36. LIBROS
—¡No puedes ir, es obviamente una trampa!
—Sé que es una trampa, por eso quiero que vayas conmigo.
—Supongamos por un instante que voy contigo y Karen ¿Qué debo hacer si la toman a ella como rehén, o a tí? ¿O a ambos? Hay múltiples formas para que una visita a la casa Greengrass salga muy mal. No puedes ir.
—Ya contesté diciendo que iré Sirius— refutó Harry ahora tomando asiento en la zona trasera frente a la piscina— No me voy a retractar. Además, allí estará Daphne, puede ser peligroso también para ella si yo no me presento. Imagínate que la vuelvan a ofrecer a Malfoy.
—Significa que debemos ir a exponer el culo ante un grupo de mortífagos a fin de poder concretar a mi futura nuera. Si tuviese tu edad diría que sí sin dudar a eso, pero ahora, temo que me estoy haciendo viejo Harry, no siento que sea la mejor de las ideas. Son apenas dos semanas para la fecha, y no tenemos la menor idea de quienes se puedan hallar en ese lugar. Sin contar, y ten la seguridad que habrá lucha antes de terminar la noche.
—Podemos ir preparados.
—Si, eso si, y permiten elfos domésticos. Será interesante, aunque deberé hacer una llamada, tengo un conocido que confecciona armaduras con protectores mágicos integrados. Ilegales hasta la médula, pero esto es como ir a la guerra, marchar sin estar preparados sería una tontería. Siempre quise algo con escamas de dragón negro, o rojo. Son piezas resistentes al fuego y a hechizos aturdidores comunes.
—¿Cómo vas a conseguir algo así?
—Con dinero obviamente. Hay pocas cosas que los galeones no puedan comprar y a veces pienso que tenemos de sobra. Ya estaba por preguntándome si debía invertir en abrir una segunda planta de magiometros y asociarme contigo para llevar el producto a América. pero esto suena interesante...— Sirius llevó la mano a su mentón mientras pensaba—. Si, puede ser interesante, será como una reunión donde podremos ver a todos los mortífagos. No se suelen esconder en ese tipo de situaciones y el ministerio usualmente no tiene poder en ese tipo de fiestas.
—¿Has estado antes en ese tipo de fiestas?— inquirió Harry.
—Muchacho, soy un Black, probablemente el más blanco de los Black, pero eso no implica ue no estuviese en un par de fiestas, algunas incluso se hicieron en esta misma casa en la que estamos ahora. Mi madre y mi abuelo adoraban esa clase de eventos. Aunque te debo advertir que nunca has visto nada así, y probablemente sea un poco fuerte para tí. Fui a una donde incluso torturaron durante horas a cinco muggles porque habían robado a un lord. Los hicieron sangrar y llorar pidiendo clemencia desnudos frente a todos. Al final los desmemorizaron, dieron un par de sickles y los cinco partieron felices porque era casi una fortuna para ellos.
—¿Crees que hagan algo como eso?
—No sería extraño. Los magos de sangre pura insisten en ser superiores, y siempre hay alguna clase de demostración de poder en estas fiestas.
—Barbaro, no podré invitar a Hermione a algo como esto.
—Ni yo a Karen, probablemente quedaría asombrada y no para bien. Aunque supe de una divertida fiestas donde hubo toda una orgía.
—Hay que pensar muy bien a quien llevar, debe ser alguien que nos sirva de apoyo, ya sabes en caso de que algo suceda.
—Pensaré en algo.
—En otro asunto, necesito comunicarme con los duendes de Gringotts ¿Qué me recomiendas?
—Envía a Kreacher o a Gali al banco y pide una cita con alguno de ellos. dependiendo de la urgencia te dirán si hay disponibilidad para lo que quieras. ¿Qué piensas hablar con los duendes?
—Dos cosas, primero tengo entendido que, por yo matar al basilisco, puedo reclamar el derecho para hacer la limpieza del cuerpo y vender sus partes.
—En efecto, y ahora que lo pienso tiene sentido, sería algo bastante lucrativo. Pero también un poco costoso en un inicio, no cualquiera podría desmantelar un basilisco sin morir en el proceso o dañar los materiales— respondió Sirius.
—Pero me dijeron que los duendes son capaces— argumentó el chico.
—Y lo son, por suficiente dinero bailarían sobre la tumbas de sus madres, tenlo por seguro. Desmantelar una serpiente extinta debe ser una tarea sencilla para los pequeños engendros codiciosos.
—También quiero saber si ellos tienen conocimiento sobre una maldición o profecía de sangre que está sobre los Greengrass. Daphne se ha negado a contar algo al respecto.
