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17. No te des por vencida.

―No entiendo que me estás diciendo... ―le digo a uno de los chicos que intenta hablarme y no para en lo absoluto, hasta ahora, solo he tenido una oportunidad para decirle que no lo entiendo y lleva como dos horas hablándome―. No hablo italiano.

―Uh... ―el chico hace una mueca―. No inglés.

―Ya veo, que problema ¿eh? ―alzo las cejas―. Lo lamento.

Él niega con la cabeza.

Es un chico lindo. Por supuesto, si es primo de Harun. Su nombre es Macario y tiene mi edad. Es aparentemente muy conversador y porque me ve hablar con Harun y con Aldo pensó que hablaba italiano, así que me asaltó en la cocina en donde estaba comiendo pastel que me dio una de las empleadas encargadas de la cocina y se puso a hablar como loco. Hay algo hermoso en ver a un hombre guapo hablar italiano fluidamente así que no hice esfuerzos mayores por decirle que no sabía que estaba diciendo.

―Aun así disfruté mucho viéndote hablar ―le digo, solo aprovechando que no me entiende―. Tienes un mandíbula magnifica ¿sabes? Si no estuviera enamorada de alguien más no lo dudaría... aunque probablemente no debería seguir metiéndome con la familia de Blaze.

―Eso puede ser cierto ―me estremezco al escuchar la voz del padre de Harun venir desde la puerta, efectivamente él está allí cuando volteo―. Macario, per favore ... ci danno un momento da solo.

Va bene... ―Macario asiente y me dedica una sonrisa antes de retirarse.

―Es un chico agradable, aunque no le entiendo nada ―digo primero, porque me siento algo nerviosa.

―Sí, es agradable ―el señor Cavalcanti asiente―. No le gusta el inglés ¿Sabes? Es algo tonto para eso pero es bueno con las matemáticas. Usualmente, si les gusta una cosa no les gusta otra. Ya sabes.

―Sí... ―me miro los dedos y los retuerzo.

―Entonces ―el señor Cavalcanti se sienta a mi lado en la barra―. ¿El pastel estuvo bueno?

―Mucho, me encantó ―digo―. Fue genial.

―Muchas gracias, yo mismo lo hice ―él me sonríe con orgullo.

―¡Vaya! Eso es inesperado... yo... no lo esperaba ¡En realidad estuvo fantástico!

―¿No me veo como un hombre que pueda hacer un pastel fantástico?

―Yo... no sé que responder.

―Ah, está bien ―él ondea su mano y ríe como si no fuera la gran cosa―. Sabes... me recuerdas mucho a alguien. De hecho, te estás quedando en el cuarto de esa persona...

―¿Habla de su hija? ―pregunto, no sé si estoy siendo lo suficientemente cuidadosa pero aun así lo hago―. Harun me dijo que ella había fallecido.

―Sí ―él asiente y suspira―. Bianca, mi primera hija. Ella se parecía mucho a su madre, como Harun pero la manera en que sonríes y lo vivaz y honesta que eres... eso me recuerda a mi hija.

―Lamento mucho su pérdida.

―Fue hace mucho tiempo, no te preocupes ―él me da una dolorosa sonrisa―. Me pregunto si Harun lo habrá notado. Tu parecido con ella. Seré honesto... me preocupa que Harun no se dé cuenta de sus sentimientos por ese hecho.

Frunzo el ceño.

―¿A qué se refiere?

Él me mira y sonríe, esta vez es más suave y sincero.

―Conozco a mi hijo más de lo que crees ―me dice―. Siento que Harun está negándose algo porque no cree merecerlo... siento que él está tratando de recordar, sobre todo... lo que pasó. No sé si tú sabes el por qué de su condición o no pero no me corresponde a mí mencionarlo de cualquier manera. Como sea, esto le afectó mucho y... desde entonces siempre ha estado negándose el ser feliz. Y creo que tú eres lo que él está negándose ahora... mientras más te miro más tiene sentido todo lo que dijo acerca de ti...

―No... no estoy entendiendo, señor Cavalcanti.

―Creo que... él podría estar enamorado de ti pero debido a que le recuerdas a su hermana y le haces feliz en una manera diferente él quiere mantenerte como un pensamiento puro en su cabeza ―me dice, parece como si esto fuera una clase de revelación―. Él dijo que... lo hacías feliz pero que no eras para él, que tal vez alguien algún día te haría feliz como ella no pudo serlo y él solo lo vería, como desearía haberlo visto cuando su hermana estaba viva. Dijo que salvarte como no pudo hacerlo con ella había sido un regalo del destino... que le había dado una segunda oportunidad. Y sé que puede ser feliz contigo pero que te mire como miraba a su hermana es un error. Él tiene que comprenderlo, por eso te pido... no te des por vencida.

No sé qué debería hacer, como debería mirarlo, qué debería decir o como debería sentirme. No entiendo por qué él me diría una cosa así si no es verdad. No sé en realidad si es verdad que Harun me ve como la oportunidad que no tuvo de ver feliz a su hermana pero de alguna manera... tal vez tiene sentido. Es así como me trata, de cualquier manera. Puede que no esté enamorado de mí, así que simplemente no puedo seguir las órdenes de su padre y no darme por vencida. Es verdad que le quiero pero no es sensato obligarle a estar conmigo.

―Estaré a su lado ―contesto al fin―. No se preocupe.

―Me gustaría que... quien haga feliz a mi hijo fueras tú ―dice con una mirada nostálgica.

―A mí también me gustaría hacerlo feliz, señor Cavalcanti... pero no puedo si él no me lo permite. Me aseguraré de que lo sea, pero de la manera en que él elija. Si yo no estoy en sus planes... no puedo obligarlo.

―Ese muchacho debería ver ahora tu rostro, el dolor con que lo dices... solo un ciego no vería que él te lastima ―él alza una mano y acaricia mi mejilla―. Eres una buena muchacha. Me gustaría en verdad que fueras tú.

―¿No estará usted también recordando a su hija? ―pregunto sonriéndole―. No soy ella pero... seguiré siendo buena.

―Lo sé, ―él toma mi mano y besa el dorso―. No dejes que el recuerdo de alguien más sea más fuerte que tú.

―Debería hablar con Harun sobre esto... pero honestamente, nunca sé cómo hablarle de estas cosas.

―Te diré algo ―dice de repente con mucha seriedad―. Nada de sutilezas. Pregunta, presiona, ayúdalo... sé que es desesperado pero quiero que él esté bien. Y mientras continúe con ese secreto dentro de él, no lo va a estar.

―Haré lo que esté a mi alcance, señor Cavalcanti.

―Bien ―él asiente―. Voy a verlo ¿Vienes? ―él se levanta y se dirige hacia la puerta de la cocina―. Está con su nana.

―Sí, iré con usted.

Ambos salimos de allí para dirigirnos afuera donde Harun y su nana tomaban el té mientras miraban hacia el patio trasero de la casa que daba al viñedo. Era hermosa la vista, pero prefería ver a Harun. El señor Cavalcanti y yo nos sentamos junto a ellos.

Estuvimos hablando durante un buen rato. No nos dimos cuenta de que había comenzado a oscurecer. La nana de Harun se retiró para hacer la cena y el padre de Harun eventualmente encontró la manera de dejarnos a los dos completamente solos. Yo me senté un poco más cerca de él mientras mirábamos al sol esconderse de una vez. No dije nada, él tampoco escribió nada hasta que ya no podíamos ver la luz.

―¿Te gustaría quedarte aquí? ―le pregunto cuando los grillos comienzan a escucharse.

Él me mira y hace una mueca, luego coge su libreta para escribir.

«Siento que es un buen lugar para volver cuando quiera recordar el pasado. Es un buen lugar en el que estar cuando estás de vacaciones... pero ya no es mi hogar ¿Sabes? Me gusta Nueva York»

―Me alegra ―suspiro y le sonrío―. No sé qué haría si te quedas aquí.

Tal vez no debí decir eso, porque él me mira frunciendo el ceño y luego escribe: «Pero tú quieres mudarte. Pienso que ya has encontrado tu camino sin mí... así que no importa ya»

De alguna manera me enoja que piense así.

―Sí importa... ―le digo y tal vez soy un poco brusca―. No es que haya encontrado mi camino sin ti, es que... estás en mi camino sin importar en donde estés y... ―me levanto de repente, porque sé que lo voy a decir no lo voy a poder retirar― no quieres estar allí, Harun, no en la manera en que yo quiero. Así que... bien podría decir yo ¿Qué importa si me mudo? Seremos solo eso que tú quieres...

Quiero cubrirme la boca en cuanto termino pero no puedo borrar las palabras aun si hiciera eso. No sé que obtendré al mirarlo... aun así, quiero saber. Lo miro y lo que encuentro es un Harun dolido. No está confundido. Para nada. Sabe perfectamente de lo que hablo. Solo parece que algo le duele y... que sabe que no puede hacer nada al respecto. Desvía la mirada entonces y sé que esto no va absolutamente a ninguna parte así que estoy preparada para irme pero entonces... algo sujeta la tela de mi vestido.

Espero que sea él y no mi mala suerte.

N/A: Perdón por la tardanza, primero estaba de vacaciones, luego estaba ocupada con otras historias y bueno. Eso.

He aquí un dibujo de la versión chibi de Harun :3 hecho por la misma chica que hizo mi dibujo de chibi diabólica y cuyo nombre no me acuerdo, sé que empezaba por Fa. Fa Mulán, ven a reclamar tu dedicación, China te espera.

Tengo más dibujos pero no pude pasarlos a la computadora a tiempo so en el siguiente cap los pongo :3 bai. Besos, Ross-senpai out.

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