17 de septiembre de 1621

Mehmed, ¿dónde estas? ¿Te encuentras bien? ¿Te volveré a ver? Me pregunté al igual que todas las mañanas/madrugadas desde su muerte. Mi amado hijo inocente seguía sin abrir los ojos y me culpaba por ello. Rezaba cada día por su alma mientras yo seguía en obscuridad.

—Sultana —me llamó mi nueva aliada, Cennet.

—¿Qué ocurre?

—Özlem Hatun entró en labor de parto y fue trasladada a sus aposentos como lo ordenó.

Sonreí para seguidamente pararme e ir a mis aposentos con una gran sonrisa en mi rostro. Mi nieto nacería, no había nada mejor que eso.

Al llegar entré de golpe alarmando a los presentes que eran Mihrimah, Mahfiruz, la médica, varias criadas de confianza y por supuesto; Özlem.

—¡Ah! —gritó Özlem. —¡Duele!

—Tranquila —dije acercándome a ella —Hazlo por tu hijo.

Ella asintió.

—Cennet, ordena que vigilen bien el palacio. Nadie puede entrar o salir. Todo tiene que salir perfecto.

Ella asintió para posteriormente hacer reverencia y salir.

—¡Ah! —volvió a gritar Özlem.

Me acerqué más y le di mi mano. Ella la sostuvo con mucha fuerza.

—Serán gemelos —dijo Mihrimah.

—¿¡Qué!? —preguntó Özlem angustiada.

—Tú vientre es muy grande como para ser de un sólo bebé, tendrás gemelos o mellizos.

—Es cierto —le di la razón —O son dos o es un bebé muy grande.

Ella se angustió.

—Todo pasará pronto —le dijo Mahfiruz sonriendo.

•••

7 horas habían pasado hasta que un llanto inundó los aposentos.

—¡Felicidades, Sultana —le dijo la médica Özlem —Es una Sultana.

Ella suspiró y sonrió.

—¡Ah! —gritó —¡Aún duele!

La médica le entregó a mi nieta a una sirvienta y esta lo envolvió con una manta.

—Viene otro —avisó la médica viendo la entrepierna de Özlem.

Me alejé de Mihrimah, Mahfiruz y Özlem para ir con mi nieta. Me acerqué y vi lo pequeña que era y recordé a Mehmed.

—Eres muy hermosa —dije tomándola en mis brazos.

Había deseado tanto una Sultana que ya hasta tenía su nombre planeado.

—Tu nombre es Hafsa, Hafsa, Hafsa —le dije a la pequeña sonriéndole —Significa joven leona.

—¡Duele! —gritó Özlem, llorando.

—Tranquila —le dijo Mahfiruz —Sé paciente por tu bebé.

•••

—Es una Sultana —dijo la médica teniendo entre sus brazos a mi otra nieta.

Sonreí y la médica me entregó a la bebé. Lo bueno era que tenía planeado que fueran gemelas.

—Tú nombre es Hasret, Hasret, Hasret —le sonreí —Significa belleza.

—¡Ah! —gritó Özlem.

—¡No puede ser! —exclamó la médica en cuanto volvió a ver la entrepierna de Özlem. —Viene otro.

—¡Ay, güey! —exclamé sorprendida en español.

—Al parecer Mehmed no perdió el tiempo —se burló Mihrimah en español sonriendo.

Reí.

La médica tocó el vientre de Özlem para cambiar su expresión a una angustiada.

—El bebé viene de lado.

—¿Qué pasará? —preguntó Mahfiruz.

—Tengo que moverlo —respondió la médica —Sultana, esto le dolerá —le avisó la médica.

Ella asintió y seguidamente la médica empezó a mover el vientre de la amada de mi hijo a su derecha.

—¡Ah! —gritó fuertemente.

Di vuelta dándole la espalda aún escuchando sus gritos. No soportaría verla sufrir.

Al rededor de unos veinte minutos pasaron cuando un tercer llanto se escuchó. Özlem suspiró aliviada.

—Sultana —me habló la médica en un susurro.

—¿Qué? —pregunté volteándola a ver.

—Es un Şehzade.

—¡No! —dijo Özlem con la voz quebrada.

—Dámelo.

La médica me entregó al bebé. Parecía un angelito.
Siempre quise escoger el nombre de mis hijos y en mis planes estaba hasta arriba el nombre de Cihangir, sin embargo, antes de mis deseos estaban mis hijos.

