15. Overwhelmed
Desde aquel día las cosas habían cambiado considerablemente.
Aquella semana se había resumido en Harry escuchando las infinidades de razones por las cuales Louis afirmaba, no era una buena idea acudir a un psicólogo o sus derivados. Una semana que se resumía en un Louis comportándose como un pequeño niño malcriado que no quería ir a la escuela. Utilizando un tono serio y formal para que sus palabras fueran tomadas con seriedad, pero aportando aquel toque humorístico y bromista para que Harry no sucumbiera ante un ataque de ansiedad. El rizado decidía hacer oídos sordos, asintiendo a las palabras del más pequeño, quien terminaba por hacer un puchero y pisotear el suelo ante la indiferencia del más alto, que todos los días sin falta, caía ante sus encantos y lo recompensaba con una "sesión de mimos".
Pero ni todos los mimos del mundo harían cambiar a Harry de opinión.
Su primera sesión seria en dos días, a cargo de uno de los, al menos según las redes sociales y páginas web, mejores terapeutas de la ciudad. Sería algo así como una prueba piloto, en donde ambos entrarían por separado para ver cómo se sentían individualmente con el profesional sin sentir ningún tipo de presión. A Harry le daba igual, demasiado preocupado y ensimismado con que Louis se sintiera bien consigo mismo como para preocuparse en tecnicismos. Louis, por su parte, buscaba cualquier pretexto o defecto para convencer al rizado que solo estaba perdiendo dinero. Justo como ahora.
-No quiero – refunfuño el ojizarco, sentado sobre la encimera de la cocina, con sus bracitos cruzados y con sus pies balanceándose en un leve movimiento. Ceño levemente fruncido y un pequeño puchero adornando sus labios.
-No tendremos esta discusión de nuevo Louis, iremos y punto – menciono el rizado frustrado, terminando de cortar algunos vegetales para verterlos en la cacerola con agua que se calentaba a su lado.
-Pero papi... - rezongo Louis, alargando la última "i", ganándose un escalofrió y un suspiro entrecortado por parte del rizado, quien por poco se corta con el cuchillo en sus manos.
Pero todo tenía su recompensa, sin embargo.
Tras aquel día, bastante cosas cambiaron en el día a día de la pareja, por suerte para bien. Louis había comenzando a llamarlo papi más seguido, teniendo a un Harry rendido a sus pies cada vez que aquella palabra salía de sus pequeños labios sabor cereza. Sumado a eso, su habitación había cambiado ligeramente, con su armario ahora convertido en lo que Louis elegía por llamar "su cueva". Estando aquel reducido espacio actualmente decorado con una considerable cantidad de mantas y almohadas estratégicamente acomodadas que reemplazaron la ropa que tuvo que ser reacomodada. El pequeño castaño aun intentaba convencer a su novio de poner algunas luces colgantes en el interior del armario, y aunque el rizado no quería admitirlo, ya las había buscado por internet.
-Louis – menciono fuerte el rizado, deteniendo su labor para dirigir una mirada seria hacia el pequeño ojizarco que se encogió en su lugar – No me hagas repetirlo una vez más, iremos incluso tenga que llevarte arrastrando hasta el consultorio. Así que mejor deja de quejarte y...
Un pedazo de zanahoria lanzado a su cara fue lo que recibió el rizado como respuesta.
Con una mirada de pura sorpresa e indignación por lo ocurrido, el rizado se quedó mirando al más pequeño estático, procesando lo que su pequeño novio, ahora temeroso, acababa de hacer. Aun sin emitir palabra alguna, el rizado se volteo lentamente para apagar el fuego de la cocina, encontrándose al momento de voltear con su pequeño Louis tratando inútilmente de contener su risa y alejándose lentamente del mostrador de la cocina. Fue cuando Harry dio un paso hacia la dirección del castaño que el mismo salió corriendo entre risas hacia la sala.
Aquellos eran los momentos que Harry más amaba.
Ver a su Louis así, tan bromista y juguetón como él solo. Con aquella hermosa sonrisa de dientes blancos plasmada en su rostro. Una sonrisa capaz de opacar a todas las estrellas existentes en el mundo y con la capacidad de iluminar hasta la habitación más oscura en solo segundos. Tener a su Louis retorciéndose en sus brazos, riendo fuertemente a causa de las cosquillas y las trompetitas que el más alto depositaba en su pequeño cuerpecito, llenando a Harry de una alegría prácticamente indescriptible, una alegría que no cambiaría por nada del mundo.
