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15. HERENCIA BLACK (II)

—Es interesante tu varita Harry, no sabía que el Sirius que siempre mencionas es la cabeza de la familia Black— Comentó Daphne.

—No vi importancia mencionarlo— Comentó.

—Deberías, es una de las familias más importantes, aún se respeta mucho ese apellido.

—Pues probablemente te sorprenda saber que heredé el apellido Black.

—¿Qué?— Soltaron casi al unísono ambas chicas.

—¿Por qué ese grito? Hermione, te enseñé el anillo antes, Sirius me lo dió. Y te dije que bueno, estuve en el banco con él revisando los papeles de la fortuna Black y esas cosas.

—Mencionaste que era poco dinero porque la familia lo gastó de mala forma e incluso algunas partes se fueron a financiar a quien ya tu sabes. Pero no recuerdo mencionases eras un Black.

—Bueno, aun no sé si seré Harry James Potter Black, o Black Potter. Sirius me hizo heredero, nada más.

—Creo que no comprende las implicaciones de heredar el apellido Black— Daphne frunció el ceño.

—¿Tengo que entender algo?

—¿Estás seguro que leiste el libro de las sagradas veintiocho? Puede que los Potter fuesen sacados, pero no los Black— Hermione le miraba de reojo mientras avanzaban y se escuchaba un tumulto de personas. Alguien vandalizó una pared del colegio pintando un letrero que decía "si no pueden mantener a salvo a los profesores, acaso a los estudiantes si? Cierren el colegio" Filch gritaba a todos los que por allí pasaban y se quedaban a curiosear.

—Te dije, lo revisé, no es mi lectura favorita. ¿Escuchaste lo que dijo Dumbledore sobre quitarme la electricidad? ¿Solo a mi? ¿Acaso no hay electricidad en Hogwarts?— Preguntó el chico siguiendo su camino.

—Por lo que he averiguado, no Harry— Respondió Herrmione.

—Creo que de hecho la mayoría de artefactos muggles no funcionan dentro de los terrenos del colegio— Agregó Daphne.

—¿Cómo funcionaba mi consola entonces?— Se interrogó el chico.

—Supongo que hubo algún acuerdo para poner energía eléctrica para ti. No sé, tampoco es que haya más estudiantes pidiendo una lampara, radio o televisión, Harry.

—No creo que cierren el colegio— Cambió de tema Daphne.

—Tampoco creo, de hecho, en la audiencia no dijeron nada de eso ¿verdad Harry?. Como dije, ha pasado antes, aunque generalmente son estudiantes muertos por accidente u otras cosas. Supongo que en eso se diferencia bastante de las escuelas muggles.

—¿Cómo son las escuelas muggles?— Preguntó la de Slytherin a la Gryffindor.

—Bueno, las escaleras no se mueven, no hay retratos que se muevan, ni fantasmas o lechuzas. Y las clases generalmente son de historia, matemáticas, ciencias naturales y cosas así...

—¿No hay lechuzas?

—No, para eso están lo teléfonos o los carteros, pero los teléfonos son caros, entonces no todo mundo tiene uno.

—¿Teléfono? ¿Ese no es el de las imágenes que tiene Harry?— Se confundió Daphne.

—No, eso es un televisor, es distinto, el teléfono es para recibir sonido. Generalmente para hablar con alguien, a distancia. El televisor transmite imágenes, algo que ya se grabó con anterioridad.

—No entiendo lo del televisor todavía, un simple hechizo bastaría...

Harry tomó asiento en un gran comedor que se hallaba bastante alterado. Algunos hablaban en voz alta y revisaban el periodico, o cuchicheaban de forma audible discutiendo sobre la muerte del profesor.

—Hola Harry— Se acercó Fred.

—Escuchamos que ayer te las arreglaste para sacar del camino al profesor Quirrell— Agregó George a su lado.

—Por fin conseguiste tu venganza por ser un profesor tan malo y lo entregaste a un nuevo señor tenebroso— Terminó Fred.

—No digan esas cosas por los pasillos o les creerán— Refunfuñó Hermione.

—No es muy distinto a lo que están diciendo por allí— Guiñó un ojo uno de los gemelos— Igualmente todos saben que, si alguien mató a un profesor dentro del colegio. Se debe de tratar de alguien poderoso.

