22. AVANCES DEL MINISTERIO (II)
—No, realmente no lo entenderás hasta que veas alguna de cerca, esperemos que nunca tengas que hacerlo. Ahora, además han habido asesinatos de muggles con señales mágicas y algunos brujos muertos. La gente sospecha de otro señor tenebroso, no es una situación agradable, en especial para la gente del ministerio. Hay quejas porque no hacen nada al respecto, pero esperan ser elegidos nuevamente.
—¿Crees que mi tema con Voldemort en el colegio tenga algo que ver?— preguntó Harry.
—Posible. Ahora es un secreto a voces que Voldemort no está muerto, los rumores entre los padres cuyos hijos están en el colegio lo están diciendo, pero muchos otros están un poco escépticos. Después de todo, los tres testigos del hecho no son más que niños. Sin ofender.
—No me ofendo por eso.
—El gobierno no ha dado una declaración sobre el asunto, Dumbledore tampoco y el profeta no ha publicado ni tres líneas sobre el suceso. A todas luces es como si no hubiese sucedido nada, y por lo visto así planean mantenerlo. Ahora, si Voldemort sigue vivo, definitivamente necesitamos un ministro que sepa luchar.
—¿Crees que las cosas se pondrán como antes?
—Hay cosas semejantes, pero por tu descripción, podemos asumir que es una sombra de Voldemort, no uno en pleno apogeo de sus poderes, afortunadamente. Peter además es un mago bastante mediocre, lo conocí muy bien en el colegio.
—No me has hablado de eso. Mencionaste que mi papá y tú tenían un grupo de amigos, entre ellos estaba Peter.
—El muy imbécil, no pensamos que se uniría a los mortífagos. Digo, siempre pudo pedirnos ayuda, ni James ni yo le habríamos negado en ningún instante ayuda. Pero no creo que hablar de esos tiempos sea muy bueno, no sobre Peter, o al menos yo no creo ser el indicado. ¡Pero le escribí a Lupin! él de seguro tiene un poco más de paciencia para explicarte las cosas.
—El otro amigo de ustedes.
—Y probablemente el más sensato de nosotros. Al menos cuando...
Harry quedó esperando el resto de la oración, pero esta nunca llegó y Sirius se levantó de la mesa y movió por la casa dando terminada la conversación. El chico quedó con muchas dudas y la cabeza dando vueltas. En definitiva el mundo debía saber que Voldemort estaba allí afuera, al menos si era tan macabro como su padrino lo expresaba. No entendía las razones por las cuales el director de la escuela o el ministro de magia mantenían silencio sobre el acontecimiento, a pesar de todo habían pruebas del asunto.
Aquella tarde pasó bastante rápido con una sesión de entrenamiento y muchos videojuegos por pasar. Jugarlos era casi una responsabilidad tomada, después de todo su permiso para usar aparatos electrónicos en el colegio fue cancelado el año anterior y dudaba recuperar tal derecho.
La mañana siguiente se hallaba vestido en la sala de estar con una carta explicando el invento de Hermione en su mano, y una solicitud para que este fuese evaluado antes de poder venderlo en el mercado. Sirius llegó junto a él un poco tarde, Karen se quedó la noche anterior en la casa.
—¿Listo?
—Antes que tú.
—Bien— El hombre arrojó de una vasija un par de polvos a la chimenea para que las llamas se tornasen de un color verde esmeralda resplandeciente— ¡Al ministerio de magia británico!— exclamó tomando a su ahijado de la mano para avanzar.
Para sorpresa de ambos, aquella mañana dentro del ministerio había un gran alboroto. Los magos se hallaban replegados en su mayoría contra las paredes mientras se escuchaban gran cantidad de gritos de dolor y angustia desde la zona central del pasillo.
—¿Qué sucede?— preguntó Harry, pero Sirius tampoco lo adivinaba. Fue necesario que ambos avanzaran y se acercaran un poco a la zona central para poder ver mejor lo que acontecía.
Un grupo de personas eran llevados encadenados y arrastrados por el pasillo de cerámica negra. Algunos de ellos parecían seriamente golpeados, con sangre escurriendo por sus cabezas. Sufrían además de miradas llenas de disgusto por parte de varios brujas y magos, algunos incluso llegaron a escupir en su camino.
—¿Quienes son? ¿por qué los llevan así Sirius?