—Tú nombre es Mehmed, Mehmed, Mehmed —dije con la voz quebrada —Que significa digno de alabanza —le dije sonriendo —Nadie te tocará —le aseguré.

—Tienes suerte, Özlem —le dijo Mihrimah —Usualmente tener trillizos es muy complicado.

—Mi amado Mehmed estuvo conmigo en todo momento, sin su apoyo no seguiría aquí.

15 de enero de 1622

—No funcionó —dijo Mihrimah —Ella no escuchó.

—Le ordené que no fuera y me desobedeció —dije enojada —Yo no quería eso —dije llorando —¿Cómo murió?

—Escenificaron las escenas de guerra y murió por el shock —respondió.

—¡Maldita Meylişah! —grité enojada —Nada le costaba no ir.

—Ya no podemos hacer nada, Anastasia —dijo con tristeza —El Şehzade Ömer murió.

Suspiré pesadamente y a continuación cargué a Hafsa.

—¡Sultana Kösem! —gritó Cennet entrando a mis aposentos.

—Mande —respondí sonriendo mientras aún cargaba a Hafsa.

—Han entrado al palacio para matar al Şehzade Mehmed —avisó —Todo es un caos.

La miré asustada.

—Tenemos que ir por Mehmed, Hasret, Hürrem, Mahidevran y Firuze.

—Todas las Sultanas ya salieron, sólo queda el Şehzade Mehmed.

—¿Dónde está?

—Está con Mahfiruz en sus aposentos.

—Ve por ellos, yo saco a Hafsa —me dijo Mihrimah.

—Ten —dije entregándole a la bebé —Es una Sultana, no le harán nada.

Ella asintió.

Cennet y yo salimos y corrimos rumbo a los aposentos llenas de preocupación. Al llegar vimos a Mahfiruz asustada intentando consolar a Mehmed que lloraba.

—Hay que salir de aquí.

—No quería salir por miedo.

—Tenemos que hacerlo para poder sobrevivir.

Ella asintió para posteriormente ponerse de pie.

—Yo lo cargo —le dije a Mahfiruz.

—No, tú sabes pelear. Eres la única que nos puede defender.

—Cierto.

Las cuatro salimos con cuidado intentando ser cuidadosas pero, los llantos de Mehmed no ayudaban.

—Shshsh —intentó calmarlo Mahfiruz.

Las cuatro seguimos con cautela hasta dar la vuelta y fue entonces que todo se vino abajo.

—¡Maldito traidor! —gritó Mahfiruz.

Todas la regresamos a ver; había sido apuñalada por la espalda. Cennet tomó a Mehmed en sus brazos mientras Mahfiruz caía al suelo. Mi corazón se estrujó al ver esa escena.

Con coraje, le quité la daga al agha que me había jurado lealtad —Ömer— para después apuñalarlo en el estómago.

—¡Infeliz! —le grité antes de que muriera.

El agha cerró los ojos dando por hecho su muerte.

—¡Mahfiruz! —dije hincándome —Todo estará bien —dije tocándole su mejilla.

—Fue bueno tenerte de amiga —dijo sacando sangre de su boca —Cuida a mis hijos y perdona a Osman, por favor —me pidió llorando. —Te confío mi vida.

—Lo haré —aseguré llorando.

Ella sonrió para después cerrar los ojos.

•••

—¿Y la Sultana Mahfiruz? —me preguntó Mihrimah con Hafsa en brazos en cuanto salimos del palacio.

Negué con la cabeza.

—Maldito Osman —dije llorando —Quizo matar a Mehmed y terminó matando a su mamá.

—¿Cumplirá la promesa? —me preguntó Cennet.

—¿Qué promesa? —preguntó mi prima intrigada.

—Le prometí perdonar a Osman.

—¿Lo harás? —me preguntó.

¿Lo haría? Me pregunté. Total, él había matado a mi hijo.

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BÚSQUEDAS DE MAHPEYKER KÖSEM SULTAN.
Fue consorte del sultán Ahmed I y madre de la mayoría de los hijos del Sultan. Fue Valide de sus hijos Murad IV, Süleyman II y de su nieto Mehmed IV desde 1626 a 1681.
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¡Hola!

Perdón por lo corto del capítulo.

¡La amada Mahfiruz se fue! Sé que ella se merece una capitulo narrado pero, lo haré al terminar toda la historia para que chillen con ganas.

¿Les gustó el capítulo?

¡YA SE VIENE LO BUENOO!

¡Nos leemos mañana!