—Nosotros tenemos nuestra propia teoría— Continuó Fred tomando un par de pasteles de calabaza.

—Creemos que lo hizo un fantasma— Sonrió el otro.

—¿Un fantasma?— Inquirió Harry— ¿Pueden usar varitas?

—Hay muchas cosas que pueden hacer, pero dudo que usar una varita sea una de ellas— Intervino Hermione. Daphne por su parte asentía con la cabeza sin prestar atención a un papel que arrojaban desde la mesa de Slytherin en su dirección.

—Este no es un fantasma normal, le hemos visto rondar la sala común de Gryffindor sin que nadie note su presencia— La conversación se detuvo cuando Hedwig se estacionó frente a Harry brindando un suave picoteo en la mano. Había tres cartas en la pierna del ave, quien se mostraba orgulloso por llevar su recado, y expectante de recibir un premio de alguno de los ponqués frente a ella.

—¿Quién me pudo escribir? Sirius vino hasta acá, y no tengo a nadie más— Repuso el chico tomando losl pergaminos antes de dar la merecida recompensa a su lechuza y esta tomase camino a la lechucería de la escuela.

—¿Alguien queriendo fastidiarte?

—¡Potter, Potter! ¿Quién tocará ahora? El profesor Binns ya está muerto— Alguien gritaba desde ela mesa de los verdes y el gran comedor estalló en carcajadas.

Harry intentó no prestar atención y revisar su correo. El primer pergamino era corto y la letra bastante rudimentaria.

Hola Harry, espero que estés bien. Supe de la situación con el profesor Quirrell, no te preocupes, hablé con Dumbledore esta mañana y no serás expulsado. Quería saber si podías pasar esta tarde por la cabaña, tengo algo interesante que de seguro querrás ver. Puedo buscarte cerca de las dos de la tarde en la puerta del castillo, no quiero que salgan solos dadas las circunstancias.

Hagrid.

—Es Hagrid, quiere verme a las dos en la puerta del castillo— Informó el chico.

—No lo visitamos ayer— Frunció la boca la chica.

—Son buenos amigos del guardabosques ¿cierto? —Inquirió Daphne.

—Lo conozco desde siempre— Comentó Harry encogiéndose de hombros —es casi familia.

—Entiendo.

La siguiente carta era aún más corta y pequeña, al punto que difícilmente se podía contar como una carta, y catalogaba fácilmente como chisme.

Pasa por mi despacho a las seis de la tarde. La contraseña será candelabros de caramelo.

Dumbledore.

Frunció la boca. No estaba de tan buen humor para dos visitas a aquel despacho en el mismo día. Suficientes problemas tuvo para todo un mes. Sin embargo, iría. En parte por curiosidad, y en otro porcentaje debido a que se trataba del director del colegio.

La tercera carta, a diferencia de las otras, se trataba de un sobre amarillo con letras negras y un sello que Harry reconoció. Gringotts.

Estimado señor Potter- Black.

El motivo de la presente carta es informar sobre nuestra urgencia en comunicarnos con usted. Nos encontramos en diversas situaciones que requieren de su visita al banco de forma inmediata. Comprendemos que su corta edad crea un inconveniente en el uso y manejo de su horario. Motivo por el cual hemos acordado con el colegio Hogwarts de magia y hechicería, un pequeño instante en el cual usted podrá viajar a nuestras oficinas con la mayor seguridad.

Nuestra premura se debe a estudios posteriores ligados a su sangre, y la existencia de un peligro para usted y el actual cabeza de la familia Black, con quien ya se ha intentado dialogar obteniendo diversas negativas.

Un delegado del banco le visitará y escoltará en horas del mediodía, favor prepararse para su llegada y partida. Apreciamos su colaboración y comprensión respecto al tema.

La carta hablaba sobre un peligro para Sirius y él, ¿Qué podía ser? No conocía enemigos de la familia como tal— Hablan de un peligro para los Black, ¿Leiste algo de eso en las sagradas veintiocho Hermione?

—No, nada relevante— Comentó esta.

—Podrìan ser diversas cosas Harry. La sangre de cada casa está ligada a ciertas magias, historia, mitos e incluso objetos mágicos. Puede suceder que tengan algo en alguna boveda de la familia Black que sea potencialmente peligroso, al ser algo de ustedes, los duendes están obligados a informar primero a la familia y tratar todo en sumo secreto. No informarìan al ministerio hasta que se saliera de control o muriera mucha gente— Explicó Daphne.

