Yo había creído que con amigos uno se siente diferente. Y si se siente diferente, pero te aburres igual. Ahora que las discusiones con la pared me dejaban más satisfecha. Ana me invito a una fiesta. Más bien fui con ella porque ella también era invitada. 

No era como en las películas, había cerveza en vez de licor. Muchas camisetas. Y pastelillos con alguna cosa que hacia cosquillas. 

Estábamos en grupo, una amiga se había jalado a Ana al baño. Dejándome. Acabo de cumplir los dieciocho ¿Es necesario necesario vaciar la botella? El chico de enfrente mensajeaba en celular ajeno, me senté junto a él.

-Y ¿tienes novio? - pregunto el chico sin voltear. Eddie se llamaba, creo. Una ocasión le tomé prestada su mochila... Es ridículo como me prendo por ver que alguien me habla.

- Ajá, si esto ¿y... que vas hacer con mi respuesta? ¿me vas a creer? - me miró algo divertido, esperando -Si te digo que no tengo, para ponerte gachono, para molestarte? o si te digo que no porque quiero hacerlo hoy contigo?

Pensó un momento, dejo el celular en sus piernas, y volviéndome a mirar dijo-...Me parece, que en ambos te gusto.

-Eres pretensioso. - Estaba feliz, emocionada. Nuestras manos se tocaban y sentía el corazón latir. Miré el resto de la habitación ya no recuerdo que más hablamos. Vi un cabello suave y café. Me detuve, creí que me había equivocado. Más luego vi a Mateo al lado de mí.

- Valentina - chale ¿por mi nombre? - tu mamá... 

-¿Mi mamá? - estaba incrédula -Esa esta en Ohio desde que se escapó con el dentista.- Mateo me miraba, en el fondo estaría enfadado- ¿Que?

-Mira, te llamo. Me das tu celular. - Dijo el chico soltando a poco mi mano, que ya esta entrelazada con la suya.

-Ah sí! Que lindo. Me tengo que ir. Así que...- Me volteé de nuevo, intercambiamos números y luego no pude contenerme, le acaricie el cabello y rozando sus labios, me despedí.  

-Tenías que darle tu número? - dijo Mateo al salir

-¿Tenías que venir?