Capítulo 42: Paseo navideño
Harry estaba esperando en la parte Muggle del Caldero Chorreante; estaba parado con la espalda contra la pared exterior, mirando como las personas pasaban por ahí, algunas entrando al interior, para refugiarse un poco del frío ambiente de la tarde invernal. Él estaba vestido con un cálido abrigo color negro y una bufanda gris. Sus manos tenían guantes y usaba botines en vez de zapatos normales.
Los tiempos navideños habían llegado al Reino Unido, y el clima era frío. La nieve caía bastante durante los días, y las personas corrían emocionadas y cansadas por los próximos festejos.
Durante el último tiempo, varias cosas interesantes habían pasado en la vida de Harry, sobre todo después de que Sirius viera su primera película: Apollo 13. El último hombre de la familia Black, había decidido que los domingos, eran días de películas. Y ya habían visto varias de ellas. Aunque lo mejor de todo, fue la unión entre los tres; Harry, Sirius y Remus. Fue una buena sensación, como una familia.
Otra cosa importante que sucedió, fue relacionado a los relojes Lilium. Por fin habían sido lanzados hace varias semanadas, convirtiéndose en un total exito. AL principio, lo que llamo la atención de la gente, fue que Harry Potter trabajo en los objetos, pero cuando experimentaron las funciones, se convirtieron en la conversación que muchos tenían entre ellos; para muchos, era una elección obvia entre los relojes y el Flu, cuando se trataba de tener una charla de largas distancias.
En cuanto a temas mucho más personales y relajados, Harry había aprendido a conducir. Y sorprendentemente, Remus era el que sabía conducir un automóvil, no Sirius. Lamentablemente, no podía sacar una licencia hasta llegar a los 17 años. Por supuesto, eso no evitaba que Harry usara cierta... magia, para evitar problemas.
Le encantaba conducir, ya sea por las calles, o en carreteras y caminos más grandes o desiertos. Era una cosa relajante que había descubierto. Al final, no dañaba a nadie, ¿verdad? Y en la pequeña probabilidad de un accidente, podría usar magia para protegerse, o a otras personas.
Lamentablemente, hoy no había podido sacar el auto que Sirius compro.
"Potter".
En ese momento, mientras pensaba en mil y una cosas, una voz lo llamo. Harry giro la cabeza hacía la entrada del Caldero Chorreante. Ahí estaban tres personas conocidas: Draco Malfoy, Astoria Greengrass y su hermana mayor, Daphne Greengrass.
Harry sonrió ligeramente al ver a Draco y le dio un apretón de mano como saludo. Astoria se acerco de inmediato, dándole un pequeño beso en la mejilla.
"Te ves emocionada"
"¡Por supuesto!", Astoria respondió de inmediato, con pura expectación y alegría. "Será divertido. Es la primera vez que hago este tipo de cosas. Y también la primera vez que salgo con amigos hacía el lado muggle".
"Entonces espera ver todas las decoraciones y llenarte de comida".
"Maravilloso", Astoria simplemente sonrió con más fuerza. Sus ojos, prácticamente brillaban como dos estrellas.
"Buenas tardes, Potter", Daphne saludo con su voz estoica y un asentimiento. Sin embargo, Harry la miro confundida.
"¿Quién... eras?"
Daphne se puso rígida al escuchar tal pregunta. Y en su opinión, una pregunta extremadamente molesta. Ni siquiera se dio cuenta que su hermana giraba la cabeza hacía un lado para esconder su sonrisa, o que Draco se mordió los labios para evitar soltar una risa.
Cuando la mayor Greengrass estaba por responder con furia, Harry levantó la mano.
"Lo siento. Incluso si no nos conocemos, ¿no sabes el frío que hace? ¿Por qué usas un vestido en está época del año?", Daphne entrecerró sus ojos al mirar a Potter. Ella estaba usando un abrigo de color azul oscuro sobre un vestido de un azul mucho más claro. De hecho, ni siquiera estaba usando medias.
