Maksimum yetki/Máxima autoridad
25 de marzo de 1616
Los rayos del sol daban en mi cara mientras que la señora de unos setenta y tantos años me contaba que su único hijo varón estaba en la cárcel por robar frutas para su familia; pedía piedad por su hijo.
Por suerte, en estos once años, ya había aprendido a la perfección el turco.
—Su hijo estará bien —le aseguré —Hacı Agha, encárgate de hacer lo necesario para sacar de la cárcel hoy mismo al hijo de esta señora y consíguele un buen trabajo para que ya no tenga necesidad de robar
—¿Y el castigo, Sultana? —me preguntó el primo de Umud, Haci Agha
—No habrá castigo para el joven
—De acuerdo, Sultana
—Sultana —dijo Ismahan apareciendo a mi lado —Ya es hora —me avisó
Sonreí para después pararme del sillón. Todos los presentes hicieron reverencia.
—Mañana seguimos —le dije a los demás
Todos asintieron.
—¡Larga vida a la Sultana Kösem! —gritó un señor. Sonreí.
—¡Larga vida a la Sultana Kösem! —gritaron los demás
Sin más distracciones, caminé rumbo a mis aposentos para reunirme con mis hijos y después ir a comer con Ahmed, quien acababa de llegar del viejo palacio. Viajó allá para arreglar unas cosas con la Sultana Safiye quién al parecer le estaba volviendo a dar problemas.
—Sultana —dijo Ismahan
—Anastasia —le corregí. Sonrió.
—Anastasia
—¿Sí? —pregunté mientras veía su vientre de ocho meses de embarazo
—¿Irá el Şehzade Osman con ustedes? —me preguntó
—Claro. Él también es como mi hijo. —dije con sinceridad —Además, aún si no lo fuera, es el hijo del Sultan y debe estar presente
—Lo dije porque el Sultan dijo que sería usted y sus hijos
—Tú —le volví a corregir —Ya te dije, Osman irá
—De acuerdo. Cambiando de tema, ¿ya pensaste con quién casar a Rabia Hatun?
—Estoy en eso, ya tiene 20, debe casarse pronto. Ya esperé mucho tiempo para que decida con quién casarse. Es momento de hacerlo.
—Le diré a la Rabia que más tarde vaya contigo
Asentí. Sin nada más que decir, seguimos caminando hasta que llegamos a mis aposentos.
No pasó mucho de mi llegada cuando unos golpes en la puerta me indicaron que mis hijos habían llegado.
—Adelante
Después de eso aparecieron la mayoría de mis hijos: Osman, Mehmed, Ayşe, Fatma, Gevherhan, Murad, Mahmud, Atike, Kasim e Ibrahim. Mis otros hijos; Raziye, Hanzade y Suleiman estaban en sus clases por lo que nos alcanzarían en la comida.
Sonreí al ver a mis hijos reunidos.
—Madre —dijo Osman sonriendo
Osman me veía como una mamá ya que para bien o para mal, me encargué de que en 1607 su mamá Mahfiruze, fuera exiliada al viejo palacio.
Escena retrospectiva
15 de abril de 1607
—¿Por qué estás sentada ahí? —me preguntó enojada —Ese es mi lugar
—Soy la favorita del Sultan Ahmed, tengo derecho a sentarme aquí —respondí
Mahfiruze caminó con rapidez hacia mí para después tomar mi plato de sopa y aventármelo en la cara.
—¡Maldita! —le grité enojada
Me paré para golpearla pero me detuve. Me tenía que controlar. Más tarde me las cobraría.
—Te arrepentirás, Mahfiruze —la amenacé para después irme del lugar
•••
—No debes actuar con impulso —me dijo Ismahan
—Haz lo que te digo —le ordené
Ella hizo reverencia y salió del cuarto.
Pasaron cinco minutos cuando empecé a hacer lo mío; salí de mis aposentos.
Caminé por los enormes pasillos cuando Mahfiruze fue con coraje hacia mí.
El plan estaba funcionando. Era sencillo, lo único que tenía que hacer era que ella creyera que había bebido algo para ya no tener hijos, así ella me golpearía.