—Son vampiros— expresó el hombre con mirada consternada—. ¿Puedes ver esas marcas en sus brazos?
El chico las observó con bastante curiosidad. lucían como tatuajes largos en sus brazos izquierdos— Creí me dijiste que no me acercase nunca a gente con tatuajes así en el brazo por ser mortífagos.
—Los mortífagos tienen un tatuaje distinto, aunque supongo que Voldemort se fijó en estos para su propósito. Los vampiros comparten un tatuaje por cada clan o familia.
—¿Por qué los tratan así?
—Nunca han sido aceptados en la comunidad mágica, muchos son esclavos o terminan muertos. Tienen magia en sus venas, pero sin derechos y una actitud tan dañina en muchas ocasiones, son tomados como responsables de cada cosa que ocurre. La mayoría incluso piensa que los semihumanos como ellos son más bestias o monstruos, que humanos o magos. En este caso el gobierno no ha tenido responsables por las muertes de muggles y magos desde hace meses, asi que han estado cazando vampiros sin discriminación. Pero todo el mundo sabe que no es culpa de ellos, solo los están usando para la imagen pública.
—Pero ese es solo un niño— Señaló Harry a un chico incluso menor que él, a este lo llevaban de espaldas arrastrado por cadenas en sus muñecas. El chiquillo iba llorando todo el camino.
—No sé qué decirte Harry, había escuchado sobre cosas como estas, pero nunca las había visto con mis ojos. De hecho, he escuchado de situaciones así antes es con hombres lobo, no con vampiros.
—¿Podemos hacer algo?
—No, al menos no aquí ni ahora— Guiñó un ojo al chico—. Si intentas acercarte o dices algo en este momento podría ser muy mal visto. En cambio podríamos comprar al chico o ver qué podemos discutir arriba, en las oficinas más altas.
—Dijiste que el apellido Black y el Potter tienen un peso.
—Lo tienen, pero la lucha política no se realiza en los pasillos del ministerio. Ven conmigo, parece que será una tarde algo ocupada.
La multitud se dispersó con rapidez luego de la tétrica caravana, en la recepción fueron atendidos con varias indicaciones. La primera de ellas llevaba a Harry al Departamento de Invenciones y Artilugios Mágicos, seguido al Departamento Contra el Uso Incorrecto de los Objetos Muggles.
—Buen día ¿Señor Potter?— Una mujer bastante vieja recibió a Harry a la puerta del primer departamento.
—Si, soy yo— señaló el chico—. Vengo a entregar una carta sobre un invento mágico, como solicitaron.
—¿Trajiste los planos del invento, o el invento mismo?
—Un plano general, adjunto en la carta— expresó Sirius detrás del chico.
—Bien, en un momento los atienden. No es usual ver gente por aquí— La mujer sonrió al más chico antes de dirigirse a un escritorio. Allí permanecieron apenas unos dos minutos cuando un hombre rechoncho llegó mientras terminaba un gigantesco emparedado.
—Por Merlín, si es el señor Harry Potter y Lord Black en persona— comentó mientras se limpiaba algunas migas—. Me tomaron a mitad del desayuno, vieja manía. Como casi nadie viene, pues he terminado comiendo a deshoras. La mayoría del trabajo del departamento viene del exterior, licitaciones por equipo y otras cosas, no por inventos propios. Incluso han estado a poco de mezclarnos con el Departamento de Recursos Mágicos. Soy Malcom, un placer conocerlos.
—Le envié una carta previamente— puntualizó Harry estrechando la mano del hombre.
—Si, si, claro que la recibimos, pero uno a veces es un poco escéptico. No es la primera broma que recibimos. La otra vez dijeron que inventaron un huevo sorpresa para festividades y al abrir el paquete no fue más que una bomba de excremento de dragón. Las paredes necesitaron limpieza por semanas, y tengo un sillón que todavía apesta. Claro que hubo una multa, pero todo el proceso de limpieza, los papeles perdidos, un desastre de verdad.
—Parece que hay muchos bromistas.
—Creo que era un punto donde tu y James eran bastante diestros ¿No es así Sirius? También puedo recordar el supuesto invento de un mapa capaz de rastrear a todas las personas de un lugar con bastante precisión, pero luego el siguiente sobre vino con una caja llena de bombas fétidas. Estaba yo como recepcionista entonces, me llevé todo el olor antes que nadie.