"Por si no lo sabías, hay encantos para... "
"¿En medio de Londres? Oh, vaya. Sabía que Astoria sería un poco ignorante, debido a sus circunstancias. Pero como una amiga de Draco, deberías tener más sentido, ¿verdad?"
Astoria puso la mano derecha sobre sus labios y mordió uno de sus dedos. Pero sus hombros temblaban, indicando que realmente hacía un gran esfuerzo por no reírse.
"Potter... Ella es Daphne; la hermana de Astoria".
"¿Eh?", Harry levantó las cejas. La cara que tenía, realmente lo hacía verse desconcertado. "Pero se supone que ella es más... ¿frías? ¿Gruñona? ¿Loca por el helado?"
"¡Suficiente! No vine para que se burlaran de mi", Daphne no pudo aguantar más y levantó la voz mientras cerraba sus dedos en puños apretados con fuerza. Su paciencia cuidadosamente construida por años, estaba siendo destruida en un minuto. Ella no podía creerlo. ¿Cómo es que Harry Potter era tan molesto?
"Oh... Bueno. Vamos entonces. Les mostrare Londres. Hay un gran árbol de navidad en Traffalgar Square. Después de eso, daremos un par de paseos antes de comer algo".
"Genial. Pero, Harry, ¿puedes vigilar un poco a mi hermana? Ella puede ser un poco fría con la gente que no conoce. O los que se acercan demasiado. No quiero que termine hechizando a un pobre anciano".
"No te preocupes. Lo haré".
"Astoria, ¿quién crees que soy? No haría tal cosa".
"Me pegare a su lado como pegamento", Harry la ignoro por completo, al igual que Astoria, su propia hermana.
"Te lo agradezco, joven caballero".
Ignorando a Daphne, quien estaba mirando fríamente a todos, el pequeño grupo camino hacía Londres muggle. La mayoría de magos, eran ignorantes ante muchas cosas de los muggles, pero no es que fueran totalmente ignorantes; podrían quizás no entender como funcionaba un vehículo, pero ciertamente sabían de su existencia. Sin embargo, Harry todavía camino por el lado más cercano a las calles, simplemente por precaución.
"¿Hacía donde vamos?", Daphne decidió preguntar.
"Primero hacía Trafalgar Square: a ver el árbol de navidad que colocan todos los años ahí. Después de eso, al Támesis".
"¿Por qué el Támesis?"
"Además de la rueda donde podemos subir para las vistas, también hay un mercado en ese lugar. En esta época del año, es bastante visitado. Hay un montón de puestos de comida y otras cosas que pueden ser interesante para ustedes".
"¿Hay dulces?", Astoria pregunto con curiosidad.
"Definitivamente. No hay ranas que salten de su empaque o dulces con extraños sabores, pero valen la pena.
. . .
Daphne se quedo mirando con la cabeza en cuarenta grados hacía arriba. El mercado en el río Támesis estaba decorado hermosamente, con luces, guirnaldas y muchas otras cosas. El camino estaba bastante iluminado, pero ella miraba los edificios grandes que se veían en la parte trasera del mercado; grandes construcciones que no parecían tener paredes fuertes, sino puro vidrió. Incluso había un gran edificio mucho más atrás.
Ella había visto de lejos una vez esos edificios, pero de cerca, eran otra cosa. En comparación con Diagon Alley, que eran edificios viejos, esto era algo más atractivo. Claro, los viejos callejones tenían su encanto, pero descubrió que esto era mejor en su opinión. Todo se veía mucho más organizado y limpió.
"Así que ese bastardo también puede hacer ese tipo de expresiones", la voz de Harry la saco de sus pensamientos. Daphne lo miro de reojo, solo para volver su mirada hacía el frente, donde Draco sonreía cálidamente mientras su hermana, Astoria lo arrastraba para que compraran varias cosas de los puestos de comida.
"Malfoy ha cambiado mucho", ella comentó lentamente.
"O quizás ya era de esa forma, pero lo escondía todo", Harry se encogió de hombros cuando dijo eso. A decir verdad, incluso él, quien había pasado más tiempo con Draco, no lo sabía bien del todo. Incluso después de saber cosas del futuro, todavía no sabía si Draco había escondido ese tipo de faceta. O si solo había cambiado real y honestamente cuando descubrió su posible futuro.