—Probablemente no pueda, hay maldiciones de sangre que impiden a quienes las padecen hablar al respecto. Afortunadamente la de los Black no tenía esta característica y ya tú te encargaste de destruirla. El escudo de la familia está reluciente. Pero dudo que los duendes te digan algo sobre eso, cualquiera podría averiguar mucho sobre otra familia si así o quisiera con solo preguntar. pero puedes hacer el intento.
Harry envió a la elfina al callejón Diagon especificando deseaba conversar con los duendes respecto a la recolección de las materias primas de un basilisco. No esperó que media hora después tuviese un invitado de medio metro en la sala de la residencia junto a dos hombre que ostentaban ser sus ayudantes.
—Señor Potter, es un placer verle. Soy Urulak, estoy a cargo del departamento de recolección de materiales mágicos y pruebas. Ellos dos son Jimmy, y Kirk, me ayudan a sopesar gastos y tiempos.
—Gracias Urulak, él es mi padrino y representante, Sirius...
—Black, lord Black, también es un placer el poder visitarlo. Confirmo que luego de esta reunión he accedido a borrar mi recuerdo sobre la ubicación de esta residencia Black para poder mantener el secreto de sus huéspedes. Mis acompañantes serán tratados igual que yo.
—Gracias Urulak— expresó Sirius. la verdad no esperabamos su visita tan repentina. Entiendo que les interesa el trato para la recolección del basilisco— continuó el hombre mayor.
—Si es cierto lo que la elfina nos ha comentado, entonces si, estamos interesados en realizar la labor. No hemos obtenido especímenes de basilisco en mucho tiempo.. Después de escuchar la historia sobre la lucha en la cámara secreta de Hogwarts, supusimos que vendrían a nosotros tarde o temprano, así que nos hallábamos preparados. No hay muchos que puedan hacer tratamiento de tal bestia mágica. Y todavía no ha pasado siquiera un mes luego de la muerte, suponemos que la magia de la bestia debe estar latente todavía, será un placer poder realizar el trabajo.
—Hay un problema Urulak— mencionó Harry— La bestia está en la cámara de los secretos, y allí solo es posible que un lengua parsel entre o guíe a los demás. Y como el colegio está cerrado.
—No veo el mayor inconveniente, Los duendes podemos entrar a los terrenos de Hogwarts desde hace unos años. Podemos aparecer y llegar hasta el lugar, luego de ellos estimamos que nos debe tomar unos dos días realizar todo el procedimiento de limpieza del cadáver y su debida recolección— Por el tono del duende, y las expresiones en los rostros de ambos sujetos, Harry se imaginaba que las condiciones de trabajo de aquellos hombres iban a ser explotadoras.
—¿Cómo sería el trato para la recolección? ¿Hay que firmar algo?— indagó Sirius.
vUn par de papeles bastante simples, un permiso donde expresan nos dan el crédito por la recolección del animal, y etiquetar cada sección del animal para su registro y posterior venta. Es una manera que tiene el banco de dar seguridad que lo comprado por un mago es de hecho el material que ha solicitado. No se imaginan cuantos comprar piel de serpiente arborea africana en el mercado negro y reciben piel de boa constrictora brasileña.
—Bien.
—Y está el tema del pago— sonrió el duende— Deseamos el setenta porciento de las ganancias de la venta sobre la bestia.
—¿Setenta?— bramó Sirius—. bien podrían sacar una espada y robar a mi ahijado directamente. Es inaudita esa tasa por el trabajo.
—Tiene que entender que no hay muchos recolectores dispuestos a acercarse al veneno de un basilisco, lord Black y lord Potter— respondió el duende aún con la misma sonrisa, como si hubiese ensayado esa respuesta previamente.
—Y supongo tampoco tienen muchos especímenes de basilisco comúnmente. Esto es algo único para ambas partes. Lucrativo— Sirius se cruzó de brazos en su asiento. El duende desde su silla observó a Harry y asintió.
—Muy lucrativo ciertamente. Podríamos hablar de un sesenta y cinco por ciento...
—Hay crías de basilisco en el lugar— señaló Harry de pronto y un silencio reinó en el lugar— Las escuché por las paredes y la parte trasera de la cámara, le tenían temor a la enorme bestia, pero estoy casi seguro que eran crías de basilisco. Supongo que estarían interesados en tener acceso a la cámara para poder hacerse con especímenes vivos.
—¿Está seguro de esa información señor Potter?— El duende arrastró las palabras y acercó el rostro inclinándose hacia adelante— No hay especímenes vivos de tal bestia mágica. Si logramos hacernos con un par de ellas, incluso el gobierno pagaría una fortuna por tales criaturas. Sin contar el mercado negro. Hay líderes extremistas que se sentirían muy tentados a tener un basilisco vivo en su compañía, son disuasorios muy grandes.
