—¿Tienes algún problema con eso? —le pregunté.

—Para nada —me respondió—. Es solo que me dijiste que no te unirías.

—Creo que la vida da muchas vueltas, Malfoy.

—Bueno, ahora podré ver qué tan buena eres jugando al quidditch.

—¿Listo para estar impresionando? 

—Ya lo veremos. 

—Solo te estoy adelantando a los hechos.

—Pareces muy segura.

—No te confundas. Estoy segura —le espeté y me lanzó una última mirada con los ojos entrecerrados antes de darse la vuelta y regresar por donde vino. 

—Ah bueno, entonces la prueba es mañana a horas de la tarde, no debes retrasarte —me recordó el encargado.

—No hay problema, aquí estaré —aseguré, luego de eso Hermione y yo regresamos a la sala común.

—¿Por qué te gusta pelearte con todos? —me preguntó.

—No sé a qué te refieres —le respondí sin mucho interés. 

—Parece que odias a todo el mundo.

—Ya, no es para tanto. 

Finalmente había llegado la hora de las pruebas, en el campo de quidditch nos encontrábamos todos los que queríamos entrar al equipo, ambas casas juntas, sin embargo habían espectadores de las restantes también. 

Angelina, la capitana de Gryffindor, estaba llamando en el orden en el que aparecíamos en la lista para ubicarnos, la competencia era de todos contra todos mientras ellos revisaban a quién querían en su equipo. Me llamaron y yo me preparé en el lugar que me correspondía, sobre mi saeta, esperando a que comenzara. 

—De acuerdo, el juego inicia una vez suelte la quaffle. —Todos atentos esperamos a que eso sucediera—. ¡Ya! —La quaffle fue libre y la prueba comenzó, con todo el público gritando como si de un partido profesional se tratase. 

Finalmente, luego de unas cuantas horas, uno de los que se postulaban para buscador atrapó la snitch dorada, yo audicionaba para cazadora por lo que ese no era mi trabajo, sin embargo di todo de mí en el juego hasta el momento en que terminó y todos regresamos a tierra para escuchar los resultados.

—Bien, todos lo habéis hecho excelente, pero me temo que solo podemos elegir a uno. Sin más, la nueva cazadora del equipo de Gryffindor es Tracy Evans López. —Sonreí emocionada, no podía negar que sentía ese pequeño terror de no ser elegida. Angelina me saludó estrechando mi mano y asintiendo con la cabeza, yo la imité y sin importarme de a mucho el ganador de Hufflepuff me acerqué a Malfoy cuando lo divisé por fuera de la gradería.

—No estuviste mal —aceptó a regañadientes cuando estuve en frente suyo con una sonrisa victoriosa.

—Dime algo que no sepa, imbécil —le espeté, yo tenía buenas intenciones, lo juro, pero me es inevitable, y es que su forma de comportarse me molesta tanto que todas mis ganas de ser amable con él se esfuman en menos de un abrir y cerrar de ojos.

—Basta, no te conviene meterte conmigo, Tracy.

—¿Y tú puedes meterte conmigo cuando se te venga en gana? Estás equivocado, no será así, no conmigo, Malfoy. —Sentí cómo su mano se cerró alrededor de mi antebrazo derecho, ejerciendo demasiada presión, lo miré directamente a los ojos para transmitirle todo el odio que le tenía—. Suéltame —le dije firme.

—¿Y si no? ¿Qué vas a hacer? —se burló, capturando también mi antebrazo izquierdo, pero yo no se lo iba a permitir.

—Te lo advertí. —Dicho esto, decidí usar un poder que siempre traía consecuencias negativas, pero esta vez no me importaba, porque ese hurón platinado se lo merecía. Sentí cómo mi cuerpo se prendió en fuego, pero no lo hizo realmente, era solo esa sensación que me provocaba a mí mientras que quienquiera que me tocase podría quemarse si mantiene el contacto por mucho tiempo.

Mis ojos seguían fijos en los de Malfoy, observando como los suyos se abrían desesperados al sentir sus manos arder. Me soltó de inmediato, quejándose, mientras me miraba sorprendido, pero luego pasó a lanzarme una mirada llena de odio.