—Siempre es bueno saber que tantos peligros hay en el mundo mágico— Observó Hermione analizando la información— ¿Significa que el banco no reconoce al ministerio como el ente regulador de la magia en el Reino Unido?

—No. El ministerio ha tomado posesión varias veces del banco, pero los duendes logran zafarse de una forma u otra. Actualmente creo que funcionan como algo aparte del gobierno, no estoy muy segura.

—Bien, entonces Gringotts es como un banco suizo.

—¿Qué tienen los bancos suizos?— preguntó Harry ante el comentario de Hermione. Había escuchado muchas veces a Sirius hablar sobre los bancos suizos muggles, pero no entendía mucho sobre el asunto. Y, a pesar de los intentos de la chica quedó bastante igual, sin comprender cómo podían saltarse las leyes de los países.

—Serìa ideal para comprar las varitas que necesitan Neville y Sophie— Apuntó Hermione terminando su pequeño plato de comida. La reunión previa destrozó su apetito, cosa que no parecía suceder con Harry— Quizás pido permiso para ir también, tengo dudas sobre mis antepasados mágicos.

—¿Ah?

—Alguien debió ser una bruja o mago Harry, solo que no sé quién pudo ser. No me cambiaré el apellido, pero igual me da curiosidad— Apuntó la chica girando los ojos.

Al mediodía Harry se hallaba en las puertas del colegio junto a una nerviosa Hermione que sostenía su permiso de salida firmado. La chica se movía de un lado a otro susurrando cosas como "le tendría que decir a mi madre, pero y si es mi papá. Lo más probable es que fue el tío- abuelo Albert, vivió muchos años..."

A las doce en punto un duende hizo aparición afuera de las rejas del colegio, y posterior apareció nuevamente en el interior— Las barreras del colegio, podríamos mejorarlas si lo quisieran— Sonrió con desdén mientras limpiaba un poco su traje a la medida— Me presento, soy Kogmar , y seré vuestro guía el día de hoy señor Potter- Black.

—Iremos con una amiga, supongo no habrá problema, quiere saber sobre el linaje de su sangre— Harry señaló a Hermione.

—No habrá problema, será un gusto para los trabajadores de Gringotts averiguar la información de la señorita— El duende desechó la nota firmada sin prestar atención a la misma y tomó ambas manos de los chicos. Un instante después harry sentía que era sujetado del estómago y jalado desde allí. Su cuerpo giró de forma abrupta por el aire y luego el golpe en sus rodillas le hizo saber que se hallaba en su destino, el callejón Diagon.

—Necesito un basurero— Hermione corrió por la calle con la mano tapando su boca luego de aquella experiencia.

—Supondré que es la primera vez que la señorita se aparece— Expresó el duende joven y de rostro alargado. Se hallaban justo al frente del banco mágico. El callejón se hallaba mucho más vacío que otras veces que Harry le visitó, aunque consideró que era natural siendo un día de semana en horas del mediodía.

—Si, olvidé que no había desaparecido antes. La sensación las primeras veces es horrible— Expresó el chico notando como su compañera regresaba pálida limpiando su boca con un pañuelo.

—Sentí que me estiraron como chicle.

—Posible fue así— Comentó Harry cuando subieron los escalones rumbo al instituto financiero.

—Primero debo expresar nuestra alegría ante su llegada señor Potter- Black, tengo entendido se ha intentado contactarle algunas veces sin mucho éxito. Una pena realmente, debo admitir. Ahora, me temo que lo escoltaré a una habitación segura dentro del banco, allí realizaremos una prueba de sangre antes de iniciar con nuestros asuntos y temas a discutir. Sin embargo, temo que debo realizar esta pregunta un poco incómoda ¿la señorita estará con nosotros durante la conversación? Se tocarán temas familiares un poco serios señor.

—te puedo esperar afuera Harry.

—No hay problema, confío en ella— Respondió el chico sin dudar.

—Bien, entonces acompáñenme a la sala, ya un encargado les atenderá.

El lugar era una sala tal como la que Harry visitó previamente con Sirius. Un lugar estrecho lleno apenas por un escritorio y algunas sillas, con paredes blancas bastante pulcras y un par de distintivos, como un cuadro con un paisaje y un estante con algunos trofeos extraños.