—Una simple broma de jóvenes— Sirius le restó importancia moviendo su mano— Pero el motivo del día de hoy no incluye malos olores. Harry trajo el esquema del invento de su mejor amiga, a quien él además está respaldando financieramente.
—Pasen por aquí— señaló el hombre dirigiéndose a su oficina— Si terminamos estallando allí adentro ustedes terminarán apestando al igual que yo.
—Le aseguramos que no es nuestra intención. Si hay algún mal olor no será proveniente de nosotros— expresó el lord presente.
—¿Me puede explicar como funciona el invento señor Potter?— El sujeto se movió hasta su asiento empacando su comida y colocándola a un lado.
—Pues es una base donde cualquier persona puede subir, y otro mago la activa para saber el potencial mágico que tiene la persona que está arriba.
—¿Mide cuánta magia tiene una persona?— preguntó alzando una ceja.
—Así es señor Malcom.
—¿Trajo los planos? ¿Me los muestra?— Harry abrió la carta y mostró un par de pergaminos con las instrucciones de uso y el dibujo del mecanismo. El sujeto revisó los papeles detenidamente— Aquí muestra que gran parte del funcionamiento está hecho con runas mágicas.
—Así es señor.
—¿Por qué no detallaron las runas usadas?
—Porque tengo entendido necesitamos mantener el secreto para que el invento no sea robado— comentó harry, punto al cual sirius asintió con la cabeza.
—Si bueno, podemos arreglar una exclusividad si comprobamos que el invento sirve y funciona como usted específicamente señor Potter. ¿Cuántos años le parecería por la exclusividad? ¿dos años?
—Cinco como mínimo, fue algo que ya razonamos con nuestro abogado— intervino el padrino del chico— Comprendemos que al tratarse de un par de niños y no tener una fuente fiable que los respalde, pues pedir diez años podría ser algo exagerado.
—Cinco años de exclusividad puede ser un buen tiempo. Aunque deberá comprometerse a poder surtir un mínimo de producción, y generalmente para eso necesita una firma como empresa— comentó el hombre.
—Algo que estamos seguros de poder solventar, debe recordar que hablamos del lord Potter y futuro lord Black— Sirius se cruzó de brazos.
—¿El señor Potter adquirió el apellido?— El sujeto abrió los ojos sorprendido— Eso indudablemente cambia mucho las cosas, hay dos apellidos incluidos, si eso no sirve de seguridad para alguien no sé qué lo hará— Sonrió de forma bonachona— ¿Usted participará como co-inventor de esto señor Potter?
—Creo que sí. Tengo entendido que mi amiga al ser nacida de muggles no recibirá tan buena recepción.
—No es que tenga algo en contra de un nacido muggle, pero debes comprender que el invento deberá tener un comité evaluador que irá a tu casa para verlo y probarlo, y el público necesita generalmente un respaldo. El apellido Potter y Black sirven para eso, al igual que el nombre de alguna compañía que fabrica el producto. Es como el seguro de calidad.
—Lo comprendo, entonces podemos colocar que mi amiga y yo vamos en una relación de cincuenta y cincuenta por ciento.
—Un chico bastante honrado, eso da muy buena impresión de su apellido señor Potter. Así se hará entonces, tendrá que firmar aquí y un equipo irá a su hogar en los próximos días para hacer una revisión. Posterior a eso se solicitará una copia del invento que quedará aquí almacenado, y podrán venderlo y distribuirlo.
—¡Perfecto!— Harry firmó para luego despedirse del jefe de departamento y pasar al siguiente, donde debía firmar un documento para asegurar que el invento no fuese peligroso para los muggles.
—Te dejaré solo en este, yo debo ir a mi interrogatorio.
—¿Estarás bien?
—Siempre— respondió confiado el mayor moviéndose por el pasillo hasta el intrincado ascensor. Harry lo observó partir, cuando estuvo a poco de tocar la puerta frente a él, un hombre alto, relleno de cabello rojo y sonrisa amplia le recibió.
—Tú debes ser Harry Potter. Me informaron que venías en camino.
—Asi es señor... un placer.
—Weasley, soy Arthur Weasley, el placer es mío. ¡Ven, pasa, pasa! Está un poco desordenado, pero es que ayer hicimos una redada bastante grande, y bueno, todo debe ser inspeccionado antes de desecharlo o regresarlo.