—Preferiría no pensar que estarán vendiendo basiliscos a señores tenebrosos, o a quienes ustedes saben— comentó Sirius, pero supongo igualmente podrían estar interesados en tener los especímenes que significarán un suministro de veneno de basilisco quizás por siglos enteros.
—Tiene razón en ese punto— El duende se inclinó hacia atrás y movió las manos. Un pedazo de papel apareció frente a este. la criatura entonces escribió un par de palabras en el papel con su dedo y la hoja desapareció. Hubo un tenso silencio durante dos minutos hasta que la hoja reapareció y el duende respondió— Podemos ofrecer una tasa de cincuenta por ciento, y un cinco por ciento por los próximos cien años sobre las ventas de veneno de basilisco u otros restos de las bestias.
—Treinta por ciento por la recolección y un diez por ciento sobre las ventas futuras— pujó Sirius.
—No podemos permitirnos pérdidas lord Black, es demasiado riesgoso para nosotros tener rangos de ganancias tan bajos.
—Cuarenta por ciento sobre el basilisco, siete sobre ventas futuras continuó Sirius negociando, pero Harry entonces habló.
—Cincuenta por ciento sobre las ganancias del basilisco, y no pueden vender los especímenes que encuentren en la cámara, solo si mueren o se recolecta el veneno, me conformo con un tres por ciento de las ventas a futuro sobre estos basiliscos, pero deseo que confeccionen para mi un chaleco con la piel del basilisco mayor.
—Eso es algo bastante costoso, aunque arreglable. Sería perfectamente normal confeccionarle uno, aún más si este espécimen recién derribado es tan enorme como usted lo ha especificado previamente. Pero un conjunto de runas talladas por un duende o un conjunto de hechizos imbuido en el mismo material...
—Tomen el pago del dos por ciento que he dejado extra por todos los años que puedan sacar provecho del veneno de basilisco.
—¿Usted comprende lo que significa comprar un artículo a un duende señor Potter? Las reglas de su mercado no se aplica a nosotros. Incluso si confeccionamos la prenda, le daría derecho sobre ella solo por cien, máximo doscientos años, después de eso, regresaría a nuestras manos, o a quien la conquiste.
—No logro comprender eso.
Urulak entonces sonrió complacido reclinándose aún más— Si yo confeccionase un artículo para usted, haría que este tuviese su firma mágica y fuese leal a usted por los próximos cien o doscientos años, eso si usted me cae bien o hay incluso una deuda entre nosotros. Pero luego de eso, reclamaría el artículo como de mi propiedad, y su marca mágica desaparecería. Ni usted ni nadie de su familia serían dueños del artículo, es por eso que nosotros a veces reclamamos el derecho sobre ciertas piezas que en el pasado fueron confeccionadas por nosotros, incluso de la época en la que duendes y magos trabajaron y lucharon juntos.
—¿Hubo tal época?— esta vez fue Sirius quien sintió curiosidad.
—Previo a la guerra civil entre duendes y magos, los invasores del este vinieron a nuestras tierras. La solución era unirnos y combatir a los bárbaros invasores o morir. la mayoría de los articulos mágicos de guerra provienen de ese tiempo, reliquias de un tiempo donde hicimos sangrar a nuestros enemigos.
—Tengo una duda también señor Urulak— comentó Harry—. La familia Greengrass posee una maldición sobre su sangre, no sé exactamente de qué se trata esta, pero...
—Mejor no pregunte lord Potter, no diré nada. Para nosotros los duendes nuestro banco es el objeto y ser más precioso que hay en nuestro mundo. Es lo más poderoso que jamás hemos creado, ningún duende pondría en riesgo la integridad del banco, ni su credibilidad; ni por todo el dinero en su bóveda.
—Lo entiendo, lo siento.
—No lo sienta, preguntar supongo estaba entre sus necesidades, y un jefe debe siempre buscar sus intereses. Los duendes podemos comprender eso bastante bien— Sonrió nuevamente con malicia antes de levantarse— Deberán firmar este papel, tiene las especificaciones de lo aquí hablado, y nos moveremos de inmediato, entraremos a la cámara con su ayuda y en dos días, máximo dos días y medio tendremos todo el asunto hecho.
Sirius revisó todo con detenimiento y Harry firmó casi media hora después. El grupo entonces apareció en las afueras del colegio y fueron escoltados por el celador Filch hasta el baño del segundo piso. Allí Harry abrió la cámara nuevamente y guió a todos hasta el interior.