—¿Seguro qué estás bien con que yo esté aquí Harry?

—Eres mas inteligente que yo, si dicen algo que yo no comprenda, es mejor tenerte para que me expliques. además, dijeron que Sirius se negó, alguna razón existirá.

—Bien, yo creo que...

La puerta del lugar se abrió y un duende muy arrugado hizo acto de presencia llevando consigo una enorme pila de papeles y libros. Los depositó todos sobre la mesa y luego miró al par de chicos— Bastante joven. Esperaba verlo señor Potter, soy Alak, y soy el asesor de asuntos mágicos para Gringotts.

—Un placer.

—He intentado que tenga esta reunión con nosotros antes señor Potter, pero antes de iniciar, por favor— El sujeto sacó una pequeña aguja de su ropa y la ofreció al chico— descuide, sabe que por políticas internas cualquier muestra de sangre será destruida o encapsulada y jamás habrá ningún ritual ni maleficio de sangre. Podría reclamar más de la mitad de los activos de todo el banco si algo así ocurriese— Sonrió seguro de sus palabras— En este caso esta pequeña gota— Comentó luego de que Harry se pinchara el dedo— Nos servirá para identificar su identidad, y en segunda instancia para ver algo interesante, motivo de nuestra reunión. Por otra parte, me han informado que usted también desea saber sobre su origen mágico— El duende examinó a Hermione.

—Si, nací de una familia muggle, tengo entendido es posible identificar el árbol familiar.

—Proceso complicado, pero posible, claro— El duende sacó otra pequeña aguja y la ofreció a Hermione. Cobraremos este proceso a sus bovedas señor Potter.

—Porsupuesto.

—¿Qué? ¡No!— Hermione acababa de pincharse mirando a Harry con sentido de urgencia.

—No se preocupe, eso corre por mi cuenta. Aunque quizás podamos abrir una cuenta a nombre de la señorita Granger.

—Sería posible ciertamente— El sujeto alzó un brazo y ambas agujas se encendieron con una luz dorada, luego levitaron un instante antes de ser depositados en un par de pequeños frascos— pero primero lo importante señor Potter- Black.

—Me puede llamar Harry.

—Bien, señor Harry. Primero tocaré el punto de su sangre. Como sabrá en su última visita hicimos un procedimiento muy semejante al actual para certificar su línea de sangre.

—Lo recuerdo.

—Bien, tendré que mostrarle algo que normalmente los magos no ven y es parte del proceso— El duende agitó la mano y un papel se estampó en la pared. El pergamino desapareció dejando solo las marcas, emblemas de las casas del mundo mágico junto a ciertos nombres. Luego procedió a invocar la aguja donde se hallaba la gota de sangre de Harry. Tomó la aguja y la posicionó sobre la pared— Araksenium esteres— pronunció un hechizo que Harry estaba seguro no era en inglés. Acto seguido una línea roja ascendió de forma directa al nombre "Potter", posterior hizo el mismo procedimiento con otro apellido "Black"— Cómo podrá observar el título de la familia Black se ha impreso en usted, algo que no es extraño, debido a que nuestro árbol genealógico nos indica que ha estado mezclado con ellos en diversas ocasiones en el pasado. Sin embargo, creo que tendremos que darle un poco más de tiempo a la sangre para actuar, esto fue algo que no buscamos de cerciorar la última vez, y me disculpo por ello. No es usual que sucedan cosas como estas, estamos ante un caso "especial". Normalmente no esperamos tanto, ello se debe a que la sangre puede reaccionar a otras casas que, no son su principal— La sangre dibujó otra línea, aunque mucho más difusa y pequeña hasta formar el apellido "Evans"— Algo natural, la familia Evans es parte de la línea de su madre, sin embargo muggles, por lo cual no está en este cuadro, como comprenderá. No hubo apertura de una cuenta Evans, por lo cual tampoco hay registros acerca de su linaje, lamentablemente. Supondré que algún mago se casó con sus parientes, o un squib en su linaje —El duende miró a Hermione— Es la fuente más común de niños con magia nacidos de muggles —Explicó.

—Eso he escuchado— Aseguró Hermione.

—Bien, perfecto, se comienza a formar la siguiente linea— Y así era. Un hilo rojo ascendió por entre los nombres hasta uno situado en la parte superior "Peverell"— Bien, eso era todo, si esperamos un poco más volverá a mostrar a los Black y luego otro par de familias. Lo cual es normal, les aseguro.

