga vida a Kösem Sultan! ¡Larga a los Şehzades! ¡Larga vida a Kösem Sultan! ¡Larga vida a los Şehzades! —gritaron los presentes.
Sonreí a más no poder al escucharlos alabar a mis hijos y a mi. También, recordé la muerte de Mahpeyker, la de Halime, la de Dilruba y la del maldito Davud. Mis principales enemigos. Todos ellos están en el infierno excepto Hatice, ella me las cobraría luego.
Mi nombre es Kösem que significa líder o guía. En la mitología griega se conocía al Titán Atlas como la deidad que cargaba el mundo como castigo, sin embargo, en esos momentos él no cargaba el mundo en sus hombros, era yo. Todo el futuro estaba en mis manos y cualquier cosa podría hasta borrar mi existencia.
Yo siendo Anastasia, tuve que matar para sobrevivir.
Yo siendo Haseki, tuve que dejar de lado la piedad por mis hijos.
Yo siendo regente, tuve que resignarme a mi vida en 2019 para seguir adelante.
Ahora, una nueva era comenzaba. Unos me recordarían como la mujer más poderosa del imperio mientras otros me recordarían como su verdugo.
Mi nombre ya se había escrito en la historia, ahora tenía que mantenerlo.
Mis hijos dependían de mi y no dejaría que alguien más atentara contra ellos y mucho menos ponerlos en contra. Tendría que ser cruel por ellos.
Tendría que aprender a volar más alto.
Mi nombre es Kösem y el desenlace de mi historia estaba por comenzar...
Mi nombre es Kösem, la líder del imperio y la guía de mis hijos.
No habrá poder en la tierra que me haga no luchar por ellos. Todo estaba a punto de cambiar.
Yo soy, Sahibet -ül Makam.
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BÚSQUEDAS DE MAHPEYKER KÖSEM SULTAN.
Fue consorte del sultán Ahmed I y madre de la mayoría de los hijos del Sultan. Fue regente de todos sus hijos y posteriormente Valide de su hijo Selim III.
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¡Hola!
¡LA HISTORIA YA CAMBIÓ!
¿QUÉ LES IMPACTÓ MÁS DE LA TEMPORADA?
¿QUIÉN FUE SU PERSONAJE FAVORITO DE LA TEMPORADA?
¿QUÉ PERSONAJE NO LES CAYÓ BIEN?
¿QUÉ CREEN QUE SEA SULTAN?
¡NOS LEEMOS MAÑANA!
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