Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1.Haru


♠️Haru♠️ 

Si buscará en lo más profundo de mis memorias, solo para encontrar algún indicio de quién soy o que soy, jamás lo sabría. Solo un rayo de esperanza se eleva, como el recuerdo más confuso y doloroso... 

El mundo ardía en llamas; el fuego consumía todo a nuestro alrededor, el caos y los gritos me llenaban de terror, escuchándose por doquier. 

—Haru mírame —una mujer con el rostro lleno de sangre me hablaba, mientras me tomaba en brazos, para comenzar a correr conmigo, en dirección a un pequeño barco. 

Al entrar, había muchas personas susurrando como si de un mantra se tratara, incluyendo a la mujer que me sostenía en brazos, el lugar era pequeño y contaba con poca iluminación. 

—El agua nos protegerá. 

—La diosa del agua nos salvará —eran algunas de las palabras que se escuchaban. 

—ELEVEN EL ANCLA —una voz potente se alzó entre todas, para ser completamente escuchada. 

El tiempo se congeló; en ese espacio, fue difícil saber cuánto tiempo había pasado, nadie volvió a hablar, solo se sentía el choque de las olas contra la embarcación. Había aproximadamente unas doce personas, junto a la persona que me envolvía en sus brazos, era la única niña pequeña, todas las personas presentes se encontraban tiradas en el suelo, algunos como yo se encontraban acompañados y quienes se encontraban solos se abrazaban así mismos. 

Un ruido ensordecedor irrumpió la calma, llenando de terror el rostro de todos a mi alrededor, los gritos y llantos llenaron el lugar, la mujer que me sujetaba, empezó a temblar incontrolablemente, pero yo no sabía que era lo que ocurría en mi entorno, hasta que todo empezó a dar vueltas; luego de un segundo choque, el barco estaba siendo destruido y de repente la embarcación se detuvo, los segundos pasaron y todos estábamos expectantes a lo que podía ocurrir en el futuro. 

De repente, unos pasos comenzaron a resonar por todo el lugar al compás de mis latidos: 

—PUM. 

—PUM. 

—PUM... —los pasos se detuvieron.

Todos los presentes se encontraban impacientes, aquella emoción era palpable en el ambiente, hasta que un hombre con sombrero se mostró ante todos; aquel hombre se encontraba agitado y con un camino de sangre en su rostro proveniente de su ojo derecho. 

—Deben abandonar el barco, ya no hay agua para seguir... —el hombre no pudo continuar, un nuevo choque nos azotó. 

Luego de eso, los recuerdos eran borrosos, alguien me llevaba en brazos mientras corría, su respiración alterada chocaba con mi rostro, abrí mis ojos, para observar como el caos gobernaba y junto con el fuego consumía todo a su pasó; a mi vista, miles de personas corrían por sus vidas y como otras yacían en el suelo sin moverse. De repente el cielo se iluminó, una bola gigante se alzaba en el cielo iluminando todo hasta que el impacto llegó, salimos por los aires, los brazos que me rodearon, pronto me soltaron y vi en cámara lenta todo; sentí un dolor punzante cuando mi cuerpo cayó en el suelo, mi cabeza había chocado con el suelo firme. 

Todos corrían a mi alrededor sin importarles el pequeño cuerpo que pisaban y golpeaban en su carrera por huir del lugar, que ante mis ojos era sumamente aterrador. 

Los choques continuaban, esas luces enormes de fuego caían una y otra vez; pero antes se alzaban con gloria iluminando el cielo. Las personas lentamente disminuían y él silenció entró poco a poco en el lugar donde antes era un desastre, lentamente me senté para observar el lugar y por primera vez el terror gobernó desde lo más profundo de mis entrañas. 