—Peverell, no he escuchado algo sobre ellos ¿Tu Hermione?

—Se les menciona en el libro de las familias, pero creo que es anterior a estas.

—Claro, muy anterior a las veintiocho sagradas. Como dije, a veces suceden cosas como estas, aunque es muy inusual, la última vez que algo así sucedió fue hace algunos años. Verá señor, Harry —Parecía que al duende le era difícil comunicarse por el nombre— Lo interesante de dicho apellido, es que no existe un heredero vivo conocido, hasta ahora obviamente.

—¿Yo?

—Probablemente por parte de su padre, o de su madre, dificil de saber, pero el punto es que allí está, usted señor, Harry, tiene sangre Peverell en sus venas, y la magia de dicha familia se ha manifestado en usted como un heredero.

—Eso significa...

—Que hay una boveda que lleva casi cien años cerrada la cual usted es dueño, aunque me temo, necesitará de una previa inspección, bajo su autorización.

—Lo autorizo, claro— Harry sonrió.

—Le puedo adelantar que la familia Peverell no era la más adinerada, sin embargo, siempre hay algunas cosas relevantes. Y de acuerdo con nuestros registros, hay al menos una propiedad perteneciente a la familia. Sin embargo, no tenemos la ubicación de la residencia, y al no hallarse en nuestros registros, nuestro pensamiento es que esta se encuentra bajo alguna clase de encantamiento.

—Fidelio— Señaló la chica a Harry y este asintió con la cabeza sin dudarlo.

—Entonces procederemos a verificar la cámara novecientos sesenta para usted, señor, Harry. Mientras tanto, pasemos a otro asunto, y el que nos preocupa más. Como sabrá fue declarado heredero de Sirius Black, su padrino.

—Si.

—Lo cual a usted lo convirtió casi de inmediato en parte de la familia Black. Ahora, normalmente esto sería un asunto que discutiriamos de forma extensa con el jefe de la casa Black, pero este se ha negado a nuestra petición, y nuestros reglamentos nos obligan a ponernos en contacto con el siguiente hombre capaz de tomar una decisión en la línea familiar. Lo cual nos trae a usted, aunque estamos conscientes que tiene solo once años, señor Harry.

—¿Por qué Sirius se negó a hablar con ustedes? ¿De qué se trata?

—Bueno, su respuesta exacta fue— El duende tomó un papel y abrió los ojos— "No creo en esas tonterías y no me interesan, si debo morirme por esas razones, acepto la muerte de buena gana. Es mejor morir libre que vivir preso de decisiones ajenas".

—Suena como Sirius.

—Es un asunto delicado que engloba a toda la familia Black desde hace generaciones. Como sabrá algunas familias tienen sus propias magias, secretos, artefactos. Bueno, entre los distintos beneficios que la familia Black puede traer a sus miembros, existe una "profecía" hecha hace mucho tiempo, esta lamentablemente ha traído consecuencias radicales a la familia. La mayoría de los miembros de la casa se han visto obligados a casarse a temprana edad por ello. ¿Conoce usted el lema de la casa Black?

—Siempre puros— Intervino Hermione.

—Así es señorita, veo que está bien informada— Sonrió el duende con algo de malicia— La familia Black es muy antigua, nuestros registros se alejan hasta los años mil setecientos. Pero es probable que ya incluso existieran y fueran muchos. Ahora, durante el año Mil ochocientos cuarenta y dos (1842) hubo un problema familiar bastante fuerte dentro de la familia. ¿Se encuentra enterado de esto?

—No— Admitió Harry.

—Bueno. lamentablemente no poseemos copia de la profecía allí dictada, si alguna vez tiene interés por ello deberá dirigirse al ministerio de magia y solicitar el artículo. Sin embargo, tenemos un resumen y datos sobre el incidente con Eduardo Limette Black. Quién perteneció a la familia Black hasta ese año. Eduardo se hallaba enamorado de una hermosa e influyente muggle de la época, y la familia desaprobó la unión, desheredandole cuando este se hallaba en serios problemas financieros por las guerras en el nuevo mundo— El duende revisaba papeles hasta sacar uno que era de su interés y estirarlo para su mejor lectura— Eduardo aparentemente tenía dotes para la adivinación— Sonrió— Y expresó la profecía que decía.

