3. Incendio.
Ambos caminamos por las calles de Nueva York sin un rumbo fijo, al parecer.
Harun camina a una distancia prudente con las manos en los bolsillos.
Me gusta estar con él, porque a pesar de que es callado se siente como verdadera compañía; él escucha cuando hablo y yo puedo leer fácilmente sus expresiones, es como si no necesitase que él hablase para entenderlo. Esa clase de conexión entre nosotros se formó rápido, pero tal vez es porque Harun tiene alrededor de él un aura amigable y una expresión en la cara que resulta reconfortante cuando lo miras, es casi como algo que predomina sobre tus sentimientos haciéndote sentir bien. Creo que es una gran cualidad para alguien que no puede expresarse con palabras, el derrochar tanta energía por así decirlo, eso es bueno, supongo, para interactuar. Si él lo hiciera más a menudo con más personas, porque me ha dejado claro ya que no sale mucho, así que dudo que se relaciones con las suficientes como para ser querido por todos.
―Oye ¿Quieres comer algo? Yo invito ―le digo mientras caminamos en dirección a su edificio de nuevo.
Él asiente y entonces tomo su mano para caminar más rápido, hay varios puestos de comida por donde estamos caminando. Hemos estado caminado alrededor y yo he hablado, él apenas contesta cuando le doy tiempo de escribir pero como dije antes, sus expresiones son más que suficientes para mantener viva la "charla" de alguna manera.
―¿Qué quieres comer? ―pregunto mirando hacia los restaurantes.
Él tira de mi manga y entonces veo que apunta a un puesto de hot dogs. Me río y caminamos hasta allá. Ordeno dos hot dogs para nosotros. Harun come el suyo como un niño pequeño y feliz, creo que le gustan mucho los hot dogs con mostaza... me gusta verlo así. Es cuando me doy cuenta de que esto casi parece una cita... o tal vez yo quiero que lo sea. Quiero tener una cita con este chico que apenas conozco.
Sin embargo, no hay razones para no querer una cita con él; es por lejos la mejor persona que he conocido hasta ahora. Valoro mucho a las personas importantes de mi vida pero hay personas que de pronto entran en tu vida, no tienen siquiera una hora en ellas y ya la han cambiado. Algunas veces solo hace falta una conversación, una mirada recibida mientras haces algo diferente o en mi caso una ayuda cuando más lo necesitaba. Harun definitivamente ha marcado una diferencia y ha sido tan rápido que no puedo contemplar la idea de apartarme, es como si alargara la mano para alcanzarlo mientras se va, tengo que sujetar tan fuerte como puedo.
Cuando terminamos ambos nos paramos frente a su edificio, está casi anocheciendo por lo que sé que tengo que volver a casa y él también.
―Esto fue divertido, gracias por acompañarme ―le digo.
Él saca su celular y teclea, frunzo el ceño porque por un momento creo que me ignora pero entonces mi celular suena y lo saco. Tengo un mensaje suyo.
Me río.
Dice: «Gracias a ti. Me gustó salir del apartamento un rato».
―¿No sales mucho? ―pregunto.
Él niega con la cabeza.
―Bueno, si te ha gustado podemos hacerlo de nuevo cuando quieras ―ofrezco―. Tal vez quieras venir a verme a la cafetería donde trabajo ―tecleo la dirección en nuestro y se la envío―, no sé, para que tomes algo, es un lugar agradable.
Harun asiente.
―Ya me tengo que ir ―digo.
Él sonríe y escribe: «Nos vemos, Odette».
Salgo del edificio a coger un taxi sonriendo por alguna razón. La he pasado tan bien que solo pienso en eso de regreso en el taxi. Cuando llego a casa me encuentro con papá dormido boca abajo sobre el sofá y niego con la cabeza. Hoy era su día libre, supongo que lo ha pasado viendo televisión y comiendo pizza. Lo cubro con una manta y me voy a mi habitación. Recuerdo que aún tenemos que arreglar el fregadero y ruedo los ojos. Hay muchas cosas que tenemos que hacer en casa todavía pero el dinero y el tiempo casi no nos alcanzan.
