6. Hombre de pocas palabras
—¿Y qué haré yo mientras van a su fiesta? —interroga mi padre colocando su barbilla sobre la palma de su mano, apoyándose en el mesón, está haciendo un puchero.
—Pues ve televisión —me encojo de hombros—, es tu día libre, ordena una pizza si quieres, te compré cervezas... o bueno, le dije a una amiga del trabajo que las comprara por mí —aprieto sus mejillas y beso su frente.
—¿Esta es una cita con Harun? —él levanta las cejas, yo lo miro mal mientras me arreglo en el espejo de la sala.
—No —le digo—, solo quiero llevarlo a divertirse porque creo que se lo merece, eso es todo —le dejo claro con seriedad.
—Pero él te gusta...
—¡Papá! —reclamo.
—¡Pero si se te ve en la cara! Cada vez que lo miras es como si miraras a un ángel —hace una imitación de mi supuesta expresión cuando miro a Harun—. Honestamente, a veces me avergüenzas, es tan notorio que él mismo debe haberse dado cuenta.
Mis mejillas arden y no es por el rubor que estoy poniendo en ellas. Aliso mi vestido negro con las manos ignorando su comentario y busco mi chaqueta en el sillón. Sé que papá tiene razón, soy muy notoria a veces... o todo el tiempo, pero no puedo evitarlo, nunca he sido buena ocultando que me gusta alguien, no puedo evitar ser excesivamente amable o soltar cumplidos al azar, o ponerme nerviosa y decir tonterías.
Y Harun es una persona tan hermosa, es más de lo que parece, si la gente tan solo lo conociera se darían cuenta de que es tan inteligente y amable, si miraran debajo de su capucha estoy segura de que se sorprenderían, no solo por sus ojos de tan extraño color sino por su sonrisa. Él tiene tanto que dar... sin embargo, creo que si lo tengo solo para mí ahora no sería tan malo.
—¡Oh, mira eso, el chico sabe peinarse! —exclama papá, entonces yo me volteo.
Jamás lo había visto usar más que ropa holgada y sudaderas con capuchas. Verlo usar jeans a la medida negros, botas, una camisa azul a cuadros y una chaqueta negra, con su cabello peinado hacia atrás era simplemente algo increíble. Me encantaba su apariencia natural pero de esa forma puedo ver sus ojos con claridad, es algo que disfruto mucho porque no es como si pudiera bajar su cabeza para esconderse de mí entre sus mechones.
—¿Li-listo? —balbuceo antes de acercarme, él asiente—. Te ves muy guapo —me digo.
Él sonríe y se sonroja, da un paso atrás. Una vez más debo recordarme que no está acostumbrado a esto.
—De acuerdo, vámonos —le digo y me volteo—. Volveremos algo tarde, papá, no nos esperes despierto.
—Tengan cuidado —nos advierte.
Harun levanta un dedo y luego su libreta, en ella está escrito «Puede usar el jacuzzi de mi baño ;)». Yo me rio porque papá parece un niño en navidad.
—Lo haré, hijo —dice con emoción.
Tomo la mano de Harun entonces y tiro de ella para llevarlo hacia el ascensor. El toma si libreta pequeña antes de que entremos en él. La fiesta es de hecho en casa de una buena amiga, ella prometió que sería algo tranquilo con no mucha gente, espero que realmente lo sea, no quiero que resulte demasiado para Harun, realmente no sé lo que podría pasar, aun no conozco sus límites pero tampoco quiero arriesgarme.
Cuando llegamos abajo me doy cuenta de que hay un taxi esperando por nosotros abajo, Harun me lleva hasta él. Entramos en el auto y veo que es el hombre que esperaba por él el día que me salvó, aquel al parecía conocer.
—Hola de nuevo, señorita —dice mirándome a través del retrovisor.
—Hola —lo saludo.
—¿A dónde vamos?
Harun y el conductor me miran, yo le digo la dirección de mi amiga luego. Harun escribe algo en su libreta y no puedo leerlo a tiempo porque me doy cuenta cuando se lo está mostrando al conductor. Él asiente sonriendo y aunque me muero de curiosidad por saber, no pregunto.
—¿Él es tu chofer personal o algo así? —le pregunto entonces.
Él saca su celular y me escribe «Algo así, es un buen amigo mío». Yo asiento.
—¿Crees que te gustará estar rodeado de personas hoy? —le pregunto ladeando la cabeza.
Él escribe «No lo sé, no estoy acostumbrado pero siempre quise probarlo... sé que aislarme es algo malo»
Hago una mueca.
—No es tu culpa igual, si te aislaste algo debe haberlo causado —le digo—. ¿No?
Espero que él me lo diga, que me dé una pista pero en vez de eso me mira. La frialdad en esa mirada me hace recordar a Blaze por un instante y me da mucho miedo. Me envía otro mensaje «No trates de averiguarlo».
Eso me lastima pero susurro un "lo siento" y aparto mi mirada. Probablemente ese es uno de sus límites. La curiosidad me carcome por completo respecto a eso pero de ahora en adelante evitaré tocar el tema... espero que mi personalidad impulsiva no me impida lograr quedarme callada, no quiero tener que alejarme de Harun, no ahora.
Llegamos al edificio donde vive mi amiga, por pura suerte encuentro a Tessa y a Kathy esperándome afuera del edificio cuando ambos bajamos del taxi.
—¡Odette! —grita Kathy—. ¡Sí trajiste a Harun! —ella agita su mano—. ¡Hola!
Me río porque ambas parecen estar locas, luego tomo la mano de Harun y me acerco a ellas, están usando vestidos muy bonitos. Me sorprende verlas solas pero luego recuerdo que ambas dijeron que Kyle y Brett no iban a venir. Creo que así es mejor, Kyle y Brett aun son amigos de Blaze y no sé cómo podría resultar eso.
—Harun, te ves muy bien —le dice Tessa.
Él asiente sonriendo.
—Entremos —nos anima Kathy.
Pues como Beth prometió, la fiesta es calmada, algunas veces los chicos hacen alboroto pero nada comparado con otras fiestas a las que he ido. Saludo a todos y tengo algunos problemas con las preguntas sobre Harun y su silencio algunas veces pero logro evadirlas diciendo «es un hombre de pocas palabras». Eso funciona bastante bien hasta que un par de chicas se acercan a hablar con él mientras nos consigo unas bebidas.
Me acerco para ver que tal les va y por suerte ellas mismas no paran de hablar sin dejarlo contestar, así no se dan cuenta de que Harun realmente no tiene intención de contestar ninguna de sus preguntas o de unirse a la conversación pronto.
—Ten —le tiendo un vaso de cerveza a Harun al acercarme.
—Odette ¿Hace cuanto tú y este chico están saliendo? —me pregunta una de las chicas, es una de mis compañeras de clase.
—No estamos saliendo —les digo, me molesta tener que decírselos.
—Oh, pero esto es una cita —dijo la otra, algo me decía que estaban interesadas en Harun.
—No... —Tengo que decir—, solo somos amigos.
—Oh —ambas parecen aliviadas.
—¿Cómo te llamas? —pregunta una de ellas, la pelirroja.
—Su nombre es Harun Calvalcanti —contesto.
Harun asiente.
—No hablas mucho ¿Verdad? —interroga la rubia.
—Es un hombre de pocas palabras —contesto por él, Harun me mira divertido.
—Me gustan los chicos callados —insinúa la pelirroja guiñándole un ojo.
Harun baja la cabeza y da un paso atrás. Me mira y toma mi mano.
—Chicas, iremos a la terraza —les digo, por noto que el mira detrás de mí hacia las puertas corredizas de cristal de la terraza.
Las dejamos ahí sin decir nada, él sigue sujetando mi mano incluso cuando ya estamos fuera y considero eso como un logro. Él tira de mi mano hacia el muro, él sube en él y me alarmo por un segundo.
—Cuidado, Harun —le digo, pongo mis manos en sus rodillas.
Él se encoge de hombros y saca su celular.
«¿Le tienes miedo a las alturas?» pregunta.
—No —lo miro—, tengo miedo de que caigas.
«No caeré» me asegura.
—Más te vale —le advierto—. Oye ¿Viste lo que pasó allá? —pregunto—. Les gustaste a esas chicas.
Noto como él se sonroja, se pasa una mano por el pelo y ríe.
—Eres un chico guapo, no actúes como si fuera algo extraño —le digo.
Él escribe «Es algo raro, no estoy acostumbrado, no salgo mucho ¿Recuerdas?»
—Claro —asiento.
Recibo otro mensaje «Tú también eres una chica guapa, te coquetean muchos chicos».
—No tantos —yo bufo.
Él se cruza de brazos y hace una mueca.
—Tengo suerte —subo mis hombros.
«¿Te gusta alguien?» escribe.
Me sorprende su pregunta.
—Amm... sí —me miro las manos esperando que no note que es él de quien estoy hablando.
«¿Es un compañero de clases?»
Aprieto los labios, parece que no sospecha.
—No exactamente —me cruzo de brazos fingiendo que tengo frío—. ¿Y tú? —pregunto—. ¿Te gusta alguien?
Él se baja del muro de un salto y niega con la cabeza. Y siento tantas cosas en ese momento que no sé cómo explicarlo.
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