"Muertos a temprana edad. Locos se arrastrarán en la suciedad oscura de su sangre. Su lema será su perdición, matrimonio o muerte a los treinta y cinco años será la elección de sus vidas. La línea se extinguirá, hasta que un miembro menor sacrifique la vida para salvar la sangre y su destino.

—Tétrico— Hermione susurró.

—Pero eso más que una profecía, parece una maldición— Comentó Harry— ¿Y estas cosas se cumplen? Digo, las profecías.

—Las profecías en el mundo mágico rara vez fallan, ¿diría que tienen un promedio de 99%? Hay una especie de magia vinculante en aquellas palabras. Por eso se guarda registro de ellas, señor.

—¿Quiere decir que Sirius, está en peligro de muerte?

—Muy posiblemente si, debe encontrar una esposa que sea adecuada para el título Black. Pero también debo mencionar que hubo un ritual intentado por su familia y notificado a nosotros. Fue en la época de Cygnus Black en mil novecientos treinta y nueve, justo antes de la segunda gran guerra. Pero temo que el ritual no salió como debería, así que la profecía sigue vigente hasta nuestra época.

—¿Tiene que ver esta profecía con la costumbre de los Black de casar a sus hijos a temprana edad?— Preguntó Hermione, a lo cual el duende asintió con la cabeza.

—La familia Black cree que cada miembro debe consumar el matrimonio antes de esa edad. Muchos otros consideran que es necesario casar a los hijos con otro sangre pura, aunque no hay registro de eso.

—¿Nadie se salva de esa suerte?— preguntó Harry.

—Hay un par de casos aislados, pero existe la superstición que se trató de un par de miembros que nacieron estériles. O que, tuvieron parejas sin matrimonio.

—Sirius ha tenido parejas. Ha salido con muchas chicas— Expresó Harry.

—Sin embargo creemos que se encuentra en peligro— Expresó el duende— Como verá, guardamos una copia del escudo y emblema familiar. Este se encuentra ligado a vuestra sangre, y en las recientes semanas ha presentado un deterioro muy fuerte. Algo que solo ha ocurrido antes cuando la muerte de un miembro de la familia se acerca por parte de la profecía.

—¿Sirius sabe de esto?— preguntó Harry con los ojos abiertos.

—Lo sabe, señor. Esta es una conversación usual que tenemos con los miembros de la familia Black— Expresó el duende de forma calmada.

—Pero hay una forma de detenerlo ¿No? la profecía dice algo sobre sacrificarse y detener el destino— preguntó el chico.

—Habla sobre sacrificar su propia vida señor, ningún miembro de la familia ha estado dispuesto a sacrificarse por el bien de los demás. Sin contar que dicho sacrificio debería hacerse antes de su edad de casamiento. Phineas y Cignus, sus ancestros estuvieron dispuestos, pero sus edades ya superaban el límite.

—¿Qué puedo hacer yo?

—Ayudarnos a convencer al señor Sirius sobre la necesidad de una boda, obviamente. No necesita ser algo grande, con desposar a una mujer y consumar dicho matrimonio tendría— Argumentó el duende.

—Creo que está viendo a una chica de nombre Karen, pero es una muggle, ¿serviría?

—Serviría. Aunque el señor sirius también posee un contrato de matrimonio hecho por sus padres, aunque este dejó de tener vigencia cuando fue sacado de la familia brevemente— señaló el duende sacando otro papel de la pila— Con la señorita Amelia Bones.

—¿Amelia? me suena el nombre.

—Estuvo en nuestra audiencia Harry, trabaja para el ministerio— Aclaró Hermione.

—¡Ah!

—Ayúdenos señor, Harry. Es un asunto vital, en especial debido a que solo hay dos miembros de sucesión directa actual de la familia Black. Me temo que probablemente sea este el motivo de pérdida del apellido mágico.

—Hablaré con sirius sobre eso— Comentó Harry— pero no puedo asegurar nada.

—Le agradecemos enormemente— Señaló el duende.

El resto de la reunión fue corta. Hermione sometió a prueba su línea de sangre, la cual señaló a un miembro squib de la familia Sayre cuatro generaciones atrás. Harry además prestó cincuenta galeones para la apertura de la cuenta Granger en el banco y salieron del lugar con muchos pensamientos burbujeando.

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