-¡Harry! – Exclamo el más pequeño entre risas, con su respiración agitada, mejillas sonrojadas y tratando inútilmente de separar las manos del más alto de su cuerpo, fallando gloriosamente - ¡Cosquillas no!
-Hm, no, no lo creo – y así el rizado deposito más trompetitas en el estómago del más pequeño acostado en el sofá, deleitándose con la risa de su pequeño novio de brillantes ojos azules, ahora con tiernas arruguitas decorando su alrededor.
-¡Papi, para! – Harry lo ignoro, llevando sus besos hacia el cuello del más bajo quien comenzó a reír mucho más fuerte, con sus piernas temblando y con sus manos sin saber qué hacer. Una ternurita – Me voy a hacer pipí.
-Hm, tienes suerte de que este sea mi sofá preferido, pequeño bebe malcriado – Harry deposito un último beso en los labios del más pequeño para, sosteniéndose con sus antebrazos, quedarse mirando al castaño.
Louis hizo un puchero, delineando con sus deditos la cara del mayor – No soy malcriado.
-No, no lo eres, ¿No es así? Eres el pequeño buen chico de papi – Harry mordió de manera juguetona la punta del dedo del más pequeño cuando este último rozo sus labios, ganándose una pequeña risa del mismo. Harry suspiro enamorado.
Se quedaron así durante unos segundos, hasta que Louis decidió romper el silencio – Aunque no soy tan pequeño.
-En eso estamos en desacuerdo.
Louis pataleo, frunciendo su ceño y volviendo a hacer otro puchero, esta vez más pronunciado – Soy de tamaño promedio. Tú eres anormalmente alto, maldito rascacielos.
Harry rio -Pero lo disfrutas ¿No es así? Que papi sea más alto que tú, más grande que tú. – El rizado murmuro, rozando sus labios con los más finos de su novio y comenzando a depositar pequeños besos húmedos por todo su rostro hasta llegar a su cuello, ganándose suspiros temblorosos por parte del ojizarco quien se aferró suavemente a su espalda– Que pueda cargarte con tanta felicidad, que pueda ponerte en mi regazo como tanto te gusta. ¿Te gusta ser pequeño, bebe?
-Pequeño – respondió bajito el ojizarco.
-Así es tesoro, el pequeño bebe de papi. - Harry murmuro, con su voz más ronca de lo usual. Bajando una de sus manos hacia la cintura del más pequeño, acariciando la piel expuesta al mismo tiempo que seguía depositando besos húmedos en el cuello del ojizarco, buscando dejar una marca.
-Papi – gimió suavemente Louis, ganándose un gruñido por parte del mayor quien, sin embargo, cuando intento despojar al más bajo de su ancho suéter azul, fue detenido por la manito del mismo.
-¿Bebe? – Harry pregunto, ladeando la cabeza. Ya un tanto acostumbrado, sin embargo.
Esa era otra de las cosas que habían cambiado.
Louis no lo dejaba tocarlo, sexualmente hablando. Reusaba su toque, tensándose rápidamente y deteniendo con palabras dulces y un tanto temblorosas – Harry aun no entendía el porqué de esto último – al más alto quien terminaba por sonreír dulcemente, besar la frente de su pequeño novio y abrazarlo hasta que alguno de los dos se durmiera o se vieran obligados a levantarse. Por una parte, a Harry no le molestaba, incapaz de sentirse molesto, ni siquiera pudiéndose imaginar lo que sería obligar a Louis – o a cualquier persona, para ser francos – a hacer algo que no quisiesen por su propio placer y/o beneficio. Totalmente inhumano. Pero a Harry le gustaría recibir una explicación, un porque; Respuestas.
Porque era gracias a esa falta de respuestas que la mente del rizado bullía a mil por hora.
¿Louis se sentía incómodo con él? ¿Harry estaba haciendo algo mal? ¿A Louis realmente no le agradaba decirle papi a Harry? ¿Louis se sentía incómodo por razones que Harry desconocía? ¿Por qué Louis no se lo decía? ¿Acaso no confiaba en él? ¿Era culpa del rizado que Louis no confiara en él lo suficiente como para no contarle un asunto de seriedad? Y así y muchas otras más cada vez que aquellos brillantes ojos azules lo miraban con culpa e inseguridad. Harry odiaba esa mirada y odiaba el sentimiento que la misma provocaba.
-¿Sesión de mimos? – pregunto bajito el ojizarco, acomodando uno de los rizos de su novio tras su oreja.