—Vas a arrepentirte de esto —me dijo, pero era difícil tomarlo en serio cuando podía notar lo asustado que estaba, entonces se dio la vuelta y se alejó caminando rápido.

—¡Eso es Malfoy, lárgate! —le grité.

Harry pov:

Íbamos a felicitar a Tracy por haber entrado al equipo de Gryffindor, ella ya no estaba en el campo por lo que caminaba con Ron y Hermione a cada lado mientras la buscábamos.

—Sé que cuando ganamos el partido ella no me dijo ni un "lo hiciste bien, Potter" —mencioné, intentando imitar su voz, haciéndolos reír a ambos—. Pero bueno, ahora que seremos compañeros también en el quidditch deberíamos comenzar a llevarnos bien.

—Completamente de acuerdo —dijo Hermione—. Es molesto que no podáis ni hablar tranquilos sin terminar discutiendo.

—Pero es divertido —concluyó Ron—. Ah, ahí está —avisó y nos percatamos de que estaba hablando con Malfoy—. Mejor esperemos.

Estuvimos de acuerdo y nos quedamos alejados unos cuantos metros para no interrumpir. Pero entonces Malfoy estaba sujetándola con demasiada fuerza y yo iba a acercarme, pero Ron me detuvo, miramos con atención como la piel de Tracy comenzaba a adquirir un tono sonrojado y el Slytherin la soltó rápidamente mientras se quejaba.

—¿Qué fue lo que hizo? —pregunté anonadado cuando Malfoy comenzaba a alejarse.

—No tengo idea —me respondió el pelirrojo.

—Creo que es mejor hablar con ella en otro momento —nos dijo Hermione, asentimos y nos dimos la vuelta para regresar a la sala común.

Tracy pov:

Me uní al trió de oro en la sala común luego de un rato, me senté junto a Hermione frente a la chimenea. Ellos estaban hablando, pero yo no estaba prestando atención, primero, no me quería entrometer en su conversación y segundo, estaba pensando en lo que había pasado antes con Malfoy, no puedo explicar todo lo que sentí cuando me dejé invadir por ese poder de nuevo, y es que había pasado mucho tiempo y había olvidado lo increíble que era, pero de la misma forma era peligroso porque yo no sabía controlarlo y fácilmente éste podría controlarme a mí. 

La mano de Hermione se posó en mi hombro, llamando mi atención, la miré y me di cuenta de que los tres me observaban.

—¿Huh? —pregunté confundida.

—Estábamos diciendo que jugaste muy bien al quidditch y que felicidades por haber entrado al equipo —dijo Ron.

—Ah, bueno gracias.

—Tracy, ¿estás bien? —me preguntó Hermione.

—Sí, claro. —Le sonreí para tranquilizarla y para que no hiciera más preguntas.

—Estás muy distraída —comentó Harry.

—Estaba pensando, ¿acaso está mal?

—Oye, yo no quiero pelear, lo pregunto con buena honda, eres tú la que siempre quiere sentirse atacada.

—Ya, ¿qué es lo que queréis saber? —pregunté, yendo al grano de lo que suponía que pasaba.

—No sé de qué ha...

—Malfoy. —Ron interrumpió a Harry y yo miré al pelirrojo con el ceño fruncido—. Os vimos esta tarde —explicó—. Sabemos que pasó algo.

—Uh-Tracy, ¿te gusta Malfoy? —preguntó Hermione, dándome la impresión de que quería callar a Ron.

—¿Pero qué? —salté horrorizada—. ¿Qué dices? Claro que no.

—La verdad es que a veces dan esa impresión —dijo Harry con los brazos cruzados sobre su pecho, haciendo que mis cejas se juntaran aún más.

—Pues es estúpido, por supuesto que no me gusta, considero que tiene problemas y me molesta demasiado. ¿Es eso lo que os preocupaba? —pregunté confundida. ¿Todo para eso?

Los tres se miraron entre ellos, había algo más, lo sabía, pero ellos no parecían querer mencionarlo y yo no estaba de ánimos para presionarlos.

—Sí, era eso. Ya que resolvimos nuestra duda... ¿todo bien? —dijo Hermione sonriente y yo solo me encogí de hombros.