—¡Desgraciada! —me gritó para después golpearme —¡No podré darle otro hijo al Sultan! —me gritó pegándome fuertemente. Estaba haciendo un enorme esfuerzo para controlarme. —¡Eres igual a Mahpeyker! ¡Me encargaré de decirle a Mehmed sobre ella! —me gritó con mas fuerza al igual modo que sus golpes
—¡Suéltame, llevo en mi vientre al hijo del Sultan! —le grité
—¡Debería de matar a ese hijo! —me gritó dispuesta a darme un golpe en el estómago
—¡Sí lo haces serás peor que Mahpeyker! —le grité débilmente
Ella reaccionó y se apartó de mí para después darme una patada en la cara. Juro que vi mi sangre volando.
Final de escena retrospectiva
—Osman, mi león —dije mientras él besaba mi mano
Él se apartó para darle permiso a Mehmed de ir conmigo.
—Madre —dijo Mehmed sonriendo mientras besaba mi mano
—Mi amado hijo —dije sonriendo
Después, todos mis demás hijos pasaron a besarme la mano con una sonrisa en su rostro. Amaba tenerlos así de felices. Lo único malo es que ya casi moría –en la historia– Ahmed. Cada día en el palacio se tenía higiene para evitar el tifus. Si Ahmed vivía más, también Mehmed.
•••
—Mi amada, Kösem —dijo Ahmed dándome un beso en la frente
—Ahmed, te extrañé
—Y yo a ti
—Creí que nos veríamos en el patio para comer
—No quería esperar más a verte
Sonreí.
—Me alegra que no tengas paciencia
Él sonrió.
—¿Arreglaste las cosas con la Sultana Safiye?
—Sí —dijo cambiando su expresión a una seria —Y quería hablarte sobre mi visita al viejo palacio ya que tarde o temprano te enterarás
—Te escucho
—Los tres días que estuve en el palacio me los pasé en intimidad con Mahfiruze
Mi cara de felicidad se transformó en una seria. Me dolía enterarme de eso. Se suponía que él había hecho una promesa de no tocar a otra mujer. Quería decirle que me había decepcionado pero me contuve. No mostraría debilidad.
—De acuerdo —dije con una sonrisa forzada —Te veré en la comida. Le dije a los niños que iniciaríamos antes el juego. Con permiso.
Hice reverencia y salí destrozada.
•••
—¿De qué tratará el juego de hoy, madre? —me preguntó Murad
Desde hace 6 años jugaba con mis hijos a la búsqueda del tesoro, las carreritas, congelados, etc. Esto con la finalidad de que supieran compartir. Cada vez que el juego terminaba, él, la ganadora o los ganadores recibían de recompensa 18 castañas, 18 dulces, 18 galletas y 18 akçe de menor equivalencia. El objetivo era que al final, los ganadores compartieran su recompensa con los demás. Mi objetivo era que compartieran por gusto y no por obligación.
El primer juego lo ganó Osman por lo que Mehmed se sintió triste y enojado por lo que le sugerí a Osman compartir su premio, él aceptó y desde entonces juegan por diversión y comparten de corazón.
—Hoy jugarán al tesoro. Los equipos los elegirán Ayşe y Mehmed
Ambos hermanos se regresaron a ver con una sonrisa en su rostro, les encantaba ser rivales porque casi siempre les tocaba juntos y estaban hartos de eso.
—Elijo a Osman, Gevherhan, Hanzade y Murad —dijo Ayşe
—Yo a Fatma, Raziye, Suleimán y Mahmud —dijo Mehmed
—De acuerdo —dije para después entregarles un mapa —Los esperaré en la fuente con el tesoro
—¡Sí, madre! —gritaron todos
—Empieza el juego, ahora —les dije
Ellos empezaron a correr hacia el palacio ya que ahí estaban las pistas.
•••
Vi de lejos como corrían hacia mi Murad y Fatma. Ambos eran buenos corredores por lo que me era difícil adivinar quien llegaría primero.
Lo bueno de haber estado en 2019 era saber que necesita hacer mucho ejercicio para mantenernos en forma por lo que todos los domingos mis hijos y yo salíamos a correr y de lunes a viernes por las tardes-noche practicábamos fútbol soccer.
—¡Corran! —les grité
Vi de lejos como los demás también les gritaban eso. Todo iba bien hasta que Murad se cayó. Fatma se detuvo a ayudarlo y ambos agarrados de la mano volvieron a correr hasta llegar frente a mi.
—¡Esto es un empate!
Todos los niños gritaron de emoción.