Harry deposito un beso en su frente, rozando tiernamente su nariz con la del más bajo en un beso esquimal – Sesión de mimos, bebe.
***
-¿Tienes sueño tesoro?
No obstante, había algo que a Harry le preocupaba más que a nada.
Louis siempre fue un tanto dormilón, durmiéndose a altas horas de la noche y despertando por eso alrededor de las horas del almuerzo; Claro, si Harry no lo despertaba antes. Tendía a dormir hecho bolita, con sus piernas levemente apretadas contra su pecho y sus manos a los costados de su rostro, mayormente siendo ambas presas de una de las manos de Harry que siempre las envolvía en una de las suyas. Habría veces sin embargo, en donde Louis ocuparía toda la cama, con sus piernas y manos echadas despreocupadamente sobre el cuerpo del más alto quien despertaría con todo el peso del más pequeño sobre su cuerpo y con alguna de sus manos sobre su rostro.
El problema era que ahora Louis dormía mucho más de lo usual.
Tal vez no dormía, pero si se encontraba visiblemente más cansado que otras veces. Harry sabía cómo tratar con un Louis cansado, consistiendo su rutina en aquellos días de preparación de exámenes finales y cierres de notas en mimar a su pequeño novio con masajes y caricias en su cabello, muchas tazas de té y palabras de aliento. Pero ahora Louis no debía preparar exámenes, no debía cerrar notas, ni preparar contenido ni corregir tareas. Dedicándose solo y exclusivamente a pasear a Thomas y a guardar los utensilios de cocina que significaba una tarea en extremo tediosa para el rizado.
Por esa razón, se le hacía difícil descubrir al rizado la causa de la debilidad y cansancio del más pequeño. Podía llegar a considerar que era en parte por el desgate emocional por el que estaba o estuvo pasando o por otras razones que tenían a un Harry peligrosamente cerca de agendar una cita con algún doctor. Louis seguro lo odiaría.
-Sueño papi – contesto bajito el castaño, desviando su vista hacia el brazo extendido de su novio para comenzar a trazar suavemente el contorno de los tatuajes que se apreciaban a la vista. Harry por su parte, apreciaba el bello arte que su novio era ante sus ojos, acariciando con dulzura su suave cabello y tarareando levemente.
-¿Quieres que vayamos a la cama? – Louis negó suavemente, aun sin desviar su mirada del brazo del más alto en donde reposaba su cabeza – No podemos quedarnos aquí para siempre bebito.
Louis al fin lo miro, con ojos brillantes de borrego – Pero es cómodo.
-Tu porque eres pequeño, yo con suerte quepo aquí bebe.
Louis hizo un mohín con sus labios, Harry los beso tiernamente - ¿Nos podemos quedar un poco más? Solo hasta que me duerma. – pregunto Louis rápidamente, esperanzado, como si Harry fuera a decirle alguna vez que no.
-Si bebe, claro que sí.
Y así se quedaron unos minutos más, entre respiraciones lentas y tranquilas y con un Louis cayendo lentamente en la nube del sueño, con sus ojitos cerrándose de a ratos y acercándose cada vez más al fuerte cuerpo de su novio, quien decidió cubrirlo con una de las tantas mantas allí presentes. Así se mantuvieron en silencio hasta que el más pequeño tomo la mano libre de Harry y comenzó a mordisquear sus dedos con suavidad en un acto ya totalmente cotidiano.
-Hm, ¿Te gustan mis dedos bebe? – Harry pregunto superficialmente, recibiendo una mirada divertida por parte de un Louis de cuyos labios comenzaron a salir pequeñas risitas. Harry empujo su hombro levemente – Maldito pervertido.
-Sí – respondió el más bajo después de unos segundos, aun riéndose – sí me gustan tus dedos Hazza.
-Genial, porque si sigues mordisqueándolos tendré que comprarte un chupete o algo similar, de lo contrario me quedare sin dedos y eso sería una tragedia para ambos ¿No crees?
Louis solo rio suavemente, ya totalmente despierto y sin rastro de sueño alguno. Con aquella peculiar idea rondando en su cabecita. Dios, Harry iba a matarlo. El mismo iba a hacerlo.
"Genial Louis, como si ya no fueras lo suficientemente raro"
***
Louis era lo que podía ser definido como una persona muy terca. Él prefería el término "perseverante", sin embargo.