Gente muerta por doquier, eran cientos de personas; y pocas, como yo, observaban el paraje que era consumido por el fuego, un fuego que arrasaba con todo, incluso con el agua, ese gran espacio desolado por el que en su momento los barcos intentaron cruzar ya no existía. Al parecer estábamos en medio de la orilla de un mar o lo que había sido un mar; la arena en la cual estaba sentada era suave como la que se presentaba en esos sitios, pero casi no había agua, solo pequeñas cantidades que se dispersaron por el paraje y detrás de mí, en la dirección donde todos corrían, había lo que parecía un río, casi seco e incontable cantidad de árboles a su alrededor, pero nadie se adentraba, solamente iban en línea recta por el río ¿Por qué no se adentran? Me preguntaba. 

Todo era confuso y agotador; pensar en todo lo acontecido por una niña de diez años, era inaudito e increíble, ya que no sabía que ocurría en este caos. Me encontraba en medio de lo que parecía una Guerra, con la diferencia de que un solo bando atacaba, este bando en el que me encontraba solo huía, éramos la presa de un excelente cazador que sólo infundía miedo, el cual no, nos daba ni una sola esperanza. 

La calma no duró mucho, cuando de repente el fuego abrió paso y en medio del silencio una voz se elevó de nuevo. 

—CAPTUREN A TODO AQUEL QUE ESTÉ VIVO. 

El silencio desapareció, personas vestidas de un metal negro salieron de entre las llamas, alzando sus espadas y comenzaron a correr en todas las direcciones capturando a todo aquel que se movía. 

El miedo me consumió y la adrenalina me invadió, comencé a correr, solo podía escuchar gritos y sonidos de agonía, pero de un momento a otro, sentí unos brazos a mí alrededor. Asustada, comencé a luchar por soltarme y una voz trataba de calmarme. 

—Niña tranquila —observé y por encima de mi cabeza un hombre sonreía para tranquilizarme a pesar de estar lleno de sangre su rostro —. Ven con nosotros y no mires atrás —y sin esperar mi respuesta, me tomó en brazos para empezar a correr, observé que había con el hombre cuatro personas una mujer anciana que corría lentamente a su lado mientras un chico la tomaba de las manos para que continuara en marcha, sin detenerse, por delante del hombre, dos personas que corrían adelante de nosotros, una mujer y un hombre. 

Cuando entramos en el medio del bosque, donde las aguas del río solo llegaban a la altura de los tobillos, ya no había muchas personas corriendo a nuestro alrededor; aparte de nosotros, otro grupo por delante de nosotros corría por sus propias vidas. 

—¡POR AQUÍ, HAY MÁS PERSONAS! —un grito, como si de un demonio se tratase, se escuchó por encima de todo el caos causado por nuestra carrera. 

Sin pensar en lo que se me había advertido, miré atrás y ¡Sí!, había más personas detrás de nosotros. Nos perseguían seis personas vestidas con armaduras negras, matando a todo aquel que estaba detrás, sin remordimiento ni culpa, como si aquello fuera divertido. 

—No mires atrás de nuevo niña —gritó el hombre con desesperación, pero volví a mirar sin importar las advertencias. 

Pero cuando volví a mirar, mis ojos chocaron con algo que jamás debí de ver; unos ojos rojos como la sangre, me observaron y por más que el hombre que me llevaba en brazos corriera, era inútil, se sentía como si estuviéramos atrapados en el mismo lugar. 

Esos ojos rojos me miraban y sonreía con maldad, como si me advirtiera ''De que no, nos escaparíamos de sus garras'' vestía igual que aquellos que nos atacaban, pero llevaba su rostro al descubierto, era algo fascinante aquella belleza, pero tal como era su belleza el aura de peligro que emanaba era aún más... 

Sentí como su mirada quemaba todo mi ser, hasta volverme cenizas y de repente la oscuridad me consumió... 

🔥🔥🔥🔥🔥

—Niña despierta. 

—¿Crees que siga viva? 

— No seas idiota, obvio está viva, sigue respirando. 

—Hagan silencio —una de esas voces estoy segura es del hombre que me ayudó. Pero no podía abrir los ojos, me sentía en paz y con el cuerpo tan pesado... 