En su primera visita Harry no tuvo la oportunidad de observar con detenimiento los adornos en los candelabros y antorchas. Los detalles en las estatuas y como algunas secciones se encontraban aparentemente bañadas en oro o plata o con piedras preciosas incrustadas. Además el lugar resultaba más grande de lo que observaron en primera instancia. Además del cuarto que las chicas habían divisado, el lugar contaba con una especie de pequeña biblioteca llena de pergaminos y papiros, un par de habitaciones y una sala aparentemente para pociones.
—¿Va a revisar si existe algo más de valor en este lugar, lord Potter?— preguntó el duende notando como el chico paseaba por el lugar.
—No sé, supongo que la mayoría de las cosas buenas debió llevarlas el antiguo dueño, pero mentiría si no digo que tengo un poco de curiosidad.
—No soy experto en todos los temas, pero he visto además de un par de joyas, y algún par de textos. Si son preservables, estoy seguro que la sociedad de antropología mágica y los del ministerio de cultura mágica darían ambas piernas por solo llegar a dar una hojeada a esas notas de allá.
—¿No sería como robar?
—Cómo yo lo veo la cámara le entiende a usted como su legítimo dueño para dejarle entrar, si decide venderlo todo o vivir aquí, sería perfectamente razonable.
—No, siento que me saldrán escamas en la piel de solo vivir aquí abajo, hay mucha humedad.
—Las instalaciones hace quinientos años no eran tan cómodas como ahora— El duende comenzó a sonreír y dictó un par de órdenes. Los hombres al fondo del lugar medían a la serpiente gigante con varias cintas. Luego se dedicaron a lanzar un conjunto de hechizos de protección en todo el área y sobre la bestia antes de sacar una enorme maleta de cuero y revelar todo un conjunto de cuchillas de distintos tamaños, formas y materiales.
—Supongo que Hermione me matará si no le doy la oportunidad de leer algo de esto ¿no?— Luego miró al duende y preguntó— Urulak ¿sabes si algo de esto está maldito o encantado?
—¿Para que un señor encantaría sus cosas o pertenencias lord Potter? Si quiere mi opinión, diría que esto era más como los aposentos privados y el lugar de experimentos mágicos de un antiguo y acaudalado mago.
—Si, eso también parece ¿no?— Harry repasó moviéndose frente a una cama hecha de paja envuelta con una tela bastante gruesa y fea. Trajes raídos que el tiempo deterioró colgados en una especie de closet de madera. Bastones, una mesa de noche, un espejo de latón pulido. plumas, rollos de papel. Daba la impresión que Salazar usó aquel lugar como vivienda durante cierto tiempo.
Los calderos en la otra sala de hecho lucían bastante desgastados, sucios y con pésima limpieza. Las botellas sobre una repisa mostraban en su mayoría líquidos esposos y muy negros cuyas etiquetas eran imposibles de leer. las manchas en la pared indicaban además que las ollas duraron grandes cantidades de tiempo emitiendo vapores y algunas veces los resultados fueron un tanto explosivos.
Eso hizo a Harry preguntarse, ¿Qué hacía que un mago se convirtiese de hecho en un mago tenebroso? Había escuchado muchos sobres magos malignos, pero ¿cuando un mago pasaba de desear poder o experimentar, y de pronto se convertía en algo oscuro? ¿Acaso era cuando atacaba a los demás? Sin embargo, había un par de historias sobre magos tenebrosos que solo hicieron experimentos que salieron muy mal. Como el creador de una plaga que por poco devasta a Europa muchos años atrás mientras intentaba curar a su hija.
Slytherin desde su punto de vista parecía alguien que estaba intentando llevar al límite su propia magia, quizás buscando lograr algo. O probablemente deseando eliminar a la población muggle del planeta, no lo sabía con certeza.
Tomó un par de libros y comentó retirarse.
El colegio se hallaba vacío, salvo por el celador y un par de profesores que usaban sus estudios como casa. La enseñanza no era la labor más lucrativa, pero tenía el beneficio de proporcionar un hogar, acceso a una enorme biblioteca, salas encantadas y comida sin tener que poner un centavo de su dinero. El ministerio tenía ahora autoridad momentánea, y un grupo de aurores patrullaban la zona. Por ello Harry fue detenido dos veces y los hombres hicieron un par de llamadas por red flu antes de permitirle retirarse. Aunque a Harry en realidad no le importaba, incluso podría haber escondido los libros en la sala de los menesteres y solicitar a Gali que recogiese las cosas por él.
Por último lanzó las cosas sobre la mesa de noche de su habitación, al día siguiente se tomaría su debido tiempo en organizar todo. Ahora se hallaba bastante cansado, el día fue ajetreado, además, solo se trataban de unos siete libros un par de rollos hechos de un cuero bastante antiguo, y aquel pequeño librillo que Tom Riddle, el antiguo heredero de Slytherin ostentaba cuando entraron a la cámara.
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