La cita con su psicólogo había llegado, o como Louis prefería decirle, "el día del juicio final". Louis estaba enojado, con su ceño fruncido y sus brazos cruzados. Indignado. Harry se había ido a trabajar, afirmando que saldría temprano del trabajo para poder llegar a tiempo a la consulta médica. Louis había bufado exageradamente cuando el rizado le había dicho aquello, deseando cualquier cosa para que su novio se atrasara y que no pudieran llegar con el dichoso terapeuta.
Había considerado llevar a Thomas con él, llevar al pequeño cachorrito consigo para que le prohibieran la entrada al lugar y ambos se vieran obligados a irse. Claro que, sin embargo, aquella idea fue desechada al instante cuando se dio cuenta de que: 1, Harry no dejaría que viajara con Thomas y que 2, su cachorrito se estresaba muy rápido y Louis no quería exponerlo a tanto estrés solo por un capricho suyo.
Pero definitivamente no quería ir a aquel lugar.
Era tonto, innecesario, una total pérdida de tiempo y dinero. El haber vestido ropa de mujer había sido solo una etapa, una fase, una faceta ya totalmente superada. Y Harry no quería entenderlo, demasiado empecinado en gastar dinero en un tratamiento estúpido que se suponía debía hacer sentir a Louis mejor consigo mismo. Pero el ojizarco no lo entendía, la palabra "loco" y sus sinónimos inmediatamente llegando a su mente cada vez que Harry mencionaba a ese endiablado sujeto que Louis ya odiaba pese ni siquiera conocerlo.
¿Qué era lo que iba a decirle? ¿Qué le gustaba vestirse con ropa femenina? ¿Qué disfrutaba vestirse con ropa que solo le iba bien a las mujeres? ¿Qué le gustaba llamar a Harry papi y que el mismo lo tratara de una forma semejante a la de un bebe? ¿Qué le gustaba la idea de Harry mimándolo y consintiéndolo como un bebe con un chupete en la boca? Dios, aquel hombre necesitaría terapia urgentemente. Demasiado abrumado por las confesiones estúpidas de un fenómeno.
Abrumado, claro, abrumado. Ok, ese era un buen plan.
Con una sonrisa que no predecía nada bueno, Louis corrió escaleras arriba, vistiéndose rápidamente con un conjunto de Adidas cualquiera, tomando su billetera y cigarrillos y poniéndole rápidamente la correa y el pequeño arnés rojo y azul al pequeño Thomas que saltaba y corría por toda la sala, feliz de ser sacado a pasear.
-¿Listo cachorrito? – pregunto el castaño luego de terminar de poner correctamente el arnés al pequeño retriever, cuya respuesta afirmativa se hizo notar en los rápidos movimientos de su cola y en sus ojitos brillosos – Nos vamos de compras.
***
-Creo que abrí la puerta al pasado.
Harry estaba gratamente sorprendido.
De alguna forma u otra, se las había ingeniado para salir más temprano del trabajo. Liam había refunfuñado un poco, quejándose de tener que volver a completar las planillas del rizado por tercera vez en menos de una semana y alegrándose instantemente cuando el rizado le dijo que esta vez era por una buena causa. El castaño de ojos color avellana lo había felicitado apenas aquellas palabras salieron de sus labios, dándole unas cuantas palmaditas amistosas en su espalda acompañadas de ojos brillantes y sonrisa genuina. Harry pronto se lo agradecería, tal vez llenando sus planillas en primera instancia.
Pero cuando Harry abrió la puerta de su casa se encontró con un Louis de hace unas semanas atrás.
Sentado allí sobre la alfombra de la sala, jugando con Thomas quien emocionado iba y corría tras la pelota que el ojizarco le tiraba. Lo usual. Lo que era inusual, sin embargo, era ver a Louis allí, con una falda negra vistiéndolo y con un gran, gran suéter blanco cubriendo su cuerpecito. Harry se había quedado pasmado, petrificado, totalmente sorprendido. Louis, por otro lado, sonrió ampliamente al verlo pasar el umbral de la puerta, levantándose rápidamente para depositar un beso en la mejilla del rizado.
-Hola Hazzie, ¿Te gusta? – Pregunto el más pequeño haciendo referencia al comentario hecho por el rizado cuando llego a la casa. Tomando los bordes de la falda para agitarla – Thomas y yo fuimos de compras.
-¿De compras?
-Sí, mira – contesto, para luego ir a buscar a Thomas quien desde los brazos del ojiazul batallaba para saltar a los de Harry, mismo quien lo tomo en sus brazos apreciando la pequeña bandana decorada con la bandera de los Estados Unidos atada en su cuello. - ¿No se ve tierno?
-Louis, cielo, ¿Te sientes bien?
El castaño rio suavemente antes de contestar – Claro que sí, tu eres el que está actuando raro. ¿Seguro que quieres ir al psicólogo? Podemos ausentarnos si te sientes mal, amor.
Harry alzo una ceja, serio. Louis lo imito. Thomas por su parte, movía su cabecita buscando alguno de sus juguetes.
-No funcionara.
-¿A qué te refieres?
El rizado rio irónicamente, recargándose contra el marco de la puerta, soltando a Thomas quien corrió directo hacia su pelota – No creas que por vestirte así desistiré de la idea de ir al psicólogo, iremos de todas maneras.
Louis chasqueo la lengua, mirando al rizado de arriba abajo – Oye perseguido, no lo hice por ti. Si vamos a ir con el estúpido psicólogo para que solucione el problema entonces que vea el problema en su totalidad. ¿O qué? ¿Acaso no te gusta? ¿Crees que es raro?
Harry frunció el ceño, su postura volviéndose más firme y con su mandíbula tensándose, señalando al ojizarco con uno de sus dedos – No pongas en mi boca palabras que no dije. No mientas. Además, el psicólogo no es tan malo, por Dios, deja de actuar como un niño malcriado.
Louis lo miro, inexpresivo - ¿Vas a seguir perdiendo el tiempo hablando tonterías o vamos a irnos? No quiero perderme la dicha de conocer a tan fascinante hombre.
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"Pica, pica, pica, pica. Dios, ¿Por qué pica tanto?"
Claro que, Louis no había pensado en los efectos colaterales de su "brillante" plan.
Todo el mundo lo miraba, ya sea de reojo o directamente, como si fuera poseedor de un tercer ojo o como si fuera un alienígena de algún planeta desconocido. La recepcionista había abierto los ojos ampliamente cuando él y el rizado se habían aproximado a la recepción, bajando la mirada ruborizada cuando se encontró con la mirada de pocos amigos del ojizarco y el rizado. Ultimo un tanto molesto debido a las miradas mal dirigidas que varias de las personas en la sala de espera le dirigían a su pequeño novio. Hipócritas que bajaron la mirada instantáneamente cuando este último se levantó en dirección al baño.
Louis no sabía sobre este sentimiento por parte de su novio, sin embargo, decidiéndose por pensar al contrario que Harry sentía vergüenza por tener que andar con su novio luciendo como un estúpido fenómeno.
Era un sentimiento horrible, sí, pero valdría la pena al final.
El castaño volvió rápidamente del baño, luciendo indignado, sentándose rápidamente en el regazo del rizado quien pese a la sorpresa lo envolvió rápidamente en sus brazos, frunciendo el ceño a todas aquellas personas que miraban incrédulos la escena que se desarrollaba en la sala. Gente estúpida.
-Los baños son horribles, denúncialos papi – Louis murmuro muy bajito, lo suficiente como para que Harry pudiera escucharlo, mismo quien bajo su mirada rápidamente, depositando un pequeño beso en el cabello del ojizarco.
-No puedo hacer eso bebe.
Louis hizo un puchero, bajando la mirada para luego mirarlo con ojos brillantes - ¿Al menos puedes hacer una queja?
Harry rio – Si, puedo hacer eso.
-¿Louis Tomlinson? – se escuchó la voz de la recepcionista, ganándose la atención de la pareja. Al ver que había llamado su atención, la joven mujer continuo – El Dr. Wester lo espera.
Un escalofrió recorrió el cuerpecito del más bajo. Harry levanto el mentón del mencionado cuando el mismo hizo el intento de levantarse – Lo harás bien, no hay nada que temer, lo prometo – Y así, después de que un pequeño beso fuera depositado en su pequeña nariz, Louis hizo su camino hacia el consultorio, con Harry mirándolo orgulloso desde atrás. Como si fuera un enfermo. Lo era, pero tampoco para hacer de ello algo tan evidente.
El rizado por su parte, se dedicó a esperar, entreteniéndose con Fruit Ninja a la vez que pensaba en que es lo que le diría al psicólogo. No sabía si tenía que iniciar con Louis o solamente presentarse como Harry, un empresario administrativo en pareja hace dos años, dueño de un perrito de cinco meses y que le gustaba que su novio lo llamara "papi". Bueno, tal vez podría evitar mencionar aquello último, no quería abrumar de tal manera al psicólogo en su primer día.