Morí luego de 5 años en mi primera vida... Si la historia se repetía constantemente desde el principio, aquella mujer, el mismo barco y esos ojos rojos que siempre aparecían en mis sueños, sin poder cambiar nada. 

Mi cuerpo se movía solo como si de una marioneta se tratase, por más que mi cerebro le diera órdenes, este no reaccionaba y solo se movía como si estuviera programado de esa forma, no hablaba ni me movía como yo deseaba. 

La misma escena se repetía constantemente sin poder evitarlo; solo una sola cosa cambió en mi cuarta regresión y fue aquel hombre de ojos rojos que ya no sonreía todo lo contrario, estaba furioso. 

En mis otras vidas pasadas jamás podía hablar, solo luego de ver a aquel hombre de ojos rojos y caer en la oscuridad, para volver a despertar con aquellas personas, cuando desperté en mi primera vida, nos encontrábamos en una parte del bosque no muy lejos del río, no supe cómo llegamos allí, luego de sumergirme en aquella oscuridad. 

El hombre que me rescató se llamaba Benjamín, había perdido a su esposa y a sus dos hijas, solo pudo salvarse él y su hijo, aquel que corría a su lado aquel día. Benjamín tenía 46 años, un hombre enorme y amable, un líder nato fue quien nos ayudó a sobrevivir liderándonos en este bosque, luego estaba Amber y Albert eran gemelos idénticos, cabello negro con ojos azules. Amber era energética mientras que Albert era tan tranquilo que era desesperante ver la tranquilidad con la que hacía las cosas, eran mayores que yo tenían 17 años, el hijo de Benjamín era Ben, un chico idéntico a su padre cabello rubio y ojos grises, amables por naturaleza era alto y carismático, tan espontáneo como Benjamín, con 5 años de diferencia a mí y, por último, Luz la anciana de 64 años la mujer más dulce y pura con gran sabiduría, Benjamín y Luz nos cuidaron con amor, así nos convertimos en una familia. 

Los días pasaron y cada uno con el pasar de los años logramos construir un hogar próspero en medio del bosque; un lugar al que llamábamos con tanto amor hogar. 

En mi primera vida logramos construir enormes y múltiples casas de barro, graneros y muchas cosas necesarias para la supervivencia. Benjamín, que había servido al ejército, nos ayudó a sobrevivir a tiempos difíciles como el invierno, donde la comida era escasa y el agua se congelaba. Logramos en cuatro años vivir plácidamente, cada uno de nosotros aportaba y trabajamos por un bien común, la supervivencia. 

Pero la felicidad es corta y unas semanas después, luego de haber cumplido quince años, todo se acabó... 

Los días se volvieron cotidianos, pero amaba esa estabilidad. Cada mañana desayunábamos en familia en una mesa enorme de madera al aire libre; luego cada uno tomaba su dirección, Benjamín iba a cazar y cuidar de los animales que teníamos, Ben y Albert entrenaban en la mañana con espadas y arcos que ellos mismos habían fabricado con madera, en las tardes ambos iban a un taller que ellos crearon donde trabajaban creando flechas y trampas para animales, más tarde se turnaban en las torres de vigilancia, aunque jamás volvimos a ver más personas y con el pasar de los años creímos que éramos los únicos. Amber y yo alimentábamos a los animales y con Luz aprendíamos a tejer cestas y muchas cosas más, junto con el cuidado de nuestro hogar que habíamos establecido todos juntos. 

Esa tarde, después de mis quince años, luego de todas las tareas; me adentré en el bosque dirigiéndome a aquel mismo río que en aquel entonces estaba casi seco, pero que con el pasar del tiempo volvió a prosperar. 

Esta era nuestra única fuente de agua, aquí nos bañábamos, también era nuestra única fuente de agua y una fuente de alimentos, ya que en temporadas aparecían peces de ríos. 

Mientras caminaba, pensaba en lo loco que fue todo lo que viví en el pasado y en el no poder recordar nada más allá, todos tenían aquí un pasado al que llorar, pero yo no tenía nada. 