El lugar constaba de un par de oficinas amplias, pero en ese momento todo el espacio estaba ocupado por inmensas montañas de libros y gran cantidad de muebles y closets repartidos— ¿Qué hacen en este departamento?— preguntó el menor.
—Bueno, nos encargamos de monitorear que los magos no apliquen hechizos peligrosos sobre objetos muggles por lo general, hay algunos que por bromas o venganza crean cosas muy peligrosas, como cortinas asfixiantes. También tenemos que revisar que no existan objetos llenos de magia negra, en especial algunos magos crean objetos ilegales y luego para poder deshacerse de ellos los dejan en tiendas muggles.
—Para que los muggles no lo noten.
—¡Exacto!
—No sabía que había objetos ilegales de hacer.
—Es un poco obvio, al punto que casi nadie habla de ello, pero básicamente está prohibido cualquier cosa que revele el mundo mágico, que mate, lacere, hiera a un muggle o mago. Cualquier cosa que encapsule, succione, encierre o robe el alma; aquellos objetos que están diseñados para causar grandes cantidades de dolor; y los que contienen maldiciones. Pero creo que el invento que estás representando el día de hoy no califica como ninguna de estas.
—No señor— Harry se puso rígido.
—Bromeo, solo tienes que firmar esto. Solo dice que tu te comprometes a que los productos que inventaron tu y la señorita Granger, no son malignos ni tienen fines dañinos para la comunidad muggle y mágica— El señor Weasley ofreció una pluma con la cual el chico firmó el documento— Los gemelos han hablado mucho de tí, dicen que eres todo un aventurero y uno de los magos más poderosos que han visto.
—Gracias, suelo conversar bastante con ellos.
—Me lo puedo imaginar, esos muchachos son bastante intrépidos. Por cierto, mencionaron que resolviste un acertijo que tenían respecto a un fantasma por el colegio.
—¿Si?
—Si, creo que el fantasma se llamaba Peter. ¿Sabes algo de ello?
Harry abrió los ojos al comprender, aparentemente los gemelos reconocieron que algo se paseaba por el castillo con el nombre de Peter, pero lo confundieron con un fantasma— Si, si, se trataba de un fantasma que viajaba por entre las paredes del castillo y asusta cuando pasabas por el segundo, piso.
—No conocí a ese, pero si te acercabas a la entrada de las mazmorras el barón sanguinario solía detenerte o arrastrarte por los pies. Era aterrador, aunque siempre nos pareció muy peculiar que la mayoría de los fantasmas evitan el séptimo piso del ala oeste, cerca de nuestros dormitorios, solo peeves vagabundea por allí a veces.
—Nunca lo noté.
—Tonterías que notas cuando tienes tiempo libre en el colegio y evitas las tareas a como de lugar ¿Quieres algunas galletas? Mi esposa las horneó hace algunos días.
—Gracias— Harry espero paciente que Sirius volviese de sus asuntos, lo cual tomó al menos veinte minutos más. Para descontento de ambos, no hubo mucho que poder hacer en ese momento en favor del grupo de vampiros encerrados, estos no gozaron de un juicio y fueron llevados a la prisión de azkaban a esperar por su sentencia, la cual se movía de entre cárcel de por vida o ser vendidos como esclavos.
—Es totalmente injusto. ¡Deberías tomar tu papel como lord Black y reclamar!— Comentó el chico.
—Se podría, pero no será bien visto que apoyemos a hombres lobos y vampiros Harry, ese tipo de cosas hay que hacerlas un poco más sutiles. Podría escribir algo y enviarlo al profeta, sin embargo es mejor comentar sobre la reciente aparición del señor tenebroso, los muertos y desaparecidos y el silencio del gobierno ante todo ello. Las personas sacarán sus conclusiones y por sí mismas estarán en contra del encierro injusto de vampiros.
—¿Crees que se pueda?
—Probar no es imposible, también hay una sociedad protectora de vampiros, deberíamos escribir y preguntar su posición y planes.
—¿No podríamos comprar alguno?
—Sería como estar de acuerdo con el hecho de ser esclavos, aunque luego bien se podrían liberar, pero debes tener en cuenta que los vampiros no son criaturas muy agradecidas. No es como un elfo doméstico que quedará sirviéndote para siempre.
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