"Tú también has cambiado, Potter".
"¿Si? No creo que tú seas capaz de saber eso. Ni siquiera habíamos hablado una palabra", Harry replico tranquilamente, con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo.
Daphne simplemente soltó un resoplido por su nariz.
"Por cierto, ¿te gustó?"
"¿Qué cosa?"
"El reloj", Harry bajo un poco la mirada, viendo el reloj Lilium en la muñeca izquierda de Daphne. A diferencia del que usaba él, tenía una correa con colores que parecían moverse: un color azul oscuro como la noche, con estrellas destellando levemente y que formaban constelaciones.
Daphne frunció un poco el ceño cuando miro el reloj.
"Tenía pensado preguntar... ¿cómo sabías que me gustaban las estrellas?"
"No lo sabía", Harry dijo con rapidez. "Simplemente tenía ese a la mano".
"Cierto. Y el de mi hermana es Celeste como el cielo porque tenías otro a la mano".
"En realidad, fue Draco quien pidió eso".
Tal cosa era una mentira. Harry sabía que esos diseños les gustarían a las hermanas, porque sabía cosas del futuro. A una le gustaba el cielo del día, mientras que a la otra, el cielo de noche y las estrellas brillando en lo alto.
Sabía que la chica que tenía a su lado, se suponía que sería la segunda esposa de su yo futuro. Sin embargo, no estaba del todo seguro si esforzarse en tal cosa. Después de todo, no quería que su vida fuera dictada de esa forma. Y según el Harry del futuro, su vida ya estaba completamente asegurada, del mismo modo que sus hijos. Así que realmente no tenía que hacer cosas iguales: como ir por la misma chica.
Harry, ahora mismo, tenía todo lo que lo haría feliz. No tenía la necesidad de ir y buscar una chica con la cual salir. Quería disfrutar un poco más antes enredarse con ese tipo de responsabilidades. Al final, no sería joven para siempre.
"Tienes mucha suerte"
Harry parpadeo ante esas palabras, pero eran palabras absolutamente ciertas. Si no fuera por lo que sucedió hace meses, las cosas que tendría que hacer... Harry ni siquiera tenía ganas de pensar en eso. Dejando de lado la muerte de sus padres y el trato que recibió en la casa de sus tíos, Harry se podía considerar afortunado: tenía varios amigos, contactos en el Ministerio de Magia, poder mágico de sobra y habilidades increíbles. Tampoco se podía dejar de lado el trabajo que hizo para crear la marca Lilium.
En pocas palabras, tenía un futuro asegurado, independientemente de lo que venga en un futuro.
"¿Querrías ayudarme con algo, Potter? Por supuesto, tendrías ganancias".
"¿Oh? Eso suena un poco interesante".
"Ni siquiera te he dicho lo que quiero hacer", Daphne lo miro con una ceja levantada.
"El solo hecho de que me pidas ayuda, es interesante".
Daphne se quedo en silencio por unos momentos antes de soltar un suspiro un poco cansado.
"Quiero comenzar a alejarme de mis padres. O bueno, solo de mi padre. Ser independiente. Ese tipo de cosa".
"¿Quieres ser tu propio jefe?"
"Algo así... No, en realidad, es así. No quiero que mi familia interfiera tanto en mis decisiones futuras".
"Por lo que se, tu padre no es tan malo, ¿verdad?"
"Ciertamente. No es un mal padre, pero puede ser bastante autoritario con algunas cosas".
"Ya veo... Entonces, ¿qué tienes pensado exactamente?"
"Depende. ¿Qué tanto conocimiento hay de las estrellas en el lado muggle?"
"Creo que bastante. No puedo decirte a ciencia cierta cuanto, pero más que el conocimiento astronómico del otro lado".
Daphne asintió lentamente.
"Te dire en otro momento, ahora parece que... "
"¡Daphne! ¡Harry!", Astoria los llamo desde donde estaba, junto con Draco.
"Si, parece que ella quiere toda la atención", Harry dijo con una pequeña sonrisa.
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