Al llegar al río, es imposible no contemplar lo enorme que es, me acerco a la orilla observando hacia el otro lado, al cual jamás habíamos tratado de cruzar, ya que no sabíamos que había más allá y jamás cuestionamos las órdenes de Benjamín de no cruzar. 

El río era poco profundo, solo llegaba a mi cintura; antes de entrar al río me senté en una roca enorme que se encontraba a la orilla. 

Quité el vestido de mi cuerpo quedando desnuda, no era tan hermosa como Amber, pero todos decían que era preciosa a mi manera. Con un cabello tan negro como la noche y una piel tan blanca como las nubes, Luz siempre decía que parecía un hada del bosque o la misma hija de la luna, poseía unos ojos negros como las obsidianas en su estado más puro. 

Con el sol en su punto más alto, me recosté en aquella roca junto a la orilla a tomar ese calor que me prestaba el sol, antes de entrar al agua, sentía la brisa que chocaba con mi piel una y otra vez y al mismo tiempo escuchaba el agua correr, junto con el aleteo de las aves al pasar; era maravillosa aquella armonía, me tomé el tiempo para apreciar todo, como si no hubiera un mañana... 

Mientras caminaba en dirección al río, poco a poco fui entrando y el agua fue consumiéndome hasta llegar a mi cintura, mientras me bañaba de repente comencé a sentirme observada, traté de mantener la calma para hacer pensar que no me había dado cuenta que había alguien, miré alrededor, pero no había nada que delatara su presencia, haciendo que el bosque al otro lado del río se sintiera tenebroso. Sin poder soportarlo más salí a toda prisa del río, tomé mis cosas y cuando iba a correr me detuve, cuando miré atrás no lo podía creer, eran hombres vestidos como hace cuatro años. 

—¡Atrápala! —gritó uno de ellos. 

Seguido de eso, muchos hombres empezaron a aparecer para cruzar el río. Muchas voces comenzaron a inundar el bosque gritando cosas horribles, perros que ladraban y corrían en mi dirección. 

Yo solo podía pensar en los demás, teníamos que huir de aquí. 

Salí corriendo a toda la velocidad que mis pies me permitían, de aquí a donde estaban los demás caminando me tardaba veinte minutos, espero que no sea tarde para cuando llegue, pues no consideraba que esos hombres fueran los únicos. 

Corría impulsada por el miedo, aún escuchaba a los perros y a los hombres gritar y reírse disfrutando de mi agonía. Mientras corría por el bosque con el vestido que solamente me cubría la parte de arriba de mi cuerpo, pues no me lo había colocado bien; la ausencia de éste permitía que las ramas de los árboles, rasgaran mi piel, las lágrimas corrían por mis mejillas, sentía que mis pulmones estallarían en cualquier momento y que mi corazón se saldría del pecho. 

Cuando por fin vi aquel lugar tan apreciado me sentí más viva y corrí con más fuerza gritando a todo pulmón que nos atacaban que venían por nosotros. 

—¡Corran, están aquí, están aquí! —mi garganta dolía y mis pulmones sentía que explotarían si seguía corriendo.

Las primeras en verme fueron Amber y Luz, sus rostros que al principio me miraban con confusión, cambiaron a miedo; justo al mismo tiempo sentí un dolor tan fuerte que me atravesaba y sin comprender que pasaba, mi vista se dirigió a mi pecho donde en el medio una flecha me atravesaba. Estaba en shock, miraba todo en cámara lenta, mis pies que seguían corriendo pronto disminuyeron su velocidad, hasta que caí de rodillas junto con los gritos de los demás. 

Así perdí mi primera vida... 

🔥🔥🔥🔥🔥

Hola👋🏻 está historia fue eliminada anteriormente. 

Volveré a publicarla, pero solo los 3 primeros capítulos serán los mismos. 

Espero puedan seguir apoyándome.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro