Capítulo 33: Día tranquilo para Harry Potter
"¡No es justo, Harry! ¡Y no te rías!", Hermione levantó la voz mientras caminaban por uno de los pasillos de Hogwarts, habiendo salido recién de una clase de encantamientos. O, bueno, solo Ron y ella misma habían salido de esa clase.
"No me he reído, Hermione"
"¡Pero casi lo hiciste! Puedo ver tu sonrisa, tonto"
Harry simplemente la miro con esa misma sonrisa, sin ni siquiera disimularlo.
"¿Qué tiene de injusto? He hecho las pruebas necesarias. ¡Obtuve notas excelentes! Y sobre todo, he derrotado a Voldemort. Creo que merezco algo de esto, ¿no lo crees así?"
Hermione frunció el ceño y se cruzo de brazos. No le gustaba demasiado que Harry asistiera a las clases que le daban la gana. El director, los profesores, todos sabían de los TIMO y EXTASÍS de Harry, así que realmente no tenía que asistir más a clases. Él estaba en el castillo, simplemente porque así lo deseaba.
Ella dudaba si hacer el ritual por el que paso Hermione, antes de pensar correctamente. No quería pasar por ese dolor. O usar un ritual para ser la mejor en los estudios.
"¿Qué piensas tú, Ron? ¿No te molesta?"
"¿Eh? Oh... bueno", Ron miro a Hermione, luego a Harry. Al final, se encogió de hombros. "Lo siento amigo, pero también me molesta un poco. Ya sabes, tienes un montón de tiempo".
"¿Seguro qué es eso? ¿No se trata de que te guste Hermione y quieres apoyarla?"
Eso lo hizo. Ambos amigos cambiaron sus expresiones de inmediato, mientras sus rostros se volvían más rojos. Más aún el de Ron, que el color rojo de sus mejillas, había llegado hasta sus orejas.
Harry se rio en voz baja, con el sonido retumbando desde su garganta. Los miro a los dos, y siguió caminando. Sin embargo, varios metros más adelante, frunció un poco el ceño antes de negar con la cabeza.
"Lo siento mucho, pero tendrán que hacerlo mejor, chicos".
El pasillo quedo en silencio mientras Hermione y Ron se acercaron. Cuando el trio estuvo parado uno al lado del otro, los gemelos aparecieron desde detrás de un cuadro.
"¿Seguro?"
"Completamente", respondió Harry.
"Ya veremos", Fred levantó su varita y apunto al suelo, justo frente a los pies de Harry. En ese momento, Potter parpadeo al sentir como sus pies quedaban pegados al suelo.
"Vaya... pensé que tendrían más imaginación. Esto es... decepcionante, muchachos".
"Je, je, je", George se rio tranquilamente, antes de que dejara caer un montón de bolitas. Parecían canicas por sus colores, pero terminaron explotando. Nubes de humo con diferentes colores, explotaron en el pasillo, dificultando la visión del grupo.
"¡Idiotas!", Ron grito enojado, antes de que comenzara a toser con fuerza. Hermione tenía un ceño fruncido mientras tapaba su boca y nariz con una mano. En cuanto a Harry... él no estaba en ningún lado.
"¡Ventus!", Hermione gruñó el hechizo que creo un pequeño remolino de viento en la punta de su varita, que pronto fue expulsado hacía delante, despejando el pasillo de las nubes de humo. Cuando pudo ver mejor, suspiro al notar que sus manos estaban pintadas como un arco iris.
"¿Donde está Harry?"
"Cough... No se.... Ah, maldición. Esos tontos", Ron respondió, pero pronto noto su cuerpo, y el de Hermione. Se sintió un poco irritado, pero era una broma bastante leve, comparado con otras que le habían hecho cuando era pequeño.
. . .
Fred y George corrían mientras doblaban hacía otro pasillo, antes de mover una estatua. Una puerta apareció y entrar de inmediato. Uno de ellos, ilumino el interior con Lumos.
"¿Crees que le haya dado?"
"¿Por qué no lo haría? No creo que haya podido escapar de eso".
"Deberías haberte dado cuenta que el Harry de ahora, es más poderoso e inteligente que antes. Podría haber escapado de eso".
"Yo... no lo creo. Bien, él es bueno, pero no creo tenía tiempo de esquivar, no con los pies pegados al suelo", Fred frunció un poco el ceño.
"Oh, creo que tu hermano tiene razón, Fred. ¿O eres George? Son demasiado iguales, chicos. ¡Creo que tengo que hacer algo con eso!"
Los gemelos fueron sorprendidos por la voz y miraron hacía arriba. Harry estaba parado de cabeza. Sus pies pegados al techo del pasadizo, mirando a los dos Weasley que tenían grandes ojos.
"¿Cómo...?"
"¿Estás haciendo...?"
"¡¿Eso?!"
"¿Qué, pararme sobre el techo? Simplemente use el mismo hechizo que me lanzaron antes. O quizás... es otra cosa. Dejare que lo descubran", Harry sonrió antes de levantar su varita mágica, apuntando a uno de los gemelos. La punta se ilumino y ambos saltaron hacía las paredes, para esquivar cualquier cosa que estuvo a punto de ser lanzada.
Sin embargo, Harry movió su varita hacía uno de ellos, mientras su mano izquierda, se movía hacía el otro. Fue un movimiento rápido, y en un segundo, los gemelos habían cambiado de color. Uno era completamente verde, pies a cabeza. Mientras que el otro, era de color amarillo.
"Maldición... "
"Eres rápido, Potter".
"¿Cómo sabrías eso? Ni siquiera eres una mujer".
"¿Eh?"
"¡Je! Te la ha jugado, hermano más feo".
"¡Cállate la boca!"
Harry asintió al ver su trabajo hecho y se convirtió en un cuervo, para sorpresa de los dos Weasley. Sus ojos quedaron clavados en la figura animal de Harry mientras este volaba hacía la salida que había al otro lado del pasadizo.
"Él acaba de... "
"Convertirse en cuervo"
"¡Es un animago!", los dos exclamaron sorprendidos.
. . .
Después de haber terminado con su pequeña broma y dejar asombrados a los gemelos, Harry comenzó a caminar hacía la sala de los requerimientos. A pesar de que ya era fuerte, quería seguir entrenando con algunos hechizos. Después de todo, tenía muchos guardados en la cabeza que le serían útiles para el futuro.
En dos años más, quizás menos, terminaría por completo Hogwarts. A menos que sucediera algo que le hiciera dejar el castillo por completo. De cualquier manera, necesitaba pensar cuidadosamente lo que quería hacer en esos momentos.
¿Qué tipo de trabajo quería? Esa era la pregunta más importante.
"¡Harry! ¡Espera, Harry!", una voz lo llamo, causando que se detuviera y mirara hacía atrás. Harry levantó una ceja cuando vio a una chica de cabello castaño rojizo peinado en una trenza que se acercaba rápido. Ella tenía unas cuantas pecas en sus mejillas y nariz. Ojos marrones y piel blanca.
"Susan... ¿Necesitas algo?"
"Erm... no exactamente, yo no. Es mi tía, quien me pidió entregarte una carta"
Harry frunció un poco el ceño cuando recibió la carta que Susan le entregaba.
"Ella podría haberme enviado una carta a mi. ¿Sabes de que se trata?"
"No. Lo siento".
"No importa. De todos modos, gracias por entregarme la carta", Harry levantó un poco la carta y asintió.
"Nos vemos por ahí".
Susan lo vio girarse para seguir su camino. Ella dudo por unos momentos, antes de volver a llamarlo.
"Uh... oye... "
"¿Si?", Harry giro un poco la cabeza para mirar a la chica.
"Yo... Quería disculparme, y pedirte algo".
Harry parpadeo, para luego girarse por completo, quedando mirando de frente a Susan Bones. Honestamente, ahora estaba muy curioso. No sabía que había hecho la chica, como para querer disculpar. Y tampoco tenía idea sobre lo que deseaba pedir.
"Me tienes un poco atrapado. No entiendo. ¿Por qué quieres disculparte conmigo? Tampoco se en que podría ayudarte".
Susan suspiro pesadamente mientras sus hombros caían un poco. Ella hizo una mueca un segundo después.
"Cierto. Creo que apenas hemos hablado. Pero quería disculparme por lo del torneo. Ya sabes... la actitud que hubo contigo... ".
"Ah, ya veo. Disculpa aceptada". Honestamente, Harry apenas había pensado en eso después del torneo. Y como bien había dicho Susan, apenas habían hablado antes. No se conocían. Viniendo de ella, una Hufflepuff, era más o menos normal sentirse molesta por lo que sucedió, aunque no fuera culpa de Harry. Nadie sabía que no era su culpa, a excepción de algunos.
Ahora mismo, él sentía que no existía la necesidad de guardar rencor por tal cosa.
"¿El pedido?"
"Verdad. Lo siento, me quede un poco sorprendida", Susan dijo, con una cara un poco estupefacta. No pensó que resultaría tan fácil pedir disculpas y ser perdonada por sus actitudes anteriores.
"Esperaba... Yo esperaba que tú, pudieras acompañarme a Hogsmeade".
"Bien. Eso tiene menos sentido que la disculpa", Harry pensó mientras miraba a Susan, con una expresión ilegible. "No creo que ella simplemente quiera una cita con el chico que venció. Con Amelia involucrada en su crianza, tal cosa es muy poco probable. O mejor dicho, impensable".
"¿Por qué?"
Susan miro por todos lados antes de colocar sus manos cerca de su boca y decir en voz baja mientras se inclinaba un poco hacía delante. "Es por Zacharias Smith. Ese chico se ha vuelto demasiado molesto. Por favor, necesito tu ayuda".
"¿Quiere fingir que somos... ?"
"No exactamente", Susan apresuro a explicarse de inmediato. "Incluso si es como amigos, Zacharias podría alejarse. Dejar de molestarme. Por favor, ese chico es extremadamente molesto".
Si, Harry podía imaginar como se comportaba ese chico. Con las pocas interacciones, incluso menos que con Susan, noto su pésima personalidad: era odioso, condescendiente, hipócrita, e ingrato. Era una de las personas más irritantes de ha conocido Harry, era hasta el punto que sentía ganas de golpearlo de vez en cuando.
"Mmm... bien podría ser una oportunidad", Harry pensó antes de darle un asentimiento a Susan.
"Te ayudare. ¿El sábado entonces?"
"¡Si, muchas gracias!", Susan exclamo antes de sonreír aliviada. Ella se despidió pronto antes de salir corriendo.
Harry simplemente observo eso por un momento, para luego ver la carta.
"Supongo... que podría preguntarle un par de cosas. Después de todo, si quieres joder a una persona, tienes que hacerlo bien"
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