24 de enero de 1622

—Abran las puertas —le ordené a los guardias.

—Lo siento, Sultana. No podemos.

—¿Por qué?

—Son órdenes del Sultan Osman.

—Ve y dile al Sultan que si no sale entraré a la fuerza.

El guardia hizo reverencia y entró al palacio.

—Sultana... —me llamó Orhan agha, un sirviente fiel de hace mucho tiempo.

—¿Qué?

—No es por hablar mal pero, ¿no cree que la situación es muy rara?

—¿De qué hablas?

—El día del muerte del Şehzade Mehmed usted pudo haber sido informada sobre la orden de ejecución, además, los jenízaros estaban aquí sin que usted lo hubiera ordenado y el día que mataron a Mahfiruz Sultan también alguien pudo haberse enterado.

—¿Qué pretendes decir?

—Siento que alguien nos traiciona.

Lo miré con atención.

—Y eso no es todo, Sultana. Alguien tuvo que haberle dicho al Sultan sobre el embarazo de Özlem Sultan.

—Es cierto —le di la razón analizando la situación. Si todos me juraban lealtad ¿Por qué Osman se enteró? —¿Tienes algún sospechoso?

—No quiero decirle esto pero, los únicos que podrían saber cómo entrar al palacio son Haci agha, Özlem Sultan, Bülbül agha e incluso Mihrimah.

Todos de confianza.

—Se sabe que los que iban a matar al Şehzade no entraron por las puertas del palacio, tuvieron a alguien adentro para indicarles los pasadizos.

—También pudo haber sido Safiye o Halime Sultan

—No lo creo, ambas ya no tienen poder y además, Safiye Sultan hace días que murió.

Escena retrospectiva.

—Maldita —me dijo Safiye mientras tosía —¿Qué me hiciste? —preguntó tocándose el pecho.

—Aseguro que no atentes contra la vida de los inocentes —respondí.

—Piedad... —susurró.

—Ya no hay piedad, Sofía. La piedad en mi murió cuando Mehmed murió. Cómo Sultana debes saber que lo hago por mis hijos.

—Eres igual a Mahpeyker.

Sonreí.

—Si puedo seré peor —avisé. —Sofía, tú debías haber muerto hace dos años, sin embargo, moriste después, agradece.

Ella me miró con odio.

—No te preocupes, tu nombre quedará escrito en la historia como una de las Sultanas más poderosas de la historia.

Ella tosió.

—Pero, tengo una pregunta antes de que te vayas al infierno —hablé. Ella cayó al piso. —¿Tu mandaste a matar a los hermanos de tu hijo?

—No —respondió —¿Por qué crees que no me burlé de la muerte de Mehmed? También sé lo que es perder un hijo.

—Ya no sentirás más dolor —dije dándome la vuelta para dejarla morir.

Final de escena retrospectiva.

—¿Es Rabia con su hijo? —preguntó Osman con frialdad saliendo del palacio, viendo atrás de mi los dos ataúdes.

Orhan hizo reverencia. Miré a Osman con enojo.

—No —respondí —Es Mahfiruz Sultan —volví a responder sonriendo.

Él me miró confundido.

—Mandaste a matar a Rabia y sus hijos pero, en cambio mataste a tu mamá —le avisé.

—¿Qué? —preguntó sin creerlo.

—El otro ataúd es de Safiye Sultan, te traje sus cuerpos para que los pongas donde corresponden.

Osman me miraba con tristeza.

—También vine a decirte que te cuides de Kara Davud, Dilruba Sultan, Halime Sultan y Hatice Sultan. Ellos planean destronarte en mayo, debes evitar que te manipulen para que le quites poder a los jenízaros, si lo haces; los jenízaros se enterarán y morirás.

—¿Por qué debería creerte?

—Porque aunque te duela, sigo siendo tu madre —respondí —Y porque le prometí a Mahfiruz Sultan cuidarte y perdonarte. No quiero que mueras. Vendré en mayo para evitar que esos malditos te hagan algo.

Él me siguió mirando confundido.

—Cierto, si vuelves a querer atentar contra Özlem Sultan y sus hijos, te irá muy mal.

—¿Quién es Özlem? —preguntó —¡Ah! ¿Es Rabia? —dijo entendiendo.

Asentí.

—Ellos ya no son una amenaza —aseguró.

1 de febrero de 1622

—Haci agha, te mandé a llamar porque eres en el único que puedo confiar.

—Siempre será así, Sultana. ¿En qué le puedo ayudar?

—Quiero que prepares todo para que los jenízaros entren el 20 de este mes al Palacio de Topkapi a derrocar a Osman.

Él me miró confundido.

—Hazlo —le ordené.

—Sí, Sultana.

•••

—Bülbül agha te mandé a llamar para que hagas algo urgente.

—¿Qué es, Sultana?

—Quiero que envenenes a Halime Sultan.

—¿Cuándo, Sultana?

—El 20 de este mes —respondí.

•••

—Mihrimah, tengo una tarea para ti.

—¿Cuál es?

—Quiero que el día 20 mates a las damas de compañía de Halime y que le mandes una carta a Esma kalfa diciéndole que el día 20 cuide de mis hijos. ¡Ah! Y arregla todo para que los eunucos hagan una rebelión en el palacio el mismo día.

—Así será

•••

—Özlem.

—Sultana —dijo haciendo reverencia. —Me dijeron que quería verme.

—Así es, quiero que sepas algo que ninguna otra persona sabrá.

—Me intriga, Sultana.

—Quiero que sepas que Osman perderá el trono el día 20 de este mes así que cuida a Mehmed.

—¿Perderá el trono?

—Sí —le repetí —Confío en que no dirás nada.

—Como ordene.

20 de febrero de 1622

Desperté más temprano de lo habitual ya que al fin conocería al traidor. Le mandé a los jenízaros y eunucos de confianza confesándoles que todo era una prueba para descubrir a un traidor y ese día no tenían que hacer algo contra Osman.
Por otro lado, le avisé a los cocineros que no ordenaría envenenar a nadie.
Todo estaba preparado para conocer al traidor.
¿Quién podría ser?

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BÚSQUEDAS DE MAHPEYKER KÖSEM SULTAN.
Fue consorte del sultán Ahmed I y madre de la mayoría de los hijos del Sultan. Fue Valide de sus hijos Murad IV, Mahmud I y de su nieto Mehmed IV desde 1626 a 1681.
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¡Hola!

¡HAGAN SUS APUESTAS!

¿Quién creen que sea el traidor?

¡Nos leemos más tarde!