—Ismahan, infórmale al cocinero que haga otras 18 castañas
—Como ordene, Sultana —dijo haciendo reverencia para después irse
—¡Vamos con papá! —dijo Mahmud
—Vamos —dije sonriendo
Esperamos a que los demás llegaran y así emprendimos nuestro rumbo hacia donde estaba el Sultan.
Después de caminar por unos minutos, llegamos a donde estaba el Sultan.
Todos hicimos reverencia para después sentarnos. Como era costumbre, me senté en el mismo sillón que del Sultan. Lo que menos quería era eso.
Regresé a ver a donde estaban todos mis hijos y sonreí. Enserio amaba verlos felices.
Empezamos a comer mientras escuchábamos música y veíamos a unos guardias practicar con espada, ese era nuestro entretenimiento.
Al terminar de comer, llegó el postre. Castañas y galletas para los niños y un pedazo de pastel de queso para el Sultan y para mi. Ese pastel de queso lo comíamos siempre el Sultan y yo. Sólo él, Ismahan, Rabia y yo sabíamos lo que significaba. Comer del mismo plato significaba que estábamos felices y bien con nuestra relación.
El Sultan empezó a comer mientras que yo no. Casi iba a la mitad el pastel cuando él decidió hablar.
—¿No comerás? —me preguntó
Me daba risa que preguntara eso, era un idiota.
—No se me apetece, gracias, Sultan —respondí
Noté como Ayşe, Osman y Mehmed nos regresaban a ver ya que ellos no habían escuchado que lo llamaba Sultan o Ahmed.
—Mamá —dijo Mahmud rompiendo la tensión
—¿Sí, hijo?
—¿Puedo ir con Murad a jugar con nuestras espadas?
—Ya saben que tienen que hacer
Ambos se pararon y fueron enfrente de el Sultan para pedirle permiso y este aceptó.
Los mellizos jugaban mientras el Sultan me miraba con poca discreción. De la nada Mahmud y Murad empezaron a empujarse y gritarse.
El Sultan me miró con enojo. De seguro pensaba en decirme "¿Así es como educas a los príncipes?" Pero antes de que me dijera algo me paré y fui con semblante serio a donde estaban ellos. Al llegar ambos me miraban con angustia. No era para menos, aunque estuviera prohibido, yo les pegaba a mis hijos. Sabía que no era una buena manera de educarlos ya que crecían con violencia pero, si no lo hacía no respetarían a los demás. Incluso cuando Ayşe tenía 8 años me peleé con ella.
Escena retrospectiva
6 de mayo de 1613
—¡No puedes golpearme! ¡Soy una Sultana! ¡Tú sólo eres una criada!
—¡Tú también! —le grité —¡Vienes del vientre de una criada por lo que también eres una así que respétame que soy tu madre, niña inmadura!
—¡Le diré a mi padre!
—¡Dile para qué te vaya peor! —la amenacé —¡Si le dices te castigaré peor! No puedes ir por la vida gritándole a los sirvientes, ellos también merecen ser respetados.
Final de escena retrospectiva
—¿Qué ocurre aquí?
—Perdón madre, fue mi culpa —se disculpó Murad agachando la cabeza —Yo le dije tonto a Mahmud, él no es ningún tonto, debo respetar a mi hermano, perdón.
—También fue mi culpa por no saber controlarme, perdón, madre.
—Conmigo no se deben disculpar
Ambos asintieron para después ir con el Sultan.
—Perdón padre, prometemos que nunca más nos verás pelear —dijo Mahmud
—Debemos de aprender a controlarnos y así será —dijo Murad
—Niños, ya saben que hacer —les dije
Ambos fueron a sentarse a la mesa para después pedirle perdón a sus hermanos por su comportamiento. Sonreí.
—¿Cómo es posible que con unas palabras lograran calmar su furia? —me preguntó el Sultan
—Para ellos yo soy la autoridad —respondí aún sonriendo
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BÚSQUEDAS DE MAHPEYKER KÖSEM SULTAN
Kösem Sultan (5 de agosto de 1590-30 de septiembre de 1680). Fue consorte del sultán Ahmed I. Alcanzó el poder e influenció el curso del Imperio otomano a través de su hijo, el sultán Mahmud I. Fue Valide sultan desde 1623 a 1680. Fue una figura femenina prominente durante el sultanato de su hijo.
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¡Hola! ¡Ya es la segunda temporada!
¡No puedo creerlo!
Espero y seguir con su apoyo.
¡Gracias por todo!
Espero les haya gustado el capítulo.
¡Nos leemos mañana!
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