Sin embargo, Harry solo había alcanzado a pasar dos niveles cuando la puerta del consultorio fue abierta, revelando a un Louis con las manos hechas puños y su ceño fruncido, molesto. Girando a ver al rizado para solo decir "Te espero en el auto" y salir del establecimiento rápidamente. Harry se levantó instantáneamente, confundido, dispuesto a seguir el camino del ojizarco sino hubiera sido por la llamada del Dr. Wester, invitándolo a entrar a su oficina.
-Cierra la puerta por favor – cuando Harry entro, se encontró con un hombre un tanto calvo, un poco más bajo que él. Retacón y de piel pálida y grasa. Ojos cansados se podían apreciar tras sus gafas, decorados con grandes ojeras negras que le daban al hombre de no más de cincuenta años un aspecto deplorable. A Harry no le agrado.
-Así que tengo entendido que usted es Harry Styles, ¿no es cierto? Pareja de Louis Tomlinson que acaba de abandonar el consultorio hace unos minutos – El rizado asintió lentamente, jugando con sus manos en un claro signo de ansiedad – Entonces, de ser así, creo que el problema está más que claro.
Harry arrugo el entrecejo - ¿Lo está?
-Oh sí, es muy evidente. Pues mire, puedo derivar al joven Tomlinson con un psiquiatra, ya sabe para recetarle pastillas. Podemos estar ante un caso de bipolaridad o incluso demencia, yo seguiría su tratamiento pero de todas formas...
-¿Pastillas? Lamento contradecirlo pero Louis no está loco – Harry contesto rápidamente, manos hechas puños a los costados y mandíbula tensa.
-La negación es una etapa normal del proceso de las familias de los afectados, créame, pero lamento decirle que la conducta de Louis no es normal. No es natural. Pero veámosle el lado positivo, al menos puede gozar de la vista. Quiero decir, aquellas faldas no dejan nada a la imaginación.
Harry se levantó abruptamente, golpeando a la vez con uno de sus puños la superficie del escritorio de manera, ganándose una mirada sorprendida por parte del hombre que se encogió en su asiento. Peor que una rata.
-Escúcheme bien maldito enfermo – señalo el rizado al hombre, con su mandíbula tensa y pupilas dilatadas. Rabioso – Louis no está loco, ni merece que lo traten así solo porque usted es un maldito infeliz que solo piensa con la cabeza incorrecta.
-Pero...
-Pero nada. – El hombre tembló, Harry chasqueo la lengua, un mal habito que adquirió de su novio - ¿Lo ve? Ni siquiera tiene el valor suficiente como para decir algo al respecto. Solo se escuda detrás de su escritorio como una rata. Como un cobarde. Un imbécil. – Retirándose con grandes zancadas, al tomar el pomo de la puerta Harry se volteo para decir unas últimas palabras – Y sabe algo, si tanto quiere ponerla, no haga esos comentarios, solo le resta puntos. Y no es como si usted contara con grandes atributos. Que tenga un buen día.
Así, dando un portazo y ganándose la mirada sorprendida del resto de los pacientes y sus respectivos familiares, Harry abandono el establecimiento al que ni él ni Louis volverían en lo que les quedara de vida. Entrando a su auto tras darle un fuerte golpe a la puerta, encontrándose a un Louis jugando Fruit Ninja – Una decisión en caso de emergencias, palabras de Harry – quien se volteó a mirar al rizado con una sonrisa irónica. Maldito infeliz.
-¿Conseguiremos otro psicólogo? – pregunto el ojizarco inocentemente.
Harry gruño en respuesta, Louis sonrió infelizmente satisfecho.
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(Este capítulo fue uno de los que menos me gustó, así que entiendo si no les gustó del todo)
🌼 Capítulo dedicado a: 🌼
spookypancha
Lapibalarry
Lountes
Holis! Realmente espero que les haya gustado este capítulo, si es así, haganmelo saber mediante votos y comentarios. Si alguien quiere dedicación solo díganmelo. 🌼
Pero antes, necesito que me digan personajes femeninos que les gustaría que aparecieran en la historia. Tipo, celebridades y demás (Taylor, etc.) 👉
Por cierto, como no veo a nadie hablando de Thomas, procedo a dejarles la siguiente imagen:
Y por sobre todas las cosas, realmente les quiero agradecer por todo el apoyo que le han estado dando a esta obra. ¡Ya son mas 15 K de leídas! Y en el capítulo pasado solo eran 10 K. Realmente, infinitamente agradecida.
10 votos para el siguiente capítulo.
All The Love in the World for You ❣️
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