Pero aun así sonrío mientas me acomodo en la cama luego de una ducha pensando en todas las cosas buenas que han pasado; me he deshecho de Blaze, mis amigas me apoyan al respecto, he conocido a Harun. No puedo evitar pensar que aún tengo mucho que agradecerle. Duermo feliz pensando en él por alguna razón. Me digo a mí misma que es ridículo pensar de esa manera de un chico que acabo de conocer, jamás me han gustado los chicos de repente, soy una persona que piensa muy bien lo que hace antes de hacerlo. Aunque con Blaze me salió el tiro por la culata, siempre planeo lo que hago.
Durante una semana entera no sé nada sobre Harun, he estado concentrándome en la universidad y el trabajo, ambas cosas no me dejan tiempo para tratar de escribirle.
―¿Aun sigues pensando en Harun? ―me pregunta Tessa ese día en la cafetería, nuestros turnos se han juntado con el de Kathy y tenemos la suerte de atender mesas juntas―. ¿Es tan guapo como para mantenerte pensando en él? ―agrega golpeando mi cadera cuando pasa a mi lado.
―No, no es eso ―le digo, porque en parte no lo es―. Harun es una de esas personas que son tan interesante que no puedes dejar de pensar en ellos por un buen rato ¿Entienden?
―Pues me pasa ―dice Kathy mientras limpia el mostrador―, pero con Brett, alguien con quien salgo... ―insinúa haciendo énfasis en la verbo.
―¿Más café? ―ofrezco al hombre sentado en una de las cabinas individuales, él asiente y yo lleno su taza―. Ustedes deberían conocerlo ―les digo dándome la vuelta cuando he terminado.
―Pero dijiste que no habla ¿Cómo puede fascinarte tanto si no dice ni pío? ―pregunta Tessa ladeando la boca.
―Eso es lo fascinante ―murmuro mientras vuelvo por otro pedido―, no necesita palabras, se expresa muy bien sin ellas.
―Yo leí que las personas con mutismo selectivo suelen agradar porque saben identificarse con las emociones de los demás ―dice Kathy mientras sacude el trapo en sus manos―. Debe ser eso.
―No lo sé ―susurro―. Solo sé que me resulta interesante...
―Pues ten cuidado, ya has estado con Blaze ―advierte Tessa―. Kyle dice que han estado intentando comunicarse con él y al parecer ha salido de la ciudad... esa familia tiene asuntos turbios, Odette, no creo que quieras meterte otra vez con esa gente.
―No creo que alguien como Harun esté en asuntos turbios ―les digo, con mucha seriedad―. Sean lo que sean.
Tomo dos platos con donuts en ellos y los pongo en la mesa de dos oficiales frente a mí, miro hacia la ventana y me quedo parada con los ojos como platos cuando veo a Harun caminar frente a ella con las manos en los bolsillos. Aprieto los puños y los labios esperando con un extraño nerviosismo que entre en la cafetería.
Al final, él lo hace.
La campana de la puerta suena y él entra; como la última vez que lo vi lleva un suéter con una capucha, esta vez lleva jeans y está escuchando música a través de sus audífonos, sus manos están en sus bolsillos como siempre.
Me muevo rápidamente hasta estar delante de él y sonrío, sus ojos violetas me escanean y él da un paso atrás hasta que mira mi cara. Me muerdo el labio esperando que sonría y cuando lo hace yo también lo hago. Le tiendo la mano, él me la estrecha y aprovecho ese impulso para acercarme a besar su mejilla. Él huele a un delicioso perfume suave. Pronto sé que estoy invadiendo su espacio, porque él se echa para atrás y me sonríe tímidamente.
―Qué bueno que viniste ―le digo―. Perdona que no te haya escrito nunca, es que he estado ocupada con el trabajo y la universidad.
Él toma su celular del bolsillo interno de su chaqueta, me revisa para ver si traigo el mío, así que lo saco del bolsillo del delantal y leo el mensaje que me ha enviado.
«Lo imaginé, no te preocupes»
«Quiero café y donuts, como los oficiales de allá ¿Me serviría un poco, señorita mesera?»
―Claro ―asiento y toma su mano para dirigirlo hacia una mesa―. Haré más café para ti, el de la jarra ya está un poco frío ―le digo mientras hago que se siente―. ¿Quieres donuts rellenas, glaseadas, glaseadas y rellenas?
Me muestra tres dedos lo que debe indicar la tercera opción.
―La tercera opción ―digo, él asiente―. Muy bien, ya sale su pedido.
Me muevo con una sonrisa incontrolable hacia la parte trasera del mostrador para hacer más café, pongo la máquina a trabajar mientras sirvo sus donuts en un plato. Tessa se acerca a mí con una gran sonrisa.
―¿Quién es ese? ―me pregunta con los ojos muy abiertos―. Lo has saludado con tanto entusiasmo que pensé que podía ser Harun.
―Es Harun ―le digo.
―¡Oh por Dios, Kathy! ―ella mueve su mano lazándole una señal a Kathy desde el otro lado de la cafetería―. ¡Sí es! ―avisa.
Veo a Kathy casi correr hasta la mesa de Harun y tratar de mirarlo disimuladamente pero él, aunque está mirando su celular, se da cuenta. Ella se acerca del todo entonces y entrecierra los ojos hacia él como si nunca antes hubiese visto un chico en su vida.
―¡Dios santo, Odette, es cierto! ―me dice Kathy cuando ya estoy corriendo hacia él con el café y las donuts―. ¡Tiene ojos violetas!
―¡Déjalo en paz! ―la reprendo, empujándola con la cadera para alejarla de Harun, pongo todo en la mesa y ruedo los ojos cuando Kathy se acerca de nuevo, veo a Tessa correr también hacia aquí―. Lo siento, Harun, estas son mis amigas... no saben disimular.
―¡Dios! ―exclama Tessa inclinándose hacia él, parece asustado con todo lo que se echa para atrás como si quisiera salir por la vidriera―. Mira esos ojos, ojalá pudiera tenerlos, combinarían tan bien con un suéter que tengo ―sonríe y luego extiende su mano―. Mucho gusto, soy Tessa, ella es Kathy, amigas de Odette, ¡No sabes cuánto ha hablado ella sobre ti!
Antes de que Harun extienda su mano, yo la empujo.
―Hay trabajo que hacer, ¡Vayan a trabajar! ―les gruño apretando los dientes, porque parece que están espantando a Harun y lo menos que quiero es que se sienta incómodo.
Ambas se encogen ante mi mirada y se alejan.
―Es como un perro rabioso alejando a los demás de su hueso ¿Ya la viste? Casi nos muerde ―le susurra Kathy a Tessa mientras ambas se alejan.
―Yo lo quería conocer ―susurra Tessa―. Es guapo.
―Lo siento ―suspiro.
Harun se ríe y me manda un mensaje: «No te preocupes, creo que son agradables... muy efusivas, pero agradables».
Sonrío entonces.
―Efusivas es ser amable con ellas, yo diría que son explosivas ―comento.
«Odette ¿Puedes tomarte un minuto para "conversar" conmigo? Consideré decirte esto antes porque de todas maneras debo hacerlo así pero me pareció que tenía que ver tu rostro... es sobre Blaze».
Me alarmo en cuanto leo las palabras, echo un vistazo hacia Tessa que mantiene un ojo sobre mí y apunto la mesa mientras me siento. Ella asiente dándome a entender que me cubrirá por unos minutos, entonces me acomodo frente a Harun y lo miro con seriedad. Él se pone a escribir.
«Verás, él vino a casa hace unos días y me advirtió que no quiere que me acerque a ti, que de hacerlo me va a ir mal. Conozco a Blaze y estoy acostumbrado a sus amenazas, puede que no hable pero no soy tonto, sé de lo que es capaz y de lo que no, sin embargo, estoy preocupado por ti... no quiero que te haga daño y él advirtió que eras suya, lo cual significa que irá por ti en algún momento»
―¿Qué? ―entro en pánico al leer aquello y miro a Harun en busca de ayuda―. ¿Qué hago?
«No te alarmes, Blaze pocas veces cumple lo que dice, él no es tan peligroso como aparenta, solo tiene mucho dinero. Aun así deberías evitar ir a donde él sabe que puede encontrarte, nunca salgas sola y coméntale a tu familia y amigos que tengan cuidado, con Blaze nunca se sabe»
―Lo entiendo ―asiento varias veces y suspiro―. Tengo miedo, solo somos mi padre y yo, Blaze sabe dónde vivo, donde estudio, donde trabajo, donde trabaja mi padre, donde viven mis amigas y hasta sabe a dónde me gusta ir a pasar el rato ―aprieto los labios y suspiro―. Voy a tener que cambiar de rutina.
«Es lo que yo recomiendo, de todas maneras... si algo pasa, no dudes en decírmelo»
―¿Y cómo no? Eres mi héroe ―le sonrío ampliamente mientras nos recuerdo corriendo por el pasillo hacia el ascensor.
Noto como se sonroja, está sorprendido de que haya dicho eso.
―Muchas gracias ―alargo mi mano para tomar la suya a través de la mesa―. Come tus donuts ―le digo antes de levantarme.
Me levanto y camino de vuelta al mostrador para tomar mi libreta y seguir anotando pedidos. Aprecio que él haya venido hasta aquí para decirme eso, estaba preocupado, eso me hace sentir bien acerca de todo esto porque por lo menos sé que le importo. No debería de importarme que le importe pero no puedo controlar mi felicidad acerca de ello, es un asunto bastante serio y aun así yo estoy fantaseando con algo sucediendo entre él y yo.
Me detengo cuando me doy cuenta de que en realidad fantaseo con eso y sacudo la cabeza; es probable que me esté idealizándolo porque él me salvó y me siento segura a su lado pero no puedo evitarlo. Tengo que deshacerme de esos sentimientos pronto o acabaré haciéndome daño, puede que él se preocupe pero eso no significa que piensa en mí de esa manera... aparte, lo acabo de conocer.
Atiendo un par de mesas más y me entretengo sirviendo más café recién hecho, tengo la esperanza de despedirme pero cuando volteo él ya se ha ido. No sé por qué me molesta tanto que se haya ido sin despedirse de mí. Suspiro y voy hacia su mesa. Se ha comido todas las donuts y ha bebido todo el café, me dejó una propina generosa y debajo de los billetes una nota: «Estaba delicioso gracias Odette. Tuve que irme, te veías ocupada y no quise molestarte. Te escribiré para saber que estás bien –Harun».
Sonrío y guardo la nota en mi bolsillo.
Tengo que deshacerme de esa emoción cuando veo a Harun, definitivamente.
Los días pasan y por suerte, estoy demasiado ocupada para preocuparme por mis tontos sentimientos por ese chico. Aunque, como ha dicho, él me escribe para saber si estoy bien y yo contesto con monosílabos, él contesta que se alegra y aunque quiero sacar conversación, no lo hago. Las cosas han estado bastante calmadas con Blaze, ni rastro de él por ninguna parte durante dos semanas.
Al menos eso creía hasta que llegó el viernes.
Lleguo a mi calle a las 8:00 PM luego de salir del trabajo, me parece extraño que haya un camión de bomberos frente a mi edificio, así que corro hasta ahí, papá está mirando todo a un lado del camión con varias cosas entre las manos y veo cómo sale fuego de la ventana de mi habitación mientras los bomberos intentan aplacarlo. Corro hasta donde está papá inmediatamente.
―¡Papá! ―grito y él voltea.
―¡Gracias a Dios estás aquí! ―me dice y suspira.
―¿Qué demonios pasó? ―pregunto.
―No lo sé, hija, tomaba una siesta en el sofá y cuando desperté había fuego viniendo de la puerta principal así que corrí a tu habitación para salir por la escalera de incendios... mira ―me muestra todas las cosas que tiene entre las manos; es mi mochila donde siempre dejo todos mis libros de la universidad, mi laptop que aún está conectada a su cargador y una mochila con un montón de rompa que parece que metió a empujones, aparte de la caja donde guardo mis ahorros―, traté del salvar tus cosas.
―Papá, pudiste morir ¿Por qué regresaste por eso? ―lo abrazo y beso su mejilla.
―Sé cuánto necesitas estas cosas, es lo menos que podía hacer ―niega con la cabeza―. Te juro que no sé qué pasó... ―él mira hacia el gato en la acera cuando maúlla y se da cuenta que está ahí―. Suerte que él no estaba en el apartamento ―suspira.
Me agacho y tomo a Jazz en brazos acariciando su pelaje negro y abrazándolo contra mí. Nos espera una noche larga, hemos perdido casi todas nuestras pertenencias.
Después de escuchar las declaraciones de un oficial, estoy segura de que Blaze tiene algo que ver en todo esto, porque según el oficial, el fuego fue provocado a propósito por alguien fuera del apartamento y dudo que alguien además de él quiera causarnos daño. Y sospechaba que Blaze estaba loco pero ahora totalmente segura de que lo está... es mucho más peligroso de lo que Harun alega.
Cuando nos preguntaron quién podría ser el culpable, dije su nombre y di su dirección, tal vez eso me conseguiría más problemas pero nada perdía con intentar.
―¿A dónde vamos? ―pregunta papá después de dos horas en la comisaría, ambos sentados en una banqueta.
―No lo sé... ―suspiro―. En la caja de mis ahorros tengo suficiente para pasar varias noches en algún motel pero después... no lo sé, dudo que encontremos un alquiler tan barato como el que teníamos.
―Bueno... ―él se levanta y sonríe―. Mañana tengo que trabajar temprano, hay que buscar un motel para pasar la noche y luego veremos qué hacer.
Asiento y paseamos por las calles tratando de encontrar algo; después de nuestro tercer intento encontramos un motel que es la mejor combinación de barato y decente, pedimos una habitación con dos camas individuales y al fin podemos respirar tranquilos. Mientras papá duerme reviso las cosas que tenemos; él salvó gran parte de mi ropa metiéndola a trompicones en una de mis mochilas, en realidad agradezco que haya salvado mi laptop porque tenía muchos trabajos de la universidad que terminar ahí. Veo también que salvó una foto de mamá que tenía sobre mi buró... papá no puede evitar tener un buen corazón aunque la mujer lo haya abandonado.
La pongo sobre el buró entre las dos camas y saco mi celular de mi cartera para escribirle a Kathy y a Tessa, informándoles sobre todo lo que pasó. Luego de hacerlo recuerdo a Harun y suspiro cerrando los ojos, es mejor que le cuente.
Escribo un mensaje diciéndole todo lo que ha pasado y casi enseguida me responde: «¿Estás bien? ¿Está bien tu padre? ¿Dónde están ahora?»
Yo: Estamos en un motel pasando la noche, papá salvó mis ahorros y me enorgullece decir que ahorré lo suficiente como para pagarnos varias noches aquí.
Harun: Eso es genial, pero no pueden vivir siempre ahí.
Yo: Lo sé, ya iré buscando algo que alquilar.
Harun: En mi casa hay espacio de sobra ¿Por qué no se quedan aquí mientras tanto?
Yo: Harun, no puedo aceptar ¡Nos acabamos de conocer! No puedo abusar así de ti.
Harun: Tú me hiciste galletas, eso es casi como un compromiso... por favor, acepta. Me sentiré menos culpable si estás segura.
Yo: ¿Por qué tendrías que sentirte culpable?
Harun: Es mi hermano el que te causó estos problemas porque básicamente yo lo provoqué. Sabía que algo como esto pasaría, pero no a tal escala.
Yo: De verdad, no te preocupes.
Harun: Odette, por favor.
Yo: Harun...
Harun: Necesito hacer algo por ustedes.
Yo: Sí, pero no esto, estaremos bien, te lo prometo.
Harun: Con Blaze no se sabe.
Yo: Tendremos cuidado, le advertí a la policía sobre él.
Harun: Me gustaría que no fueras tan terca.
Yo: Harun, es que... tendríamos que mantener distancia si Blaze te advirtió que te mantuvieras alejado de mí ¿No es así?
Harun: Sí pero... solo será mientras consigues algo que alquilar.
Yo: Demonios, está bien, pero serán dos noches máximo ¿Vale?
Harun: Perfecto... ahora, te dejaré dormir.
Yo: Gracias por todo :).
Harun: No hay de qué.
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